viernes, 25 de abril de 2003

"Nació con el don de la risa y la convicción de que el mundo estaba loco"
(más o menos empieza así)

Ya he pensado que es lo que me quiero regalar para cuando termine toda esta locura laboral: Scaramouche. Muchos ratos con Scaramouche otra vez.

jueves, 24 de abril de 2003

HA NACIDO UNA ESTRELLA

Una nueva modalidad ha hecho su aparición entre los deportes olímpicos, el caming, por decir algo. Cuando nos hemos girado, la cama, que empezó en la esquina, estaba como a dos metros de una pared y a un metro de la otra. "Hoy si que hemos llegado lejos", ha comentado asombrada E la rompecamas. Yo ni he dicho nada ni había hecho mas que estarme quietito y un poco acojonao esperando el momento en que todo se hundiera y acabáramos en el suelo. Pensaba: este golpe en la cabeza puede ser el definitivo. Así no hay quien se concentre, claro.

Mis compis de piso me han contado que van directos en los descansos a cotillear esta historia de porno sentimental. O sea que es como si hiciéramos todos los días jornada de puertas abiertas, glups. Pues nada, pal próximo no la cerramos, ya total. O. se TIENE que hacer un blog pero ya, que está en desventaja, tú piensa que en caso de guerra eres la única sin órgano de propaganda, jeje. (y en caso de amor, también)

Entre una cosa y la otra estoy bastante ausente de mi nueva casa hasta cuando estoy presente. Es una pena, pero bueno, algún día acabaré el puñetero libro y estaré presente ruidoso y presente borracho y presente chistoso y presente (más) robacocacolas y presente promotor de salidas a destiempo y presente robalibros y presente cotilla y añorareis estos tiempos :)

Creo que hoy me he enemistado con los tíos que van a juzgar y condenar mi trabajo, el que me tiene sin salir de casa desde hace mes y medio, que se dice pronto. Gran jugada.

24 de abril por la mañana, el ejército desnudo cautivo y desarmado etcétera. "¿Qué tengo que decir para que pares? ¿qué me rindo? Pues me rindo". ¡Oe oe oeo! eso es lo que tiene el decirme que ya no voy a poder con la cuarta hora ¿¿que ya no voy a poder?? Tevaenterartú.

Anteayer me acosté a las 6 y me levantaron a las 8 con unas cariñosas bofetadas (eres un cielo). Hoy me acosté a las cuatro y me levantaron con una frase: "tranquilo, que no llevo ningún arma" (eres un cielo ocurrente). A ella le dolerá el pecho, le temblarán las piernas, pero yo empiezo a ver visiones. Y oigo voces. Nadie dijo que fuera fácil (pero vamos ganando, jeje).

Me pregunta que si me voy a ir a ligar hoy. Jaja, que graciosa. Pero si no puedo mirar a otra chica. O sea, que no puedo. Que me tiene dulcemente atrapado y no hago otra cosa en mis escasas horas libres. Que por cierto no eran libres, eran de sueño.

Ha habido un ratito que se ha enfadado conmigo. Y todavía no sé por qué. Se enfadaba cuando estaba empezando las frases, supongo que por la sonoridad. No sabía que hacer. Bua.

Ibamos a ser novios hasta el domingo, pero hemos cortado, creo. Llevábamos fatal el noviazgo. Ahora somos amantes otra vez. (FE DE ERRORES: que no, que me está amenazando con hacer lo que quiera si no somos novios hasta el domingo, y yo no sé que es eso de hacer lo que quiera, pero suena mu mal, así que nada, esto era una ERRATA)

Cada día es más hermosa. Desnuda mucho más. Ahora me acostaré y mi almohada olerá como ella. Y dormiré como un bendito. La felicidad atareada.

miércoles, 23 de abril de 2003

LA ROMPECAMAS

Yo estaba bastante quietito, lo juro, fue la rompecamas (oh, ya tengo un nick para ella) la que se estaba emocionando. Yo, a pesar de que me estoy quitando de lo de hacer comparaciones y listas y jerarquías en pleno ajo, que es una cosa superelegante, le comentaba que justo así parece que es una postura que gusta. Lo que pasa es que mi vocación es la de explorador, desde que hice, hasta el número dos, la enciclopedia de los jóvenes castores, y no puedo dejar lo de tomar notas y descubrir y conectar datos. Es un tic.
Así que yo le decía lo de la postura y me explicó que con ella se estimula esto y esto, y yo tomando notas, y la cama decidió ponerse a explorar también, el otro día llegó hasta la puerta y ayer parece que se había decantado más bien por la ventana, por el rumbo. Y de repente hizo ¡catacrok! y no sé cómo aparecimos en el suelo entre la pared y la cama y el colchón, que se quedaron inexplicablemente en diagonal.

Preocupaciones que se tienen y frases para decir ante un accidente de estas características (nosotros ya lo hicimos, que sirva para algo y os pille prevenidos)
a) para un mueble que tenía...
b) ¡el ordenador y la cerveza! seguro que se han caído
c) no, no, no, no te salgas
d) ahora sí que nos han oído, nos van a nominar
e) ¿ves como sí que estoy gorda?
f) ¿quién vive abajo?
g) definitivamente, me voy a tener que comprar una cama
h) ¿ponemos el colchón en el suelo o traemos la otra cama?
I) ¡no te vistas!
j) esto te va a venir muy bien para el curriculum ¡ROMPECAMAS!

Lo siguiente es sentarse en el suelo y reírse. Reír una hora.

lunes, 21 de abril de 2003

DE MAL ROLLO

Veo que la contabilidad de este diario va fatal, que los comentarios que antes lo llenaban de numeritos crecientes han migrado hacia latitudes más cálidas como los regazos más satisfacttorios de bandaluna y betty. ¡Pues muy mal!, pues vale, ¡pues no me dejeis comentarios! con lo que a mí me gusta leerlos cuando estoy hasta el culo de trabajo (no cuando tengo mucho, cuando estoy hasta el culo, con perdones).
Para acelerar esta decadencia progresiva y no sufrir más, vengo con dos armas infalibles:
a) pedirlos (me acuerdo de cuando os pedí dinero, que todavía lo estoy esperando, majetes)
b) publicar uno de mis (presuntos) poemas. El silencio suele ser absoluto y definitivo.

No sé por qué, el otro día me acordé de uno de cuando me dejo la innombrable, tiempos difíciles. Y completo. Para los tiquismiquis diré que no es que se repitan palabras, que es que los homónimos clónicos son lo que mejor rima entre sí, lo tengo comprobadísimo.
Y a ver si así os convenzo también de que esto es un blog serio, que la gente me dice que viene aquí a reirse y eso sí que no. Aquí somos intelectuales tol rato.
Va:

TIEMPOS DIFÍCILES

Se me agarra el recuerdo a la memoria
En los ratos más tontos:
Yendo en el autobús,
Viendo una peli mala,
Meando en el periódico.

Yo quisiera
Acordarme de ella
Cuando riego las plantas,
Cuando llueve
O cuando hago el amor con otra chica.

Pero nunca me acuerdo de las plantas,
Si llueve, corro sin pensar en nada,
Y, bueno, de follar ni hablamos.

miércoles, 16 de abril de 2003

PORNO

me levanto tarde
la almohada huele a ella y me voy acordando de todo lo que pasó anoche
conozco a Pilar, la asistenta, que lo primero que me dice es que tengo unos ojos muy bonitos
me compro unos calcetines de rayas con un tigre asomado arriba, con las orejas y la nariz en relieve
ella me escribe un mail cada diez minutos, yo le escribo un mail cada diez minutos
hablamos de organizar una importantísima cena de despedida, que vamos a estar mogollón de tiempo sin vernos, de miércoles a domingo
quedamos a las ocho y media, a las siete me escapo al super, compro su cerveza, el jamón que le conviene, soja, espárragos, anchoas, remolacha, la botella de aceite de oliva virgen más bonita de la estantería, vinagre de módena, me paro mucho rato frente a los tomates en rama, tomo una rama y no me convence, elijo otra y tampoco, al final me quedo con los mejores, tienen muy buen color, puede que mañana no sirvan, pero esta noche estarán perfectos
ya no puedo trabajar más
llega a recogerme, el pelo todavía un poco mojado, una minifalda vaquera que no es nada al final de esas piernas largas como un bastón de caramelo, la camiseta roja apretadísima que estrenó conmigo, una cara de felicidad y un besuqueo que no sabe ella lo que vale
pongo sal de ajo en el fondo de la fuente, corto los tomates en rodajitas finas, corto el queso fresco en rodajitas finas, corto el pavo en tiras, echo el perejil despacio, hacía cosa de un año que no cocinaba y antes de entonces otro año más, probablemente
leemos un artículo de una revista masculina que cuenta diez maneras de volverla loca, el primer orgasmo se consigue con un beso, el siguiente mordiendo los pezones, según un doctor tibetano que dice que el orgasmo pectoral es el segundo más frecuente entre las mujeres, no pone cuál es el primero, pero suponemos que es el de nariz, superfrecuente
me cuenta muchas cosas mientras cenamos, la escucho y la miro
nos entra mucha prisa por ir a la cama
pero me meto en la ducha y cuando salgo, ella me está esperando apoyada con cara de gatito en la pared, junto a la puerta del baño, dice que se aburría y que me echaba de menos
descubro que tengo agujetas, pero casi no tengo que hacer nada, porque a ella le gusta todo y a mí se me mueven las manos solas y esos son los beneficios del sexo con amor
luego me dice que invite a uno de mis compañeros de piso a la fiesta temática que tenemos: de sin ropa, de coronitas y de diminutivos, pero está dormido ya
seguimos y seguimos, me cuenta sus historias del pueblo, le cuento algunas de las mías, los pueblos de kastilla se parecen como una gota de Ribera a otra gota, me cuenta las cosas que le preocupan, seguimos y seguimos, me pregunta que si me va a matar, y le digo que sí que sí que sí, se vuelve a hacer un vestido con la manta, dice que lo va a llevar a una boda
tenemos sueño y se pone de espaldas a mí, la abrazo y le beso ese punto en el cuello y se le pone la piel de gallina, invariablemente, tiene la mejor postura, y me pregunta si la quiero yo, digo que no, pero al rato, con la excusa de que su pelo me hace cosquillas en la cara, me la quedo
nos despertamos a las cinco y ella ha soñado que le hacía cariñitos a otra y se enfurruña y me echa la bronca y me da la espalda, yo no entiendo nada, es más, no sé dónde estoy, necesito dormir, tengo unas ojeras espantosas y los pelos de tom jones, me abrazo a ella, creo que hasta me disculpo, quiero que sea mi almohada, pero tiene que irse con sus papás, que no se vaya
se arranca un colgante de oro con su inicial de la pulsera, dice que lleva tres años sin quitárselo, no sé dónde ponerlo, no tengo muebles, sólo cajas, lo coloco con mucho cuidadito, como si se fuera a romper, en un travesaño de mi única silla
son las siete de la mañana y no puedo dormir, llevamos unos días bromeando con lo de nuestra larguísima separación, pero ahora que ha llegado, otra vez con la almohada recordándome todo el rato el olor a pan nuevo y a verano recién cortado, me parece que son demasiados días, que qué voy a hacer, que no quiero
"Yo te voy a querer
como en las canciones de los Camela"

