jueves, 6 de noviembre de 2003

Recetario

RECETARIO

No quiero perderte no es una cosa que se dice, es una cosa que se hace. Alguien preguntaba por aquí antes de verano cómo salir con bien al cortar una relación. La receta llega tarde pero es sencilla: amor y bondad para preocuparse genuinamente por quien tienes enfrente. Sobre todo en ese momento crítico, en el que hay que rehogarlo todo con una pizquita de valor para comerse, sin que se enfríe, el pequeño marrón que conllevan estas cosas. Crispi me regaló aquella caja de bombones llena de marihuana, Elisa se aferró a mí y no dejó de mimarme hasta asegurarse de que todo estaba bien. Lo que tienen en común es que dejaron claro que les importaba lo que pasase después. La innombrable, en su línea de irresponsabilización, quiso hacerme creer que no podía evitarlo, que sólo podía hacer las cosas así. Y no es cierto, se gasta la misma saliva en hacer las cosas bien que mal, lo que pasa es que así es más cómodo de momento. Tampoco está de más no perder el culo detrás de la tercera persona inmediatamente. Puedes hacerlo mañana o la semana que viene, no hay prisa.

El amor y la bondad no son sólo cosas que se tienen, son cosas que se hacen. Por ejemplo, si yo anoche le pido un abrazo a bob, él me da tres o cuatro, si llamo a betty cuando ya está en la cama me tiene dos horas y pico al teléfono haciéndome reir, aunque se tuviera que levantar hoy a las seis (cuidadín con no desmochar la pantalla de una cabezada), si le pido desde aquí a burbuja que me escriba un mail divertido después de tanto tiempo sé que lo hará. Pero hay quien no usa el cóctel. No es una circunstancia, es una elección. Creo que ya he dejado por aquí esa definición aséptica de la inteligencia que dice que es la capacidad de plantearse y resolver problemas. Hay quien siempre se plantea los problemas que no son y luego los resuelve con el culo.
En fin, resumiendo lo que ha pasado con un diálogo de Atraco a las tres que luego salió en Mortadelo y Filemón: "estoy disponible, chati", "pues no me extraña".
Me siento en disposición de recibir muestras de amor, de bondad y de perfumes caros. Gracias.