martes, 7 de mayo de 2002

Ahora que tengo un medidor de visitas sé como se siente Sardá. Dio mío, la audiencia baja, ¡más carnaza! Lo malo es que no puedo darle una inyección furiosa de morbo a este diario. Más bien se va a poner como un empalagoso merenguillo (así, en diminutivo) en las próximas semanas, porque no creo que me drogue con la de cosas que tengo que hacer, y tampoco emplearé ningún sucio truco para acostarme con nadie, porque sólo quiero follar con mi Cris. Hoy me ha escrito un mensaje (por favor, si eres diabético sáltate esta línea): "Te quiero" y yo le he contestado "Te quiero".
¿Y qué fue de Noe?, se preguntará el lector atento. Hoy he comido con ella y estaba guapérrima, como siempre. Pero no es lo mismo. Bueno, no lo sé. Supongo que me atrae en muchos aspectos, a lo mejor podemos ser amigos. A veces me asombra que esté de acuerdo conmigo en casi todo lo que digo ¿nos parecemos tanto o quiere hacerme la pelota? Para mí está bien bien cualquiera de las dos cosas. Todo lo de Noe me parece bien.
Pero para atar a la cama prefiero a mi Cris.