jueves, 15 de mayo de 2014

Viaje a Albacete

Ayer pasé por la plaza de al lado de tu bar. Sabía que no estarías en el bar ni en la plaza, pero ése es el lugar en el que da vueltas tu sombra en mi cabeza. Sombra de farola que a veces se sienta en el banco, que se pide una lata en un sitio de mi memoria nada profundo y nada enterrado. Ni siquiera me di cuenta de que estaba haciendo una psicofonía de ti hasta la tercera vuelta. Anoche volvimos a estar juntos y te viniste conmigo a casa y me abracé un poco a ti al dormir y me apartaste de un codazo y esperé a que te durmieras para mirarte un rato. Y me he despertado pensando que es demasiado cansado todo este no quererse y que me gustaría tomarme unas vacaciones de eso, un día de tour en el tiempo en el que todo esté bien como nunca lo estuvo, como en uno de esos viajes de un día a Albacete para que te vendan cuchillos, 24 horas de mirarnos a los ojos como si fuéramos felices.

No hay comentarios: