viernes, 4 de octubre de 2002

TODO SOBRE BOB

bob es gracioso.
bob es un poco teatrero e imposta la voz algunas veces.
a bob le gusta el pop español de los ochenta (lo llama edad dorada), pero es ecléctico.
a bob le entra hipo cuando encuentra el pimiento de padrón cabrón, y lo arregla comiendo sal, que absorbe el picante.
bob va al baño una vez por cerveza.
bob tiene una amiga que frecuenta embajadas y otra que está desquiciada.
bob me va a odiar por desvelar sus secretos.
bob cree que si uno dice en voz alta que es el mejor se hace insoportable.
bob cree en el amor en porciones, pero no cree que el Amor vaya a salvarle. El sexo sí.
bob se quiere ir, aunque dice que ya sabe que la ciudad le seguirá.
bob juega fatal al futbolín, pero no tanto como yo.
bob cree positivo que los post adolescentes se droguen y le besen y le abracen.
bob me hace reir.
bob no termina de creerse lo que cuento en mi blog, y lo llama ficción.
bob está en el lado bueno de la ruptura: lo suyo ha sido como romperse una pierna patinando. del otro lado, te atropella un camión.
bob hubiera querido insistir educadamente en que cómo se puede ser tan mamón de llegar veinte minutos tarde a una cita como ésta.
bob cree que la incomunicación es un elemento inevitable de la cadena emisor-receptor.
a bob no le interesa demasiado hablar de blogs, porque tiene con quién hacerlo de vez en cuando.
bob me imaginaba más alto, más guapo, más inteligente y más heterosexual.
bob escucha.
bob pincha.
pincha a bob

jueves, 3 de octubre de 2002

Anuncios por palabras

VACACIONES
Chico divertido, moderadamente atractivo y atractivamente poco moderado, que viajará solo a Amsterdam del jueves 10 al domingo 13 de octubre busca alguien que le acoja en su casa y/o le acompañe en sus correrías y perrerías durante los tres días y, sobre todo, sus tres noches. Sólo fines serios, es decir, risas, alcoholismo, sexo, drogas y visita de puntos de interés (por favor: imprescindible acompañar las visitas de edificios altos con un ¡ooooooh!). Razón: virgenyfurioso@hotmail.com

INMOBILIARIA
Chico formal, simpáticamente desordenado y desordenadamente simpático, busca a partir de noviembre piso para compartir o uno en alquiler para él solito. En Madrid. Preferible precio bonito, compañera no muy elevada, terraza amplia y cama con jardín y barbacoa. Razón: virgenyfurioso@hotmail.com

CONTACTOS
Chico frívolo, bien dotado y dotado bien, busca compañeras de cama para una cita a ciegas cualquier tarde, cualquier noche, cualquier mañana. Con los senos como magnolias o como pasas de higo, con un cutis de durazno o de papel de lija. Con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Eso sí, si no saben volar, pierden el tiempo las que pretendan seducirme. Razón: virgenyfurioso@hotmail.com

miércoles, 2 de octubre de 2002

MEDIO DROGADOS
Ayer en la fiesta
Perdimos la cuenta.
Y en la despedida
Noté tu saliva.
Y he estado pensando
Que igual no era un sueño,
Que estaba pasando.
Y he decidido salir a buscarte,
Llamar a tu puerta
Y llevarte a la cima más fría
Para que me abraces buscando calor.
Y acabar el beso que medio drogados
Nos dimos ayer


El novio de Santi, después de diez años juntos, aún es capaz de cabrearse si habla de él como su pareja. Y mi ex se quejaba de que yo hiciera lo mismo a los cinco: ves, so tonta como siempre hay alguien con más capacidad de negación de la realidad que uno. El jueves quedamos los tres en Chueca. Santi es un tipo estupendo que se quedaba conmigo un lunes, un martes o un miércoles (o los tres días seguidos) hasta que se hacía de día por la parte de fuera de un bar de mi ciudad que no pintaba nada en mi ciudad. Había que llamar a una puerta, y el camarero nos abría a pesar de que nos conocía. Y digo “a pesar de” porque se sabía de memoria la vida y milagros de mi ex y del novio de Santi, que seguirá pegándole bastonazos en el asilo si se le ocurre calificarle como su pareja. Era una mala época. De esas en las que aprendes contabilidad. Lo que vale un amigo.
Santi tiene mucha gracia escribiendo. Recuerdo, recordamos, una noche en el periódico hasta las 3 de la mañana. Ante las miradas atónitas de todos esos redactores hasta los cojones, primero, y de los silbantes de la rotativa, después, sin poder parar de reirnos parimos un reportaje a cuatro manos “Cómo comportarse en...”. “Oye –me llamó otro compañero al día siguiente de que saliera- ¿cómo os han dejado publicar eso?” Bueno, pues por todos esos recuerdos y muchos más le he tratado de conseguir alguna colaboración por aquí y una entrevista con mi director (el único ser capaz de utilizar la palabra espeluchar para contar una historia de un vendedor de diamantes, un jeque y sus mujeres “que se pusieron a espeluchar sobre la alfombra”). Así que quedamos en Chueca y como no conseguí convencerle de que un botellón era lo más adecuado y lo más sano, le tuve que pedir 20 euritos para los pinchos. Desastre.
Justo antes de irnos a casa se me ocurrió proponer un sitio donde hubiera ligoteo y me llevaron al Hot, los muy cabrones. Me puso bastante nervioso y nunca me había pasado algo parecido. El caso es que había una mayoría de osos y gente con vaqueros y camisas de cuadros. Todos de pie, todos serios, un local lleno, porno gay en los televisores. Además, que nada más llegar me hicieron seguirles al cuarto oscuro. Una bromita inocente, jijiji, pero leches, no me pareció el lugar oportuno para convertirme en el melón de la melé.
Me decían que qué me esperaba de Chueca. Pues de Chueca me espero coger desprevenida a alguna de esas petardas más que petardas que pasean por allí en manada como si visitaran el zoológico. Dadme tiempo.

Llegué a las fiestas de mi pueblo el viernes a eso de las 2. Creo que a las 2,30 ya estaba borracho. Con la excusa de que los hago fatal, me fumé un porro con una jovencita (oh, oh, he dicho jovencita) que decía “mola” y “mazo” y “mola mazo” y que estaba buscando trabajo. Y no teníamos nada en común y a pesar de nuestra sonrisa franca y de que nos mirábamos y eso, acabamos aburriéndonos el uno del otro un poquito antes de la última calada. Esto debe de ser hacerse mayor. Por lo demás, abrazos largos, charlas etílicas con gente que no veía desde hace un año y a la que no veré hasta el próximo, y bailes frenéticos en la verbena.
En la verbena había una rubia de treintaypico, pelo corto, facciones duras, como de italiana, y un look japo-punk francamente anatópico en las fiestas de mi pueblo. Así que me acerqué para decírselo.
-Estás muy elegante.
-Lo que estoy es guapa.
-También.
-(Su amiga, que se acerca desde atrás como un velocirraptor) Tú eres hermano de ... y de ... ¿no? Es que sois iguales.
-Pues sí. Esto es como un pueblo –le digo a la rubia. Y la saco a bailar a lo loco. No sé si nuestros cuerpos están imantados o es que nos tambaleamos los dos y nos chocamos y nos pegamos y nos miramos de cerca y me la llevo detrás de la carpa y nos damos cuatro piquitos y nos damos uno con lengua y nos sonreímos y luego salimos corriendo cada uno en una dirección y no nos hablamos ni nos decimos nuestros nombres y los dos días siguientes cuando pasa junto a mí me aprieta la mano y yo la suya, pero no nos hablamos y no nos volveremos a ver y ella era distinta y yo sólo uno más, con la camisa zarrapastrosa de la peña y el pañuelo y el maldito botellín de cerveza en el bolsillo con el que me dormí para despertarme mojado y estropajoso.
Si terminase aquí el relato a lo mejor quedaba medio bien, pero bueno es que la noche siguió y fue muy larga y unas copas y unas horas después detecté que la gente que me abrazaba poco antes me aguantaba dos minutos antes de huir despavorida unos metros por delante de mis cánticos y mis rollos (que a saber sobre qué versaban, el superpoder de la memoria omnímoda no lo tengo). Y es que mis cogorzas tienen menos glamour que las de Chiquito de la Calzada.

Me desperté a eso de las cinco de la tarde en una hamaca de jardín situada entre las butacas de un cine que antes, desde el siglo XII, había sido un convento y un hospital. Al fondo, donde estuvo el altar mayor, la pantalla, y sobre mí, un techo abovedado. Sí, romántico para hacer un picado con fondo de violoines (¿eh, miguelito?), pero un poco desolador para mí, que tenía el frío en los huesos, en los huesos que me había dejado sobre la maldita tumbona, y que estaba calado por un líquido inidentificado hasta un rato después, y quería que me guillotinaran urgentemente. Dónde está mi cabeza, esta nauseabundez no es mi boca, quién es el cabrón que me ha encerrado aquí... Todas estas cosas me las planteaba, sí, pero a velocidad de una por cinco minutos, que mi mente no daba para más. Ya se me había vuelto a olvidar cómo eran las resacas de alcohol.
En cuanto me abrieron me fui directo a meter la cabeza bajo la fuente de la plaza. “Eh, soy yo, el chico el César, mirad hacia mis despojos”. Luego me dirigí a casa de la señora Patro, a dónde si no.
-Pero hijo, ¿cómo no has venido a la hora de comer? Estábamos todos, éramos dieciséis.
-...
-A que no has comido...
-...
-Anda, siéntate, que te caliento unos pocos de callos y unos filetes de choto.
-No, no, sólo un filete...
Me pone tres.
-Pero si son muy pequeños.
-No, no, sólo uno.
.Bueno, para uno solo no lo caliento.
-¿Te pico un tomatito?
Tenía diversas necesidades a las seis de la tarde de aquél día. Ninguna se acercaba remotamente a comer un tomatito.
-Fí.
¿Cómo decir que no a un vegetal preparado con tanto cariño?
-¿Y qué tal te va?, ¿sigues en el mismo sitio?
-Fí.
-Muy bien, ¿y ganas buen sueldo?
-Fí.
-Pues ten cuidado a ver si te lo va a llevar alguna.


Que el mundo se acaba,
Que el tiempo se agota,
Que lo que no hagamos ahora
No cuenta en la última hora.
Ven conmigo a la cima más fría
Y abrázame fuerte y dame calor,
Y acaba ese beso que medio drogados
Nos dimos ayer.
(de ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Los Fresones!!!!!!!!)

viernes, 27 de septiembre de 2002

Leyendo esta mañana el Bartleby de Vila Matas, me he acordado de que la frase que encabeza desde marzo este blog estaba mal atribuida. Creo que la confusión venía de un poema de Atxaga que habla de Cravan y Picabia. O no. No sé, no voy a enredar más, como dice Umbral en sus artículos cuando hace una cita literaria: será suya, pero no pienso levantarme a mirarlo. Y es que esto de frecuentar las citas está jodido, total, mejor no identificarlas y quedas como un rey. Al fin y al cabo lo que no es cita directa es indirecta, lo que no es tradición es plagio y el que no plagia no mama, frase esta última esquilmada a un poeta más o menos joven.
No entiendo cómo es posible que pillen a torpes como De Cuenca o Lucía Etxebarría. Más que nada será porque son unos vagos, plagiadores de un solo libro. Y encima se lo encargarán a alguien. Divina Pereza. Anda que no es fácil hacer unos textos de rechupete sacando un poco de aquí y otro poco de allá. Mira si no Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Preda. O lo mío. A escribir el del miércoles me ayudaron Rubén Darío, Miguel Hernández, Bernardo Atxaga, Baudelaire, Neruda y, evidentemente, Sabina. Más los que sí que cito. Exijo que se me coloque en la lista de blogs comunales y que la hormiga me haga un comentario de texto. ¡Eso! (que diría Zape).

