jueves, 27 de febrero de 2003

Estuve viendo una comedia de universitarios USA, sexo, alcohol, la pérdida de la virginidad, la prota responsable, los malos de la hermandad beta gama que se comen un pastel relleno de semen de perro feo, jajaja.
Y llega la escena final, una fiesta hawaiana. Ella aparece con un biquini blanco, un collar de flores y un pareo.
–Temía que no vinieras.
–Me entretuve eligiendo las braguitas.
–¿Y con cuál te has quedado?
–Con ninguna.
Y se besan.
Y yo me pongo a llorar como un cachorrillo.
Y es que estoy muy sensible.
No se asusten, este un post-de-prueba. No soy VyF (lean su maravilloso post abajo), sino el mentiroso.

Parece que el problema estaba en el tagboard (específicamente, en unas líneas de código que habían desaparecido misteriosamente). Hasta que se restituya, confórmense con los comentarios, y no se busquen novi@ sin el consentimiento de nuestro entrañable VyF(*).

Y abríguense cuando salgan a la calle, que hay que decirlo todo.


(*)tres cañas tres, compañero

martes, 25 de febrero de 2003

DIVAGANDO
Anoche estuve viendo La boda del monzón. Hubiera sido una buena peli para ver este verano con crispi. Veníamos del infernal viaje a Dublín, y nos habíamos reconciliado en Barcelona de la forma y en el mueble en que se reconcilia la gente. Nos fuimos andando hasta el parque Güell, de la mano, una horita de camino en escalada, yo refunfuñando, ella riendo, sol y tonterías. Nos paramos en una tienda de libros de saldo. Compré un Torpedo, un libro con textos raros de Lorca, las mil mejores poesías de la lengua castellana para ella. Sus infames bromas con el nombre del tebeo, las podeis suponer. Su mano en mi mano, “¿cogemos este atajo? la verdad si no se termina esta cuesta prefiero estar trabajando a estar de vacaciones”. Más risas, más besos. Me quería enseñar sus lugares. Dice Ana que a veces parece que cris no tiene corazón, que no cree en nada, que no quiere a nadie. Aquél día estuve tan cerca como para saber que sí, que lo tiene, que latía con el mío, por cursi que suene.
Una torre de piedra. Desde arriba, el atardecer sobre Barcelona. Y un beso. Empezaron a llegar guiris con botellas. “¿Has visto esa? qué forma de mirar”, “sí, es que vienen con mucho hambre las guiris”. Y eso que no me pilló mirando y sonriendo... Me iba a enseñar un dragón de Gaudí o algo así y empezó a chispear, se hizo de noche súbitamente. Y luego, el monzón. Fuimos en autobús hasta un cine que no echaba la peli. Para llegar al siguiente había que patear bajo una lluvia tropical. Un vendedor de paraguas nos los ponía a 5 euros. “No, no, si los sueles vender a 4”. “Cariño, es la ley de la oferta y la demanda”. Que no. También es así cris. “Vaaale, nada de paraguas, pues a patita, que la lluvia no duele”. Pero empapa. Nada de Boda del monzón, hubiera sido una buena peli para ver ese día, pero subimos a casa a cambiarnos.
La lluvia llama a la ventana. Cristina me pone la mesa. Nunca nadie me pone la mesa. Y los poemas de su libro. La misa de amor “el cura que dice misa,/ no la puede decir, non./los monaguillos que asisten/ por decir amén amén/ decían amor amor” o “y apareciste tú, iluminada de inocencia,/ echando al mar entre cantares los recuerdos más dulces de la infancia/ traías la primavera cogida de la mano/ y en tu mirar de asombro, la luz de un mar en miniatura” o “mostrome cris por retrato/ de su belleza los pies,/ y como ellos eran bellos/ y ella por extremo bella/ arremetí por cogella/ y escapósome por ellos”. Dijo que hasta ese día no había sabido cosas muy importantes de mí, que mis ojos brillan cuando leo poesía. Los suyos también. Nos acercamos a la cama, le canté el romance del enamorado y la muerte “la muerte me está buscando,/ junto a ti, vida sería”. Y nos reconciliamos otra vez, muy cerca, para que no se instalara entre su piel y la mía un atomo chiquitito de duda.

Así que hoy me he despertado tardísimo. He comido con Jose. Dice que debería llevar una vida regular, sentar la cabeza, no gastarme el dinero en drogas. “¿Te sientes bien después?, ¿qué sacas de todas esas noches?”. “Me divierto. Mira Jose, si tuviera esas metas que tú dices sería infeliz. Aunque quisiera, no puedo tener un trabajo estable, ni una vida estable, ni la chica que quiero, ni ninguna propiedad. Gracias a dios que me gustan los cambios continuos, si no, lo pasaría fatal”.

Ha venido una colaboradora, y le ha preguntado al redactor jefe que cuando le iba a buscar un novio en la empresa. Él ha dicho que yo estaba disponible, que si no veía que tengo la luz verde en la frente todo el rato. Ella le ha preguntado que qué tal era. Él ha respondido que vaya, pero que consumo poco. Ella ha dicho que entonces no le interesaba. Yo les miraba como a un partido de tenis. Cuando se iba me ha preguntado por lo nuestro. Le he dicho que ya le pasaría un curriculum. Me lo ha pedido subrayado, para no tener que leer mucho.
Hemos quedado para ir al cine.

Laura me ha mandado un email esta tarde. Lo encabezaba con la frase:
“Y tú como besas????
Así que le he respondido:
me acerco despacito, poso mis labios sobre la comisura, apoyo la punta de la lengua justo en ese vértice, y recorro los labios, de derecha a izquierda, entreabriéndolos como a una cremallera. luego introduzco la lengua un poco, sin tocar dientes ni lengua, sin tocar nada, sólo para que se sienta su presencia, miro a los ojos, hacemos el cíclope, acaricio levemente y sin prisas el lomo de la lengua, el extremo de los dientes, durante un buen rato. y cuando está desprevenida, zas, hasta dentro.
digno del national geographic
¿alguna pregunta más?
beso,
vyf”

Burbuja ha sido agraciada con un par de emails exaltados estos dos últimos días:

el primero:
“Lo de la llamada
Y por cierto, esta mañana me has prometido que me ibas a llamar más tarde, espero que no te quede mucho, porque se me está agarrotando la mano sobre el móvil, creo que la sangre dejó de circular por ahí a eso de las tres, me estoy chupando todas las ondas cancerígenas, me voy a quedar sin amigos porque no hago más que colgarles por si llamas tú, es bastante difícil escribir con el móvil pegado a la mano, cada vez que me pica la nariz me doy un telefonazo en el ojo, y, en fin, que yo creo que deberías llamarme.”

el segundo:
Buenos días princesa,
¿Recuperándote de la sobredosis de nosotros de ayer?
Ay, niña, yo he llegado hace un rato,
(...)
Por lo demás poco más, que ha salido un poco el sol, y cuando asoma así, tímidamente, me acuerdo de ti.
Justo, justo, justo igual que cuando se esconde, que cuando brilla cegador, que cuando la noche es cerrada o cuando la luna lo ilumina todo. Y si llueve y si nieva y, en fin, con todo el catálogo de precipitaciones y el listado completo de partes meteorológicos.
Te beso soleado
vyf”

martes, 18 de febrero de 2003

Ya sabes como es esto del deseo,
te deseo en los sueños y despierto,
y empiezo a desear que signifique
algo San Valentín para inventarme
otra excusa que traiga
tu voz de teleñeco a mis tardes sin ti.
Ya sabes como es esto del deseo,
desde que vi tu ombligo,
su escolta de diamantes,
no veo más ombligos,
y los escaparates
de Durán están hechos de carbón.
Ya sabes como es esto del deseo,
lo sabes si deseas mis palabras,
Tú lo sabes, que has probado mi boca,
y a oscuras ves mis ojos,
hermosos de deseo.
tú lo sabes, cuando a menudo traes
a mi alma, hasta ahora solitaria,
ropajes de la tuya,
esponja de deseo.

Afirmando con citas de autoridad la idea que abandoné aquí el día de los enamorados:
-Me persigues, huyo; huyes, te persigo; éste es mi talante:/ no quiero tu querer, Díndimo, quiero tu no querer. MARCIAL (epigramas)
-Cuando tú vas/ yo vengo. CHENOA (top manta)

Ayer estuve en la inauguración del piso de Noe. Recuerdo: que estuvimos media noche con unas máscaras de luchador mexicano puestas, que se metieron conmigo porque dijo Noe que estaba enamorado (¿cuándo? ¿qué?), que brindamos por un premio mundial importantísimo que ha ganado uno de los presentes (que tiene un fondo de mala uva algunas veces que le sienta fatal, pero la mañana se me salió por el techo cuando me enteré de lo de su premio), que Noe me sacó a bailar a Sinatra ("no te acerques tanto, por favor, que estoy buscando piso y estoy muy sensible a estas cosas"), que bailé con otra compañera de trabajo, que puse mi mano en su pierna, que me di cuenta de que estaba demasiado arriba y la cerré, que me fue soltando los dedos uno a uno y poniéndolos en su sitio, que hubo mucho frote bailando (uf, qué mal rollo), que igual me voy a ver a Fangoria esta semana, que asistí a una conversación de media hora que empezó con la explicación de la cara que se le pone al chico de la cama cuando apareces desnuda y con una máscara de luchador mexicano puesta y terminó repitiendo una idea durante los otros 25 minutos (para ganar mucho hay que apostar mucho, o sea, que si pones pocas fichas, sacas poco, esto es siempre así, si pones mucho en la apuesta, puedes perderlo o ganarlo, pero si pones poco... y así hasta veinticinco minutos), que el vecino de arriba tiene un martillo hidraúlico para golpear el suelo cuando le molestan las fiestas de los lunes a las tres de la mañana, que luego grita por la ventana: "lleváis aquí tres días y habéis hecho cinco fiestas" (perdone, señor, es que no nos salen las cuentas), que se acabó la fiesta.

Hoy, con la resaca he ido al colegio de mi amiga E a dar una charla sobre periodismo. Es el más caro de Madrid, y van los hijos de los famosos... Bueno, estoy pensando que voy a colgar el mail que le he mandado a Burbu, que ahí lo explico, y ya está:
"Sí, qué día para estar en una casita con chimenea, con una manta y haciendo piececitos...
Pero no me hagas pensarlo, so astuta.
El colegio se llama xxx, creo, ¿o no? Pero no puede ser sano pagar 250.000 por el cole del niño, a ver con qué cara les miran los profes sabiendo eso... He estado con mi amiga E, y con sus dos únicas amigas, las de secretaría, las mismas que cuando he entrado me han dicho superbordes “¡oye, que no se puede fumar aquí!” jeje. Me han estado contando que si tengo que hacer un repor sobre la lucha de clases que vaya allí, porque ellas son la clase inferior porque hablan con las de la cocina, fíjate. Y E estaba bastante infeliz, pobre, no la habla nadie. Y no entiendo nada, si es una chica encantadora, no sabe ni poner mala cara, dice que cuando se tiene que poner seria con los alumnos se inventa un papel, como cuando hacía teatro. En Valladolor trabajaba de camarera en un bar entre semana y me ponía cervezas y cervezas para que no me fuera y luego cerrábamos y me llevaba a casa en taxi, borracho. Un encanto total, bueno, sus compañeros se lo pierden. Dice que estoy muy cambiado, pero se me ha olvidado preguntarle si para mejor o para peor.
O sea que no es nada sano eso de xxx.
Por eso les hablé de lo duros que son los comienzos en periodismo, de que lo que hay que tener es amor a las palabras, que qué pensarían de un zapatero que no supiera usar su instrumental, y que tienen que disfrutar escribiendo, porque de ver mundo, las palmaditas de los políticos y las fiestas o lo que sea, te cansas. Si te lo pasas bien escribiendo, si te gustas, eso te dura para siempre. Pero total pa qué, si sus padres pagan 250.000 al mes por su colegio, se pueden comprar un periódico pequeñito, en fin...
Hala, y ahora quiero un mail igual de largo.
(bueeeno, me conformo con que des signos de vida antes de que te metas en casa)
Te beso de fresa,
VyF"
–Pues me voy a empadronar en el pueblo, a ver si voto.
–Votarás al PSOE, ¿no?
-Pues...
–Pero papá, no irás a votar al alcalde, que me quería meter en la cárcel.
–Tampoco fue para tanto...
-Pero sí habló con la Guardia Civil para que fueran a por mí. ¡Dos veces!
–Ah, eso no lo sabía yo...
–¿Y que me metieron en el furgón de los presos, me tomaron las huellas, me sacaron las fotos, me hicieron la ficha...?
–Sí, eso sí.
-¿¡Y vas a votarle!?
–Hombre, pues no sé...

(dice miguelito que parece un diálogo de los Simpson, pero no, es mi charla de la sobremesa del domingo con papi)

viernes, 14 de febrero de 2003

En el amor, sólo hace falta que pidas para que no te den. O mejor, para queteden.
Pero si te escondes un ratito, te buscan con urgencia y un poco de miedo.
Y luego está lo mejor, los dulces reencuentros.
Es muy juego.
La revista estadounidense TIME, está haciendo un sondeo on-line entre sus
lectores para verificar cual es el país que, según la opinión pública,
constituye la mayor amenaza a la paz mundial, y propone como respuestas tres
alternativas: Corea del Norte, Irak y USA. En este momento (con más de
400.000 respuestas emitidas), Estados Unidos está a la cabeza con el 86 por
ciento de los votos. Ya que la cosa está "reñida", cumplamos con nuestro
deber colonial y ayudémosles a ganar. Puedes participar en:
http://www.time.com/time/europe/gdml/peace2003.html

miércoles, 12 de febrero de 2003

la puta realidad y los gestos simbólicos
Salí de currar a las 22,30. No me había apetecido escribir en el blog en todo el día, aunque estuve intentando obligarme. Las brujas me esperaban para hacerme varias observaciones sobre mi habitación: las cajas no pueden estar en medio, pero tampoco puedo meter su contenido en el armario, porque tiene que enseñarlo por dentro (¡?), sí, sí, lo que tú digas, ya me ocupo (que venga jarri poter, por favor), yo no voy a poder alquilar esta habitación así, con ceniza en el suelo, ¿dónde? ah, esa motita de ese rinconcito, mira que tengo buena vista, pero la suya es prodigiosa, sí, sí, lo que tú digas, ya me ocupo, y he visto que la persiana, y he visto que en el armario, y he visto que hay una mancha... deberíamos pagar la habitación a pachas, se pasa más tiempo que yo en ella. Me despierto con un bolero, sabor a mí, pasarán más de mil años, no pretendo ser tu dueño, soy tan pobre, que otra cosa puedo dar... y yo me pregunto ¿el tiempo es circular? ¿habrá alguna emisora de chunda chunda por las mañanas? El baño está copadísimo, ya llego suficientemente tarde y me voy sin afeitar y sin duchar. Voy al banco a ver si quien se haya encontrado mis tarjetas de crédito (perdí una el miércoles y otra el viernes) ha tenido la feliz idea de desvalijarme. ¡Bien!, no. Pero sólo tengo 20 céntimos en el bolsillo y no me quieren dar dinero. Probablemente porque tengo el DNI caducado, el pasaporte roto y no me he afeitado ni me he duchado ni sonrío. Una pequeña negociación y tres ventanillas después consigo pasta.
Cambio. Llego al trabajo. Voy a la máquina de cocacolas. Meto una moneda de 50 céntimos y saco una light. Meto otra y la abandono ahí. Estás invitado.

martes, 11 de febrero de 2003

¿Por qué se mutila uno?

-Porque se quiere poquito.
-Para llamar la atención.
-Porque tiene alguna tara mental.
*Genética
*Adquirida (por ejemplo por la administración continuada y desmedida de tóxicos –o sea, venenos- al cerebro)
*Ambas
-Porque siente asco o vergüenza de una parte de ti mismo.
-Por una pasión suficientemente desgarradora. Por ejemplo, el amor no correspondido.
-Porque está tonto.
-Por todas.

El sábado cuando me levanté quería no existir, desaparecer. Asesiné al blog, apagué el móvil, me fui de Madrid. Una página web llena de palabrería sobre ti mismo no es la cosa que más aprecias cuando lo que quieres es no ser.
La automutilación es una escenificación del suicidio, un suicidio pequeñito. No sirve de nada. Y cuando se practica contra el diario que te explica y que contiene y anima tu nueva vida, es un acto simbólico tan clarito que no deja lugar a dudas sobre el hecho de que estás para que te aten.
Alguien me dijo que lo que me pasa es que me organizo muy mal, que hace falta que haga cosas que me hagan sentir bien, como vivir en una casa en la que me apetezca estar. Y alejarme de las que me hagan sentir mal, como la cocaína.
Lo cierto es que en el peor momento de la depresión yo mismo dudé de que fuera capaz de no volver a escribir aquí, así que añadí a la despedida un hasta pronto. Y sin embargo, inesperadamente, estos días me han traído montañas de argumentos para dejar el blog cerrado. En las cosas que han pasado y en las que no han pasado.
El domingo me tomé unas cañas con mi sicólogo, mientras le contaba que había dejado de beber, je. Luego le expliqué en tropel todo lo que había en mi cabeza, todo lo que estaba sintiendo, todo lo que estaba fatal. El diagnóstico: confuso. Estoy confuso. Dos ejemplos relacionados con el blog: justo antes, el doctor miguelito me estaba contando que no lo leía porque se había vuelto monótono. Voy a una fiesta y me acerco a una chica y hago un par de tonterías y ya está. Y luego a otra y lo mismo. Y etcétera. Así que le pregunté. ¿o sea que estás diciendo que mi vida es repetitiva? O sea, ¿estaba hablando de mi blog o de mí? ¿Es lo mismo? ¿Estoy viviendo para el blog como me anunció él que haría cuando lo empecé (quizá influenciado por historias de escritores de diarios que sí que lo terminan haciendo, como Trapiello). Y segundo ejemplo: en los comentarios del último post un anónimo deja el mensaje qtdn (que te den) y yo me vuelvo loco pensando en si es ésta o aquél, que ya se han cansado de mis últimas tonterías, y reviso y reviso las IPs hasta que doy con la autora, que al final resulta que no es nadie que conozca y que quizá incluso dejó el mensaje con buenas intenciones (puestos a elucubrar, mejor hacerlo en positivo). En las temporadas en que no tengo muy claro quién soy, no me ayuda nada el estar haciendo el hostias todos los días con gente que lee esto. Soy un paranoico y resulta que no sé qué piensan de mí, no sé si esperan algo, no sé cómo van a juzgar mis estupideces. Demasiado dependiente de que me acepten los demás, tengo que tener eso muy claro. Y no digo que me admiren, ni que me afirmen, sólo que tengo que estar seguro de que me aceptan. Ah, sí, sí, ese eres tú, ya, ya lo sabía, no es ninguna sorpresa que seas capaz de esto y de esto, de algunas cosas maravillosas y otras de lo más arrastrao.
El doctor Miguelito dice que en las relaciones con los lectores del blog parto con desventaja y cuento con poco margen de maniobra. Y eso que en ocasiones es lo de menos, en otras es fundamental.
Y, además, de repente encuentro que adentrarme en el trozo de mi vida en que no existe este blog me apacigua. La niebla de mi ciudad, la carta de Z desde Los Angeles, con explicaciones sobre su desaparición que me valen, la divertida noche en el jacuzzi con Silvia...
Hagamos un trato. Me tomo unos días de vacaciones y luego ya veremos. Es una mierda trato, pero es el que tengo. Pero bueno, supongo que volveré a escribir, porque me sienta bien, al fin y al cabo, esto es un post. Bueno que tontería, daremos por hecho que volveré, ahora más que nunca necesito hacer cosas terapéuticas. Quizás mañana mismo. Y si no me termina de apetecer, me obligaré. Al menos al principio.
Leyéndoos me he sentido Tom Sawyer llorando en su propio funeral, no ha estado mal aunque lo siento por los que os habéis preocupado o cabreado. Creo que todos hemos podido aprender algo, vosotros, espero, que no hay que tomarme demasiado en serio. Supongo que habrá quien esté pensando que a quién le importa todo esto, que me he desquiciado. Pues vale, espero escribir otra vez sin que me interese mucho si interesa o no, o las reacciones de ciertas personas al leerlo. Si queréis pasar 377 en un día por aquí, pues vale, pero volveré a escribir como si estuviera solo, espero. Al principio seguí la regla de quedarme con las cosas bonitas o divertidas del día, y hacer una excepción de tarde en tarde. Es un buen precepto al que regresar. Es eso lo que quiero transmitir y lo que quiero recordar.

Y como resumen conceptual añadiré que ya iban para tres meses sin echar un polvo, justo mi nivel de tolerancia, qué le voy a hacer. Así que menos mensajes de ánimo, menos cartas de fans y más proposiciones guarras.

sábado, 8 de febrero de 2003

Gracias a todos y hasta pronto

...y cuando los cuatro cascos
eran cuatro resonancias,
David, con unas tijeras,
cortó las cuerdas del arpa

Federico García Lorca

viernes, 7 de febrero de 2003

El jueves nada, antes de irme a la fiesta cubana decidí hacer un doblete y pasarme por el Palace. Le tocó una estancia en América a Noe y luego me tocó a mí otra en el mismo país, la entregaba Miss Universo, pero yo no me hice la foto ni me dio los besos porque había salido fuera alegando una necesidad y estaba haciendo una llamada necesaria, oyendo cosas bonitas y pelín místico, porque temblaba (de frío, de emoción, de frío) y levitaba un poco. En tan amoroso trance, volé tan alto, tan alto, que a la caza le di alcance. Y mientras me llamaban y me llamaban desde dentro. Mi redactor jefe se había rajado cuando le quisimos presentar a la Miss, a pesar de ladear la cabeza al unísono conmigo cada vez que ella se agachaba a ocultar su mano inocente dentro del saco de las papeletas mientras que su escote culpable se desocultaba con el movimiento. En fin, otro mito que cae. Pero al final tuvo que salir y dar los besos y sonreir en la foto. Cuando volví me cantaron una que me sonó: “eres un cabrón hijoputa, lalalala lalalala lalalala”, pero me dieron el premio. Y la idea (no mía, lo juro) es compartirlo con Noe, siete noches en su hotel y cinco en el mío. Qué bien, 12 noches durmiendo de nuevo en la misma habitación, esta vez bajo el calor tropical. ¿Me respetarás, no, Noe? Luego bailamos, orquesta en vivo, Miss Universo, una ministra de aquél país, muchas copas. Decidí meterme un trocito. Y le guiñé el ojo a una señora asombrosa porque era de la quinta de mi abuela y bailaba y eso. Así que se vino contra mí como un búfalo y tuve que hacer unos pases, mientras me contaba que trabajaba en Ameri can Air lines la compañía aerea con más volumen de facturación del mundo, haciendo la revista, la mejor de las que se hacen y que era “americana”. Se quedó con las ganas de añadir que era la sede del imperio, el país más principal. Ay, cómo son estos yankis de tiernos, que candor, yo es que me espiporro. Debería haberme ofrecido unos dólares por un scort, pero visto el plan en el que iba, parecía más bien que se iba a inclinar con agasajarme con unas cuentas y unos espejitos o con un par de cervezas. Buds, claro.
(seguiré) (digo yo)

jueves, 6 de febrero de 2003

Me ha despertado una voz dulce, frágil y amorosa (no, las brujas no). Y así, sin pisar ni un centímetro de asfalto, he llegado hasta la redacción no demasiado tarde y notablemente feliz. He terminado enseguida el plastazo que tenía que entregar. Sólo he tenido llamadas agradables de gente bonita durante toda la mañana. S, la chica del vestido rojo, llamó para agradecerme que cuidase de su amiga la noche que me la dejó. Dice que ha dicho que soy un caballero. Me han encargado un reportajillo de a cincuenta mil que me ha puesto muy contento, porque el último lo terminé en dos horas y cuarto, a veinticinco mil la hora, y a mí me gusta cobrar estos sueldos de profesional de lujo. Y además porque veo que otra vez cuentan conmigo por aquí y me siento más integrado, snif. Me he ido con el maquetador a donde los kebaps y el camarero se quería venir con nosotros al parque a comer y a tocar la guitarra. La turca pelirroja nos ha saludado muy sonriente, “¡cuanto tiempo!”. Luego la he inventado una vida “tuvo un novio, pero era malo malo, va directa del trabajo a casa y está deseando que la invitemos a salir”. Hemos recogido a María, nos hemos sentado en la hierba, Kike ha tocado la guitarra, flamenco sobre todo. Los gorriones se han puesto a nuestro alrededor y yo les pasaba trocitos de pan y comían de mi mano. Un pastor de los Pirineos blanquigris muy bonito ha venido como loco a jugar conmigo, precisamente el único que tiene miedo a los perros. Nos hemos fumado unos porros, hemos cantado la chica de Ipanema bajo el sol. Luego me voy al estreno de Mortadelo con amigos, compis y niños.
Coño, qué día. Parece un anuncio de compresas.

miércoles, 5 de febrero de 2003

¡oh!
Estoy tan impresionado. Hoy un amable lector ha llegado hasta mi página buscando un verso de Quevedo, concretamente "arrojar la cara importa". Me siento lleno de gratitud.
También quiero saludar al que trataba de localizar "poesías de boda", justo debajo. ¿Todavía no las has encontrado? ¿Buscamos un padrino más competente? ¿Me encargas una?
Y un recuerdo muy muy especial para bob y Olga, que justo ahora están en la puerta del gimnasio esperándome (perdón, perdón, no me mateis, te llamo, amor, y cojo un taxi. Id pidiendo. La comida japonesa no se enfría, ¿no?)
Msgs q tngo n mi mvil

No pasa nada, ya ves que sólo ha sido una charla rapidita para ver como estabas. Me alegra saber que estás mejor. Como amante no puedo opinar... todavía. Besos.

Batería? O dije algo malo? Jajaja. Buenas noches.

Que sí, que este mes estás fuera. Tranqui.

Acabo de leer tu post y bueno... quería saber como estabas... Un beso y un abrazo (muy muy fuerte)

El reportaje genial. He descubierto esa parte de mi ciudad que no conocía. Besos y abrazos pa ti, los jotas y L. Musus.

Vale, veo que nos entendemos... Mwhahahaha... (...)

Pues no lo cuentes.

(...)todo en clave, todo en clave...

Bueno, m cnformo cn q no pongas q m tocast ls tetas, jodr qué mal..La vrdad s q no sé p qué t djé..n fin,q no lo pngas, sino (...)

Por mi perfecto, yo no t he querido molestar ste finde. Pq m dijiste q stabas liadillo. Pero cuando quieras!

Vyfito, amor! Cmo stas? Ls ultimas noticias muy liado... Te mando recuerdos y besos de colores.

Jajaja... puedes contar lo que quieras, pq en realidad no pasó nada,eso sí, no te tires pegotes... Q tal? Yo he pasado 1 día resacoso a pesar de bbr solo 2 copas, q mal

Juas! Anda trasto.

Haría muchas cosas por ti.

Jo!

Te beso más dulce.

No he podido, te la debo para mañana. Te beso sin prisas. Tu me entiendes ¿Tú me entiendes? Gracias x el msg, me dio cosquillas.

Uf. Me has hecho llorar Vyf. Gracias Vyf. T quiero.

Gracias por el msg, si me siento mal, pero es de Gelocatil J me gusta mucho poder ponerte voz, manos, piel y sobre todo ojos. Gracias. besito.

(...) Acabo de leerlo! Jo escribes muy bien muy bien. Me gusta leerte.

Joo, mierda!no h estado nada cntigo, mil disculpas d verdad q lo siento. Suerte? Ya la h tenido, eres un cielo.

Esta tarde he tenido un ‘momento Vyf’ cuando al sacar la cartera se me ha caído un condón delante de la gente de clase! cuidate

NOTAS:
-si alguien se siente aludido o paranoico que me lo diga y le quito su mensaje y le pago un siquiatra. Pero no lo digas en los comentarios, burro, que se va a enterar todo el mundo.
-donde pone Vyf suele ir mi nombre offline (¿se dice así, hormiga?), que también tenía uno.

lunes, 3 de febrero de 2003

si esta bien, si esta bien, si es tan fácil,
¿por qué duele así, porque duele así, porque duele así por dentro?
(LOS PLANETAS)

Todo el día dándole vueltas y vueltas. Estoy desquiciado, absolutamente fuera de control. Y no lo entiendo. No entiendo nada. Yo no era así. ¿O sí?
Así que un poquito antes de que se me desenrosque la cabeza y a tan sólo unos minutos de que empiece a vomitar todos esos pistachos voy a parar, templar y mandar, a intentar sacar una generalización de todo esto. A alejarme de Ella y acercarme a mí para comprender. Porque este ataque de pánico no puede deberse sólo al miedo de perder la maravilla de sus ojos de estatua. O sí. Pero yo me voy a inventar una teoría que me explique y me deje más tranquilo.

Veamos. Anoche hablaba con bob y me decía que la gente no te abandona así de repente, que eso no pasa y no me va a pasar. Pues a mí me ha pasado todas las veces. Hum. Recuento (con algo de sexo, para los que se quejaban de que esto parecía la hoja parroquial)

Sara creía que nunca iba a tener otro novio. El anterior la ataba y más cosas con hortalizas. Con 19 años no sabíamos lo que eran esos juegos. Yo pensaba que él estaba loco. Y de repente descubrió que conmigo le apetecía todo lo que pensó que nunca más volvería a hacer. La tarde que la conocí dejó caer uno de mis zapatos en el váter de un bar y tiró de la cadena. Eramos monísimos. La besé en su portal a la semana siguiente. Me metía mano por debajo del pantalón en las terrazas de la Plaza Mayor. Luego subió conmigo a casa de mi primo. Se quitó la falda, la blusa de flores, las bragas, se dejó el sujetador, se apoyó sobre la puerta. La besé. Se tumbó en la cama. Me arrodillé sobre ella. Me acarició desde abajo. Llamó mi primo. Que subía. El cabrón no fue capaz ni de darse una vuelta de quince minutos. Luego llegó el verano y me llamaba al pueblo y me vino a visitar y para septiembre decidió que ya no me quería ver nunca más. Reconozco que no debería haberme dolido, probablemente no lo hizo. Por aquél entonces yo tenía la novia de la capi, Sara, el rollo del pueblo y la novia de Bilbao. Pero soy codicioso, y luego volveremos sobre ese tema.

La innombrable estuvo siete años y medio soportándome (y parándose sutil y constantemente en los escaparates de Pronovias cada vez que nos cruzábamos con uno) hablándome del talento que tenía, de lo diferente y lo aventurero que era y de cómo me brillaban los ojos cuando leía poesía. Y luego decide que soy un vago, que nunca llegaré a nada y que no quiere hablar conmigo ni para felicitarme la navidad. No insistiré más en el tema, que ya está bien.

Meri se lió un ratito conmigo cuando la innombrable y su amiga se fueron de la fiesta para buscar a sus ex novios. Vale, yo en ese momento no sabía dónde habían ido, pero al final fue justicia poética. Estaba encantada y medio desnuda cuando llamaron a la puerta. ¿Qué haceis? -preguntó otra amiga cotilla- ¡Nada, le estoy leyendo un cuento!. Al tercer día fue "mejor que no" y nunca volví a quedar con ella.

I me metió la mano dentro del pantalón en la primera noche. Bueno, en los primeros cinco minutos. Y en el coche de su hermano, mi amigo. Y con él conduciendo. Y nos fuimos a casa. Y me dijo que nunca había sido tan tierno. Y para la siguiente vez (como le contaba a almu el otro día) "¡¡¡tuvimos un rollito sado maso!!!". Justo después de que ella me bajase los pantalones y se arrodillase en el ascensor. La eché de la peluquería de mi ex unos veinte minutos antes de que llegase, perdona, cómo pasa el tiempo, pero juraría que se fue contenta. Así que no podía entender por qué no quería quedarse a solas conmigo en la siguiente fiesta en que nos encontramos. Sólo la he visto otras dos o tres veces.

Ana (hola Ana) me escribió dos cartas de amor que llevo en mi corazón (porque no sé dónde las he puesto) después de que nos enrolláramos el día de la noche que me fui a Londres a vivir. Después de tantos años recordándonos más o menos en la distancia, aquéllo prometía. Y sin embargo cuando volví me dijo que se le había pasado. Y estuvimos unos dos años más sin hablarnos. (por cierto, la semana pasada me dijo Merche, mi ex, que a cualquier novia a la que le hablase de ti se iba a poner celosa -empíricamente cierto- y que estaba destinado a acabar contigo -inexacto, pero bonito-)

(vamos a saltarnos rollos veraniegos, como la de Vigo que depositó el sujetador 120 sobre la cama de mis padres, que me dio un beso nada más verme la siguiente vez, y luego decía no conocerme, o a algunas otras chicas que alegaron al día siguiente que estaban borrachas, como Pascale, de la misma talla, porque si no esto se va a hacer muy largo)

MJ me llevó a casa en coche tres veces hasta que me decidí a besarla. Dos meses y desapareció con su ex novio, también conocido por ella y por mí como "el sicópata". A partir de entonces, sólo encuentros casuales. Eso sí, se esfumó elegantemente. Pero porque ella lo es. Y no sólo por su talla pectoral. Siempre he sostenido que unas tetas bonitas confieren un plus de elegancia en cualquier situación y ambiente. Pero ella tiene algo más, algo así como una distinguida dignidad soterrada, que le aparece mientras te explica con su sonrisa melancólica su último coscorrón contra los mismos muros. Claro que es ella la que los busca, de cabeza.

Merche, la de la tele, no cuenta. Le hice una entrevista, la emborraché (mucho) y me enrollé con ella y seguimos tres meses sin seguir y terminamos antes de terminar. Se supone que era mi novia, pero le molestaba que la viniera a ver a Madrid. Le fastidiaban mis cartas de cinco folios. Nuestra única relación sexual consistió en que la empecé a acariciar, terminó, se dio media vuelta y me explicó que mi cama estaba en la habitación de al lado. Lo cierto es que también desapareció una temporada tras ponerme a parir y decirme lo que siempre me dice: no puedes seguir así toda la vida, tienes que hacerte con una casa, un coche, un perro, una novia, un trabajo decente y etcétera.

De ahí vamos a pasar a Ana la cocainómana. Estuvo tres noches drogándome antes de que me decidiera, el miércoles me dijo que me quería. Era la segunda vez que dormí con ella y sentí que me había enamorado por primera vez, a mis 28. El martes me había instalado en su casa. El domingo me sacó las cosas a la puerta. No se volvió a poner al teléfono.

Ana la multiorgásmica me dijo que me quería antes de conocerme. Me besó antes de preguntarme el nombre, nos acostamos antes de terminar de enseñarle la casa. Conmigo había roto el bloqueo desde que lo dejó con su novio. Había sido muy dulce todo y también muy maratoniano. La tercera vez que nos vimos pensó que igual no, que no estaba preparada ni para un amante, que mejor no nos llamábamos.

Cris lloró cuando la llamé después del fin de semana. Lloraba por haberme encontrado, todo lo que veía a su alrededor le parecía bonito, ya lo conté. La semana pasada le mandé un mensaje: "estoy cenando atún de almadraba, y no sé por qué me estoy acordando de ti :P". Un guiño amistoso al que por supuesto no va a contestar, como tampoco me ha llamado ni una sola vez desde que decidió que fuéramos amigos.

Z me eligió para ser el segundo chico de su vida. La noche que la conocí hicimos cosas que ahora probablemente la avergüencen. Hicimos también planes, como el de irnos al Caribe. Quién sabe por dónde andará. Bueno, sí, anda por mi mismo edificio, pero la última vez que quedamos en vernos no cogió el teléfono ni contestó a los mensajes.

Y dicho todo esto sobre inesperados abandonos repentinos, aquí vienen las conclusiones sin concierto. ¿Es normal todo esto? Pues a lo mejor sí, a lo mejor es lo que suele pasar y la gente se lo toma más o menos bien. ¿Por qué yo no? ¿Por qué necesito que me quieran antes, durante y después? ¿Me falta cariño? No. Tengo. Pero soy avaricioso, quiero más y más y acumularlo, quiero el tuyo y el tuyo y el tuyo, y a lo mejor eso no puede ser. A lo mejor hubiera estado bien buscar sólo el tuyo, trabajarlo cada día. Puede que sí, aunque no suelo creerlo, me inclino más bien por que la pareja es un cuento. Pero quizás sea yo el equivocado. "Quitar codicia, no añadir dinero/ hace ricos los hombres, Casimiro", escribió Quevedo versioneando a un poeta latino. Pues eso, Casimiro, que con la codicia de cariño a lo mejor tampoco.
Y vámonos un poco más allá. ¿Por qué ese pánico a las pérdidas, a que la gente a la que quiero desaparezca del mapa sin despedirse? Es más, ¿por qué tengo esa sensación fatalista de que impepinablemente me va a pasar? ¿Qué otra pérdida he tenido? (¿voy bien, miguelito?) (es mi sicólogo). Mi madre. Mi madre se fue sin despedirse cuando más nos queríamos. Cuando todo era perfecto y yo era indestructible y capaz de todas las cosas. Y tenía 19 años y acababa de tomar todas las decisiones importantes:
nada de cosas materiales,
escribir, no importa quién me lea,
conocer,
disfrutar,
amar,
afeitarme de abajo a arriba,
no llevar ropa interior cuando me ponga vaqueros
y, en caso de duda, contra corriente siempre.
La noche antes le pregunté si quería que la trajera algo. ¿Un regaliz? No, con la cabeza ¿Una revista? No ¿Qué te escriba un poema? Sí, con una sonrisa. Luego me quedé en casa, no sé por qué, aunque había quedado con Sara. Era raro, no sé por qué lo hice. Y de pronto el oxígeno al máximo no fue suficiente y se ahogaba y tenía los ojos cerrados y salí a la calle corriendo de portal en portal, buscando un médico, en un barrio de médicos que ya no estaban en la consulta. Llamé a todos los timbres, dentistas, especialistas, vecinos, mientras mi madre se moría arriba.
Y no pude hacer nada. Ni tampoco fui capaz de darle un beso en el hospital, ni pude llorar durante meses.

Y luego cuando me dejó mi ex me pasé un año y medio en una nube. Una estúpida nube negra. Da igual que supiera que era mucho mejor para mí terminar, la mejor cosa que podía hacer con ella. Pero no quería que me dejara de querer. Lloraba en los bares, pasaba las noches en blanco, empecé a fumar, escribía cuentos sobre mi propio suicidio, salía a gritar a la terraza.
Luego puede que siempre me haya engañado, me haya agarrado con desesperación a relaciones que no, puede que sea eso por lo que nunca he podido dejar a nadie, por lo que siento pánico si veo venir un abandono lógico. ¿Voy bien por ahí, miguelito? ¿Era eso? ¿He encontrado una respuesta o sólo me lo estoy imaginando? Y ahora que lo tengo, ¿qué? ¿Qué hago?