martes, 4 de marzo de 2003

Pensando en voz alta
La bruja superiora ha tenido un final feliz, las que han venido al piso son
de su akelarre, parecen primas, cabeza baja, ni hola, dios las cría y ellas
se brujan, es cierto que burbuja está secuestrada por los malos, pero
tampoco es falso que ya no me quiere (tanto), anoche leí un antiguo
comentario suyo que proclamaba su permanencia en el tiempo, ya que no en el
espacio, pero ya lo sabía, "ahora es lo que soy,/ ahora es lo que tengo,/ ya
no me engaño más con el futuro"
que escribió Benedetti, y no pasa nada,
ahora tengo un ánimo como pa arrastrar camiones con los dientes, como el del
record Guinness que salía en los cromos de los pastelitos bimbo, joder, voy
a cumplir 30 años, y si primero me quiso y luego no tanto, me quedo con la
primera parte, que fue ni más ni menos que un privilegio, aunque la verdad
yo quería estrenar mi ropa nueva comiendo con ella, esta noche empiezo con
el cuento, nadie pone comentarios a mi post, qué raro, y eso que el lunes es
el día después de Hay una carta para ti y los admiradores del cuerpo
chiquitajo de la Gemio (una vez me la cruce en un pasillo de Antena 3 y me
llegaba por el ombligo) pasan en tropel por aquí, supongo que nadie se lo ha
acabado de leer, es que es larguísimo, el que más, pues al final salen
nombres y enlaces, que es lo más diver, fire es un cabrón, ¿por qué de todo
me llamará metepatas?, debería irme este mismo fin de semana a Granada a
hacer el reportaje, puedo elegir el finde que quiera y una buena compañía, o
si no a Gijón con Luis, un pastillazo después de tanto tiempo tampoco
estaría tan mal, si yo creo que hasta he engordado, la camiseta de Custo
marca demasiado, no sé para qué cogí la de rayas horizontales, ¿me quedo en
Segovia o me vengo a Madrid a vivir?, por una vez el cuerpo me pide calma,
pero eso es una cosa que tampoco voy a conseguir con mis sobrinas,
regularidad, sí, calma, ni de coña, ¿qué estará haciendo bob? ¿hasta qué
hora aguantará la próxima vez que salgamos de juerga?, debería buscarle un
chulo italiano para que no le venza el sueño, no sé cómo le voy a convencer
para que entre en el Black & White, a lo mejor vendándole los ojos, nadie me
escribe al mail del trabajo, qué raro, en el espejo del baño tengo los ojos
rojos, a ver qué hago ahora, por qué habré dicho que el novio de la prima de
la innombrable era ideal para el reportaje, para qué habré dicho que no me
importa llamarla para conseguir el número, que no iba a permitir que ella
influyera en mi trabajo, que soy fuerte como una roca, mierda. Aunque este sea
el último dolor que ella me causa y no quede ni muy lírico ni muy glamouroso lo
que voy a pensar en voz alta: maldito
maldito maldito anís del mono.