sábado, 11 de mayo de 2002

Ayer hice algunas tonterías, entre otras llegar a casa a las 7,30 de la mañana de hoy y comerme cuatro efedras (¿pa qué?). Hay algunas que no hice. Por ejemplo no me lié con Silvia, la chica de la competencia que vino a buscarme al bar buscando probablemente exo. Pero sí que le dije a Noe cosas que ya no siento. ¿Por qué? Porque estaba pedo. No sé dar otra explicación. Pero como no quería nada de ella lo hice con una desgana absoluta. Claro que cómo va a notar eso si no me conoce. Y aunque me conociera, es tan estúpido declararse sin ganas, que nadie lo pensaría. Además, ayer estaba machacado y soso, aburridísimo por una vez. Apenas hablé y seguro que no dije nada interesante ni divertido. Sí, creo que lo de Noe lo hice porque me estaba aburriendo, para animar la noche. Y eso no es que diga tampoco nada a mi favor.
Lo increible es que una chica a la que le cuentas que te gustaba (en pasado) y te dice que le caes bien, que eres interesante (otra vez, ese calificativo me perseguirá toda la vida), que escribes bien, que escuchas y hablas lo justo para decir cosas inteligentes (lo que pasa es que ella y su amiga la gallega no me dejan hablar las jodías, que no callan) y etc..., pero que no hay exo que tiene que haber, y tú se lo devuelves y le dices que es inteligente y divertida, que, como yo, sólo tiene dudas, está un poco perdida, cero certezas (esto último también eran piropos, es que hay que entenderlos) y que ya debo de estar madurando porque el físico no me preocupa tanto en una chica como otras cosas... bueno, pues como decía, lo increible es que pare la conversación en ese momento para preguntar: "pero mi físico también está bien ¿no?". "¿Qué quieres, que te regale el oído?" –calla y otorga– "Pues sí, me gusta" "eso no quiere decir que le guste a todo el mundo –dice ella, dando a entender que sí que cree que le gusta a todo el mundo, o que como está hablando con un supuesto admirador quiere creerlo por un minuto– hay cierto tipo de gente a la que no...", "claro, pero eso nos pasa a todos, y no es que sea un tipo de gente, cada persona concreta tiene sus gustos particulares". En fin, etc, etc... Les encanta que aparezca algún pardillo que les suba la autoestima al ritmo al que a ellos se les baja.
Pero el problema no es ese. Lo que me tiene super acongojado es ¿por qué hago cosas que no quiero hacer? ¿Por qué soy tan capullo tan a menudo? Ayer, con mi numerito hice una tontería triple: cerré las puertas de algo que no tenía porque estar cerrado, quién sabe cómo será el futuro; trastoqué una buena relación con una medio compi del trabajo (a ver cómo nos hablamos ahora) y, de alguna manera, fui infiel a Cris (empezamos pronto). No sé, le estaba dando vueltas y a lo mejor pretendía lo contrario, ser fiel, cerrar el asunto Noe (se lo dije a ella "no, si esto te lo cuento para quitármelo de encima") con una de las dos opciones: a) con 90% de posibilidades, me dice que no le gusto y ya está, kaput; b) me acuesto con ella y descubro que la que me gusta es Cris –o eso esperaba–.
En fin, un rollo, un lío innecesario y una resaca espantosa. Que alguien me guillotine, por favor.
Para rematar el día, hablo con Cris y llego a dos conclusiones. 1.- que sigue subiendo el nivel de porno de nuestros mensajes al móvil, con minuciosa descripción de masturbaciones y escenas imaginarias de polvos sobre o trabajitos bajo la mesa de mi despacho; 2.-que tenemos dudas y más dudas, que no sabemos lo que va a pasar cuando nos veamos. Creo que este sentimiento es más o menos raro para ella, pero a mí me está recordando a algunas situaciones recientes.
Me explico y quien quiera pensar que soy un fantasma que por favor me haga un comentario que diga "fantasma", pero es que si no cuento aquí estas cosas las termino contando por los bares y quedo fatal.
El caso es que casi todas las chicas con las que he estado se enamoran de mí instantaneamente. La cosa empieza con poesía y sexo casi siempre. Y para citar versos de otros soy un genio, pero es que con lo del sexo soy mejor. Se lo contaba a Cris "es como a quien se le da bien cocinar: tienes unas cualidades innatas y otras adquiridas, cuanto más valgas más te gusta y más prácticas y más te documentas". Después de un polvo de trece orgasmos (de ella, yo cero) "sin sacarla" (expresión horripilante, pero la única válida para entendernos) a la compi se le queda una cara que es un poema. Y si no te dice que te quiere es que es alemana. Además, ultimamente pido que me lo digan ("dímelo o la saco", lo sé, es nefasto, pero es que la mezcla de los rasgos "inseguro" y "malote" tiene estos detalles penosos). Nos queremos, es estupendo, me caliento sólo con oir tu voz al teléfono, mañana repetimos y te corres tú.
Lo siguiente es que desaparecen. Suelen tardar unos días, pero se piran. Lo único que se me ocurre es que algo malo debo de tener, no sé qué, ellas no me explican nada o me cuentan versiones diferentes y poco clarificadoras.
Ahora, con Cris, el esquema se repite, con la diferencia gigantesca de que ella me importa y me gusta mucho (o al menos eso creo, tenemos que conocernos), me apetece que viajemos juntos este verano y no dice que soy "interesante" sino "divertido". El siguiente paso me lo estoy temiendo. Vendrá el fin de semana que tiene que venir y luego que te vaya bonito, ahí te quedas. Y, en cuanto entra en escena el temor la cosa se pone fea, si algo puede salir mal, saldrá mal, ya sabeis.
Para rematarlo le he pedido que tome precauciones en su viaje a Italia, me ha dicho que no hacía falta, que no quería acostarse con nadie y me ha preguntado si yo las iba a tomar en Cuba. En vez de asegurarle lo mismo le he dicho que iba a llevar repelente para mosquitos. Vale, qué gracioso, he conseguido que dude de mí para siempre, como siempre. Y el caso es que no me apetece acostarme con nadie que no sea ella, pero lo de prometer fidelidad lo llevo fatal.
En fin, puñetera resaca, tengo que empezar a trabajar, coño, las 11,30.
Ultimamente he estado muy listo, muy seguro, muy feliz y no veo porque tiene que cambiar todo eso. A ver si tengo diez minutos para pensar y vuelvo al rollito positivo.
¿Cómo era mi grito pastillero?: "¡Malos rollos fuera!". Pues eso.
Si has llegado hasta aquí es que tienes mucho tiempo libre. No creo que este post sea demasiado interesante, pero no tenía más remedio que soltarlo. Dónde mejor que aquí. Gracias por escucharme, paciente.
PD: Me he comprado unas medias lunas para suplir los tigretones. De momento funcionan. Y con las Franciskaner al menos he conseguido un entorno de no-trabajo agradable.

No hay comentarios: