viernes, 23 de mayo de 2003

CON TELE Y EN CAMPAÑA

(Acaba de pasarme al lado una cría guapísima con una camiseta de rayas, morena y pálida, la cabeza gorda, la sonrisa ancha y sana y los ojos achatados. Olía a violeta, nada menos. El manga se impone.)

El otro día vi la tele, como bob, que además de robarme las ideas de los posts me ha puesto el último de su lista y duda de que sea virgen y furioso, snif. Pues no, ya no, los personajes evolucionamos, y ahora si escribo sobre bob me sale que siempre me apetece hablar, charlar, reir con él, y que un ratito y medio cigarro en el salón o un beso suyo de buenas noches me deja mejor cuerpo que comerme una bandeja de sushi, algo por lo que he sido capaz de bajar al VIPS a las 3 de la mañana, de lo que me gusta. Que tampoco difiere mucho de lo que habría escrito antes de que Elisa me tocara con sus alitas de porcelana y me transformara en un gatito de pelo de moqueta, ¿veis? mi vena antoniogala agazapada y al acecho... Así que yo firmaría Ramón de Campoamor, pero tendría que cambiar la dirección de la página y es un lío. A lo mejor en el futuro me vuelvo malo y escribo sobre las mismas cosas que antes, pero es que ya no quiero ser malo. Sólo quiero ser un puerquito de Epicuro, mas puerco enamorado.

Como decía, después de meses sin tener tele y, yo que sé, como un año sin verla casi nunca, los anuncios eran todos nuevos. Como los he visto de golpe, como quien ve un recopilatorio les he hecho una crítica poco profunda que dice que son mucho peores que los que se hacían la temporada pasada. Casi todos son bastante patéticos.

Y dicho esto, la crítica más penosa y más sin argumentos que he escrito nunca (vago que estoy y me duele la tripa, aviso porque este va a ser un post muy grrrr), haremos un repaso de lo que vi.
Vi a un tipo brasileño que secuestraba a una churri piernilarga y pedía un coche para escapar. Se lo daban y se escapaba. Luego le cogían, le metían en la cárcel y secuestraba a un guardia y pedía cuarenta coches para él y sus 39 mejores amigos. Se los daban y unos se chocaban, a otros les pillaban pero él se escapaba. Luego se entregó, porque ya no quería ser más un delincuente. Y le metían en chirona y tiraban la llave a un baño de ácido sulfúrico. Impacto TV. A mí lo que más me impactó es la moraleja que le encontré: hay que ser bueno para hacer tu trabajo, pero no hay que ser torpe recogiendo los frutos. Me lo aplico.

Sale un candidato del PP por Canarias que es un clon de Aznar (gomina, bigote, traje, gesticulación, memez, grato sentido del humor, todo idéntico). No me he enterado bien si eran espacios electorales o un documental de broma sobre Las rarezas más desternillantes de la antropología guanche.

La Junta Electoral prohíbe las pegatinas de No a la guerra en los colegios electorales, porque son propaganda partidista. Y a mí me parece muy bien. Que se sepa que decir No a la guerra es decir No al PP, que votarles es refrendar los bombardeos sobre Irak y los que se puedan hacer en el futuro con argumentos parecidos. Espero que hayan hecho lo mismo con el Nunca Mais. Y por cierto, ¿dónde están las armas químicas de Irak por las que se supone que a 40 millones de españoles nos metieron en una guerra? ¿Y los terroristas? Evidentemente, el que hubieran estado no habría justificado destruir un país, matar, arrasar, cargarse los restos de la civilización más antigua del mundo -y hay que releer esto último despacito para entender todo lo que significa-, pero es que ni estaban, a pesar de que Aznar tenía información de primera mano (que no podía compartir con sus vasallos, antes de meterles en una guerra que no querían) de que sí. Vaya. Han soltado también a los últimos detenidos como miembros de Al Qaeda en España. Dicen que confundieron la harina y el café que tenían en casa con los ingredientes para la receta de las armas químicas, Aznar salió explicando que habían detenido a unos peligrosos terroristas. Ah, claro, es bastante difícil distinguir la harina y el café del antrax. Debió de llevar meses hacer las pruebas necesarias -Martínez, estos moros cabrones le han puesto a esto consistencia de harina y olor de café pero no se fíe-. Me pregunto a quién se le ocurren estas fastuosas ideas, debe de morirse de la risa cada vez que se inventa una, cada vez que le escribe a un pobre desgraciado unas declaraciones que dicen, verbigracia "Fraga sí estuvo en una cacería pero no cazó" "Clinton no mantuvo relaciones sexuales porque sólo se la chuparon". ¿Vamos a votar a un partido que nos toma por imbéciles -con éxito casi siempre, por cierto-? ¿Vamos a votar a Gallardón que ante un problema de ruidos y de basura en lugar de perseguir el ruido y la basura prohíbe el botellón, o sea, prohíbe beber en la calle, recorta las libertades individuales con alegría, no me deja tomarme una birra en un parque? ¿Qué será lo próximo? ¿para combatir la pequeña delincuencia no dejar entrar a los inmigrantes? (ah, no, que eso ya lo hacen) ¿no sería mejor hacer un reparto más justo de la riqueza metiendo en la cárcel a quienes evitan su distribución por medios ilegales y, sobre todo, inmorales, y, sobre todo, que consiguen que todos los demás -millones y millones- disfrutemos de una peor calidad de vida y no podamos comprar un piso ni tener un contrato decente. Por ejemplo, a los albertos, en cuanto se les pueda pillar (ah, que ya les pillaron y ya están en la calle). Pero no, mejor promover el miedo, prohibir, bajar la calidad de vida de todos, destruir lo más importante del estado del bienestar, la libertad, tener a la gente cogida por las pelotas. Sí, vota PP, trabajando por un mundo peor. Y por cierto, que por mucho que él y los listos del PSOE lo den por supuesto, Gallardón NO es la oposición a Álvarez del Manzano, y si gana la alcaldía serán LOS MISMOS que con Manzano los que gobiernen. Tengo un post por ahí en el que hablo de una comida con el político más tonto (le faltaba un hervor) que he conocido, del PP, engominao, amigo del cole de un concejal de distrito y con un carguillo, cómo no. Y le estoy pagando el sueldo. Qué bien. Gallardón representa a tooooda esa gente, a Manzano y a sus secuaces, que no se van a ir, porque al ayuntamiento no llega otro partido, sino el mismo. Y que Gallardón es Manzano estaría claro aún sin Ana Botella, pero con ella... Espero que la Junta Electoral prohíba también la entrada de la amiga de "aceptar los maltratos con buena cara" (ver su antología de cuentos infantiles) a votar con ciertas etiquetas en la ropa, para enfatizar también que lucir una marca de precios inmorales es hacer campaña a favor del PP, porque Partido Popular=desigualdad. Y así, a base de mentiras y recortes en las libertades y cacicadas se están cargando la democracia. No el sistema, que es como es y no se lo pueden cargar, creo, y no tiene por qué no funcionar, sino la democracia como cultura, como forma de hacer las cosas. Y ese es el primer paso para que se carguen el sistema, que no debería ser malo, que sólo depende de quienes estén al frente. Anda, vamos a no votarles, a votar a cualquier otro para que todos vean que no se hacen así las cosas. Es que si no se lo decimos nosotros...

Pero sigamos con la tele. La Mandrágora. Ese prodigio de expresividad que lo presenta, una tal Liz (¿Alicia? ¿Licecántropa?), consigue una vez más hacerme sentir incómodo y dejarme pensativo. Se la ve tan nerviosa, lee tan mal esas memeces de vergüenza ajena supuestamente líricas, que al final siempre me da muchísimo morbo. Porque me pongo a pensar en cómo ha conseguido presentar un programa como ese en la tele pública. Emiten un reportaje sobre la Santa Movida. Resulta que fue el momento de mayor esplendor de la cultura española, oh, admirada por todas las ciudades europeas, re-oh, que supongo que venían a Madrid en peregrinación para admirar a Almodovar cantando Quiero ser mamá (Almodovar ha hecho excelentes, ergo Gran ganga es una obra revolucionaria). Lo de cuando Quevedo daba los buenos días a Lope de Vega que saludaba a Miguel de Cervantes que veía pasar a Góngora por la plaza Santa Ana no es nada comparado con lo de Rubí y Los Casinos tocando en el Rockola. Y lo de Alberti, Lorca, Buñuel y compañía meando en los muros de la Real no tiene nada que hacer ante la lluvia dorada de Alaska en Pepi, Luci y Bom. A mí siempre me ha divertido preguntar cosas de aquélla época a quienes la vivieron, y preferiría tener a Tierno Galván de alcalde que al que tendremos, pero es que a estos genios de La Mandrágora sólo les faltó ponerle un halito sobre la cabeza cada vez que le sacaban, qué fuera de madre. Estoy un poco harto de oir las mismas canciones de entonces en todos los bares pijorros durante los últimos 15 años (o sea, los que yo llevo saliendo), un mínimo de evolución, por favor. Y como colofón, como portavoz de todo aquello, aquél adalid de la coherencia y el compromiso a quien llaman Loquillo. Pa qué más.

Y después, en otro programa, La bola de cristal. Como portavoz de lo que supuso para el progreso del país ese espacio santísimo y caído directamente desde el mundo de las ideas de Platón: ¡tachán! ¡Loquillo! Yo no me lo perdía nunca, hasta creo que firmé por su reposición, pero ¿me gustaría si lo volviera a ver? Pensad un poco en los electroduendes y sus discursos, en los monólogos y los largos diálogos, a veces demagógicos, a veces pasados de rosca. ¿Seguirá siendo todo igual de fresco como entonces? Tienes diez segundos para imaginar (...) si no has imaginado nada, a lo mejor deberías ver menos la tele.

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