Anoche vi Antes que anochezca (gran cagada de título sólo superado, tal vez, por el clásico porno Ensalada de verano con el pepino en la mano). Me quedo con una frase que pillé un poco fuera de contexto (llegué tarde, mi ordenador estaba juguetón y se reiniciaba solo). Decía algo así como que al principio de la revolución cubana hubo un conato de revolución sexual. Hasta que empezaron a encarcelar a los homosexuales. Lo que duelen son las oportunidades perdidas. Duele que cercenasen entre los unos y los otros (pero sobre todo entre los hunos) lo que se estaba cociendo en la II República. Pero escuece aún más cuando los que se cargan hermosas posibilidades son los mismos que debían defenderlas. Lo expliqué aquí con la última huelga general y se me entendió fatal, creo. Se están cargando el sindicalismo español, una obra de siglo y pico con sacrificios, muertos, encarcelados, sólo para obtener sus migajas. Y yo no voy a ayudarles.
Cuando estuvimos en Cuba se nos ocurrió ver un partido de pelota (beisbol). En las puertas se formaban unos jaleos tremendos, la gente intentaba colarse a empujones, a pesar de que la entrada sólo costaba un peso, seis pesetas. El fotógrafo se escurrió entre todos, el muy lagarto, pero yo, bastante más torpe, me quedé varado entre la multitud y las rejas, que me hicieron un bonito dibujo en la cara. Escojonándose desde dentro, a ese pedazo de artista no se le ocurrió otra cosa que sacar la cámara para inmortalizar mi cara aplastada y mi boca deformada pronunciando blasfemias. Entonces apareció Robocop, el típico poli cubano que odia al demonio corruptor capitalista. Resulta que por allí andaban las fuerzas de seguridad, intentando organizar ese caos, como en cualquier estadio del mundo. Y (esto ya lo sabíamos, aunque ahora ya no se nos olvida) nunca se deben sacar fotos de militares o polis, y menos en paises conflictivos. A no ser que busques jaleo, carretes confiscados o, con un poco de mala suerte, cámaras rotas.
Vale. De un lado tenemos a Robocop y del otro al fotógrafo haciéndome burla y con la cámara preparada, y a mí contra la reja, como un Garfield con ventosas, y llámandole puelco y cosas peores al capullín del de las fotos. Robocop se acerca y explica que las fuerzas del pueblo no están reprimiendo a la población, que sólo están garantizando su seguridad y que estamos tomando fotos para manipular y mentir. Cuando consigo entrar, la cámara ha sido confiscada y un sargento está soltándole algunas consignas revolucionarias al fotógrafo. En un aparte me dice que tiene la bolsa llena de carretes, y en el hotel el trabajo de toda la semana. No decimos que somos periodistas, sería peor. Además, como el viaje se organizó con prisas, como todos, sólo pedimos un visado de turistas. El marrón es considerable. Le anunció al artista que me he vuelto a dejar el pasaporte nosedonde y que me voy a mantener a una prudente distancia. "¡Pero serás gilipollas!" Nos llevan escoltados por todo el estadio para ver a un jefazo. A mí no me piden el pasaporte. Robocop me pega un empujón cada vez que me paro para dejar pasar a alguien.Le haría una crítica constructiva sobre su persona, sus modales, su bigotillo y sus putas consignas, pero me muerdo la lengua. El reportaje es sagrado y hay que intentar salvar el culo y los carretes. El fotógrafo le cuenta al oficial que no ha llegado a sacar la foto. Robocop dice textualmente que somos unos mentirosos y que él ha oído perfectamente el click de varias fotos. Lo repite unas cuantas veces. El fotógrafo les ofrece el carrete para que lo comprueben. Como el turista es sagrado, lo aceptan. Todo el mundo menos el superpoli nos da la mano con una sonrisa y nos vamos. Nos han quitado un carrete con una foto de un puerco asado, porque era cierto que mi compañero no había hecho ninguna otra. Nos han prohibido hacer fotos del estadio, pero nos subimos a la grada y, disimuladamente, click click.
A lo que voy es a que tienen a los cubanos aterrados y despistados con tanta consigna. A veces les ves que no saben qué deben decir sobre cualquier tema (¿cuál será la opinión oficial?) ¿Es posible que un pueblo tan culto, con tanto licenciado (todos los jóvenes) no proteste, no intente cambiar nada, por mucha ideología que les metan en la universidad? Es el hambre. Cuando les he oído criticar a Fidel me ha dado la impresión de que lo hacían por lo mismo que todo lo demás, para ganarse mi simpatía y sacar unos dólares.
Y lo que más duele es que había tanta energía y tantas posibilidades, tantas ideas válidas flotando cuando Fidel bajó de Sierra Maestra. Un sueño hecho pedazos, un pueblo tan hermoso doblegado, sin posibilidad de respirar, con consignas para cada uno de sus actos y sus pensamientos. Y todo ¿para qué? Unicamente para que una oligarquía mantuviera el poder. Un poder absoluto que ahora quieren que herede el hermano de Fidel.
De Pinochet duele la dictadura y toda la sangre que conllevó y las manos quebradas de Victor Jara, pero no duele que traicionase su ideal católico y capitalista desde dentro. Eso me la suda. Y además, que menudo problema. Para el relevo hay decenas de países sin dictadura militar que sólo le ponen los cuernos al capitalismo y a la iglesia (la que sea) por exigencias del guión y un ratito corto (¡Forza Italia!). En cambio Castro nos hizo perder una brillante oportunidad a todos. Y sólo por la estúpida ambición de unos pocos. Qué desperdicio.
Las utopías sólo se pueden destruir desde dentro. Ellos son los más peligrosos.

miércoles, 25 de septiembre de 2002

Habrá que reconocerlo, porque si no esto se va al carajo. Estoy con una pájara como la de Indurain en Las Ventas. Lo que pasa es que cuando empecé este diario me propuse no recitar nunca laprincesaestátristequétendrálaprincesa, porque vi que por ahí lo hacían mucho y era un rollo. Pero es que si no cuento esto no puedo contar nada, y no me voy a pasar el mes rellenando este espacio tan visitado por el club de fans de Isabel Gemio con historietas del abuelo Cebolleta, que luego me dicen que paso de mis lectores.
Tengo una pájara sin instrumento y sin objeto. El otro día hablaba con Anita y se lo contaba. Cuando me dejó mi ex la peluquera, instalándome para siempre en una querencia irracional por cualquier mujer con unas tijeras en la mano, Ana me dijo que siempre que me entraran ganas de llamar a esa chica tan mala la llamase a ella. Y desde entonces siempre que estoy con el moco a las puertas marco el número de Anita y hablamos de cualquier cosa. El otro día le contaba algunos de mis problemas y ella daba en el clavo como siempre. Es un cielo. Sigo pensando que cada vez que entra en cualquier parte se enciende una luz y una estufita y todos estamos mejor y somos más buenos y más guapos. "¿Dinero? Pero eso no es un problema ¿no?" Claro, es justo lo que llevaba pensando un par de días, que de la muerte pabajo son todos problemas menores. Pero, chico, no sé, creo que se han acumulado unos cuantos y eso debe de ser lo que me pasa. Por una parte, como no podía ser de otra manera, mis tarjetas han sufrido una extraña parálisis. Total, que debo al banco 2.200 euritos. Luego, en el trabajo están todos contra mí, me lanzan puyas continuamente y no quieren mandarme de viaje. "Bueno, lo de Polonia lo voy a poner para finales de octubre, que es cuando me viene bien". Redactor jefe: "No, no, qué tú no vas a ir". "Hombre, pero si justo aquí me viene bien". "Qué no, que tú no vas". "Pero si es justo después del cierre, además es que me pega muchísimo este viaje, ver la casa del Papa y eso". "Qué no, que tú no vas". "Pero si es justo después del cierre, que no hay nada que hacer". "Ya, pero luego viene el otro cierre y se junta todo". "Pero..." En fin, que la técnica "papá, dame veinte duros dame veinte duros dame veinte duros" está funcionando fatal. Luego está eso de los sutiles reproches a mi rendimiento laboral ("Qué suerte fulanita, que sólo viene un rato por la mañana", "bueno, hay otros que vienen más horas y trabajan menos") a mis horarios ("la reunión es a las diez", "ah, vale", "a las diez EN PUNTO –con mayúsculas–", "ah, vale" o al verme aparecer a eso de la una y media "¡buenos días! qué tal has dormido". Son malvados, con lo mal que había dormido) o a mi velocidad ("pues si quieres haz tú lo de Murcia –ofrezco yo– que es un marrón", "yo encantado, si puedo tardar un mes..."). En fin, horrible. Además me quitan mi despacho y me llevan a otra planta. "El que peor lo va a pasar es VyF, que es... ¿cómo has dicho que eras?", "¡SOCIOPATA!". Un año entero aquí al fondo, mirando a la ayudante del dentista en la ventana del fondo, retirado del mundo en este amplio rincón de luz y de color, y ahora estaré emparedado al norte y al sur por mis compañeros y al este y al oeste por una revista masculina y otra femenina. Algo se va a romper, crack, en mi corazón. Eso por no contar con que no sé cuando voy a poder escribir aquí.
Y además está lo del piso, que tengo que buscar otro que cueste la mitad para empezar a animar a mi cuenta corriente, que esa sí que está depre, (¿a alguien le sobra una habitación para un sociópata?) y que cris pasa de mí ampliamente, y que se me ha vuelto a perder el móvil y no puedo hacer llamadas anónimas de madrugada a toda esa gente a la que odio (con lo que desahoga eso) y que tengo una pinta infame. Antes era que me parecía a Lorca o a Mario Conde o a un pijo en las regatas. Ahora gente bien diferente asegura que tengo el mismo pelo que Tamariz. Bueno, pues no será tan malo. A Tamariz le gusta.
Y menos mal que lloro. Voy a ver a mi abuela y vuelvo la cara para que no me vea llorando. Hablo con cris y lloro. Miro como se columpia mi sobrina Carolina y lloro. Termina El mismo amor, la misma lluvia y todo el mundo en el cine gira la cabeza hacia mí, el bicho de los ojos rojos, para ver quién era la llorona que moqueaba hasta en las escenas de risas. Salgo del cine ya sin pañuelos, así que (esta escena es repugnante, si me quieres sáltatela) me sorbo los mocos hasta que no puedo más y escupo. Miro al frente y allí, en una parada de bus está la chica que más se parece a la de mis sueños, la que estaba deseando salvarme o, cuando menos, echarme un polvazo terapeútico, mirándome, considerándome, como Ariadna Gil en El columpio, hasta que me porté como un puerco.
No puedo negar que todo lo veo marrón caca. Así que, como es una pájara larga e indefinida, indago, a ver de donde viene. La vuelta de unas vacaciones que se parecieron un poquito al paraíso. En Cádiz me pasé una semana de sexo, scooter, playas nudistas, cañitas, tebeos, buena vida. En la capital dormí una noche en la terraza de un caserón histórico y otra en un banco frente al mar, con los otros indigentes. Hacía tiempo que no me despertaba tan libre y poderoso. Y ahora sé más o menos lo que voy a hacer muchos de los días de los próximos meses. Sé que eso es bueno para mí y que no tengo que cagarla, como siempre. Pero mi alma de vagabundo, la pobre, no sé si lo va a soportar.
Vengo ahora de la presentación de un libro sobre Alaska. "He perdido preocupantemente la memoria, y no es un eufemismo". Claro que no es un eufemismo, es una afirmación, pero la muy desmemoriada no se acuerda. Ay, las pastis y la memoria. Cómo duele no recordar un poema de Neruda, no encontrar esa palabra. Así que lo dejo, aunque ya he aprendido de sobra que eso no se anuncia, se hace. Además, que no imaginais cómo me siento de canalla cuando pienso en la de veces que se lo he ofrecido a mis amigos. Fue tan triste la última noche ver así a Jorge y a Javi... ¿Y a mí? A mí no se me nota. Dice Miguelito que nunca salgo del todo de la realidad, otra pista importante sobre cómo funciono. Pero soy el peor, el que nunca tiene suficiente. Y ese es otro problemita rondando por aquí. Sobre todo, que siempre he hecho muchas estupideces, pero antes las disfrutaba, las recordaba, las hacía yo. Ahora no. ya veremos.
Y por último, internet también está contra mí. Me estaba pareciendo un territorio hóstil gracias a un par de cosas que me pasaron hace poco y a todas las demás que me imagino. Paranoia bendita, mi hermana, mi compañera. Menos mal que nos conocemos.

Y este soy yo, el de entonces, que ya no soy el mismo. O sí. No sé.
Para lo del talento y la diversión podeis probar por aquí. Y para el amor en flor, aquí (qué gran pérdida, snif). A bob no le recomiendo que está peor que yo.
En estos casos, solía esconderme del mundo una temporadita. Ahora no sé. A veces dura un día o a veces un invierno, como el amor eterno.
PRIMERA REDACCIÓN:
Querida Cristina:
Ya si que no entiendo nada. Me pregunto para que me sirve nuestra relación. Sabes de sobra que no estoy muy a gusto con nada ultimamente. Aunque apenas me lo preguntes, has hablado con Ana y ella te lo habrá contado ¿no? Lo único que se te ocurre decirme es que no te llame los días que estoy con el cierre. Fantástico, qué preocupación. Hoy estoy un poco mejor y aún así parece que te quemara el teléfono. No sé, me imagino en tu situación y si tú te encontrarás así y en mi casa les molestara que hablase por teléfono mientras ellos ven el fútbol y encima quisieran hacerme callar para oir los oligofrénicos comentarios de la panda de majaderos que hablan en TVE, yo me decidiría enseguida por a) pegarle un patadón a la tele B) mandar a tomar por culo a todo el mundo.
No sé, creo que tengo la delicadeza de no deprimir a nadie con mis problemas, y menos a ti. Me parece un privilegio que los quiera compartir contigo. ¿De qué va esto? ¿Consiste en que sólo estás cuando yo soy el alma de la fiesta o cuando digo que sí a todo lo que tú quieres? Si XXX* pasa de mí en los malos momentos, es una pena, pero ni me va ni me viene. Qué tú pases de mí no significa sólo que no vaya a mejorar nada gracias a ti, sino que es otro poquito más de dolor para mí. A ver ¿para qué quiero una relación a esta distancia, echarte de menos a menudo y que me hagas sentir aún peor cuando tengo problemas? Encima me dices que estás en pleno subidón, muy feliz y eso, clases de portugués y de flamenco y ni un minuto para mí. Pienso en lo que yo haría si estuviera feliz y tú tuvieras un problema y lo único que se me ocurre es que, una vez más, estoy con alguien a quien le importo bien poquito. Lo importante es que esté ¿no? Porque es una putada estar sola ¿no?
Seguro que estoy siendo injusto, y me parece fatal, no me gusta pagar mi mal humor con nadie, pero bueno, tampoco tú te has portado muy bien conmigo hoy, te estoy abriendo mi corazón y me cortas para contarme que ya ha empezado el partido y nosequé polladas. Me dices que el problema es que estoy solo aquí en Madrid, ves que me apetece hablar contigo y me dices tres veces que quieres colgar, hasta que me doy por enterado. ¿Sabes? Si tirase de agenda a lo mejor no estaba tan solo y a lo mejor no despertaba solo.
A la mierda. Gracias por tu ayuda.

