viernes, 22 de marzo de 2002

Sí, vale, ayer fui malo otra vez. Hice todas las cosas prohibidas sabiendo que hoy tenía que trabajar. Mi cerebro está cortocircuitado, al 8% de su capacidad. Serrano 41 parecía Silicon Valley, como para tener alergia a los implantes. Conocí a un auténtico chungo, el tío más hijoputa que había visto nunca. Me costó 20 euros, tres paquetes de tabaco y una paranoia que me lo bajó todo de golpe. Qué chungo. Pero hoy, visto desde el cerro de mi resaca, me parece un personaje de ficción admirable, el que me faltaba para el cuento. Salí pitando de allí y cogí el primer taxi, antes de que me alcanzará. Allí se quedó, en su mundo de dólares falsificados por impresora, palos a chalets y fantasías cocainómanas.
Hoy, boda. Estará todo el Opus en el "enlace" de mi prima. A ver si alguna pijita de su barrio me retira, porque esto de trabajar con la cabeza...


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