jueves, 24 de octubre de 2002

ESCRITURA POST AUTOMATICA

Post eso, que tengo un pedo mantenido y quería escribirte una carta, porque se me cae el alma a los pies cada vez que veo a las Supernenas secuestradas, que las tengo de fondo de escritorio. Espero que estén comiendo las papillas adecuadas y que les partas los filetitos bien pequeños para que no se les haga bola y que me devuelvas a Burbuja y que les eches ketchup en las patatas y que ni se te ocurra darles sopa ni lentejas y que no les dejes con objetos punzantes cerca de las ventanas.
Por lo demás la cena de ayer en el Ritz no estuvo tan bien sin ti, claro, además que la morcilla me sentó mal y luego me fui a ver Los lunes al sol, y me deprimí un poco, porque supongo que a casi todos los espectadores les dejó una sensación de alivio por no estar ahí, pero a mí me hizo sentir culpable, porque reforzó mi sentimiento de que no me merezco nada y soy un frívolo y eso. También es que los protagonistas me recordaban a algún buen amigo de mi pueblo. Iguales.
Y luego me leí un tebeo de Hugo Pratt a ver si se me pasaba y estuve experimentando un poco con mi propio cuerpo a ver si se me pasaba, así que me dormí a las mil y me he levantado a las dos mil. Y casi después de llegar me he ido a una comida en la que hablaba Bono, pero no el de U2. Ole, ole, Bono, tú sí que sabes dar mítines. Y me han dado ganas de votarles, aunque nunca he votado. Bueno, una vez que me obligó mi abuela, con 18 años. Me metí en la cabina, me comí un chicle, y escribí en el envoltorio: "al Pato Donald". Y esa es la única vez que he votado. Pero estaba pensando que me sentiría mejor si, en vez de tener que tratar con esta gente que me da nauseas en persona y en discurso, puedo juntarme con otros más simpáticos y que no muestren con orgullo sus repugnantes parlamentos excluyentes e inhumanos como quien enseña, orgulloso, una polla sucia y venosa de violador.
Y luego me he juntado con una poca gente encantadora. Mi compañera la rubia superatractiva que sin embargo me llama para que me una a su grupo cada vez que me ve colgado en una fiesta. O las de la agencia que lo organizaba, que cuando tienen que acercarse a alguien para comer medio a escondidas, se vienen conmigo porque hay confianza y les hablo un ratito en lo que dejan de tener la boca llena ("¿Por dónde empiezo mientras comeis? Bueno, cuando yo era pequeñito..."). Y bueno, y todo eso. Y por mí y por todos mis compañeros, que cuando llego borracho me dan cariño y cuando me meto en mi armario para ponerme una copita de ponche lima cola y se oye ruido de botellas y vasos gritan desde la otra punta "¿¡Se ha abierto el bar!?"
Y que yo no tengo un plan espectacular para hoy, pero que a lo mejor a ti se te ocurre uno que termine muy tarde y que tenga todos los ingredientes de un pisto estupendo o de una peli apasionada que pueda salir en el programa de Garci justo después de que la destripen.
Porque no le he pedido el teléfono a ninguna rubia más.