Me manda un correo. ¿No es preciosa?

>>¡que me voy ya! en breves minutos pero que me ha dado tiempo a leer tu mail, y a transformar este otro que me han mandado sin lo que hay entre paréntesis:
60 cosas que te puedo asegurar que están sucediendo ahora mismo,> >mientras tú estás leyendo esto:> >1. Alguien está muy orgulloso de ti. (YO siempre)> >2. Hay alguien que está pensando en ti. (YO como siempre)> >3. Alguien está preocupado por ti. (YO, porque no quiero que tengas que trabajar tanto, quiero que te diviertas) > >4. Alguien te extraña.( yo, jo! Ya lo sabes)> >5. Probablemente alguien necesita hablar contigo. (yo a todas horas)> >6. Alguien quisiera estar contigo. (también a todas horas)> >7. Alguien espera que no estés en problemas. (YO)> >8. Alguien te está muy agradecido por el apoyo que le has dado. (yo, eres un sol)> >9. A alguien le gustaría estrechar tu mano. ( a mi, y ya sabes cómo)> >10. Alguien espera que todo resulte bien. (claro que quiero que todo esté bien)> >11. Alguien te necesita para ser feliz. (yo, que tus mimos me hacen feliz)> >12. Alguien quiere demostrarte cuán importante eres. (Yo, ya sabes que lo eres para mi)> >13. Hay alguien celebrando todos tus triunfos. (yo los celebro contigo cuando quieras)> >14. Alguien quiere darte un obsequio. (yo, pero estoy pensando cual)> >15. Alguien está convencido de que tú eres un regalo. (Claro que lo eres)> >16. Es probable que alguien esté celoso por el resto de tus> >amistades. (¡eso no!)> >17. Alguien quiere acariciarte. (yo todo el tiempo, todo el cuerpo)> >18. Alguien que desea decirte "te quiero" (un pokito, un poco)>

martes, 15 de abril de 2003

Veamos: estoy a las mil de la noche de un sábado trabajando como un idiota, preguntándome qué narices hago aquí en lugar de estar dibujando nuestra silueta en el colchón de mi cama nueva, escribiendo sobre las bondades de un producto al que le estoy cogiendo una manía horrible. Soy una puta. No, ellas a veces saben decir que no, seguro que mantienen su dignidad mejor que yo.
Elisa me llama. Que si quiero que me pase a buscar. ¿¿que si quiero?? Cuando bajo, allí está sonriendo desde ese coche extraplano tan bonito. Abro la puerta y me encuentro a metro setenta y siete de jovenzuela espectacular, con una sonrisa afilada en la boca y en los ojos, el pelo de anuncio de L'Oreal y esas manos largas y acariciadoras, con un vestido negro minifaldero, el escote que trato de no mirar tanto, las piernas que parecen interminables pero acaban en unas botas altas que me están matando. Y que quiere besarme y que quiere llevarme a casa y que quiere venirse a casa. Dios lo que es existir no existirá, pero a mí me cae supersimpático Él también.
Se va a las siete de la mañana, en el intervalo le he detallado el plan para cuando tengamos las cuerdas, me ha dicho un millón de cosas bonitas y yo dos millones. Su chupetón ya se va borrando, quiero otro. Por problemas técnicos no he podido hacer mucho más que sufrir, hacer de manta, recibir su cuerpo haciendo de manta, hablar, besar casi cada rinconcito y sufrir. A la décima vez que me dijo que quería que quería que le apetecía mucho, me puse malísimo y ya no sé, perdí la noción del tiempo y el espacio y no estoy muy seguro de lo que pasó, porque ya sólo tenía una idea dominando a todo lo demás que pudiera pasarme por la cabeza. Pero eso no, eso seguro que no lo hicimos. Sus medias estaban destrozadas en el suelo cuando me despertó al mediodía su voz al teléfono.
-¿Te he despertado? Soy una egoista, sabía que ibas a estar dormido pero tenía muchas ganas de hablar conmigo.
Debo de estar soñando todavía (vale, si esto es muy empalagoso me lo decís, pero vamos poneros en mi lugar)

A las 4,20 AM del domingo estoy volviendo a casa yo solito recordando los bonitos tiempos en que tenía fines de semana y escribía sobre cosas que me motivaban o al menos decidía yo qué decir sobre la materia de los reportajes. Sí, fue hace tiempo, ya no me acuerdo. No hay taxis, los cajeros no me dejan cargar el teléfono para la llamada de mañana, tengo sueño y hambre, llueve mucho. Y no sigo, que esto parece un blues. A las 8 AM me llama, viene a hacerme una visita con el desayuno. ¿te importa si sólo dormimos?, sí, no te preocupes. Evidentemente no ha venido hasta aquí a dormir, pero es buenecita. Pero yo no. Salimos de allí a la 1,15 PM. Estoy definitivamente curado. Ella moja un dedo en el vaso de cocacola y lanza una gota sobre la colcha, canta conmigo, me da órdenes. No sé muy bien lo que significa eso, bueno, sí, que está mucho más relajada y, por lo tanto, mucho más hermosa. Por lo que veo es superreligiosa. Bueno, lo que es es un prodigio. Nunca se cansa, nunca dice que no, me va a terminar matando. O yo a ella, veremos, que a insistente no me ganaba nadie en mi vida pre gatillazos. Como no falla que algo falle, los condones no son de mi talla. Qué difícil, qué difícil es despegarse de esta chica. No quiero, no quiero, no quiero. Pero me deja en la puerta de mi trabajo. Parece que, de los dos, va a tener que ser ella la responsable.
Luego revelo unas fotos en las que está feliz, con esa sonrisa tonta que yo me sé. Quiero hacer una ampliación y colgarla sobre mi cama.
A las 8,45 PM mi cara sonriente da cabezadas sobre el teclado del ordenador. No sé muy bien dónde estoy, hay gente a mi alrededor, creo que alguien estaba hablando conmigo hace un minuto, abro un ojo. Si Dios quiere matarme así, hágase su voluntad

domingo, 13 de abril de 2003

Tú tienes que levantarte,
yo escondí el despertador.
tú llevas los pantalones,
yo no uso camisón.
vas a ver qué luna de miel
qué hoteles qué baños al anochecer
vas a ver que cielos y qué
canciones nos cantan al amanecer.

-me tengo que ir.
-nonono, está mal el reloj, está fatal, no es esa hora.
-¿quieres que me quede un poco más?
-bueno... si te apetece...
desnuda de cintura para arriba se agacha a dejar el móvil a los pies de la cama, es superelástica y hace un escorzo raro, porque el suelo está lejos, le asalto desde atrás y le beso la espalda, se la mordisqueo.
-¿Me hago un ovillo?
-Vale, y yo una esponja.

Aunque qué te voy a contar yo a ti, te lo cuento: a veces pasa, bandaluna, que a un ovillo le sucede Teseo y lo desenreda y se ayudan a salir del laberinto. En otras ocasiones las esponjas se bañan en sirope y se quedan compactas y empalagosas, pero tan a gustito. No pasa siempre ni para siempre, claro, y por eso hay que disfrutarlo con más de cinco sentidos, con todos menos el de la cautela.
Lo cierto es que sucede, sucede continuamente. Hay pruebas, científicos versos que lo certifican.
digo ¡puf!, y ella me pregunta que por qué.
porque es muy fuerte y muy bonito y muy físico lo que siento.
mientes, mientes como todos.
¿ah, sí? ¿esas tenemos? pues no pienso volver a decir puf.
al rato digo ¡bof!.

viernes, 11 de abril de 2003

CHICO AFORTUNADO
pensé: no quiero nada más que apoyarme en el balcón con la cerveza mientras ella se envuelve en una manta para ir al baño, recibirla con una sonrisa y un beso cuando vuelve con la manta convertida en un vestido sin hombros, con un corte perfecto, con sus brazos pecosos al aire, con la mirada baja y brillante, pensé, no quiero más que este momento, quiero Madrid, quiero a ella, todo es perfecto, mi vida está donde tenía que estar, he elegido todos los caminos correctos, todos los que me traían hasta aquí
pensé: nadie se mueve así, nadie, nadie se entrega con esa timidez, nadie me hubiera relajado con esa dulzura para que no vuelva a pasarme eso que te juro que nunca me pasa, nadie lo hubiera conseguido
pensé: llevo todo el día con Elisa en la cabeza, no, llevo toda la semana ¿y si me estoy enredando?
pensé: la quiero, pero no sé hasta dónde, no quiero saberlo no quiero medirlo, no quiero complicar las cosas sencillas
pensé: me encanta que me lo cuente todo, quiero saberlo, quiero que ella lo sepa, quiero que no nos mintamos, que la amistad sea lo que salvemos primero de cualquier incendio e incluso de una buena inundación, quiero que tenga su vida, quiero tener la mía, quiero que sólo nos juntemos para los buenos momentos ¿por qué no? quiero ser su amante, pero hoy no me ha gustado imaginármela con otro.

Coincidí con Elisa una mañana tonta valladolorana en casa de fer. La típica sesión cinéfila, al menos no eran las tres partes del Padrino ni Jesucristo Superstar esta vez. Elisa me gusta, nos gusta a todos, cada vez que la veo aparecer es como si se alzase un telón, siempre me sorprende, nunca la recordaba tan guapa. No lo sabe, ni lo sabrá nunca, que uno ya es perro viejo como para andar hablando de sus puntos débiles, pero me tiemblan un poco las rodillas cuando surge y no puedo dejar de mirarla y tengo la sensación de que estoy quedando como un tonto, y me pregunto qué habré hecho de bueno para merecer sus besos.
Las cosas empezaron con algunos roces que se convirtieron en caricias que se convirtieron en besos. Los más viejos del lugar recordarán mi miedo a los latidos de mi propio corazón. Aquélla noche pensé que se me escapaba, podía oirlo más que sentirlo, no se si estaba más excitado, nervioso, incrédulo o desconfiado. No me fiaba de mi mismo. Dos gatillazos con Silvia en mis dos últimas escenas de cama, escenas de serie B por mi parte, me habían dejado más tocado de lo que suponía. Quería acostarme con ella, quería dormir con ella, pero no sé, quizás sólo quería cariño, quizás me aterraba fallar justo esa noche, justo con Elisa. Fue ella la que me propuso dormir en su casa.
El camino hasta su cama no acabó con mis miedos. Ella se apartaba un poco, quería y no quería, demasiados amigos comunes, demasiada confianza como para que se olvidara de repente, como para que mis dedos recorriendo su eje desde atrás se convirtieran en unos dedos sin cara, como para que ante un "sabes muy bien" no recordara que hace unas horas yo era un amigo que le decía otras cosas con otro tono, con otra sonrisa. Todo tenía que salir regular, por fuerza. Pero nos teníamos el uno al otro, desnudos en una cama, justo dónde queríamos estar. Y ella me quitaba la manta y me abrazaba con fuerza y su voz me sonaba como una sinfonía, como un soneto en alejandrinos y no podía despegarme de su lado y sus besos eran cascadas, riachuelos, olas y mareas propicias, porque me estaba meando. La había conseguido sonsacar su punto débil, el hueco posterior en el cuello, y mis manos la recorrieron de espaldas mientras se lo besaba, y ella pensaba "me gustaría que me hiciera el amor, así, ahora", y a mí me hubiera gustado tanto oírselo pronunciar, porque no sabía, no estaba seguro, a ratos la sentía lejos, Aún no la conocía. Pensé: eres un chico afortunado, deja de pensar, acaricia su cuerpo desnudo.
NB: algunos de los datos de situación de este post son MENTIRA, porque me pidieron que los falsease para proteger la identidad de la prota. Y sus deseos son órdenes a punta de pistola y a mí me gusta hacer como que soy un caballero.

martes, 8 de abril de 2003

Bolero (para Jaime Gil de Biedma):

A ti te ocurre algo
yo entiendo de estas cosas
hablas a cada rato
de gente ya olvidada
de calles lejanísimas
con farolas a gas
de amaneceres húmedos
de huelgas de tranvías
cantas horriblemente
no dejas de beber
y al poco estás peleando
por cualquier tontería
yo que tú ya arrancaba
a que me viera el médico
pues si no un día de éstos
en un lugar absurdo
en un parque en un bar
o entre las frías sábanas
de una cama que odies
te pondrás a pensar
a pensar a pensar
y eso no es bueno nunca
porque sin darte cuenta
te irás sintiendo solo
igual que un perro viejo
sin dueño y sin collar.

jose agustin goytisolo
Que no me vendan más nada, que hoy no compro. Que no me toreen, que no me cuenten cuentos, que no me engaño. Que me echen 269 veces, a mí por todos. Que me vaya al desierto a fabricar oasis, para que mi soledad y mis lágrimas sirvan de algo.
Este diario, con sólo dos entradas, me tiene boquiabierto. Se le quitan a uno las ganas de seguir escribiendo.

sábado, 5 de abril de 2003

Jose viene del pueblo y salimos un rato. El Babia está lleno de chicas imposibles. Sobre todo una, morena, exótica, con un niki rojo, baila como el demonio. La contemplo un par de veces, aparta la mirada, aparto la mirada. Quiero ser un objeto de consumo sexual, pero no lo soy. Hablamos, bebemos. Bailar es hoy algo excepcional que me apetece del mismo modo en que se lo pide el cuerpo al público de Maria Jesús y su acordeón en el bar de la playa de Levante de Benidorm. La chica de rojo aparta la mirada, se ríe con su amiga. Jose parece más comedido que de costumbre, habla de drogas sin hipérboles ni anatemas, escucha cuando le digo que con tanta mini bronca se está preparando para enfadarse con todos, que a lo mejor el problema está en él. Mientras salimos, me grita que me va a decir algo, pero que no sabe como explicarlo sin que me enfade. El atasco me planta justo detrás de la morena. Me mira de reojo y se reclina del todo contra mí. Jose me dice: "mira, a mí me parece muy bien, cada uno puede hacer lo que quiera, tu amigo Santi me parece un tío de puta madre... -miro con extrañeza ¿de qué va esto? La morena baila apoyada sobre mí- ...pero eso no quiere decir que ser homosexual sea lo normal". Quisiera decir algo, pero estoy tan asombrado como paralizado, pero, no os lo vais a creer, mi timidez no me deja. "Mira Jose, a mí no me hables de lo que es normal, yo soy mu rarito".

Hoy voy a una comida. Presentan un libro, y por primera vez en mucho tiempo, me siento cómodo, a pesar de mi barba de tres días y mi camiseta guarrona. A mi derecha se sienta el editor. Hablamos de aventuras en África, hasta yo intervengo, el vino está riquín, me da su tarjeta para que le llame por lo del reportaje. Le digo que le llamaré para hablar de mi novela. La gente se me queda mirando. Qué vergüenza da lo de decir que eres escritor.

Crispi recibe un mail en el que le pregunto si era ella la residente esquizofrénica que se ha cargado a nosecuantos y me contesta que qué alegría oirme aunque sea por casos extraños, que todavía no se ha vuelto majareta del todo, que quiere saber qué vueltas ha dado mi vida, que espera que todo me vaya muy bien, que un beso.

Hace mucho que burbuja no me pide un poema. No sé nada de burbuja, cada vez menos. Seguro que está bien.

Betty me cuenta que me iba a invitar a comer, pero que estaba reunido cuando ha llamado. Está sola en casa y le propongo una fiesta de pijamas. Claro que Betty no usa pijama. Pues por eso. Me recuerda que prometí contarla un cuento. Le garantizó que se lo contaré, y que le remeteré las sábanas. Dice que eso no, que le da vergüenza, digo que eso es las primeras veces.

Hablo con la maquetadora, la rubia, por segunda vez desde que la conocí el miércoles. Creo que ha sido hora y media de estar pegados al teléfono, con muchas muchas risas, pero sin una insinuación ni un tonteo. Trabajo, opiniones sobre el periodismo en general, opiniones sobre lo nuestro en particular, trayectoria profesional, historias sobre pisos y la vida en Madrid, y planes de futuro. Planeamos montar desde Cádiz una revista para el sector de las funerarias. Ya existe una que trata temas como "los muertos en el cine" o "especial Drácula", y que en su publicidad ofrece urnas para guardar cenizas con forma de libros: el Quijote, Hamlet. Puede uno hacerse una biblioteca estupenda a medida que vaya cayendo la familia. Me cuenta que vive a la vuelta de la esquina, le cuento que voy a cenar solo en el VIPS. A las doce y cinco, hora y media pegados al teléfono, ni una insinuación, ni un tonteo, a los dos nos cuesta colgar, y, cuando lo hacemos, nos quedamos con una dulce sensación de vacío, de silencio amplificado, de ganas de más.

Me llama mi concuñada, que tiene miedo, que me vaya a dormir a su casa o se viene a la mía. Me voy.
Pero antes llamo a Rafa. Me cuenta su último proyecto sobre el libro que tenemos que escribir. Me dice que me vaya a Sevilla, que tiene ganas de verme. Me vuelve a recordar nuestra vida en Londres, me cuenta que Paco todavía no tiene muy buen concepto de mí por la hucha de pences que le robé para invitar a todos a chocolatinas ("sí, era un poco Robin Hood"), me dice que tenemos que volver a hacer un diario como el de Salamanca, que le quiere comprar la casa a su abuela la de allí por el valor sentimental, que me vaya a Sevilla, que me quiere mucho, que eme spere un momento que si no le quitan la raya. "No me digas eso, so cabrón". Me metería dos mil rayas. Y eso que tampoco es que me guste mucho la coca. Pero todo está bien, y las cosas tienen un cauce y lo van buscando y al final lo encuentran, como los ríos cortados y los ríos despistados, que no existen, y los días me dan paz ahora y me metería dos mil rayas.

martes, 1 de abril de 2003

DÍA 2 (adios al celibato y la abstinencia, si ya lo sabía yo, la implacable ley de murphy...)

Al carajo el plan la misma noche del DÍA 1. Mejor que deje de fumar.

lunes, 31 de marzo de 2003

DIA 1 (qué difícil es esto, casi que prefiero dejar de fumar)

Cojo el bus en Segovia, medio dormido. Justo en mi campo de visión, a mis 10, se sienta una moza que lo primero que hace es inclinarse para que se le salga el tanga verde con dibujo de piel de cocodrilo por encima del vaquero. Lo segundo dejar la cazadora arriba estirando los brazos y apuntándome con dos imposibles pepinos Tomahawk del 110 debajo de una camiseta blanca que debe de ser la oficial de Miss Camiseta Mojada, por lo tenue. Vale, no me lo van a poner fácil, pero resistiré, aunque a esa veinteañera le sobresalgan un cuerpo por delante de su cuerpo en mi punto de mira. Por lo que se ve, no resisto mucho, porque enseguida se tapa un poco con el brazo, yo ni sabía que estaba mirando, es lo que tiene la enfermedad esa mía, la senofilia, que la mirada me la dirige mi mente enferma, no yo, y ni me entero. Pero eso, que se tape.
Llego al trabajo y mi compañera se está encendiendo un cigarro a escondidas. Le aparto la mano, y ¡sí! ¡tiene mi mechero recuerdo de Segovia, euro y medio, con una foto del acueducto! ¡el mismo que negaba ofendidísima que me hubiera robado! Por supuesto ni se disculpa ni nada, dice que es falso que ella negase que lo tenía. Ay, dios mío, hasta dónde llega la maldad femenina. Por si fuera poco, cuando voy a por mi cocacola del desayuno me pone la zancadilla. Pues a mí me parece bien, porque todo esto me reafirma en mis propósitos.
Pero llega Noe, y estoy a punto de caer. Como dice que se está cogiendo una gripe le sueno la nariz con una manopla Nike para el horno que me han regalado (es para la casa, compis). Me mira con odio. Muy bien, muy bien, esas tenemos, pues mejor para mi proyecto.
Salgo a comer, y en mi campo de visión, a mis dos, se sienta una tipa con alzas y una talla 120 metida en un camiseta elástica ¡roja! Se sostienen wondermagicamente, supongo. Es una mala comida, para qué negarlo, nadie dijo que fuera fácil, ellas se saben todos los trucos. Y sin embargo, consigo concentrarme lo suficiente para leerme un artículo de Vargas Llosa y otro de Chomsky, cosa que no recuerdo haber hecho nunca. Aún así, mis ojos no responden, y me trago toda su conversación absurda y podría describir su perímetro y sus vértices de memoria, mientras ella y su amigo le intentan colocar una venta de cosméticos a una peluquera renuente.
Ana, de la revista de abajo, me habla sentada. Me habla su escote. Malditas, tienen más trampas que una peli de chinos.
No voy a volver a mirar a una mujer jamás. Se acabó. Me chupan demasiada vida, demasiado tiempo, demasiada energía. Vida, tiempo y energía despilfarrados que podría utilizar para... para... bueno, aunque fuera para nada. Como le decía a mi amigo Jorge el otro día “prefiero tirar los conguitos antes que darte uno solo a ti, so cabrón”. Y los echaba por la ventanilla.

domingo, 30 de marzo de 2003

A veces siento una envidia dolorosa por las vidas de los desconocidos.
A veces me gustaría pertenecer a algo, a cualquier grupo.
A veces no consigo explicarme esta existencia de francotirador.
Sucede que me canso de ser hombre.
Conversación completa (ayer, 4 AM)

VirginMaryFlashing dice:
ya has vuelto de farra?
virgenyfurioso dice:
jarl
virgenyfurioso dice:
pues menuda farra
virgenyfurioso dice:
me he quedado dormido a las doce en mi fiesta de cumpleaños
VirginMaryFlashing dice:
ahm era hoy?
virgenyfurioso dice:
hoy era la de valladolor
VirginMaryFlashing dice:
sí sí sí
virgenyfurioso dice:
joer qué camiseta más fea me han regalado
VirginMaryFlashing dice:
vale vale
virgenyfurioso dice:
para los 30 cumpleaños de mis treinta amigos va a poner dinero su padre el año que viene
VirginMaryFlashing dice:
o Perry
virgenyfurioso dice:
menudos cabrones, ni buscándola la encuentran tan fea, han tenido suerte

si es lo que yo digo siempre: conmigo nada de preguntas retóricas, si me saludas con un qué tal, corres el riesgo de que te recite mi historial médico.

sábado, 29 de marzo de 2003

Se acaba mi vida segoviana, ver el acueducto desde el balcón, contarle un cuento a Carolina antes de dormir, hacerle cosquillas a Candelilla y que la ropa aparezca mágicamente limpia y planchada por las noches. La última vez que me quedo de canguro, todo está en calma cuando llego. Malinka, la búlgara, me dice, con su acento de la Gestapo, que las niñas estánn acostadas y que tiene que irrse a cuidar a suss niñoss. Me acerco a darle las buenas noches a Caro, que está con la luz encendida, se cuelga de mi cuello y me empieza a dar besos y besos, me llama con ese nombre que sólo usa ella y con ese tonillo zalamero y astuto (¿cosa de familia?). Le regalo la mochila-fresa de la Gata Ruiz, como la llama ella, y le pregunto que qué ha hecho durante el día. “Me levantó mamá, desayuné, me puse el vestido, fuimos al cole... aprendímos la canción de... ¿te la canto?, mi amiga y yo le hemos organizado una fiesta a la profe -¿es su cumpleños? No, es que se nos ha ocurrido (pero bueno, organizando fiestas con cinco años, ¿a quién habrá salido?)-, ¿te leo la invitación que le he escrito? –y me la lee, sílaba por sílaba y volviendo al principio cada vez que se equivoca-... me puse la brillantina que me regalaste tú, ¡guapísima!,... (quince minutos después) ...y luego me ha dejado Malinka aquí”. Ah muy bien, Carolina, pues nada que me voy a cenar. Nononono, leeme un cuento. Y se cuelga. Que tengo mucho hambre... No le importa, quiere cuento, le leo el cuento. Notevayas notevayas. Hala, nena, a dormir. No apagues la luz del pasiiiillo. Vaale.
Me acerco como un náufrago al frigo, y, como siempre, no hay nada preparado. A ver, fuet, queso de cabra, salñchichas crudas y mostaza, ya está el menú... Oli llorando. Cuando llego no hay manera de calmarla, así que despierta a la otra. Se levanta Carolina. Déjame a mí que tengo muy buena mano –me dice literalmente. La dejo, y es un desastre, ya no paran de llorar. Me dice que las levante, porque si siguen llorando así se van a poner a vomitar. Y le hago caso, claro, cómo no voy a hacer caso a una niña de cinco años. Las llevo al salón y ya es la debacle. Si se calla una, cojo a la otra y entonces se pone celosa la primera y vuelve a llorar. Tiran el chupete, gritan hasta congestionarse, las dejo en la trona, en el parque, en el takatá. Nada que hacer. Al final empiezo a cantar y bailar una mezcla de jota y bacalao por toda la habitación, y, prodigiosamente, se calman. Me miran con la boca abierta. Pero Carolina se levanta y dice que nos callemos, que a ver si se va tener que ir a dormir al garaje o al portal. Vaya. Me muero de hambre, pero cada vez que voy a la cocina lloran. Al final me traigo las cosas al salón y se me cae la botella de cocacola que da varios botes y rueda estrepitosamente. Las niñas siguen tirando al suelo todo lo que les doy para que se entretengan, así que les ofrezco los juguetes de diez en diez para que tarden más en lanzarlos debajo de los muebles (puntería, las jodías). Lloran y lloran. Llama mi cuñada para ver qué tal. Pues como siempre, fatal, con su madre se duermen, pero conmigo... Que ahora viene. Pero debe de ser la una, y yo la voy a palmar entre el hambre y el estrés. Las siento conmigo en el sofá, esta vez no se me van a caer. Comeré con una mano y no las perderé de vista. Me pongo de pie y abro la cocacola de un golpe. Empieza a salir a presión y lo empapa todo, los muebles, la alfombra mi cara, mi ropa... Las niñas y yo nos quedamos quietos, mirándonos con la boca abierta. Joder, joder... Estoy chorreando sobre la alfombra, así que me quito la ropa y la voy lanzando en un rincón, la camiseta se me enreda entre el cabezón y el brazo y oigo un crock! Candela se ha tirado en plancha. Y llora. Berrea. Mientras doy vueltas por la habitación en calzoncillos y acojonao, mientras me empapa el hombro con sus lágrimas, pobre pobre pobre, veo con claridad meridiana que este va a ser el momento que elija mi cuñada para entrar por la puerta.

lunes, 24 de marzo de 2003

GENEALOGÍA DEL TROLL
Los trolls eran críos que se metían en los grupos de noticias, se aburrían de discusiones que no entendían sobre política, cine, literatura, y se buscaban un nick como DR MENGELE o EL_PUTO_AMO (siempre en mayúsculas) e insultaban a todo el mundo (con mucha risotada tal que así: HAHAHAHAHAHA) o proclamaban la supremacía de la raza aria y aseguraban que nos iban a exterminar a todos. Su blanco predilecto eran los que más publicaban en esa especie de tablones de anuncios semi cultos que eran los grupos y que no sé si siguen existiendo. La idea es que la tontería sin sentido (siempre en mayúsculas y con más faltas de ortografía que palabras bien escritas, que hace falta mala puntería) tuviese la mayor repercusión con el mínimo esfuerzo. A veces los atacados eran tipos serios con el sentido del humor justito para reirse de un chiste en el que salían Franco, Aznar y Felipe González, y a los pobres se les veía púrpuras cuando negaban que ellos fueran maricones (aunque no tenían nada en contra), como afirmaba el troll con muchas exclamaciones. Los trolls posteaban (¿se usaba ya este barbarismo?) a la vez en varios grupos, con lo que enseguida salía alguien de religion.humanidades.es diciéndoles a los de politica.soc que hicieran el favor de no liarles a ellos y que se quedasen con sus trolls en casita. Los otros les contestaban ofendidos durante varios mensajes. Además, siempre había quien escribía para pedir que se ignorase al troll, que lo que les gusta a los trolls es que les hagan caso, que si les contestan siguen y si no, se terminan cansando. Luego había alguien que decía que no pusieran mensajes pidiendo que no se les respondiera, porque eso era contestarles y polucionaba y gastaba tiempo de conexión también. Y luego estaba yo, que invariablemente pedía que no se pusieran mensajes a los que contestaban a los que contestaban a los trolls, je. Y es que, no os lo vais a creer, pipiolos, pero, antes, la conexión era lentísima hasta niveles desesperantes, no había tarifa plana y timofónica nos exprimía por cada segundo de red, con facturas que podían llegar a 50.000 pesetas si te conectabas unas horitas más o menos a diario. Todo para juntar un dinerito para que el bueno de Villalonga se comprara una mansión en Miami en la que disfrutar de sus dos mil milloncejos en stock options, todo por un sueño.
Así que quedábamos en que no había que hacer caso a los trolls, que polucionaban y a la quinta tontería aburrían, porque no solían tener nada interesante que decir, los pobres, a su edad yo tampoco. Así que yo tengo mi propio troll, y debería ignorarle, pero es que tiene razón fire, que el chico es mi mejor lector, y yo a los lectores lo que sea, o sea, por poner un ejemplo, que les apetece sexo, pues sexo, aunque ya veo que no os apetece, moninas. En fin, que está enamorado de mí, es la conclusión a la que llegué junto con el enemigo público número uno (qué tipo más malo ese fire, se mete con la masa, con lo que nos gusta ser masa por aquí y vocear y romper cosas e insultar a la autoridad y al clero amparados en el anonimato y el megáfono, que aunque distorsiona la voz te convierte en un blanco perfecto, en fin, ¿pero qué tendrá de malo eso?). Lo cierto es que lo que dice no me lo he leído muy bien, así que no sé cuál era la acusación concreta, pero bueno, he releído todo lo de cris y además de acordarme de las cosas, pues como que me he gustado :), así que: gracias fan. Como recompensa te dedico un post, que supongo que es algo que te animará a seguir adelante publicando todas esas historias dadaistas. Hasta que te aburras, supongo, y vuelvas a dedicarte a meterte el dedo en la nariz o esas otras actividades tuyas. Y es que los jóvenes necesitan reconocimiento, alguna palabra amable para no desfallecer, ¡ánimo!
Había una chica por ahí que tenía su propia insultadora, la pobre, pero creo que soy el único que tiene un troll que pone un blog después de que se le censure, hace amiguitos y se inventa toda una historieta (ay, con lo fácil que sería hacerla creible, que desastre de sistema educativo, de verdad, que generación nos está dejando...). Así que, una vez más, me siento como superimportante, je.
Los que me preocupan más son los demás. Bueno, puede ser que el medio sea el mensaje, y que confiéis en la bondad intrínseca de los blogs, pero en fin en este caso el medio es una mierda y el mensaje otra mierda, así que no entiendo muy bien la preocupación (por segunda vez).
Y por cierto, bob, que creo que también te va a meter a ti en el ajo, que creo que te llama la mamarracha. ¿¡Mamarracha tú!? ¡a dónde vamos a llegar!
Y venga, como coda para los nuevecitos, para los que llegaron tarde, para los que no se enteraron de la otra:
a) sigo sin haber estado nunca con una niña de catorce (ni siquiera cuando tenía quince, que ya es triste)
b) sigo sin haber estado nunca en Sevilla
Y por lo tanto, b1) tampoco fui yo el del Arny.

viernes, 21 de marzo de 2003

LLAMAMIENTOS

Me voy a Benidorm. Que alguien me saque del hotel, porfa porfa porfa. ¿No hay nadie por allí?

Betty: nunca nunca nunca te vuelvas a poner taconazos cuando quedes conmigo. Estás avisá.
Sé que nos quería a todos, que éramos su proyecto, su vida, su mundo. Que le salió bien. Pero creo también que, como todo amor, tenía sus matices. Y que sí salía sólo conmigo al balcón a ver el atardecer sobre la ciudad, las luces de faro de las habitaciones nocturnas, cada una con una historia, extendiéndose a los pies del séptimo piso, era porque sólo yo solía hacerlo. Y que si me hacía algunas confidencias y me dejaba ser como era y vino a mi habitación tras mis rebeliones sin sentido dos de las tres veces que la vi llorar, y me mostraba su fragilidad sólo a mí, era también un poco por las cosas más nobles que hacía yo. Porque entendía la alianza mundial de madres cuando me explicaba que cuidaba a los hijos de las demás porque esperaba que otra madre hiciera lo mismo conmigo cuando estuviera lejos. Porque, como absurdo delegado de COU, forcé unas horas sin clase para que pudiéramos acudir a la manifestación contra la matanza de irakíes, ante la oposición cínicamente escéptica de los jesuitas. Porque con 17 años me congestionaba al tener que explicar cosas tan básicas como que nada justifica el asesinato de un niño. Porque escribí el poema con el que mi hermano pequeño ganó el premio del cole asociando mi rechazo a la guerra a la aberración del dolor de una madre. También por eso.
Yo me tomo estos bombardeos como algo personal, hijos de puta.

jueves, 20 de marzo de 2003

Paradojas. La historia de S.
La historia de S empieza cuando salí del Palace (ver 7 de febrero) y me fui a una fiesta cubana. Allí había quedado con S2 en lo que parecía una cita galante. Lo parecía hasta que su amiga S3 (bueno, por seguir haciendo eses, porque no sé cómo se llamaba) me contó que hoy se había enterado de que estaba embarazada. Por eso estaba tan contenta, por eso había dejado de fumar y de beber ese día. Y no porque se alegrara de verme y hubiera decidido estar sobria durante todo el proceso de seducción. Ejem. Luego había quedado con S. Nada más verme me besó en la boca. Un beso en la boca no compromete a nada, pero suele ser prologo de algún lío del que no vas a saber salir. Matemático. Fue la noche aquella en la que nevó un ratito, justo en lo que cambiabamos de bar.
Para el siguiente nos besamos más.
Se fueron todos, y S3 se quedó con S y conmigo, a cuál más pedo. Bueno, ganaba S3. La dejamos hablando con nosequien y nos fuimos a una esquina de la barra, hasta que la camarera se acercó a decirnos que nos controláramosun poquito, que había una cámara encima de nosotros y habían bajado a darle un toque. Era divertido, pero yo estaba empezando a tener remordimientos. Estaba tan enamorado de burbuja. Sin esperanza, además, que parece que es más amor el amor sin esperanza.
Así que cuando S se fue al baño yo abracé a S3. Cuando volvió, estabamos acariciándonos la espalda y mirándonos a los ojos. Vi la cara de cabreo de S y pensé que ahí se acababa todo. S3 dijo "qué majo es este chico" y S sonrió y contestó: "sí, yo le quiero un montón". Para las despedidas, mientras S hablaba con unos mexicanos que nos encontramos en la calle, S3 me contaba lo bien que le había caído y yo le di mi teléfono. "Si quieres, podemos quedar este fin de semana". Sonreímos.
Al día siguiente me llamó S2 para agradecerme que hubiera cuidado de S3, que la hubiera alejado de unos tipejos que andaban por ahí y que hubiera sido tan atento. "Eres un caballero", me dijo. Sí, el caballero negro.

La siguiente vez que vi a S fue un lunes en el que iba a comer con burbuja, pero no nos llamamos y sentí mi cuerpo como vacío, como flotando, como estremecido todo el día, algo lo suficientemente físico como para alertarme de que iba por muy mal camino. Porque las desesperaciones mentales ya me las sé, me pasó todo el día masturbando las neuronas, y luego nunca es nada. Pero cuando notas como si un bicho te estuviera paseando la cabeza, como si tu estómago estuviera a punto de echar a volar, malo.
Hablé con S y quedamos para cenar. Después, se quedó en el aire la idea de tomar el postre en una cama. Pensé que me sentaría bien después de tres meses, que me dejaría de doler, que las cosas se recolocarían solas, amor, deseo, enamoramiento, fascinación, tonteo, exaltación ante un objeto artístico. Cogería la proporción exacta de cada cosa, la que convenía a lo que se podía y no se podía hacer, como el tipo práctico que soy, y la colocaría sobre mi idea de burbuja.
Como las brujas estaban en plena actividad tocahuevos por aquella época y no me sentía capaz de inspirarme con ellas al otro lado de la puerta dejando notitas y maquinando, deslicé algo descabellado: entrar en el club de intercambio que había justo enfrente de mi casa. Se aprobó. y durante cuatro horas o cinco horas estuvimos bañándonos en el jacuzzi, entrando en la habitación del sado, en la pirámide del amor, riendo y bebiendo. Cuando por fin nos decidimos, cuando estábamos solos sobre un colchón, pensé de pronto en burbuja, en lo que yo sentía, en que por un momento me quiso pero ya se le había pasado. Y tuve el primer estruendoso gatillazo de mi vida.

miércoles, 19 de marzo de 2003

mis problemas con las mujeres
al final, como suele pasar, me quedé en la primera fiesta, la de lau y belén. 40 personas en un piso enano, todos de pie en el salón y la cocina, parecía el metro en hora punta, y no estoy exagerando. he estado toda la noche tonteando con dos chicas. bueno, no, ellas conmigo. agarraditas, frotes, risas, besitos, quebienmecaes, te estaba buscando, una copa a medias... y de repente, en un bar, una de ellas se pone a hablar con uno de los de la fiesta, uno que al parecer le gusta desde hace tiempo, y cuando me acerco me da la espalda, no me contesta a lo que le digo, pasa de mí sin ningún recato. a los cinco minutos, estoy hablando con la otra, me doy la vuelta para pedir una copa y la veo a unos metros de donde estaba enrollándose con un pollo con el que no había hablado en toda la noche. mucho más tarde se acercarán a mí para preguntarme ¿qué tal estás?, una y ¿estás enfadado?, la otra. "parece mentira que seas tan ingenuo: las tías son unas zorras". no es la primera vez que oigo esta explicación, y como las otras veces, quien me lo dice es una chica.
luego me emborracho (no había drogaína) tanto como para acabar, no sé cómo, sólo y vomitando en el moon. me despierta un tipo que me ofrece 50 euros si se la chupo en el baño. salgo de ahí y me despierto al rato en un vagón de metro haciendo el recorrido inverso al que quería hacer. supongo que llevo un rato dando vueltas en la línea amarilla. llegó por fin a la estación de autobuses. antes de comprar el billete para valladolor entro en el baño. supongo que los baños me relajan, porque me despiertan unos golpes en la puerta.
-¡sal, que no tenemos todo el día!
me recompongo un poco.
-escóndelo, que lo vamos a encontrar igual.
salgo. dos tipos de seguridad han cerrado el baño y me esperan sujetando la puerta de salida. me miran extrañados. no esperaban a un tipo con un jersey de moschino, supongo.
-¿qué hacías ahí?
-pues lo que se hace en los baños- y me dirijo hacia la puerta.
-espera.
-¿a qué?- y abro la puerta, apartando con la escasísima dignidad que me queda a la mole humana que la sujeta.
me voy a segovia. feliz cumpleaños, blog.

martes, 18 de marzo de 2003

de la serotonina y las nostalgias a las feromonas y la nueva vida

martes, marzo 19, 2002

¿Por qué se empiezan estos diarios en la red? Ni idea. A mí me apetecía contarle a alguien mi día, y no se me ocurría a quién aburrir con lo de que he visto American Beauty (con su frase mítica "estoy tan harta de que todo el mundo pague sus inseguridades conmigo"), he comido una lata de calamares y un pimiento (de lata claro) y he salido a la terraza a leer a Lorca y a tomar el sol y al ver la dedicatoria de las poesías completas ("este beso por tu enorme valentía. Todas estas cosas merecen la pena, sobre todo si las hacemos juntos, como cuando salíamos por la puerta. Sé siempre tú". Lolo) me he acordado de cómo robamos ese libro en el cortinglés, cómo la pedí que saliera delante y no quiso, cómo pasamos de la mano por el detector y echamos a correr. ¿Se puede querer tanto primero y odiar tanto después? Pues parece ser que sí, pero me dan ganas de olvidarlo todo, llamarla y felicitarla por su futura boda. En fin, si no se hubiera vuelto la reina de las zorras y fuera capaz de aprovechar para llenarme de mierda en cuanto oyera que quiero hacer las paces, la llamaría. Coño, que fueron casi ocho años y al fin y al cabo ya sólo me importa como recuerdo, o sea, como materia literaria. O eso creo.
¿Y a quién le voy a contar toda esta morralla? Antes de que se me vuelva a ir la boca con mis compañeros de trabajo, con los ligues asustadizos o con la persona más inoportuna os lo cuento a vosotros, los ociosos de la red.
En fin, otro día os diré lo que hago en Madrid, por qué no tengo a mis amigos cerca o por qué les tengo aburridos. Por hoy basta. LLevo en un ciber desde las 6 de la tarde, chateando y haciendo todo lo que implicase perder tiempo y dinero, que es lo mío, así que ahora toca escapar por la ventana antes de que me saquen la cuenta.
Pero bienvenidos a virgenyfurioso. A ver lo que me dura.
posted by virgen at 11:13 PM

(acabo de encontrar esto sobre los peligros del MDMA:
Daño social
Puede suceder que bajo los efectos del MDMA se expresen cosas que hagan sentir incómodo a otras personas debido a la falta de inhibiciones. También existe una tendencia de llamar a personas con las que se estuvo involucradas sentimentalmente en el pasado a decirles cuánto se las aprecia.
Otro peligro es un sentimiento de enamoramiento respecto a alguna persona con la que se lleva a cabo la sesión. Actuar por puro impulso cuando nos encontramos bajo los efectos puede ser un error. Aun cuando el MDMA puede llevarnos a un profundo entendimiento de nosotros también puede influenciarnos a cometer errores.) (por favor, se ruega a las señoras lectoras que apaguen sus móviles esta noche e ignoren los mensajes de por la mañana. graciaaas)

lunes, 17 de marzo de 2003

CAMPAÑA PRO CUMPLE

¡Bob se opone a que celebre mi cumple en la casa nueva antes de que yo lo proponga! Asi que le he enviado un mail.

Como veo que va a ser una negociación dura la de mi cumple antes de que haya dicho nada, voy a empezar con una andanada de argumentos:

a) POR QUÉ. como te decía por teléfono, yo, pobre de mí, no tengo nada más que celebrar al año que esto, ni un día del que sentirme orgulloso, ni una fiesta internacional que me incluya, ni una fiesta religiosa que se me amolde. Sólo, de vez en vez, el día de la marmota, pero ese es imprevisible. Asi que sólo me queda el día del ególatra, el del propio cumpleaños, el más apropiado para un tipo que publica en interné unos cuatro folios semanales hablando de él mismo. Importantíiiisimo siempre para mí. Que además este año es el número 30, que viene con depre morrocotuda anexa. La idea es mitigarla un poco con una buena reunión (no una fría en un bar) de la que salga muy contento y con mucha resaca y muchas citas para las semanas siguientes
b) QUIÉN. Esta es la parte interesante. A pesar de que tú te puedas estar temiendo un congreso de camellos y calimocheras (supongo que porque nunca has salido con el resto de mis amigos), mi nómina de invitados está formada por: fotógrafos de fama internacional (...aquí iban datos impresionantes...), varias redactoras, jóvenes aunque no tanto, de medios principalísimos y que llegarán lejos, un finalista del premio Adonais de este año, un joven empresario que ha creado una tecnología nueva y se va a hacer riquísimo en breve, varias tías buenas que nunca harían nada que las despeinara antes de tiempo, la chica que organiza los pre estrenos con fiestón de una distribuidora de cine, ganadores de concursos literarios, gente de la tele y de las revistas, mi prima, que organiza viajazos con descuento, mi primo, piloto, Santi, gran, culto, divertido redactor que tiene muchas ganas de conocerte (califiquémosle de “segurín”, que es ese rollo que tienes siempre por ahí medio apalabrado y que te tiene mucho más tranquilo toda la noche), gente de valladolor, que son de valladolor (médicos, profesores, sicólogos, ingenieros, arquitectos...), chicas de publicidad, chicas embarazadas, chicas casadas, ingenieras, informáticas, chicas que trabajan en el cine, ex rollos, ex novias, blogueras y, en fin, gente muy formal que no piensa vomitar en la pared (bueno, la embarazada no sé). Eso sí, no lo voy a negar, son unos cuantos, el año pasado unos treinta, pero todos muy tranquilos, muy proyecto de high society, muy formales.
c) CÓMO. Como ejemplo de “cómo”, te pondré la fiesta del año pasado: cena (tortillas congeladas, un queso y cinco chorizos, pero este año seré más cuidadoso), copas y conversación sentados o de pie, nadie se drogó, nadie se emborracho ni vomitó (por desgracia es que no vino ninguna de las quinceañeras con piercings que invité, creo que este año tampoco) ni siquiera fumaron dentro de la casa, salimos a una hora razonable hacia un bar. Y mucha felicidad y mucho amor, y gente desconocida que se caía bien, o eso me pareció. Por supuesto, yo pagué a la chica que hizo la limpieza al día siguiente y enganché a un par de voluntarias para que me ayudaran a recoger en lo que lo demás llegaban al bar. Y el resumen que publiqué en el blog:

   lunes, abril 08, 2002
(...) La fiesta fue la bomba. Se me pasó volando, amaba a todo el mundo, cada vez que llamaban al timbre me daba un subidón. Y eso sin drogas y sin cenar. Treinta personas. Gente a la que quiero, gente a la que podría llegar a querer y gente a la que me tiraría. Acabamos en un karaoke a las ocho, previo paso por un puti del que casi salimos agujereados. Mantuve el tipo mientras mi amigo insultaba al dueño y salvé la situación con algo de diplomacia. Cuánto autocontrol, casi no me reconozco. Llegué al trabajo a la una.
Cuando apareció Nuria en la fiesta casi me pongo a llorar, nos dimos un abrazo de diez minutos, le regalé los pendientes y la pulsera de plata que la había traído de México, nos dimos un abrazo de tres minutos y casi me pongo a llorar cuando se los puso. Le dije que creí que ya no quería saber nada de mí ("qué poco me conoces", contestó) nos dimos un abrazo y casi me pongo a llorar. Todo el mundo se lo pasó muy bien, fuimos más de treinta, les encantó mi casa, mi terraza y mis invitadas. Casi me pongo a llorar cada vez que uno se iba a casa. Apenas crucé dos palabras con Noelia. Sólo le dije. "Has venido muy guapa, pero no te lo quería decir delante de todos estos". A mi derecha, sentado con una cerveza, estaba mi/su compañero de trabajo. Después de esa cagada no sabía muy bien qué decir. Creo que podría gustarla. Fue ella la que eligió los zapatos, Camper, marrones, de piel, con ribetes rojos. Qué buen gusto. Me sonríe a veces. A mí se me pone cara de bobo, y se me nota. Eso es lo malo, como siempre (...)

Si después de todo esto no eres capaz de sentarte a negociar (no digo claudicar, si no sentarte a negociar) pues nada, ya se verá, pero que sepas que yo sí que me acuerdo de que al principio del todo, cuando hablamos de compartir piso y salió el tema fiestas, te dije que yo sólo haría una al año, ésta, y te pareció bien. Un bar es frío frío frío para algo tan superimportante.
Y nada más, sólo era calentarte el coco un ratito, jeje. Esta noche le llevo el contrato a mi hermano que es abogado y revisaba siempre los de mi padre.
Un besín,
vyf


y también como parte de la campaña acabo de escribir este texto como entradilla para un reportaje:

"Una escapadita al norte una vez al año debería ser tan obligatoria como la revisión médica, el cambio de aceite o una buena fiesta de cumpleaños"



sábado, 15 de marzo de 2003

Una historia urbana
Allí está, sentada en el taburete, su sonrisa saltando sobre mi nuevo retraso, todas las baratijas egipcias en el cuello y las muñecas, la mirada brillante. Y me pregunto si quiero partirle el corazón hoy, si voy a resquebrajárselo en este bar de madera. Me acaricia la mano y me susurra las ganas que tenía de verme. Sólo dispongo de un segundo para decidir si le digo lo que venía a decirle. Pero la beso, mantengo la ficción otra noche y me pongo un plazo que no cumpliré para empezar a quererme un poquito, un poco más que a los demás. Sugiero que nos vayamos a la cama.

viernes, 14 de marzo de 2003

Yo ya no sé lo que hacer

Mirarme en tus ojos, oirte charlar,
Dejar que me peines en vez de pensar,
Dejarme abrazar por cualquiera
Que sepa mentirme, que bese con fuerza.
Volver a tus brazos, sentir tu rechazo,
Gritar hasta quedarme afónica,
Llorar hasta que me entre la sed,
Beberme un buen vino y poderme comer
Un bistec a la plancha.
Dormir cien mil horas, soñar que me quieres
Y no hacerme daño el pellizco,
Volver a encontrarte a mi lado,
Volver a abrazarte y desayunarte,
Esto sí que es arte.

(Nosoträsh)
Estoy en un avión hacia Alicante. Y luego a Benidorm. Este viaje me tenía un poco quemado, a lo mejor no por el viaje en sí, sino porque sigo viendo pasar ante mis ojos oportunidades que he perdido yo solito. Las injusticias de ahora son sobrinas de mis cagadas de meses. Pero bueno, llego sin ganas de mucho al aeropuerto, amable, como siempre, pero sin ningún interés en conocer a mis compañeros de viaje con una absoluta indiferencia hacia mis compañeras. Pienso: este escote estará imantado esta noche, pero ahora estamos bien, él en su sitio, tan bien puesto, yo en el mío, descolocado. Sospecho que la gente a mi alrededor creerá que soy un borde, pero me da igual, por una vez me da igual.
Y de repente pasa. Estoy relajado, ni una tensión, no quiero agradar a nadie, no necesito estar haciendo cosas que me hagan sentir bien, no necesito agradarme a mí. No pienso en sexo, no busco estar embriagado, no quiero hacer amigos. Estoy. Como un vegetal. Como el resto de la gente. Y me siento bien.

Por la noche ha cambiado minimamente la cosa. Poco sociable, aún enfurruñado, con esa veta infantil como para tirarme por la ventana, doy los primeros síntomas de reanimación cuando me pongo algo celoso porque la chica de organización pasa de mí y se va con ese otro, más básico, pero más guapo. Como un velocirraptor elijo la mesa de una churri exótica que se llama J. Resulta que durante la cena tengo una cháchara inteligentísima. Presido y todos me escuchan, porque soy una autoridad, porque ya he estado en el Tierra Mitica y porque son todos bastante callados y porque la comida se enfría. A mí me parece bien porque J está impresionada (o simplemente tiene la boca llena) y porque así me quito los kilitos de las últimas semanas. Por ejemplo, si me preguntan por El Misterio de Keops digo que “el misterio de keops, el misterio de keops... vaya mierda de misterio”, si me preguntan que cómo voy a escribir tantas páginas sobre un parque si me dan terror las atracciones digo que preguntándoles bien cuando bajen, en lo que vomitan y eso (“¿qué tal el looping?”, “fatal, ¡¡¡¡bluaargh!!!!”, “de acuerdo: anotación, el looping produce un emocionante mariposeo en el estómago”) o también que para hablar de una sala de maternidad no hace falta parir (ésta es de manual), si me preguntan que por qué me voy a la cama tan pronto digo que en unos días voy a cumplir 30 y que ya empieza a fallar todo. “Claro, la memoria”, contesta la churri, haciéndose la inocente como todas las churris en las que poso mis ojos pestañosos color miel. “Todo, y mejor no me hagas entrar en detalles”, la corto y quemo las naves y dejo que los galeotes ardan sin mí, que sean ellos quien iluminen hoy la noche de Benidorm.

jueves, 13 de marzo de 2003

Resumen de lo sucedido (¡otra vez escribiendo borracho!) (y lo peor es que no se nota la diferencia)*

y abrazados seguimos cuando un alba rayada
se desploma en la espalda violeta de Granada
(García Montero)

Este fin de semana estoy viviendo en el Sacromonte, en una cueva, como Batman. Juas! A las 6,40 introduzco la batllave en la batpuerta y me encuentro con toda la cuevita patas arriba, los calzoncillos sobre la mesa de la cocina, las cebolletas sobre la cama, mi colonia Cacharel por el suelo y todo lo demás extendido también por sitios que no son su sitio. “Dios mío, ¡me han robado”. Ah, no, que he sido yo que lo he dejado así. He estado toda la noche sosteniendo un flash como la estatua de la libertad, porque el fotógrafo era majete, pero algo pesadito. Así que sólo he bebido cuatro copas. Y aún así, luego estaba estupendo, con una profesora de derecho en cada brazo. Lo que demostró la vieja canción de que no necesito drogas (all together!), pero que necesito una copa, por favor. Después de mucho tonteo, a las seis menos cuarto me decido a entrar a una de las dos, la que baila como Tina Turner, está escribiendo un artículo sobre la normativa de aparcamientos que empieza “la normativa de aparcamientos está muy mal”, y hace chistes de drag (“pues yo palante, caiga quien caiga, lo que pasa es que cada vez que digo lo de caiga quien caiga al final la que me acabo cayendo soy yo ¿verdad bonita?”). Como cada vez que se frota me da la espalda decido que es desde ahí desde dónde hay que atacar. Me aprieto contra ella, le muerdo el cuello, le muerdo el hombro, le muerdo el lóbulo, le beso el cuello, le beso el hombro, le beso la oreja, bajo con la punta de la lengua desde la oreja hasta el extremo del hombro, bajo con mi mano por su costado, subo con mi mano por su costado, ah, ahora sí, ahora sí que me besas ¿eh? (es que antes, de frente no había funcionado). “No tenemos tiempo”, me dice. Es que tiene que coger un avión en Málaga a las ocho. Pues claro que no hay tiempo. Como ya estoy empezando a descartar las casualidades para estas cosas, decido que sólo quería saber si me iba a besar, que quería hacerlo tarde y mal para que fuera pura niebla sin posibilidades. Niebla granaína inexistente. Disimulo, “sí, tenemos poco tiempo hasta que venga ella”. Ella está en el baño, y como llevo toda la noche jugando a dos bandas, la frase queda fatal. Luego lo arreglo: zanjo la controversia rubias-morenas (grandes alturas intelectuales ha alcanzado la conversación esta noche) asegurando que yo lo que dije era que me gustaban las morenas. “Es más, las morenas bajitas”. Que sea verdad no quita para que ese fuera un momento excepcional para no abrir la boquita para esta frase soez. Así que en la despedida: “bueno, que me alegro de que...” “¡que sí!”. Vaya, cada vez me duran menos. Ésta, un beso. Y es que me las cojo cada vez más listas, vienen preparadas, las condenadas, esto debe de ser eso de la generación JASP. La prima de Fer me despide luego, y cuando voy a darle mi humorístico y desconcertante beso en la frente juraría que me pone la boca. No es posible, es una buena chica. Quedamos para emborracharnos mañana desde la mañanita prontito.
Escribo desde una cueva. Tengo vozka, red bull, franciskaner, galletas pims de naranja, unas cebolletas rosáceas con mu mal color, tabaco, patatas fritas, lima. Tengo una cocina, una nevera, dos camas, una mesa, una mesa fuera, un sillón. Tengo ropa de safari que no sé cómo combinar con el clima burgalés de Graná. Tengo algo de pasta. Tengo una cueva, tengo unas vistas asombrosas, tengo Granada a los pies del Sacromonte y el mundo a los míos.
(*escrito el sábado por la mañana) (en una cueva)

