miércoles, 19 de junio de 2002

¿Por qué relaciono ciertos estados de mi cuerpo y de mi espíritu con las drogas? Ahora siento un agradable escalofrío por todas partes y me viene a la cabeza que pueda ser un resto de la pastilla del sábado. Es miércoles por la noche, así que es muy dudoso que dure tanto o que sea un flash-back de esos que producen los tripis. En fin, va a haber que controlar mejor ese tema, porque influye en mi trabajo demasiado. Me paso tres días hecho polvo, no termino las cosas a tiempo...

¿Por dónde íbamos? El sábado. En la fiesta había algunas churris espectáculares. Sólo las pijitas saben llevar esos escotes. Pero casi que prefiero a una que tenga lo mismo debajo de una camiseta ACDC, pero más tocable. ¿Cuándo he empezado a ser un bicho raro en un ambiente como ese? Se reían de mis ocurrencias como si fuera un marciano y nadie se creyó que no había entrado a proposito en el baño justo cuando se duchaba la compañera de piso de la anfitriona. Me miraban con un poco de miedo. Nada que hacer con las que ya me conocían, porque ya me conocían. Sigo sin entender a las que se ponen dignas porque ya las has entrado un día y parece ser que eso significa que vas a pasarte toda tu vida admirándolas en la distancia y deseándolas, cabizbajo. Pues no, Anita la digna, hija, si no hubiera estado tan borracho aquélla vez, no hubiera insistido tanto. Además creo recordar que sólo te propuse desayuno ("no veas cómo hago los desayunos") y que tú te reiste aún más que yo con toda aquella historieta. Pero nada, para la siguiente que me ves tienes que estar distante, seria, cortante... Qué rollo.
La pastilla me la fui metiendo poco a poco. Hasta que se me fue la mano. También había una chica normal en la fiesta. Fabrica Prozac, la pastillita de la felicidad, así que me pasé un buen rato tratando de convencerla de que debería traerme unas muestras. Por lo demás, fiesta catalana. Hay quien me dirá que las fiestas no tienen patria, pero yo creo que no, que una fiesta londinense no es lo mismo que una en México. Una fiesta catalana es aquella en la que te especifícan que en vez de regalo prefieren dinero (yo esto sólo lo había visto en las bodas), en la que los muebles son de diseño y en la que se come pa amb tomaca y ensalada de gulas y cosas finas. Además, hasta que el último invitado no se ha terminado el café, no se puede beber una copa. Por mucho que lo supliques hasta quedar como un alcohólico o como un plasta. Para la próxima me llevo una petaca.
La Vieja Estación es un sitio muy pijito y muy bonito en el que las chicas no te miran mal y hasta parecen estar esperando a que les digas algo. Pero bueno, yo estaba conmigo mismo, la música, el globo y eso. Llamé a Cris desde un teléfono prestado, que yo de momento no tengo (cosas que dejé en La Habana). En el trabajo hablan mal de ella, así que se puso a llorar desde Tarragona. Los de su lado me empezaron a llamar cabrón, así que les dijo "que no me está haciendo llorar, que él es el mejor, es maravilloso..." Ay, mi Cris, lo que bebe, cómo me gusta tener una chica así, por fin.
En tan amoroso trance, volé tan alto tan alto... que perdí a todos los de la fiesta. Volví a Chueca, pero nadie me hizo caso. Claro, ya no iba vestido de boda, como la última vez, snif. Terminé por la mañanita, leyéndome El Víbora en un banco de Callao, en lo que se me bajaba un poco. Antes, unos porteros de discoteca, además de no dejarme entrar en la suya, me dijeron que había un sitio que estaba muy bien en la calle Augusto Algueró 57. Allí me fui, con mis botecitos (plink, plink) y mis pupilas dilatadas. Después de una caminata delante de la amenaza del amanecer, resultó que esa calle termina en el número cuarenta y pico, con lo que la noche se acabó para mí. Me resulta difícil disponer una opinión terminante sobre casi todo, pero en este caso creo que lo tengo claro: deberían capar a los porteros de discoteca. A veces uno lee cosas sobre la Guerra Civil y no se termina de creer que nuestros antepasados fueran tan cafres. Ahora lo entiendo todo: los que daban los "paseos" no eran nuestros ancestros, si no los de los porteros. Si se controla la población de rott weiller ¿por qué dejar que estos tipos se reproduzcan alegremente? Nada, nada, si no hay voluntarios me ofrezco yo mismo para dar el tajo.
Y esto es todo lo que tengo que decir sobre esto, como decía Merche, mi ex la de Canal Plus, quien por otra parte podría ser prima de Nobuko (la que me dejó un comentario hace dos posts) por su capacidad para complicar las cosas sencillas y luego explicarlo con un galimatías.

El domingo llegué hecho una mierda al trabajo, a las 7 de la tarde. A las 11 me compré 13,99 euros. A las 6 de la mañana me había leído 230 páginas de las 250 que tiene y no había escrito ni una línea. Agobiado, empezó para mí un lunes mortífero. A las 12,30 me eché una siestecita en el suelo del baño. Me despertaron mis ronquidos (bueno, no ronco, sólo respiraba fuerte). Supongo que todo aquél que entró y me oyó, fliparía. Luego me encerré en mi despacho hasta que me despertó el redactor jefe a las 5,30. Salí a las dos de la mañana de allí y batí un récord, según creo. 31 horas ininterrumpidas en mi lugar de trabajo. Por la noche, sólo dormí tres o cuatro horas, así que hoy estaba en coma, y me he despertado a las cuatro de la tarde. Cuándo he llegado al trabajo el dire me ha preguntado si había hecho la huelga un día antes. Todo esto es patético, lo sé, y me van a echar.

Mañana vendré. Me han dicho que me descontarán unas 25.000 pelas del sueldo si hago huelga. No pienso financiar las próximas subvenciones de los sindicatos, ni la campaña del PSOE. Que se lo curren de otra manera si se están quedando sin afiliados los unos y no saben hacer oposición los otros. Con lo facilita que me parece esa parte de su trabajo. Todo el tiempo que estuve con contratos basura (lo mismo que todos los que me rodeaban) no vi a ningún sindicato hacer nada por mí. Empezando por denunciar situaciones injustas una por una y terminando por cambiar la legislación que las ampara. Sólo se dedicaban a pedir subidas del 0,05 para los que ya tenían contrato. Pues vale. Ahora, oh qué desgracia, a base de bajarse los pantalones, han perdido influencia, o sea subvenciones, o sea de lo que viven y fuerzan una huelga con la primera excusa que encuentran (y si esta huelga no es forzada, que venga Pablo Iglesias y lo vea: "como esto que proponeis está muy feo, hemos pensado que en vez de sentarnos a negociarlo vamos a hacer una huelga" ¿No habrían conseguido más amenazando con una huelga que haciéndola directamente? Bueno, es que eso depende de lo que quieran conseguir...). Y yo tengo que donar 25 talegos a la causa. Y una polla.
Ale, a digerir el mitín.

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