martes, 4 de noviembre de 2003

TRES O CUATRO COSAS DE ESTA AUSENCIA

TRES O CUATRO COSAS DE ESTA AUSENCIA

Ahora que nos hemos quedado cuatro patos en esta página, os confesaré que tenían razón todos los que aseguraban que no se necesitan drogas, que se pueden hacer las mismas cosas sin ellas. Confirmado. Yo el miércoles me fui al concierto de un amigo en Galileo. Estaba medio empanao, tenía una sonrisa tontorrona, le toqué la pierna disimuladamente a la chica de la izquierda con consecuencias y a la de la derecha sin, dije algunas frases sin sentido, fui muchas veces al baño, me meé en la manga del jersey, en mis desplazamientos por la sala pisoteé, empujé y tiré la copa a uno de cada tres, tenía muchos mocos, me quejé mucho del concierto, recordé con mi amigo las canciones que le compuse en BUP (sobre todo el jit "Francamente querida") y, al final, me quedé un poco dormido. Y todo eso sólo con dos cervezas.
Por lo demás, tengo a Madame de Merteuil con fiebre en mi cama, llevo un par de días haciendo de enfermero. El fin de semana la dejé sola y se enrolló con un mexicano. Todo el fin de semana. Como me gana por tres y le extraña un poco que yo me haya vuelto bueno (la edad, la pereza, la inteligencia superior de la nueva generación femenina...) pues voy a hacer un esfuercillo y me voy a liar con alguien. Bueno, no. Ay, qué esplín. Sólo me apetece con una que ya casi no me contesta a los mensajes. El caso es que Merteuil dice que yo soy más guapo y que el mexicano es más atractivo. Yo creo que no quiere decir lo que dice con eso. O es que soy un optimista. El caso es que, desde el principio, cada vez que le echo la bronca me dice "¡ay, qué ojos tan bonitos tienes!". Y, oye, que no pillé el truco hasta un par de meses después. Madame también se dio un beso con lengua con una chica de su clase. Y es que ella siempre va con dos lenguas de ventaja.
Y yo me veo un poco mayor para esas cosas y un poco alcohólico para el resto de las cosas. Mi drama es que me he vuelto alcohólico de vino bueno, que está carísimo.
También tengo a la chica de la radio, que estaba interesada hace un par de jueves. Betty no se lo creyó, que tiene narices que betty no se lo crea, pero güeno, también es verdad que yo daba tumbos, y que a alguna de sus amigas no les parezco demasiado interesante y creo que ella misma no tiene un alto concepto de mi físico ni de mi estilazo de bailar. Pero eso no lo es todo. Con la chica de la radio estuve un poco sobreactuado, le dije que la oí esa misma tarde, que estar ante ella era para mí como conocer a Mick Jagger. Yo esperaba que le hiciera gracia, pero se lo tomó en serio, que es otra forma de. No es lo mismo, pero vale. Lleva dos semanas preguntando por mí. La suya no es una gran emisora, y, como todo el mundo, prefiero la tele, pero algo es algo.
Durante este tiempo también he cuidado a mis sobrinas. Las llevé al parque y mi ahijada se comío la arena. Bueno, elegía las piedras con mejor aspecto. Es muy sibarita ya.
Silvia se ha despedido con un pico hoy. Dice que se ha traído un foie muy bueno y que me invita a cenar. Aprovecha para tocarme cuando hay un roce fortuito. Siempre que estoy con ella recibo una lección de buenas maneras, descubro cada vez cómo se sienten ellas conmigo.
Un domingo conocí a las hermanas Lumiere, que son impresionantes. En tantos sentidos. Les hice unos huevos cocidos y unas tostadas. No sé si lo saben, pero para que nos comiéramos esas cuatro tostadas tuve que quemar otras doce o catorce. Es lo que tiene la cocina, que es un trabajo muy anónimo y muy poco reconocido. Ellas no se quejaron nada. Si es que el secreto de una buena reunión es tener más bebidas alcohólicas que comida, y si ves que no, estropear la comida. Ahora estoy esperando a que me inviiiiten ellaaaas.
Por lo demás he ido a un montón de comidas y cenas y tal, estuve en las bodegas de Vega Sicilia, hice un par de litros de calimocho con un crianza estupendo y descubrí que el vino bueno no deja resaca. Todavía estoy explorando el hallazgo, ya os contaré, la ciencia va despacio. Por lo demás todas y cada una de las veces que he salido a trabajar a hoteles y chiringuitos he vuelto borracho, como hoy sin ir más lejos, pero en cambio, ya casi no piso los bares los fines de semana. Menos este sábado, que me fui al único bar guei de mi ciudad, pillé una cosa blanca y me pasé toda la noche bailando. Me preguntó Santi que si sus amigos se portaron como caballeros. Tanto tanto que salieron huyendo en cuanto se fue él. Y es que yo era el único que estaba un poco halloween ese día. Aunque no daba tanto miedo como los grupos de solteronas treintañeras de por ahí. Yo nunca llamaría solterón a un treintañero, por la cuenta que me trae, pero es que en mi ciudad lo son. Me presentaron a una diputada y su segunda pregunta fue si tenía un contrato fijo o era freelance. La primera trataba de averiguar mis inclinaciones sexuales ("inclinarme, lo mínimo, que uno ya no está..."). Valladolor está mu rara.
Merteuil me espera en casa, para que le haga un caldito, los muebles de Ikea para que los monte. Me estoy echando a perder.