martes, 11 de junio de 2002

Vale, vale, no sigais poniendo comentarios anónimos, lo reconozco todo, soy un mentiroso compulsivo. Reconozco que nunca me he puesto un jersey de pico encima de una camiseta, que nunca he llegado tarde al trabajo (era una falsedad evidente, estoy aquí antes que nadie). Reconozco también que no voy a cócteles, es imposible, nunca hay presentaciones en Madrid para los chicos de la prensa. Los cientos de personas que acuden a los diez o veinte que dicen que se organizan cada día en hoteles, restaurantes, discotecas y etcétera mienten como bellacos. Ni yo ni nadie se ha metido nunca una raya en ninguno de ellos. Es más, la coca y sus consumidores no existen, es una mixtificación que se me ocurrió un día que estaba aburrido.
Las discusiones con tu pareja sobre la frecuencia en el acto sexual son evidentemente falsas. A todos nos lo pide el cuerpo a la vez y jamás nadie ha tenido una bronca con argumentos como "¡es que nunca te apetece!", "¡es que tú estás más salido que el pico de una mesa!". Es más, la canción de los Beatles (¿"Come together"?) hablaba de una bici tandem. Punto.
Por otra parte, la infidelidad en la España del Imperio (tras una bronca conyugal) ya está superada y nadie tira de agenda para quedar con viejos ligues.
Es que soy un burdo inventándome historietas. Mira que contar cómo nos metemos mano una chica y yo en la calle. ¡Lo nunca visto! ¡Una parejita toqueteándose por debajo del pantalón! Venga, por favor... Si eso es imposible porque.... mmm... ¿esta prohibido? Bueno, no sé por qué, pero es imposible. Y además inventarme una multiorgásmica, que todos sabemos que son seres mitológicos equiparables al unicornio. En fin, lo que hay que leer
En resumen, que no contaba con la sagacidad de los serlokjolmes que circulan por aquí. No sé como me he atrevido a soltar todas estas patrañas. En realidad soy un... no sé, un funcionario o un frutero que se acaba de comprar un ordenador y nunca sale de casa.

Hay una película que no pasará a la historia, "Algunos hombres buenos", en la que la abogada Demi Moore protesta en un juicio ("¡protesto!") y como no le hacen caso vuelve a protestar ("¡protesto energicamente!"). Tom Cruise le pregunta. "¿es así como funciona? ¿si no te hacen caso dirás: "no, no, protesto muy energicamente"?". Pues eso, que soy muy fósforo (como decía una señora de mi pueblo) de decir las cosas sólo una vez, pero en consideración a dany y eva, que han sido tan amables de criticar constructivamente mi blog en el suyo, tal y como les solicité hace tiempo, pues repetimos: que sigo sin pensar que aquí se relate nada excepcional. Lo único es que se hace el viejo trabajo de esta profesión mía de putas consistente en seleccionar con criterio e instinto (el que sea, mal criterio e instinto atrofiado o lo contrario) qué información publicar y cuál no. También tengo hemorroides, hijitos, pero eso hoy no toca.
En cualquier caso, y dejando de lado todas esas plastosas dudas sobre la veracidad de lo que cuento aquí con el único fin de soltarlo y punto, me encanta que EVa, tras leer lo que soy ("arrojar la cara importa, que el espejo no hay por qué"), me considere virgen y ¡PERFECTO!, por muy irónicamente que lo diga, ya es maravilloso que crea que intento dar esa imagen de mí, cuando lo único que cuento es mi día. Me hace plantearme más que nunca que mis días son stupendos de la muerte. Me compara también con el fragel viajero (eso me ha llegao) y con el pesao del Richard Gere en Pretty woman. De los calificativos "rico, joven (qué bien me conservo a mis 29) e intrépido", cambiemos el "rico" por "endeudado" y añadamos "más bonito que un san luis" y tendremos, por fin, lo que me reclamaba mi amigo el sicólogo: "defínete a ti mismo" (paso previo al "conócete a ti mismo").
Gracias, gracias, gracias.
En cuanto puedas escaquearte, nos tomamos lo que quieras, EVa.