*(Nota del transcriptor: XXX en el original)

SEGUNDA REDACCION
Supongo que te has dado cuenta de que me apetecía hablar y de que estaba un poco depre. ¿Es más importante ducharte y cenar –¿a las 8,30 también comiendo? nena, no te digo cómo te vas a poner– que hablar con un amigo que se encuentra mal? Desde luego me lo voy a pensar antes de llamarte para estas cosas, y es una pena. ¿Sólo vas a estar para los momentos buenos? Pues nada, vete contándomelo para apuntarlo.

TERCERA REDACCIÓN (la carta enviada) Título: "grrrr"
Cactus, cariño, como Teléfono de la Esperanza eres un asco. Te voy a matar. Si no tuvieras ese culazo te despedía.
besos
tu churri

viernes, 20 de septiembre de 2002

Era martes. El día antes había tenido una agradable charla con El Jefazo, y me había dado una vuelta por allí. Pero fue el martes cuando tomé posesión de mi claustrofóbico, pero provisional despacho sin ventanas. Me conectaron la línea telefónica, me trajeron un ordenador y estuve toda la mañana haciendo unas complejas gestiones (os las explicaría, pero no las entenderíais) para conseguir unos bolis y un cuaderno. También intenté hablar con mi director o con alguien de la redacción en Barcelona. Lo conseguiría un par de semanas después, pero en aquél momento no tenía prisa. Luego, con la satisfacción del deber cumplido, me fui a dar un garbeo por los alrededores, buscando un sitio donde comer. Me fijé en un restaurante que ofrecía una carta alimenticia y otra musical, que indicaba lo que iba a sonar durante la comida. Seguro que pedí una ensalada y un filete, es lo que comía siempre. Volví al trabajo con ganas de probar mi ordenador y mi teléfono nuevo. Al llegar a mi planta vi a una becaria gordita llorando y hablando por el móvil: "no sé, ni idea, ha sido una avioneta que se ha chocado, estoy llamando y no contesta". Pensé: pobre chica, está fatal. Cuando entré, estaban todos mirando hacia arriba, hacia las pantallas de televisión situadas en las columnas de la redacción del periódico vecino. Había un rascacielos en llamas. Y la rubia púber a la que había echado el ojo por la mañana, parada frente a mi despacho, mirando embobada la retransmisión. "Ahora o nunca". "Hola, ¿qué ha pasado?". "No sé, lo acaban de poner, parece que un avión se ha chocado contra las Torres gemelas". Miro hacia arriba y otro avión se choca contra la otra torre. Alguien grita "¡otro, otro!". He comido bien, acabo de empezar en el trabajo de mis sueños, soy jefecillo, tengo un despacho. Y el primer pensamiento que viene a mi cabeza es que en ese mismo instante, allí, están muriendo, gritando, sufriendo cientos de personas. Se me revuelve el estómago.

"Santi, ¿estás viéndolo?". Durante muchos minutos hablamos de lo que pasa y de lo que va a pasar. La tercera guerra mundial. Igual siguen cayendo aviones. Igual cae uno aquí. "Coje un autobús y vente para acá pitando". "¡Para qué habré salido del pueblo!".

Mis primeras prácticas fueron en un periódico de una ciudad chiquitaja y tranquila. Siempre se abría Local con los acuerdos municipales. En aquellos tres meses de verano explotó una bombona de butano que se cargó un par de casas, un tren atropelló a una niña y los vecinos se amotinaron y cortaron las vías y, como traca final, la ciudad se inundó, algo que no había pasado nunca. Se cortaron la luz y el teléfono y tuvimos que irnos a otro lado a hacer el periódico.

Esta vez mi hermano también lo tuvo clarísimo: era culpa mía. Hablamos por teléfono y me lo reprochó. "Mira que siempre te tienen que pasar a ti estas cosas ¿eh?"

jueves, 19 de septiembre de 2002

–Al Ritz, por favor.
Tantarán tantán. Noticia (chorra) del día, canta la radio, un atleta vence a un bus de la EMT en una carrera por la Castellana. Antes de que lo diga el taxista, lo suelto: "no te jode, y yo también con este tráfico..."
Me sientan entre mozas de la competencia. "Vale, metro setenta y poco y esa extraña melena, pero, oh, trabaja en XXX".
Un tipo que ya era famoso antes de que yo naciera le pregunta al capullo insufrible de al lado que quién soy. Murmura sobre mí, sin corbata, arremangado, tirado sobre la silla, sólo me faltan las zapatillas de cuadros.
Como pastel de quisquillas con salsa de langosta.
Besos y besos.
Me regalan unas repugnantes gominolas de tabasco.
Llego borracho al trabajo, y tras la sesión de tonterías surrealistas de estas veces, me dicen: "estás borracho". "¿Yo?, je va".
El dire me anuncia que me voy a Murcia.

Pues no era tan difícil. Me encanta Madrid.
Desde la bañera enana del hostal veo a Cris sobre la cama, desnuda, dormida. Con las piernas encogidas leo el Zot! polvoriento que acabo de comprar en una papelería de Vejer de la Frontera con cualidades de catacumba. De pronto, levanta la cabeza como si tuviera un resorte en el cuello.
–El adjetivo de fasto es fastuoso ¿verdad?
–Sí, cariño.
–Así que fastoso no existe ¿no?
–No, cariño.
Y hunde su cabeza otra vez en el colchón. Se vuelve a dormir, casi roncando, como si no hubiese ya nada de lo que preocuparse.

miércoles, 18 de septiembre de 2002

Era la feria de Conil, al mediodía. Habíamos comido nosecuantas tapas de atun de almadraba, de anchoas, de paella, de queso. Nos dimos una vuelta por los caballitos. A la quinta, me dejó tirar con las escopetas que disparan corchos ("venga, pesao"). Elegí unos botes de colorines. Derribé cuatro o cinco, pero sólo me dieron uno. Dentro tenía una especie de blandiblú con un muñeco de un feto blando. Lo más asqueroso que había visto nunca. Pasamos por el bar en el que la noche antes habíamos estado una hora con Antonio, ese viejo pescador que nos habló de los diferentes tipos de peces de la zona, de cómo era el pueblo antes; ese tipo tambaleante que aseguraba que nunca se emborrachaba, mientras nos llenaba de escupitajos involuntarios y nos invitaba a otra ronda de fino que pagaba yo disimuladamente cada vez que se daba la vuelta. Como dijo Pirro, otra victoria como ésta y estamos perdidos. Subimos hacia la plaza de la torre. Cris estaba borracha, así que nos reíamos con todo. Quería ir a cambiarse, supongo que estaba incómoda por ir con ese vestidito y sin ropa interior. Le dije que la esperaría en ese bar con internet. Quería escribir algo aquí y contestar a algunos emails, sobre todo el de Luiz, que me invitaba a ir a Sao Paulo. Mientras vaciaba las cuentas de spam y decidía qué os iba a contar, me empecé a angustiar. No sé, recordé que seguía existiendo ese otro mundo, que la ficción era aquéllo, las playas nudistas, los viajes en moto, las tapas de atun. Cuando llegó Cris, aún con el casco puesto, con ese enternecedor aspecto de hormiga atómica, lo cerré todo, salí corriendo de allí, la abracé y lloré un par de lágrimas saladas. "Ay, pobrecito, ves, eso te pasa por entrar en internet". "Me siento fatal". "Ven, tonto, te invito a un helado".
Y eso es lo que pasó.

viernes, 16 de agosto de 2002

Jolín, qué lectores más ratas, casi que lo más rastrero es lo de manuma, haciendo como que está leyendo en chino. Lo mismito que hacen mis amigos cuando les pido pasta, que es como si les hablara en chino. Pues nada, hale, me voy de vacaciones hasta el 17 de septiembre. Si no tengo tiempo para despedirme bien hoy o mañana o no tengo DINERO para conectarme desde ningún lado (o a cris vigilando todos mis movimientos), no os veré hasta entonces. Y si se me acaban hasta los números rojos y me rompen la Visa en algún prostíbulo de Amsterdam (lo he visto hacer en una peli) y me tengo que quedar allí toda la vida despachando toallas, pues la cosa se nos va a hacer más larga. Yo no descarto nada. Besos.

miércoles, 14 de agosto de 2002

Acabo de venir del cajero y veo que mi cuenta corriente se aproxima peligrosamente a los 500 euros... en negativo. La verdad es que no sé en qué me he gastado las últimas pagas que incluían varios extras inesperados. Bueno, el destino de la de verano sí que me lo conozco, ha cubierto los 1.200-1.500 euros que tenía en números rojos desde hacía un año. Pero el resto, pues yo que sé, vengo a trabajar en taxi casi todas las mañanas; como en un sitio estupendo que vale mil quinientas (y está tirado, sólo el pan debería costar ya eso) y suelo invitar a quien me acompañe; las noches de los fines de semana suelen ser largas y a saber cuánto y en qué, a quién invito y lo que me dejo en taxis y puertas de discoteca... Me gasto también 415 euros mensuales en pagar mi habitación, sólo para poder disfrutar de una equipadísima terraza de 200 metros cuadrados en el barrio de Salamanca, aunque llevo muchísimo tiempo quedándome casi ningún finde en Madrid, los festivales han sido un dineral, sobre todo el fib, en el que sólo en pastillas me gasté unos 100 euros (y nadie me las pagó, malditos). Que sepais que no soy tan manirroto y ahorro mucho en ropa y nunca me compro un disco que no sea pirata. Ahora, eso sí, en el supermercado me voy a por lo más caro y si me apetece regalarle algo a alguien, no me hace falta ni plantearme que la amistad está a una distancia interestelar del sucio dinero, así que nada de andar mirando las etiquetas del precio... Bueno, pues a pesar de este estilo de vida tan razonable, calculo que al final del verano me juntaré con una deuda de unos 1.500 euros, qué coño, seamos realistas, nos pondremos en 2.000. Así que, siguiendo la inspiración de mi neoyorquina alma gemela financiera, karyn, he pensado que deberíais ayudarme a saldar mi deuda futura con el malvado banco y la taimada Visa. Hombre, os va a salir un poco caro, porque tampoco es que entreis muchos en esta página, he calculado que, por la media de 100 visitas diarias, os saldrá a unos 20 euros por cabeza. Los que entreis dos veces al día, 40. En fin, no sé si el cálculo es así, porque luego hay gente que entra una vez por semana o una vez en la vida o en la época de bodas para buscar las famosas "poesías que lee el padrino a la novia". Y están también los que no querrán aportar nada, los que se van rebotaos porque sigue sin aparecer Isabel Gemio desnuda por aquí (a ver, Isa, guapa, mandame unos iconitos para colgarlos, que ya es que no sé que hacer, te garantizo –podría jurarlo sobre la Biblia– que me tapo los ojos cuando tenga delante tu sagrada imagen).
Pero bueno, lo que digo yo, que entre amigos no nos vamos a poner miserables. Mandad los 20 euritos y luego, lo que me sobre, lo dedicaré a obras de caridad, como Karyn. A reservarlo para el próximo verano o a dejar propina a los taxistas. Hoy es un buen día para que hagas la buena obra del mes, como Zipi y Zape Zapatilla. Y si en todos los meses de tu vida nunca te habías planteado hacer ninguna, pues más a mi favor, recórcholis.

martes, 13 de agosto de 2002

Me duermo en los entierros
de mi generación

Empezamos donde lo dejamos, la boda de Jesús. Después de pillar ná más y ná menos que 16 pastillas para el fib (con dos que llevaba, 18, órdago), me fui a la tierra perdida en que nací con el cálculo exacto como para llegar 20 minutos tarde a la ceremonia. La novia se retrasó 25 para esperarnos a los que veníamos de fuera. Qué bonito detalle, mis amigos, los de entonces, no parecen los mismos a veces. Me puse en la foto finish con todo el mundo. Parezco calorro del todo con esas melenas que no me corto desde junio (del 2001) y mi traje gris, que después de lo que hemos pasado se merece otra oportunidad en la tintorería. Hablé de desamor con Rafa. Ahora toca ser egoista, amigo. Los dos quereis mantener la amistad, veros cada día. Eso os hace sentir mejor. ¿Y cuando aparezca otro tipo? ¿Querrá seguir quedando contigo? ¿Cómo te sentirás entonces? El consejo de siempre: decide tú, antes de que decidan por ti.
En la boda había una tipa que me odiaba.
Hace muchos años, Jordi le rompió el retrovisor de un culazo en las fiestas de un pueblo. De aquél coche pequeñajo salieron como veinte tipas vociferando. Después de escucharlas con atención, su respuesta fue: "hala, un pis y a la cama". Entonces entró en la escena un amigo de las víctimas con una contundente frase en la que dejaba claro que se ciscaba en el Creador. Yo por aquél entonces salía algunas noches con una inmensa cadena rematada por una cruz con una gema de plástico en el centro. 20 ó 21 añitos, los sinsentidos eran lo más divertido. Levanté las manos, alcé la voz. "¡eso sí que no! has ofendido a Dios y me estás ofendiendo a mí". Inesperadamente el tipo se calmó y se disculpó: "hombre, yo no quería decir eso". "Nonono, podemos discutir lo que querais, pero sin ofender a Dios Nuestro Señor". Mientras nosotros nos sumergíamos en la polémica teológica (vaya esto está pareciendo una historia del feo), ellas volvieron a increpar a Jordi. Otro "pis y a la cama" y se largaron cabreadísimas. La siguiente vez que vi a una de ellas, morena, wapita, pero rara, fue en las fiestas de mi pueblo. Perdido, borracho y sucio junto a la peña de las Raquíticas (rebautizadas así por su generoso volumen corporal, joer maldita la hora en que me subí con dos de ellas al Pulpito Loco sin tener en cuenta la física, concretamente la parte que habla de la fuerza centrífuga. Salí centrifugado), ella me señaló a sus dos amigos, con cara de brutotes. "¿Por qué le dijiste a mi novia que un pis y a la cama?", "je yo no sle lo dije, fue llordi", "venga atrévete a repetirlo ahora", "je yo no s lo dij, fue...", "ahora no eres tan valiente", "je yo no se", "venga, venga". Bueno, parece que lo de razonar no funcionaba, así que usé mi nefasto truco favorito, con el que más moratones he conseguido: ponerme chulito. "Joye, que estás en mi pueblo, jomos treintaypico Gayumbos y están todos dentro de jesta peña..." Eso lo entendió a la primera, fuese y no hubo nada. Tampoco sabía mucho de espacios y volúmenes, porque en aquel cuartucho cabían apenas 6 ó 7 raquíticas. Y dándose tetazos alegremente cada 2X3. Los de mi peña a saber dónde andaban, los cabrones. Tengo records en el Guinnes como niño perdido de todas las fiestas.
La mujer aquella estaba en la boda de Jesús y Sus. Y siguió mirándome fijamente durante toda la noche. Qué miedito. Hay gente muy sicópata por ahí, y si se juntan con otros muy paranoicos que también habemos, pues ya está el lío montado. El mundo está hecho por pares de contrarios (Parménides). Si no hubiese estado con su novio (confirmado: le gusta el modelo Conan el brutote) deberíamos haber echado el polvo pluscuamperfecto aquella noche. Yo temiendo por mi vida y ella poniéndose más y más a base de palpar el punzón picahielos de debajo de la cama. Esos ojos como platos, brrrr, escalofríos me da.
Pero más bien lo que hice fue lo de siempre, meterme una rayita antes del primer plato, una pasti después de la digestión. "Estoy mejor que Julio Iglesias", me decía Jorgito. Me aburro de hablar de drogas, de subidones y bajadas. Lo que quería era saltar y hacer el Brutus. Intercambié miradas de quinceañero con la amiga de Jesús. Cuando me fui a la barra, ella se puso al lado, y mira que era larga y estaba vacía (la barra, la chica era más bien voluminosa y densa). "Hola, tú eres XX –a saber– la prima de Jesús, le he preguntado antes por ti", "sí, jajaja" (piensa, piensa, rápido, rápido, hay que decirla algo) "mmm, deberías sacarme a bailar luego", "vale, jajaja", "pero salsa no", "vale, jajaja", "ni pasodobles", "jajaja", "mejor cuando pongan algo para torpes...", "sí, jajaja", "vale, luego nos vemos". Un gatillazo social lo tiene cualquiera, pero después de deprimirme un ratito (mira que soy negao) me consolé pensando que si ella estaba interesada no se sentiría mucho mejor. La verdad, su conversación no fue de enciclopedista del siglo de las luces...
Luego tuve un encuentro con el padre de la novia, el padrino. "¿Qué tal todo? ¿ha estado todo bien?", "pues sí, oiga, pero lo importante es divertirse, lo de la comida y los detalles es lo de menos. Y nos estamos divirtiendo todos mucho mucho" (unos minutos antes el novio me comentaba: "¿quién me lo iba a decir? me lo estoy pasando bien en mi propia boda", "joer, me lo estoy pasando bien hasta yo"). El padrino sopesa mi respuesta y mi copa, entera. Prueba un poco sin pedir permiso y me dice "gefoorjlisforge divertirse je fe juje aserejé", a lo que le contesto, "diga usté que sí, lo importante es pasárselo bien en las bodas, y..." En lo que trato de exponer mi teoría coge el vaso y se lo bebe de un único trago. Me deja con la palabra en la boca y se va a por otro incauto, que no hay barra libre. Qué tío. Lo que pasa es que así el único que se lo va a pasar bien en la boda es él, pero vamos, lo que yo digo, admirable. Antes en la comida, hablando con mi amiga V. la belga, con un bonito vestido rojo, sobre si se debería meter una rayita o no, había declinado la oferta porque no quería montar un escándalo. "Es que no llevo ropa interior". "Ah, entonces tienes razón, mejor que no". El mundo es así de razonable. Luego el raro soy yo.
Al final nos fuimos a una disco de mi ciudad, la capital del imperio en la época de Isabel y Fernando, por más señas. Aquí la actividad preferida de la población joven es salir a los bares, pagar las copas como si fueran hidromiel y aburrirse. No hables con nadie. Ellos te van a mirar mal, quizás te empujen o te insulten. Ellas se sienten autorizadas a ser tan groseras o estúpidas como puedan, que es mucho. Allí, en el Charlot, había dos de esas. Supongo que habían estado hablando entre ellas al principio de la noche y ya no tenían nada que decirse. Con la mirada perdida bailaban sin ninguna gracia o una se sentaba y la otra movía poco y mal las piernas. Rubias teñidas, con un gusto para vestirse de tres meses y un día más multa, no poseían ningún talento físico evidente. No estaban drogadas. Se habían gastado mil duros en copas para aburrirse hasta el amanecer. Mi amigo Javi estaba enfarlopado y decía que una de ellas le estaba mirando todo el rato, pero que no la iba a entrar, porque es un cagueta.
Javierito es un tipo muy inteligente, con mucha labia, arquitecto, trabaja un montón y vive con sus padres, así que en un par de años ha debido de reunir una pequeña fortuna. Se ha comprado un reluciente BMW blanco después de cargarse un Vitara en las fiestas de mi pueblo. Se salió de la carretera mientras bajaba la ventanilla, contestaba el móvil y cambiaba la música del cassette a la vez (el coche, siniestro total, la pareja de la Guardia Civil se río tanto de su pedo y su desorientación que ni le hizo la prueba de la alcoholemia). Más de una vez se quedaba con las chicas que a mí me gustaban. Tiene una voz extraña que se parece a muchas otras, como a la de Coque Malla (el hombre sin personalidad, le llamaba en el cole), pero que termina siendo envolvente y atractiva. Lo mismo escribía un poema que no estaba mal que dibujaba un retrato perfecto de Marilyn. Nos organiza las excursiones y lleva un diario de viaje con dibujos y anotaciones bastante graciosas. Pero Javierito hace mucho que no pilla con una chica. Bueno, en realidad hace cosas raras. Como una vez que se lió con una rubia estupenda (que yo me había pedido primero, pero es que esto no es como el reparto del hueso de caña del cocido) y terminó poniendo una batería de excusas incoherentes para irse a casa y no tener que acostarse con ella. "Es que le olían fatal los sobacos", dijo él (pues una duchita, joer, que eso le puede pasar a cualquiera). "¿Es gay?", preguntó ella. Otra vez, aprovechó cinco minutitos en los que me fui al baño para agarrar por banda a la chica que me estaba intentando ligar y soltarle un rollo de los suyos. El cura, le llamaban. Pero a ellas les encanta oirle hablar, así que a partir de entonces le perseguía, le llamaba, le tenía una hora al teléfono, y él, tan currante, la colgaba enseguida porque estaba con un proyecto. Se quedaba hasta que se iba él y le llevaba a casa. La rechazó más de una vez. Hasta que una noche alcohólica la intentó besar. Eva la Cachonda (y ese mote no se lo he puesto yo, fueron sus amigos) que es mala mala y malaje, aprovechó para vengarse y le dijo que no. Seguro que tenía ganas, pero la sed de mal es más fuerte que nada en algunos súcubos. Y podría contar muchas historias más, pero queda claro que el hombre desaprovechó nosecuantas ocasiones hasta que de repente se encontró con la autoestima por los suelos y bloqueado cada vez que se cruzaba con una humana hembra. He oído conversaciones suyas desastrosas ultimamante (del tipo "¿estudias o trabajas?"). Y a partir de ahí (o antes, no sé) lo de las mujeres se convirtió en una obsesión, el centro de su vida, según creo. Y como no intentaba nada, no conseguía nada y la cosa fue cuesta abajo hasta llegar al momento actual, donde ya no podemos caer más, tenemos que empezar a excavar.
Así que me pareció una buena idea acercarme a la rubia destalentosa y tratar de presentársela. no perdíamos nada, y si conseguía una respuesta positiva podían cambiar las cosas para Javierito. Con mi mejor sonrisa, con la voz más amigable y seductora que encontré, me aproximé a ella y le dije: "hola, ¿qué tal? te va a parecer una cosa de quinceañeros, a mí también me lo parece, pero he pensado que podía presentarte a mis amigos y..." Nisiquiera escuchó lo que le decía, que tampoco era precisamente El cantar de los cantares, a mitad de la frase dijo un "NO" agresivo, como de "aparta, insecto", y se dio media vuelta para seguir aburriéndose durante la siguiente hora, sin hablar con su amiga ni con nadie. En estos casos suelo quedarme con ganas de gritarlas que no saben lo que se están perdiendo, un polvazo, una conversación divertida, un amante perfecto, un amigo fiel, muchas cosas que nunca vienen mal. Pero no merecen más que que me dé la vuelta y no lo piense ni un segundo más. Algo difícil, soy un chico sensible y empastillado. Esta ciudad se va a caer de aburrimiento, encoge y se queda sin aire, como la habitación de Chloe en La espuma de los días. Cada noche me escupe el reflejo de todas esas almas en blanco y negro. Pena y asco. Pero aquélla recordé por qué hace dos o tres años que no hablo en los bares de allí con ningún desconocido que no me hable primero a mí. Que pasen muchos más. Hay caminantes suficientes en el resto de las rutas. Donde hay vino beben vino, donde no hay vino, agua fresca.
PD: Y si después de todo esto alguien se anima a sacar de su cebolla mental a Javierito le regalo algo, un viaje, un libro, un beso, lo que sea.

viernes, 9 de agosto de 2002

Que todavía no. Las vacaciones, la semana que viene. Lo siento en el alma, pero estos días he estado "enfermo" y ahora estoy "ocupado". Preparando el verano, que se presenta movidito. Por una cagada mía de última hora no me voy quince días a Dakar, sino una semana a Dublin. Así que llevo un par de horas convenciéndome de que está bien, no pasa nada.
Porque con todo el tiempo y la energía que sobre, puede que luego a Melilla y a Amsterdam, puede que me pase por Sevilla y Málaga, puede que visite Marruecos o Portugal, puede que me acerque aún a algún otro festival y, el fin de fiesta confirmado, a Nueva York a mediados de septiembre. Y quien sabe si escribiré o no desde alguno de estos lugares. Pero me pica no hacerlo. Estoy pikachu del todo. Quiero contaros mi fib y todo eso. A ver si el domingo. Besos, sobre todo para ti, shazam, y sorry a todos los que les debo cartas y pajillas de estas de las mías.

jueves, 1 de agosto de 2002

Mañana me voy a otra boda de otro amigo (es que ya como que sin comentarios) y el sábado a Benicasim, si encuentro una puñetera combinación de autobuses. Así que que os vaya bonito hasta el martes, que el lunes no trabajo (tampoco). Os debería contar mi martes con Cris, pero es que estoy un poco desganado. Me aburre el tema, me tiene muy mareado. Resulta que se enrolló con un pollo en Fuerteventura. Aprovecha que a mí, en teoría, no me parecen mal esas cosas, pero es que no es lo mismo un rollete de una vez que que se pase tres días con él y sus amigas y me venga contando que era muy divertido, muy majete, tenía DIEZ años menos que yo... Y que cómo va a ser borde con él ahora. "Pues niña, eso si que no es negociable, o quedas mal con él o quedas mal conmigo, tú verás". Al parecer era el único tío disponible a varios kilómetros a la redonda. Coño, que se lo deje a sus amigas, que las hay vírgenes, traumatizadas por una ruptura reciente, con ganas de... Y es que mi Cris es un poco egoista. Tenía muchas dudas sobre mí, pero después de un orgasmo arrasador, de esos de temblarle todo y decir incoherencias, me contó que se le había pasado, que me quería mucho otra vez y que estaba muy cansada y que zzzz. Lo suyo es lo de hoy por ti y los otros 364 días por mí. En el fondo me produce ternura, me recuerda a cuando cambiaba tebeos de pequeño en una plaza de mi aldea. Como viera a alguien muy interesado por uno de los míos le pedía unos cuantos a cambio. Nunca suelta nada que no haya sido recompensado a priori, me está pareciendo.

Os dejo una descripción que le he colocado a bob en un comentario. Sed malos. Ah, el enlacito: bob. Mas me ha mandado la fórmula mágica para que los enlaces se abran apart. Gracias, churri. No, si como siga así, al final esto se va a convertir en una web decente. Y eso sí que no.

VyF: Tengo 29 años. Mi vida ha girado siempre en torno a la palabra escrita, así que algún día debería pararme dos minutos y reflexionar sobre lo que eso significa y lo que eso me condiciona. Siempre me meto en relaciones que no, sólo que ahora me doy cuenta de que no, aunque no haga nada por evitarlo. Por suerte, el sexo ya no es tan importante para mí como antes, pero eso no quiere decir que haya dejado de quedarse con el 80% de mis esfuerzos vitales. Empiezo proyectos. Hace tiempo descubrí que la ficción no era lo mío y decidí escribir artículos de opinión y reportajes creativos. En vista de que o no me los publicaban o no me los pagaban, lo dejé. Ahora he rellenado ese vacío con un diario en internet. Debería publicar un libro de una puñetera vez, pero va a tener que ser autobiográfico y de casquería sentimental. Para eso haría falta que careciese absolutamente de pudor. Ya ves tú qué problema.

martes, 30 de julio de 2002

Permitidme ponerme repelente. Acabo de mirar mi contador y estaba a una visita de batir mi marca. Auguro que registrará una cantidad de pinchazos enorme, como la de Nazaret el día que menos tiene. Y con este pedazo de diesño de retaguardia. Y justo hoy, que el dire me ha dicho que hemos pulverizado los records de ventas de la revista con el número de julio, en el que yo me escribí la mitad. En sus veinte años nunca había vendido tanto. "¿Y no te han dicho nada?", me preguntaba Cris. "Nadie tiene que decirme nada. Lo sé". Vale, pelín chulito, pero no está mal como colofón de un día en el que me he venido a la redacción a las siete de la mañana, sin haber dormido ni un minuto y Cris no se ha puesto al teléfono las cuatro o cinco veces que la he llamado.
Y no sé por qué la he llamado, debería haber dejado que el paso definitivo lo diera ella. Y así yo no me siento culpable y así pensaría que fue una decisión suya. Al final hemos hablado. "Esto nuestro ha sido pura Ley de Murphy, hemos ascendido hasta nuestro nivel de incompetencia, éramos un rollito estupendo hasta que hemos ascendido a novios a toda velocidad y has empezado a exigirme, a decir qué tengo que hacer, de qué no puedo hablar, cómo tengo que pensar... Y eso no, de ninguna manera". "Es que me cabrea que te cuente que hemos estado en una playa nudista y lo único que me preguntes es que qué tal están mis amigas desnudas. Eres un salido". "No, es que tengo ese sentido del humor retorcido. Mira, en la época en la que más ganas tenía de acostarme con cualquiera siempre la cagaba en algún momento con alguna frase que a mí me hacía mucha gracia y que a ellas les hacía perder todo el interés". "Es que eres un salido". "Nonono, es que hay que entender mi humor, se me ocurre una frase ingeniosa y no puedo reprimirlo. Cuando trabajé en la productora de televisión, nada más empezar, el primer día a primera hora llamé a información de telefónica para pedir un número. Se puso una tía y en vez de darme los buenos días dijo 'hay que ver la gente como está a estas horas, lo que se aburre', '¿por qué? ¿qué te ha pasado', 'nada, la gente que no tiene nada mejor que hacer a estas horas', 'pero ¿qué te han dicho?', 'nada, es igual', 'hombre, ya, termínamelo de contar', (...) 'que de que color tenía el coño –susurró–'. Estaba en una habitación enana, rodeado de gente del Opus, y tuve que morderme la lengua casi hasta llorar para no preguntarle '¿y de qué color lo tienes?'"
Luego Cris me ha dicho que seguía apeteciéndole irse de vacaciones conmigo y le he explicado que lo único que podíamos hacer era volver atrás y ser otra vez independientes, porque ella no podía ser el centro de mi vida a tantos kilómetros de distancia. Que no podía intentar cambiarme antes de conocerme. Que primero tendría que aguantar mis bromas y todo lo demás. Y yo sus cosas. "¿No has visto el anuncio ese de 'un amigo nunca es un pesado, es un filósofo'?". "No tengo tele". "Bueno, pues es igual, yo no soy un salido, tengo un sentido del humor raro. No me digas lo que tengo que ser, ni lo que tengo que hacer, porque me agobio. Primero entiende lo que soy y acéptalo, y entonces decide lo que quieres hacer conmigo". "Vale". "Bueno, cariño, pues luego te voy a buscar y nos tomamos una caña" "¡¡Que ya no me llames cariño!!".
Vaya, veo que lo ha entendido todo.

lunes, 29 de julio de 2002

QUÉ OTRA COSA PODRIA VER UN EXPLORADOR CANSADO/
DENTRO DE LOS LÍMITES DE UN METRO CUADRADO DE TRISTEZA

Todavía no lo sabe, pero me va a abandonar. Hablamos el otro día, dice que le han llamado del hospital, que tiene que volver a entregar unos informes, que no va a pasar la noche del martes conmigo. No le pregunté si me estaba mintiendo, no era la pregunta correcta. "¿Si pudieras pasarías esa noche aquí?". "No lo sé, después de la última vez me da un poco de miedo". Ya. Pero insiste en que pille unas pastillas para el festival de Benicasim. Fuera de nosotros nos querremos. No quiere saberlo, no quiere hacer otros planes para este verano, "todavía podemos irnos juntos, ¿no? los dos somos buenos compañeros de viaje". Me dejará, quizás después. No pasa nada. Otra muesca en la pared. Another brick in the wall. Perito en lunas. Buscando una luna que ande sola.

Cosas buenas, cosas malas y cosas ni se sabe de estos últimos días:
-El jueves conocí a Sam. Un poco perdido entre tantas encantadoras pijas locas por U2 (la frase que más oí aquella noche fue: "a mí me gustan, pero yo no soy tan fanático como toda esta gente que está aquí") fue una anfitriona dedicada. Me dijo tantas cosas bonitas que yo sólo pude agradecérselo con sonrisas enormes. Espero que dijeran lo suficiente. No hay nada como el abuso del alcohol y buscar enemigos comunes (como el relaciones públicas de las SS que nos echó del O'Neill) para hacer amigos. me di cuenta de cómo han evolucionado mis lecturas. "¿Lees a Lenin?". "Eeeeh, pues no, lo tengo pendiente, esto... –coño, ahí me ha pillado–" "A Leny mira y no se qué". "Ah, sí, a esa sí".
-Tuve que aplazar, contra mi voluntad, la redacción del poema épico La noche que conocí a Wonder Woman. Espero que siga vacante la plaza de macho temporal (la terminología no es mía, que conste)
-Viernes: lo que hice el viernes no se puede contar ni en este diario. Imagínate.
-Sábado: prometí que nunca volvería a caer, pero esta vez no lo quiero evitar. Y es que me hace volar. Fer, el médico, dice que me están volviendo paranoico. Liviana memoria. No recuerda que la frase "están todos contra mí", así, literal, era parte de mi repertorio desde el cole.
-Domingo: mi abuela me dice que si estuviera mi madre las cosas no serían así, que ella ya sabe donde estaría. Que cada vez la echa más de menos. Le sonrío y le acaricio la mano. Qué otra cosa podría decirle.

(podría ver todos esos días irrecuperables/ posándose como una bandada de pájaros imaginarios. B. Atxaga)

jueves, 25 de julio de 2002

DEJA VU

Anoche llegué a casa a las tres de la mañana, directo del trabajo. Me puse a ver Atrapado en el tiempo. Luego, estuve vomitando hasta las siete. He llegado a las dos al trabajo. El director estaba de viaje y el jefe interino, que soy yo, ha llegado seis horas tarde, así que, con muy buen criterio, todos se habían ido hora y media antes de la hora de salida oficial después de estar, muy probablemente, tocándose la nariz toda la mañana.

Buenos días, hoy es el día de la marmota.
Coño, las doce, hoy me echan.
Joer, y no tengo nada que ponerme, a ver en el montón de la ropa limpia... esta camisa parece que no está muy arrugada.
¡Taxi!
Joer cuanto trabajo, puf, mañana lo hago.
"No comas tantas guarradas de la máquina, ¿por qué no te vas a un bar y comes un menú?"
A ver si luego me acuerdo de cortar la línea de telefono que llevo pagando desde septiembre sin usarla. A ver si me acuerdo de llamar a mi padre, a mi abuela, a mis amigos. A ver si contesto los emails.
Uy, 19 de julio, ayer fue el cumpleaños de mi hermano J y no le llamé.
Por la tarde: "Hola". "Hola, churri, qué te cuentas". "Mira, que he pensado que mejor lo dejamos, te tengo mucho cariño, eres un chico muy interesante, pero hay algo que no funciona". "..."
Por la noche: "Oye Noe, ¿por qué no nos vamos a lo oscuro y te enseño una cosa?". "Mira, mejor que no, eres un chico muy interesante, pero..."

Buenos días, hoy es el día de la marmota.
Coño, la una, hoy me echan.
Joer, y no tengo nada que ponerme, a ver en el montón de la silla... esta camisa parece que no huele muy mal.
¡Taxi!
Joer cuanto trabajo, puf, mañana lo hago.
"No comas tantas guarradas de la máquina, ¿por qué no te vas a un bar y comes un menú?"
A ver si luego me acuerdo de cortar la línea de telefono que llevo pagando desde septiembre sin usarla. A ver si me acuerdo de llamar a mi padre, a mi abuela, a mis amigos. A ver si contesto los emails.
Uy, 22 de julio, ayer fue el cumpleaños de mi hermano C y no le llamé.
"Hola". "Hola, churri, qué te cuentas". "Mira, que he pensado que mejor lo dejamos, te tengo mucho cariño, eres un chico muy interesante, pero hay algo que no funciona". "..."
"Oye Ana, ¿por qué no nos tomamos la última en mi terraza?". "Mira, mejor que no, eres un chico muy interesante, pero..."

Buenos días, hoy es el día de la marmota.
Coño, las dos, hoy me echan.
Joer, y no tengo nada que ponerme, a ver en la lavadora... esta camisa parece que no está muy mojada.
¡Taxi!
Joer cuanto trabajo, puf, mañana lo hago.
"No comas tantas guarradas de la máquina, ¿por qué no te vas a un bar y comes un menú?"
A ver si luego me acuerdo de cortar la línea de telefono que llevo pagando desde septiembre sin usarla. A ver si me acuerdo de llamar a mi padre, a mi abuela, a mis amigos. A ver si contesto los emails.
Uy, 25 de julio, ayer fue el cumpleaños de mi hermana M y no le llamé.
"Hola". "Hola, churri, qué te cuentas". "Mira, que he pensado que mejor lo dejamos, te tengo mucho cariño, eres un chico muy interesante, pero hay algo que no funciona". "..."
"Oye Tan, ¿por qué no...?"

miércoles, 24 de julio de 2002

Es cierto, tengo una Basta cultura. De Alpha Flight a Omega Men, del Equipo A a Z de Zorglub, del zero al infinito. Es verdad que puedo analizar a bocajarro "La noche del cazador" en un bar a las tres de la mañana, aunque sólo después de ver la tertulia de los amiguetes de Garci. Y hasta puedo destripar el final, como ellos. Tiene razón Daurmith, profundo soy, a manera de pozo. ¿Cómo? ¿De dónde? La respuesta es fácil, el que quiera ser culto en sólo un día debe aprender las cosas de una manera agradable, accesible y que pueda entender, como yo lo hice. Por ejemplo, hablaba hace poco de Shakespeare. Todo lo que sé de él lo aprendí aquí, y se me saltaban las lágrimas de emoción. Tirad, tirad del enlace e iluminaros. Como escribió un sabio en un cartel colgado en el querido lavabo de mi lugar de trabajo (va cita): "no te dé ninguna pena, puedes tirar de la cadena".

PD: ¿Alguien me presta un cacho de espacio para colgar lo del soneto XVI de Shakespeare. Es que son cinco folios.

martes, 23 de julio de 2002

Había una rubia alta, joven, espectacular chupándosela a un madero en el rincón de una discoteca de la playa. All Inclusive por cinco dólares. Ultima hora, italianos borrachos música de mierda, pachanga italiana. Nadie veía nada. Chakira me había contado que detenían a las chicas a las que pillaban con extranjeros en zonas retiradas, playas, coches... Algunos policías (no todos, claro) les daban a elegir entre hacérselo con ellos o una denuncia que podía suponer ocho años de cárcel.

-Joer cómo esta Cuba. Llena de putas y pesaos.
-¿Sabes lo que te digo? Que las putas somos nosotros. Yo, que no voy a contar lo que he visto.
-¿Y por qué no?

¿Por qué no? Me pongo a escribir y hago lo que tengo que hacer, pero también hablo, de pasada, de la presión política, de las jineteras y de su control, de lo que hay que hacer para echar un polvo. Irse a la playa o a una pensión ilegal.

"¿Tú te lo has hecho alguna vez en la playa?", me pregunta anoche Cristina. Cinco plomizos segundos para darme cuenta de que ha estado leyendo mi reportaje, cinco segundos de duda antes de contestar. "No, nunca, por qué me lo preguntas, bueno sí, creo que he hecho algunas cosas, pero no me consigo acordar..." Diez, quince segundos mirando por la ventana. "¿Dónde estás?, ¿dónde te has ido". "No, es que no me acuerdo, creo que sí... sí, vi como una pareja se lo hacía mientras nos mirábamos en Larrabasterra, una playa nudista de Vizcaya, bueno, y a otra a medias y creo que fui con mi ex alguna vez y nos miramos con otras parejas, pero hacerlo hacerlo, nunca". Soy temerariamente indiscreto conmigo mismo. Vosotros lo sabeis mejor que nadie.
Sé que se acabó o, al menos, que es el momento de dejarlo, mientras haya recuerdos divertidos.
Luego, la noche empeoró.

lunes, 22 de julio de 2002

Sumergirme en Cristina. Cuerpo y alma. Dejarme llevar. Emborracharme hasta que me caiga. Ponerme de pie sobre el techo de coches en marcha y gritar que soy el rey lagarto. Gritar. Llorar riéndome. Escribir las palabras más hermosas de los versos de esa lengua. Romperlo todo antes de morir. Abrir todas las ventanas. Lanzarme y volar. Romper cristales a patadas. Comerme la hierba a bocados. Saltar. Gritar.
Soy un puto negro del universo.
Virgen y furioso.
Y te imaginas que no saliera
mañana el sol por ningún lugar,
que este momento
tan sólo nuestro
se hiciera eterno en la madrugá.

Esta noche llega Cris. Va de camino a Fuerteventura, creo, con unas amigas. Me preguntó qué me parecía que hicera ese viaje quitando días de nuestras vacaciones. Le contesté que "saludable". He tenido tantas dudas este fin de semana que necesito cantarme esa canción de la Niña Pastori para que vuelva a apetecerme Cris. Es la que le canto cuando nos duchamos juntos.
Lo que pasa es que he tenido un fin de semana asqueroso, todavía preocupado por el maldito cierre, que tenía que haber estado resuelto hace diez días, vaya cagada. El jueves salí a las seis, dormí un par de horas y volví, el viernes salí a las siete de la mañana. Me he perdido una despedida de soltero y la comida del cumpleaños de tres de mis hermanos. Nadie me cree, todo el mundo piensa que no he ido porque soy un desastre y un pasota. Una mezcla de ambas. Al menos se acabó.
...hasta el mes que viene, claro. Me pasa lo que a Nazaret, que cada 28 días mi vida es una mierda.

Como todavía están llegando las pruebas y no me sentiré cómodo escribiendo aquí hasta que no esté todo liquidado, os voy a colgar una cosilla que viene a cuento de uno de los últimos pops de Tan, uno en el que clasifica a los tipos de los bares. Aprovecho para salirme de esa clasificación. Hace tiempo que no participo. Mi frase nocturna es "a mí que me entren" (con el resultado previsible de que como mucho me entre un calambre). Soy el yonki del fondo. Anda, cielo, hazme una categoría pa mi solito. Que cada día te pones más interesante y me pones más interesado.
Lo que os cuelgo es un reportaje que escribí para una revista de quinceañeras en la que también llevo la sección de Motor. O llevaba, porque veo que lo último que les mandé no aparece en este número. Vale, esta vez me pasé, llegó tardísimo, pero no soy un pulpo de cuatro cerebros. Además, que no había cosa más idiota que yo llevando una sección de scooters monísimas y cochecitos ideales. Yo, que no tengo carné de conducir y que soy un troglodita que piensa que el mejor modo de transporte es a caballo o a pie, que se conoce gente, y que cree firmemente que la camiseta color crema de Ibiza que llevo podría pegar de alguna manera con los pantalones verdes fosforitos que ya han salido en este diario.
A lo que iba es a que seguro que no me publican el reportaje, porque encima de mandar lo de Motor unas horas después de que la revista estuviera en imprenta (una mala tarde la tiene cualquiera) se me ocurrió acompañar el envío con una petición de dinero. Oportuno que es uno. Así que no lo veo claro. Y además, que este reportaje lo mandé en octubre y ni me han contestado. Soy un puto negro del universo, como Patti Smith.
Así que, con gran dolor de mi corazón, en vez de ganarme una pasta os lo dejo aquí gratis. Debería haber contenidos de pago en los blogs, snif

CHICOS PELIGROSOS

Los únicos golfos interesantes son esas porciones de mar que se internan entre dos cabos o los que aparecen en el cine o en la literatura. O sea, los de ficción. Lo malo es cuando uno de verdad se mete en tu vida. Los conoces porque tú o tus amigas os habéis topado con alguno de esta especie. Son listos, egoístas, falsos, van a lo suyo y han perfeccionado una táctica que les funciona muy bien casi siempre. Lo único que buscan es un rollito, sexo o ampliar su colección de conquistas con vistas a alimentar su ego. Si te descuidas utilizarán tu punto más débil y acabarás llorando por los rincones, con el corazón roto o metida en un lío sentimental por su culpa. Tú única defensa es estar atenta y prevenida cuando aparezca uno de estos sujetos. Al fin y al cabo, sus trucos no son tan difíciles de detectar.


1.- Clasificación

-El "consolador" atrapa a sus victimas entre las depresivas y ariscas, tristes y despistadas. Si respondes "vaya" a una pregunta neutra tipo "¿qué tal?" pondrá en marcha su radar y te intentará demostrar que no todos los hombres son iguales, o sea que él es diferente y se preocupa por ti... hasta conseguir sus objetivos. A.- Para librarte de él: Nunca le confíes tus problemas, porque sabe muy bien qué hacer con ellos. B.- Para caer en la tentación: Móntale un numerito con llantos de mentirijillas y problemas de telenovela. Se lanzará directo a por la presa sin saber que se va a convertir en el cazador cazado.

-El completista. Se marca objetivos, y quiere probar, por ejemplo, con todas las letras del alfabeto, así que se le encienden las antenas cuando encuentra a una chica con un nombre que empieza por W y haría cualquier cosa por una que empezara por X A.- Para librarte de él: Reniega de tu nombre: para él te llamas Ana o María. B.- Para caer en la tentación: Invéntate un abuelo materno danés o de Zimbabwe y dile que tu nombre es Xena o Zorione.

-El coleccionista: Este cuenta en su lista con chicas con todos los colores de pelo, de ojos y de uñas. Se le ha complicado el trabajo desde que aparecieron los tatuajes. Su sueño es Elena Anaya, que tiene un ojo de cada color. No es tan exhaustivo como el completista, pero tiene querencia por las chicas que cuentan con algo diferente. A.- Para librarte de él: Morena y con el pelo recogido estás muy guapa y pasará de largo. B.- Para caer en la tentación: Córtate el pelo al cero o tíñetelo de verde. Si lo que quieres es una relación muy breve, colócate un tatuaje de quita y pon.

-El acumulador: No sabe decir que no ni dejar a la anterior, así que se junta con seis ó siete novias a la vez. Cuando le descubren se hace el ingenuo con excusas como “es que no quería hacer daño a ninguna” o “es que tengo un corazón muy grande” . En realidad sabía muy bien lo que estaba haciendo. A.- Para librarte de él: Si no quieres ser la octava mujer de Barba Azul tienes que estar muy atenta a sus extrañas desapariciones, a las llamadas intempestivas al móvil y mandarle a paseo pero de verdad. Una buena venganza es organizarle una cita sorpresa con varias de sus víctimas. B.- Para caer en la tentación: Olvídate de los celos. Al fin y al cabo un chico compartido es mucho más llevadero.

-"El poeta"; Ese eterno tierno, que tan bien comprende a las mujeres y que sabe decir en el momento adecuado lo que quieren escuchar... Te leerá poemas que no ha escrito él o te cantará una canción al oído. Este es transparente y se le suele pillar pronto, aunque siempre quedan incautas... A.- Para librarte de él: Ataca su ego. Si comentas en voz alta lo cursi que es lo que acaba de decir no le volverás a ver el pelo B.- Para caer en la tentación: Suspira embobada ante su última “creación”. No necesitas hacer nada más.


2.-Reconócelos por sus trucos

-Separar a la oveja del rebaño. Insiste en llevarte al otro extremo del bar con la excusa de jugar un Trivial o acompañarte hasta la barra. Lo que quiere es que no estén tus amigas delante cuando emplee todas sus armas. Un truco que le funciona muy bien es perseguirte cuando vas al baño y acorralarte a mitad de camino, Como ves, tiene instintos de depredador.

-Emborracharte. Te ofrece otro tequila, le dice al camarero que cargue más la copa o pide otra ronda antes de que termines la anterior. Dos horas de este tratamiento conseguirán que a tus ojos el chico se convierta en Brad Pitt o Jonathan Brandis, aunque al día siguiente descubras que se trataba de una auténtica albóndiga con gafas.

-Hacerse la víctima. Aprovechando tu instinto maternal te cuenta todas sus desgracias. Nadie le quiere, sus padres son unos tiranosaurios, su ex novia le pegaba… La historieta irá creciendo a medida que vea que funciona y que tú le tratas de consolar por todos los medios. Cuando te dé suficiente pena estarás ya blandita como una magdalena… lista para mojar.

-Darte la razón. Te dice exactamente lo que tú quieres oír. Increíble, parece el chico perfecto ¿Cuál es el truco? Muy sencillo: ha estado leyendo entre líneas mientras hablabas. Explícale lo mucho que te apasiona el ciclo reproductivo de los caimanes australianos y te dirá que a él también ¡Qué coincidencia!

-Contacto físico. Te pasa la mano por el pelo o por la mejilla, te roza “involuntariamente”, te agarra para bailar incluso cuando ponen tecno… Y, como no eres de piedra, a lo mejor picas y termina llevándote a su terreno.

-Tirar de cartera. Aunque te resistías al principio, van pasando las horas y te das cuenta de que lleva toda la tarde pagando sólo él. Te sientes un poco culpable y sin fuerzas para decirle que no a nada: de alguna manera tienes que corresponderle… Eso es lo que quiere. Mejor hazle un cheque en una servilleta.


3.-Test
¿Tu novio es un chico peligroso?

1. Te tienes que ir pronto a casa
A. Una despedida corta con cara de pena y sale corriendo detrás de un grupo de lobas. Sólo le ha faltado decir “¡Yupi!”.
B. Si te vas tú ya no tiene nada que hacer en la calle. Te acompaña hasta tú casa y va directo a la suya (en la otra punta)
C. Se va con tus amigas


2. No vas a poder salir en todo el fin de semana
A. Le da mucha pena, pero desaparece y no vuelves a saber nada de él hasta el lunes o el miércoles.
B. Mensajes al móvil, llamaditas de ánimo... Te cuenta que ha ido al cine con su madre. Tus amigas le vieron irse a casa prontito el sábado.
D. Ha salido con sus amigos, y el domingo te llama para contártelo.

3. Le confiesas que le quieres.
A. Te contesta que él también te quiere y en menos de dos minutos te pide algo (que le dejes irse con sus amigos, que le prestes dinero, que le hagas eso que tanto le gusta…)
B. Te contesta que él también te quiere y en menos de dos minutos te ofrece algo (invitarte a cenar, comprarte un regalo, hacerte eso que tanto te gusta…)
C. Te lo hace repetir durante toda la noche.

4. Te presenta a sus amigos…
A. … pero como si no te los hubiera presentado. No te ha dicho el nombre de ninguno, te ha dejado en una esquina y se ha puesto a hablar con ellos.
B. … como si les estuviera enseñando un billete de lotería premiado
C. … y les pregunta que qué les pareces.

5. Se ha perdido durante dos horas
A. Vuelve muy contento y muy agitado. Te besuquea y te dice que te ha echado de menos.
B. No ha bebido ni una copa desde entonces y tiene cara de sueño. Te pregunta: “¿dónde estabas?”
C. Te le encuentras bailando con un grupo de chicas


MAYORIA DE A: Has caído en las manos de un ejemplar que cualquier día protagonizará un episodio de National Geographic. Un auténtico depredador. Se las sabe todas. Será mejor que empieces a pensar en ti misma y que, directamente, le abandones. O al menos pon en cuarentena cada una de sus palabras. Pero si no puedes vencerle únete a él: aprende cada una de sus artimañas y haz un master gratuito en cara dura. Puede venirte bien para el futuro.
MAYORIA DE B: Tu chico no ha roto un plato en su vida, el pobre. Pórtate bien con él, porque se lo merece. Quizás eches en falta un poco de emoción en vuestra relación, pero en estos casos es mejor que falte a que sobre.
MAYORIA DE C: El chaval apunta maneras, pero todavía puedes contrarrestar todos sus trucos sin problemas. Es un aprendiz que sólo puede ser peligroso para las más incautas. Síguele la corriente un ratito, hasta que te aburra, y párale los pies cuando sea necesario.

Como era la primera vez que escribía en ese tono y en esa revista, les mandé un email a las chicas de publicidad para que me dieran la opinión femenina (son las que me presentaron a Ana la Cocainómana, que empezaron viéndome como a un hombre soltero y han terminado tratándome como a una mascota. Casi lo prefiero. Por lo del cariño). Esta es la respuesta de la jefa:
"Asunto: Chavos peligrosos
Vaya, vaya que sorpresa por fín hay un hombre que describe "tal cual" de que palo vais.... increible!!!!
congratulations"
Un escalofrío de orgullo, pero de acojone, recorrió mi espalda. ¿Estaba desvelando más secretos de los aconsejables? ¿Soy un repugnante traidor?

