lunes, 29 de julio de 2002

QUÉ OTRA COSA PODRIA VER UN EXPLORADOR CANSADO/
DENTRO DE LOS LÍMITES DE UN METRO CUADRADO DE TRISTEZA

Todavía no lo sabe, pero me va a abandonar. Hablamos el otro día, dice que le han llamado del hospital, que tiene que volver a entregar unos informes, que no va a pasar la noche del martes conmigo. No le pregunté si me estaba mintiendo, no era la pregunta correcta. "¿Si pudieras pasarías esa noche aquí?". "No lo sé, después de la última vez me da un poco de miedo". Ya. Pero insiste en que pille unas pastillas para el festival de Benicasim. Fuera de nosotros nos querremos. No quiere saberlo, no quiere hacer otros planes para este verano, "todavía podemos irnos juntos, ¿no? los dos somos buenos compañeros de viaje". Me dejará, quizás después. No pasa nada. Otra muesca en la pared. Another brick in the wall. Perito en lunas. Buscando una luna que ande sola.

Cosas buenas, cosas malas y cosas ni se sabe de estos últimos días:
-El jueves conocí a Sam. Un poco perdido entre tantas encantadoras pijas locas por U2 (la frase que más oí aquella noche fue: "a mí me gustan, pero yo no soy tan fanático como toda esta gente que está aquí") fue una anfitriona dedicada. Me dijo tantas cosas bonitas que yo sólo pude agradecérselo con sonrisas enormes. Espero que dijeran lo suficiente. No hay nada como el abuso del alcohol y buscar enemigos comunes (como el relaciones públicas de las SS que nos echó del O'Neill) para hacer amigos. me di cuenta de cómo han evolucionado mis lecturas. "¿Lees a Lenin?". "Eeeeh, pues no, lo tengo pendiente, esto... –coño, ahí me ha pillado–" "A Leny mira y no se qué". "Ah, sí, a esa sí".
-Tuve que aplazar, contra mi voluntad, la redacción del poema épico La noche que conocí a Wonder Woman. Espero que siga vacante la plaza de macho temporal (la terminología no es mía, que conste)
-Viernes: lo que hice el viernes no se puede contar ni en este diario. Imagínate.
-Sábado: prometí que nunca volvería a caer, pero esta vez no lo quiero evitar. Y es que me hace volar. Fer, el médico, dice que me están volviendo paranoico. Liviana memoria. No recuerda que la frase "están todos contra mí", así, literal, era parte de mi repertorio desde el cole.
-Domingo: mi abuela me dice que si estuviera mi madre las cosas no serían así, que ella ya sabe donde estaría. Que cada vez la echa más de menos. Le sonrío y le acaricio la mano. Qué otra cosa podría decirle.

(podría ver todos esos días irrecuperables/ posándose como una bandada de pájaros imaginarios. B. Atxaga)

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