lunes, 15 de julio de 2002

VAMOS PALLÁ

Jueves de hace dos semanas: nos cogemos un pedo tremendo el dire y yo en la fiesta cubana. Me dice que ve que tengo mucho futuro (una sola vez) pero que no se puede ser tan lento, que no se pueden entregar las cosas dos semanas después, que la calidad en este trabajo es la rapidez, que un redactor que tarde quince días en entregar un reportaje no es rentable, que cuando sea colaborador tarde lo que me dé la gana, a ver de qué vivo, que... (durante veinte minutos ininterrumpidos). Vale. Cogido. Se pone a departir con alguien de la organización y yo hablo con la churri más cercana. "Preséntame a tu amiga". "Es mi madre". Coño, qué mal ando de la vista. "¡Pues cualquiera lo diría!". Se va el jefe. Se va la chica, me invita a una rueda de prensa al día siguiente. "Oye, y porque no vuelves y nos vamos a tomar algo". "Vale, dejo a mi madre y vuelvo". Me quedo hablando con una amiga suya que no sabe dónde irse de vacaciones. "No hay nada como echar un polvo en una playa cubana, pero no te lleves a tu novio, claro", le recomiendo. Frase incorrecta. Me voy al baño. Me encuentro con el relaciones públicas de un bar de moda en el que hicimos una fiesta de la revista en la que trabajaba antes. Delante de mi hermano dijo aquella vez: "a ti te conozco de otros ambientes". Mentira podrida, pero no me iba a poner a desmentirlo en ese momento tan peliagudo. Pío, pío, que yo no he sido, disimulamos. Al rato lo repitió delante de la relaciones públicas de la revista. Le enviaron una carta para quejarse de eso y otras cosas. Yo dije claramente que no quería que esa historia tan tonta apareciera en la carta. Ni puñetero caso, quitaron mi nombre y la mandaron. Fue el día que conocí a Ana la Cocainómana, cuando su amiga me preguntó si era gay antes de presentármela. Al parecer la historia se difundió por toda la fiesta. "Es que ahora no hay ni un chico soltero y que esté bien que no lo sea". Luego Ana me aclaró que, según ella, el que no lo era, era aficionado a los tríos o a los intercambios. Hay gente que se encuentra con gente más rara que yo. El caso es que el jueves acabé haciendo las paces con este chico y me invitó a ir a Cuba con él y unos famosillos. Maravilloso. Lástima que justo esa semana me vaya a poner enfermísimo. Cuando volví dentro, no quedaba nadie y estaban barriendo. La churri aquella me había llamado al móvil para decirme que no venía. La otra se había escapado sigilosamente. A ver, lógico. Así que ¿para qué irnos a casa? Llame a mi amigo Rafa el sumiller, y me fui a buscarle a un bar en el que me metí el primer trozo de tripi de mi vida (digan lo que digan por ahí). No sé, no fue nada, un poco exaltado y un poco pedo, ná más. Acabamos, a eso de las seis, en un bar boliviano casi cerrado. Una panda de chavos intentaban, con cierto éxito, meter mano a un grupo de españolas aficionadas al baile y al sexo con americanos, actitudes admirables, pero no por mí ni en ese momento. "Oye tú, que aquí nos van pegar un tiro", "pero si se llevan todos muy bien, ¿no ves como se quieren?", "ya, pero si entra la banda rival por la puerta y empieza la balasera no van a preguntar si somos de la banda o no". Intenté entrar en el baño, pero había una pareja follando evidentemente contra la puerta. Entre en el otro, que tenía un cesto con unas tizas para escribir en las paredes y puse algo así como "cabrones, os voy a dar pal pelo" u otra frase agresiva estilo South Park. Cuando salí, el camarero entró detrás y supongo que lo leyó, así que cuando nos íbamos se disculpó, según Rafa, por los follarines del servicio. Se encogió de hombros, movió las manos con cara de pena y balbuceó "speed". Lo intentó otra vez "el speed". Cuando iba a por la tercera, dijo Rafa: "ya, ya, el speed". Lo que une la noche, cómo nos entendemos todos. Mi Crispi estaba de guardia, así que decidí llamarle y presentarle a Rafa. "¿Qué? ¿te hemos despertado?". "No, salgo ahora de trabajar", "coño, ¿y a qué te dedicas? ¿eres puta?". La famosa sutileza de Rafa. Recuerdo aquella Semana Santa que pasamos en Salamanca para que yo me olvidase del feo abandono de Ana Punto, mi lectora. Tuve que esquivar al hermano de una joven a la que llevamos a casa de la abuela de Rafa y que decía que la había violado en el suelo del baño. En fin, 100% de probabilidades de que no fuera cierto, pero así es Rafa, que se pasó una hora en el baño con aquella chica, que el caso es meterse en líos. Como nos lo gastamos todo en cerveza, el hijo de una amable vecina nos traía sopa y otras viandas baratas. Pero como Rafa le llamaba chacha ("oye chacha, que ya hemos terminado, que te puedes llevar la olla") nos quedamos sin comida gratis. también es el mismo tipo que me mantuvo en Londres durante dos meses (el tercero me mantuve yo como pude) y que se gastó todo mi sueldo de una semana (con el que me pensaba independizar de él) en un ratito que pasamos en un bar gallego. Fabada, dos botellas de vino blanco, callos y no sé cuantas cosas más a precio de beluga. Le perdí la pista durante demasiado tiempo, creo que desde el 97, y hace unos meses me le encontré por casualidad en una callejuela. Iba en su moto, y de paquete llevaba a un catalán que estuvo con nosotros en Londres aquellos tres meses. Casualidades. Pero lo primero que hizo fue llevarme a un bareto en el que me clavaron mil duretes por cenar. Liante es la palabra. Ahora, le han dado una columna de opinión en una revista de gastronomía, y quiere que se la haga yo. ¿Pa questán los amigos? Le he dicho que vamos a hacer historia, que vamos a revolucionar el periodismo gastronómico. O eso o quedarnos en casa, nada de medias tintas.
Llegaba a casa a las siete de la mañana y llamé a Cris para decirle unas cuantas guarradas que, por fortuna, ya no recordamos ninguno de los dos, qué bien que las palabras se las lleve el viento. También le conté lo de la chica que había conocido y que me había llamado al móvil, edulcorándolo convenientemente para no quedar fatal y que no se vieran mis malas intenciones. Sentado en la terraza, hablando a gritos por el móvil, pedo perdido, le pregunté si yo estaba tan bueno como para producir ese efecto. Me dijo que no, que para nada, que lo que pasaba es que como tenía un trabajo interesante, quedaba muy bien para contárselo a las amigas. Y vuelve a por otra, gilipollas. Es que no se puede ir tan sobrao, que la pobre Crispi también tiene su corazoncito.

El viernes creo recordar que fue cuando conocí a mis sobrinas nuevas. La niñera rumana era de peli de la Gestapo, pero las niñas no están mal. Sólo que ahora no saben hacer nada y son un rollo.

El sábado me habían preparado una cita en mi ciudad natal con un constructor que quiere denunciar a unos funcionarios por que le quieren cobrar unos kilitos de nada de comisiones. Le aconsejé que se comprara un micrófono para unirlo a la grabadora que ya tenía y se lo puso en el reloj. Ya está grabado, ya están en el bote. Sólo hay que esperar a que solucione su asunto, pagando o sin pagar y luego, a publicar el reportaje. Le recomendé que antes de hacer justicia, se asegurase lo suyo. Que la historia es muy golosa, nunca he hecho algo así, pero uno tampoco es un buitre. Que se sepa.

Por la noche, reencuentro con mis amiguetes. Le dije a Fer, el médico, que tenía algunos problemillas sexuales ultimamente. "¿No se te levanta y sigues tomando pastillas?". "No es que no se me levante, es que antes funcionaba como un reloj y ahora no tanto". "¿Como un reloj? ¿O sea que salía a las en punto y a las y media y soltaba unos chorritos?". Después de recabar la opinión médica decidimos ir a por unas pirus. Luis ha vuelto a casa después de tantos meses golfeando por Gijón. Así que hablamos de un tema que le tenía guardado hace tiempo. "Vamos a ver, todo el puto año dando el coñazo con que para enrollarse con una tía hay que hacer esto y esto y esto, que si hay que ir por libre y no en grupo, que si hay que ser más enrollado, que si patatín y patatán, y resulta que me dice Patricia hace unos meses, que lo que pasa es que tú estás bueno y tienes morbo. ¡O sea que todo ese coñazo, y en realidad eres un inútil que estás bueno! A mí no me vuelves a dar un consejo más". "La verdad es que tienes razón. Y tiene mérito lo tuyo siendo tan feo como eres". Fue una noche de reencuentro plagada de hostilidades. Tanto que no pude salirme del papel y me puse borde con un portero de discoteca, con el consiguiente peligro para mi carita.

La mañana de aquél domingo fue bastante pesada, con una vuelta a casa llena de arrepentimiento por parte de todos menos de mí. Aún así, dejo las pirulas... para ocasiones muy especiales. Me decía hoy Cris que eso ya lo había dicho antes. Pero no, antes dije ocasiones especiales, y ahora, ocasiones MUY especiales. Es que de las especiales las hay casi todos los días. Aprovecho para deciros que las pirus son malas. Lo principal es que seguro que me están jodiendo el cerebro, aunque nadie haya notado la diferencia. Pero de lo que estoy muy seguro es de que:
a) te crean problemas de sueño, no soy capaz de dormir por la noche y no soy capaz de llegar antes de las doce al trabajo, cuando debería entrar ¡a las ocho! ¿Cuanto más duraré así en el trabajo de los sueños de tanta gente, como lo definió mi dire el otro día?
b) te crean disfunciones sexuales. No me preocupa todavía, pero podría llegar a ser una putada. Además, no te apetece enrollarte con una desconocida, ni entrar a nadie en los bares. Estás en tu mundo.
c) acaban volviéndose una diversión triste y obsesiva. Si no tienes pastis parece que no te vas a divertir. Cuando llevas tantas, ya no es tan fuerte ni tan divertido.
d) un paranoico pastillero acaba convertido en una redundancia.
Que conste que creo que hay que saber usarlas y entonces sí. Mi edad y mi formación no están mal para este tipo de cosas, y al principio las usé como un método para conocerme. Pero no tengo suficiente voluntad, como casi todos. Así que, sólo para festivales, mi viaje a Amsterdam y ocasiones en que todos las tomen, celebremos algo y no haya moros en la costa del día siguiente.

Toda la semana escaqueándome. No puede ser, ya no tengo edad. Un día que llegué brutalmente tarde, me puse el traje, para que pareciera que venía de una rueda de prensa o para imponer más respeto y que nadie se metiera conmigo. Son trucos peregrinos, que más o menos funcionan, como escaparse del cole andando hacia atrás (como en los tebeos de Mortadelo), encabezar la chuleta de economía escrita en la mesa con un "sociología" que despistase al profesor, añadir a una M de mal que me había puesto en un examen autocorregido una B para que se quedase en MB (muy bien) y contarle al Cid Cateador que es que eso era lo que se ponía en el colegio al que iba antes, con la consiguiente bronca –odiaban el colegio del opus al que iba el año anterior, me odiaban a mí–, vomitar por toda la casa y explicar que lo que me había sentado mal de las doce botellas y el queso que nos habían regalado por ganar el concurso vestidos de nube, era el queso, utilizar el chantaje emocional y sexual como ÚNICA forma de comunicación con mi pareja... Y etcétera. No puedo pasarme la vida escaqueándome, usando sucios trucos infantiles. Un día me pillan.

Este jueves se cumplían diez años desde que se fue mi madre. Lo que daría porque me acariciara el pelo, con la cabeza apoyada en su sofá. "Ay, Felipito", me decía. Y no, no es mi nombre. Es el del amigo de Mafalda, que leía tebeos, vivía en otro mundo, tenía dientazos y nunca nunca hacía los deberes.

viernes, 5 de julio de 2002

CINCO DÍAS DE NOVIEMBRE

Me escribe The Fire (http://cgi-bin.spaceports.com/~thefire/iamthefire copia y pega, el enlace no funciona)
diciéndome que va a usar un poema que colgué por aquí abajo el 10 de abril. Y como me apetece recordar mis cinco días de noviembre con Ana la Cocainómana para llevar la contraria a julio, y como la respuesta en los comment se me salía por los lados, le contesto aquí:

"Y el poema, úsalo, claro, la idea era eso, cerrar aquello, escribir en activa lo que sufrí en pasiva, aunque sin mentirme, claro. Lo que pasa es que en él explico las cosas que nos pasaron en los cinco días que estuvimos juntos,
"con tu cepillo eléctrico", cuando la observaba mientras se cepillaba los dientes con su cepillo eléctrico ("comfrate uno, ef mu bueno fara lof vago' como nofotros"),
"con tu sobrino, ahora/ que ya sabes limpiarle las caquitas", cuando la enseñé a cambiarle los pañales a su sobrino mientras el resto de su familia se metía una raya en el salón,
"con tu lunar y con tus tatuajes", cuando acariciaba su lunar y el tatuaje de su tobillo (¿dónde estaba el otro?),
"Te dejo con tus largas noches blancas/ en que buscas, tal vez,/ la voluntad perdida,/ el amor imprevisto,/ o una risa afilada", cuando la acompañaba cada noche con la farlopa y me llamaba inútil porque no sabía hacer ni el turulo,
"Te dejo unicamente un par de notas", cuando la dejé sobre el cojín en forma de corazón la nota "scrito está en mi alma vuestro gesto/ y cuanto yo escribir de vos deseo/vos misma lo escribiste, yo, lo leo" de Garcilaso y esa otra de Lorca "si te vas te quiero más,/ si me quedo, igual te quiero,/ tu corazón es mi casa/ y mi corazón tu huerto"
"un par de camisetas," cuando nos acostamos, la primera noche y sin habernos liado antes, con dos tontas camisetas de Playboy y sin nada debajo (lo poco que duramos haciendo como que íbamos a dormir),
"dos canciones", cuando oíamos las dos canciones de los discos que dejé en su casa: cuando salí de la ducha y tenía preparada en su cd Las cuatro y diez de Aute cantada por Mónica Molina (chica encantadora que, de alguna manera, estuvo al principio y al final de los cinco días: el primero, cuando llame a Ana para que viniera a la fiesta de su disco y nos reencontramos y el último, cuando se había acabado todo y me llamó para felicitarme por la entrevista, Mónica me recuerda a Ana y viceversa) o cuando le canté la otra canción que no he vuelto a escuchar, la de Los Secretos (¿cómo era?),
"Ya no más telegramas,/ no sonará el teléfono en mi nombre,/ no te haré más visitas en los sueños", cuando le escribí mensajes (dos veces), le mandé emails (dos veces), le escribí un poema (sólo uno) le llamé (dos veces) y no contestó. Aquél recuerdo no se merecía estropearlo con la insistencia que me pedía el cuerpo,
"si sigues extrañando/ mi nariz, mis orejas,/ mis labios y otras cosas familiares", cuando me dijo que le gustaba mi nariz pequeñita, mis orejas pequeñitas, mis labios gruesos y sobre todo esa otra cosa familiar, lo que más,
"Te dejo con la incógnita/ de no saber qué quieres,/ si me quieres,/ si quieres que te quiera", cuando me dijo que me quería...

A lo mejor a vosotros no os pasaron exactamente las mismas cosas. Puede que fuera conveniente que hicieras una versión, añadiendo vuestras propias historietas. Más que nada para que no piense que te has equivocado de chica o que tienes un poema tipo. O quizás eso sea precisamente lo mejor. Suerte."

La primera mañana que desperté con ella me dijo "quédate todo el tiempo que quieras" y se fue. A las doce decidí que ya era suficiente con tres horas de retraso y me dispuse a ir al curro. Me duché con la puerta cerrada. Me tapé con una toalla. Recogí mi ropa aquí y allí y la amontoné en el centro del salón. Tomé mis famosos calzoncillos gays (semitransparentes, me los compró V. la belga y son escandalosos), me quité la toalla y... Bueno, mejor, os copio el email que le mandé a Ana al día siguiente:

"Cómo no creer en el azar. Venimos de ahí, de una casualidad que juntó dos de oxígeno y una de hidrógeno y que desencadenó una sucesión de azares que desembocan en este email. Las cosas más bonitas de la vida pasan por casualidad, como que tras una conversación tonta ("tu eres gay?") a alguien se le ocurra presentarte a la chica más guapa y más lista del baile y que acabes pasando con ella la noche más divertida, tonta y tierna de los últimos tiempos. A veces el azar no es tan impredecible, y era lógico que me encontrara con Blanca en la máquina y que ella observara con atención mi pelo de recién salido de la ducha a las 13,15, mi barba de dos días, mis ojeras y etc... También era previsible que mis compis de al lado me dieran, a esta hora, unos buenos días como con retintín. Los que no creen mucho en las contingencias son los guardas jurados, que no se han quedado muy convencidos cuando les he explicado que, curiosamente por segundo día consecutivo se me ha olvidado el pase para entrar al edificio, cosa que no me había pasado en dos meses. Deduzco que no son devotos del azar por la cara de "de donde vendrá éste con estas pintas". Pero lo más prodigioso que me ha deparado la casualidad hoy no ha sido nada de esto. Después de deambular por la casa con la toalla puesta, he elegido precisamente el salón para quitármela y ponerme los calzoncillos, y esos cinco segundos han coincidido justo con el momento en el que entraba la asistenta que NADIE me había dicho que venía. ¿Cómo no creer en el azar?

un besín, estoy como muy contento y como muy tontorrón, como que se me nota en la cara"

Sólo añadir que cuando vi entrar a la señora de la limpieza por la puerta, con los calzoncillos en la mano la primera frase que pasó por mi cabeza fue "¡su madre!". La señora se encerró en la cocina hasta que el pervertido abandonó la casa deseándole "¡que tenga usted un buen día!".

miércoles, 3 de julio de 2002

LO JURO POR LA CARA DE HOGAZA DE MARY JANE WATSON

Hay gente por ahí que no tiene vergüenza. Por ejemplo, están esas dos niñas inteligentes, que, sin embargo o a consecuencia de, no tienen vergüenza. Ya sabeis, esas dos, daurmith y eva. La primera desaparece para darnos un zuzto o la muerte (si alguien no se sabe el chiste que me lo pida, me niego a repetirlo a no ser que sea estrictinamente necesario). La segunda dice que se ha ido a Galicia. Y luego está dementa la de las cartucheras (¿o eran pistolines?), que dice que lo deja un rato y se va a estudiar para ser periodista. ¡Para ser periodista a escribir! ¿eh?. Y te lo digo con todo el mal rollo, que para eso he estado entrando en tu página vacia nosecuantas veces. Pues vale, no penseis en nadie, hala, que yo voy a hacer lo mismo y desaparezco una semana. Lo he hecho a manera de huelga os lo juro por (ver título).

Y ahora que os he dado esta explicación que os debía como alcalde vuestro que soy (os–debo–una–explicación–y–esa–explicación–que–os–debo–os–la–tengo–que–dar), os diré que venía a cuento a proposito de lo mucho que me habeis echado de menos y de la cantidad de emails que llenaban mi buzón preguntándome que dónde estaba (o sea, ni uno, claro que no es tan raro, teniendo en cuenta que la única lectora que me conoce, Anita Punto, no sólo pasa sino que además no se pone al teléfono porque le han dado un masaje y está tirada en la cama. Hala, pa que nos vamos a inventar una excusa). Pues bueno, después de la jeremiada vamos con mi semana del orgullo gay. Telegráfica, que son demasiados días.

Enlazamos con la fiesta de la revista masculina en la que me quedé el martes pasado. Lau casi se duerme de pie. De vez en cuando despertaba para decir "mira, Gayola Berrocal", "mira el ex de la ex de el ex". Más que nunca estaba justificado el pastillazo. En la zona vip y ante mis jefes, ole, torero. Las chicas, sonámbulas, se van. Kike y yo nos quedamos observando a los pibones. "Vamos a sentarnos donde se vea bien a la de negro", me dice. Le explico que esa chica si no fuera vestida como un objeto de lujo no despertaría nuestro instinto consumista sexual, que si la miras bien tiene poco por arriba, poco por abajo, nada por el centro y menos pa dentro. Me da la razón. La de teorías que nacen y mueren en las terrazas de verano mientras ves pasar o quedarse a las starlettes del barrio (bueno, en realidad siempre pasan).
Todo va subiendo, me deja en casa, me cojo un taxi, me voy a la sala Sol. Modernillos de mierda. En mi época (¿lo de "en mi época" lo he puesto yo?, ni lo borro, es un lapsus arqueológico que merece la pena conservar) eran conocidos como pijos y hasta eran más simpáticos, porque no estaban tan preocupados por recordar qué era lo que tenían que decir o por dónde se llegaba la última moda alternativa. Los lacostes los compraba mamá y no había que estar pendiente de las cambiantes modas musicales o estéticas. En cuanto al cine, Rambo, Rocky y películas con las que se lo pasaban como enanos. Me imagino lo que se tienen que aburrir estos pobres modernillos volviendo a ver Holocausto caníbal o Karate a muerte en Torremolinos. Son unos tristes. Ahora ser pijo es toda una carrera. Antes era taaan fácil... Esto es lo que deben de ser los JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) que nos profetizó la publicidad.
A lo que íbamos: aquella noche les odié porque tras pagar la entrada tuve que aguantar una sala vacía con cuatro guachis sentados en los escalones y oyendo ¡chill out! ¿Pero qué coño es eso del chill out? Si alguien se entera que me lo expliqué. Por lo que sé es una música que te baja la pastilla y acompaña como ninguna los impulsos suicidas y las depresiones de los adolescentes granulientos.
Así que me voy al Mito, discoteca semigay y la única que abre hasta las seis y media un martes. Sigo metiéndome trocitos, porque me da la sensación de que me han vendido ketamina y esto no sube. Pero sí, se me va la mano y estoy por las nubes en un ratito. Y ahora llega el momento en que la cago, ese que no puede faltar en ninguna de mis noches vírgenes ni en ninguno de mis días de furia. Del grupo de travestis que bailaba conmigo y me decían nosequé cosas que yo no entendía muy bien. Se descuelga una. Pega su frente a la mía, se frota y nos enrollamos. A celebrar la semana del orgullo gay. ¿El motivo? Bueno, es el estandar en estos casos: "en ese momento me pareció buena idea". Veo que este razonamiento ya lo he esgrimido alguna otra vez y me temo que seguirá apareciendo invariablemente en mi vida a no ser que me olvide de la liposucción y me decida por el transplante de neuronas, que me está haciendo más falta. Así que lo llamaré "razonamiento tonto número 1". Seguro que nos lo volveremos a encontrar por aquí. Abreviemos: se llamaba Tiffany, tenía un cuerpazo, ejem, trabajaba en la casa de campo, desayunamos juntos, me llevó a "su casa", un cuarto de pensión en la calle Montera que olía a semen, me dijo que me quería porque era bueno, que no quería mi dinero, me puso música romántica, Luis Miguel y eso, nos tumbamos en un colchon que se atisbaba debajo de todas aquellas manchas y cuando se durmió me marché y vi desde la puerta una escena dantesca (del anillo número uno, concretamente) que nunca olvidaré: recuperados más o menos mis sentidos, sobre la cama descansaban los muslazos de un mulato descolorido que roncaba, con una peluca naranja y ropa interior de mujer.

Lo siguiente fue presentarme en mi trabajo, por una vez antes que nadie, y aguantar hasta las tres de la tarde como un campeón. Creo que se me fue tanto la mano con las pirulas que ha sido el día en que he estado más despierto, aunque eso sí, me eché la siesta obligatoria en el suelo del baño.
Luego me fui a comprar el móvil nuevo, y en lo que me lo preparaban, me metí en la biblioteca de mi barrio a leer Víboras atrasados, que es para lo que me llegaba el coco. Y justito. Pero al parecer, ni eso, porque me quedé frito. Tres horas dormido como un tronco en una mesa colocada en alto desde la que me veían y supongo que me oían estudiantes y bibliotecarias. La salida, dando tumbos y con la melena revuelta, fue aún más espectacular. Menos mal que ya me habían quitado el carnet hasta septiembre por los gigantescos retrasos. Una patada en el culo como multa suplementaria tampoco hubiera estado mal.

Al día siguiente estuve en la presentación de una guía que ha escrito Mamoncín. Menuda mierda de rollo ultra conservador que nos soltó: que en Madrid no se puede andar con niños por la calle, que sólo hay putas y yonkis... Una rubiaza neumática con toda la pinta de ser supernumeraria del pepelín, se enfurruñaba cada vez que se metía con el alcalde (como dice María Jiménez "Ah, sí, ese que era un fruto... eeeh, ¡el manzano!" ) y sacudía su hermosa cabeza pantene pro-v escandalizada. Estuve a esto de solidarizarme con ella y pedir a gritos el "litros de alcohol corren por tus venas". Quién te ha visto y quién te ve, Mamoncín, de "rey del pollo frito" a "cuido mi chiringuito". Y es que ese día también me había metido mi trocinín de pastillín. Es lo malo de tenerlas en el bolsillo, es como lo de los euros pero peor: te queman y te queman y te queman hasta que las gastas. Es evidente que uso fatal estas drogas. No son para los días de diario, la coca sí, pero esto es para finde+tecno+amigos. Bueno, pronto se me pasará la tontería.

El viernes vino Crispi. Tuvimos una serie de disfunciones sexuales, empezando por la de siempre, que se corre y se duerme. Yo es que casi lo entiendo. Ellas están acostumbradas a la precocidad masculina, a que, en todo caso, somos nosotros los que curramos, porque lo suyo es más difícil y lo nuestro más fácil. Pero es que yo soy una excepción. Y si puedo tomármelo con calma, acariciar, morder, lamer, susurrar, vuelta a empezar y etcétera, no sé porque no lo puede hacer conmigo una chica que se supone que me quiere. A la tercera vez que se dio la combinación de te corres-te duermes tuvimos la mega bronca. Nos reconciliamos en la cabalgata del orgullo gay, en Sol, coincidiendo con que me quedé muerto contemplando como una pedazo de lesbiana que se parecía demasiado a mis sueños más confesables en este blog lo movía al ritmo de "a quién le importa lo que yo haga". También, a la vez, la desconocida amiga de su amiga, rodeada de gays y parejitas me ponía ojitos y me toqueteaba. ¿Quién era el pijo romántico que decía que el alma femenina era incomprensible? A tomar por culo Becquer. Otra coincidencia decisiva para nuestro reencuentro sentimental fue que pasamos por Montera y, mientras me escondía detrás de crispi, con todo lo difícil que es ocultarte tras alguien que mide 20 centímetros menos, el cóctel de celos, miedo y culpa propiciaron la hermosa reconciliación. Que es que somos así.
Luego vino lo bonito. Fuimos a la fiesta de la casa de campo, nos analizaron las pastis, que de ketamina nada, un MDMA estupendo. María Jiménez tremenda y Fangoria en pleno subidón y al aire libre... que os voy a contar. La chica monísima de la barra no sólo tonteó conmigo si no que me dio 30 euros de más. "Muy maja esa chica", "sí, sí", "oye, pero que me ha caído muy bien", "pues vete a hablar con ella", "es que me ha dado la vuelta de cincuenta", ole, ole, somos millonarios. Subiditas y subiditas. Cada vez que alguien me pedía un cigarro: "te lo doy si le das un abrazo a esta chica, que necesita cariño". Crispulina, desde el fondo de su colocón, se preguntaba por qué había tantos tipos y tipas que se acercaban a hablar conmigo y luego le daban un pedazo de abrazo. Y luego a casa, con la sensación del deber cumplido. "Hazme lo que quieras, pero dormida", "vale".

Me pregunto en que momento del pedo le dije que me iba con ella a Costa Rica. Qué horror, sólo hay monos y arañas. Y no deja de llamarme contándome las ofertas de vuelos. Dice que se va sin mí. No sé como explicarle que no me parece tan mala idea.

Y el lunes, como dice Mónica Naranjas, vino lo de "la puta realidad". Y eso a pesar de que me tocó la bono-loto, cuatro aciertos, 40,44 euros. Pero me han nombrado redactor jefe por el procedimiento de irse todos de vacaciones. Es bonito, sólo llevo seis meses aquí y confían en mí y eso. Pero lo malo es que no tengo sobre quién ejercer la jefatura, o sea que yo me lo guiso y yo me lo como. Y los puñeteros colaboradores lo dejan todo para el final. Así que como me caliente mucho, los echo a todos. Y cuando vuelvan, se van a encontrar esto como un solar. Viva la revolución.

Y esta noche, fiesta cubana o de djs. ¿Con cual me quedo? Venga, probemos suerte con la cubana.