miércoles, 12 de marzo de 2003

DESMENTIDO
yo lo que soy es un pánida ateo, un epicureo cutre, un trasto.
enamorao de la vida y de burbuja aquí y ahora. todo lo demás no es más joy & sex.
o bueno, o puede que sea un golfo que le dice lo mismo a todas.

¡Ya tenemos casoplón! Más que habitaciones tiene suites y balcones y de todo. Bueno, está vacío, pero tiene de todo lo que tiene que tener. Bueno, yo no lo he visto ni lo voy a poder ver hasta nosecuando, pero dice bob que sí y si bob dice que sí es que sí. Un esfuercito más y ya estamos los tres allí. Estais todos invitados todo el rato (es broma, bob :))
Ayer estuvo aquí durante unos minutos un post que hablaba sobre las cosas que no soporto. No lo soportaba.

martes, 4 de marzo de 2003

Pensando en voz alta
La bruja superiora ha tenido un final feliz, las que han venido al piso son
de su akelarre, parecen primas, cabeza baja, ni hola, dios las cría y ellas
se brujan, es cierto que burbuja está secuestrada por los malos, pero
tampoco es falso que ya no me quiere (tanto), anoche leí un antiguo
comentario suyo que proclamaba su permanencia en el tiempo, ya que no en el
espacio, pero ya lo sabía, "ahora es lo que soy,/ ahora es lo que tengo,/ ya
no me engaño más con el futuro"
que escribió Benedetti, y no pasa nada,
ahora tengo un ánimo como pa arrastrar camiones con los dientes, como el del
record Guinness que salía en los cromos de los pastelitos bimbo, joder, voy
a cumplir 30 años, y si primero me quiso y luego no tanto, me quedo con la
primera parte, que fue ni más ni menos que un privilegio, aunque la verdad
yo quería estrenar mi ropa nueva comiendo con ella, esta noche empiezo con
el cuento, nadie pone comentarios a mi post, qué raro, y eso que el lunes es
el día después de Hay una carta para ti y los admiradores del cuerpo
chiquitajo de la Gemio (una vez me la cruce en un pasillo de Antena 3 y me
llegaba por el ombligo) pasan en tropel por aquí, supongo que nadie se lo ha
acabado de leer, es que es larguísimo, el que más, pues al final salen
nombres y enlaces, que es lo más diver, fire es un cabrón, ¿por qué de todo
me llamará metepatas?, debería irme este mismo fin de semana a Granada a
hacer el reportaje, puedo elegir el finde que quiera y una buena compañía, o
si no a Gijón con Luis, un pastillazo después de tanto tiempo tampoco
estaría tan mal, si yo creo que hasta he engordado, la camiseta de Custo
marca demasiado, no sé para qué cogí la de rayas horizontales, ¿me quedo en
Segovia o me vengo a Madrid a vivir?, por una vez el cuerpo me pide calma,
pero eso es una cosa que tampoco voy a conseguir con mis sobrinas,
regularidad, sí, calma, ni de coña, ¿qué estará haciendo bob? ¿hasta qué
hora aguantará la próxima vez que salgamos de juerga?, debería buscarle un
chulo italiano para que no le venza el sueño, no sé cómo le voy a convencer
para que entre en el Black & White, a lo mejor vendándole los ojos, nadie me
escribe al mail del trabajo, qué raro, en el espejo del baño tengo los ojos
rojos, a ver qué hago ahora, por qué habré dicho que el novio de la prima de
la innombrable era ideal para el reportaje, para qué habré dicho que no me
importa llamarla para conseguir el número, que no iba a permitir que ella
influyera en mi trabajo, que soy fuerte como una roca, mierda. Aunque este sea
el último dolor que ella me causa y no quede ni muy lírico ni muy glamouroso lo
que voy a pensar en voz alta: maldito
maldito maldito anís del mono.

jueves, 27 de febrero de 2003

Estuve viendo una comedia de universitarios USA, sexo, alcohol, la pérdida de la virginidad, la prota responsable, los malos de la hermandad beta gama que se comen un pastel relleno de semen de perro feo, jajaja.
Y llega la escena final, una fiesta hawaiana. Ella aparece con un biquini blanco, un collar de flores y un pareo.
–Temía que no vinieras.
–Me entretuve eligiendo las braguitas.
–¿Y con cuál te has quedado?
–Con ninguna.
Y se besan.
Y yo me pongo a llorar como un cachorrillo.
Y es que estoy muy sensible.
No se asusten, este un post-de-prueba. No soy VyF (lean su maravilloso post abajo), sino el mentiroso.

Parece que el problema estaba en el tagboard (específicamente, en unas líneas de código que habían desaparecido misteriosamente). Hasta que se restituya, confórmense con los comentarios, y no se busquen novi@ sin el consentimiento de nuestro entrañable VyF(*).

Y abríguense cuando salgan a la calle, que hay que decirlo todo.


(*)tres cañas tres, compañero

martes, 25 de febrero de 2003

DIVAGANDO
Anoche estuve viendo La boda del monzón. Hubiera sido una buena peli para ver este verano con crispi. Veníamos del infernal viaje a Dublín, y nos habíamos reconciliado en Barcelona de la forma y en el mueble en que se reconcilia la gente. Nos fuimos andando hasta el parque Güell, de la mano, una horita de camino en escalada, yo refunfuñando, ella riendo, sol y tonterías. Nos paramos en una tienda de libros de saldo. Compré un Torpedo, un libro con textos raros de Lorca, las mil mejores poesías de la lengua castellana para ella. Sus infames bromas con el nombre del tebeo, las podeis suponer. Su mano en mi mano, “¿cogemos este atajo? la verdad si no se termina esta cuesta prefiero estar trabajando a estar de vacaciones”. Más risas, más besos. Me quería enseñar sus lugares. Dice Ana que a veces parece que cris no tiene corazón, que no cree en nada, que no quiere a nadie. Aquél día estuve tan cerca como para saber que sí, que lo tiene, que latía con el mío, por cursi que suene.
Una torre de piedra. Desde arriba, el atardecer sobre Barcelona. Y un beso. Empezaron a llegar guiris con botellas. “¿Has visto esa? qué forma de mirar”, “sí, es que vienen con mucho hambre las guiris”. Y eso que no me pilló mirando y sonriendo... Me iba a enseñar un dragón de Gaudí o algo así y empezó a chispear, se hizo de noche súbitamente. Y luego, el monzón. Fuimos en autobús hasta un cine que no echaba la peli. Para llegar al siguiente había que patear bajo una lluvia tropical. Un vendedor de paraguas nos los ponía a 5 euros. “No, no, si los sueles vender a 4”. “Cariño, es la ley de la oferta y la demanda”. Que no. También es así cris. “Vaaale, nada de paraguas, pues a patita, que la lluvia no duele”. Pero empapa. Nada de Boda del monzón, hubiera sido una buena peli para ver ese día, pero subimos a casa a cambiarnos.
La lluvia llama a la ventana. Cristina me pone la mesa. Nunca nadie me pone la mesa. Y los poemas de su libro. La misa de amor “el cura que dice misa,/ no la puede decir, non./los monaguillos que asisten/ por decir amén amén/ decían amor amor” o “y apareciste tú, iluminada de inocencia,/ echando al mar entre cantares los recuerdos más dulces de la infancia/ traías la primavera cogida de la mano/ y en tu mirar de asombro, la luz de un mar en miniatura” o “mostrome cris por retrato/ de su belleza los pies,/ y como ellos eran bellos/ y ella por extremo bella/ arremetí por cogella/ y escapósome por ellos”. Dijo que hasta ese día no había sabido cosas muy importantes de mí, que mis ojos brillan cuando leo poesía. Los suyos también. Nos acercamos a la cama, le canté el romance del enamorado y la muerte “la muerte me está buscando,/ junto a ti, vida sería”. Y nos reconciliamos otra vez, muy cerca, para que no se instalara entre su piel y la mía un atomo chiquitito de duda.

Así que hoy me he despertado tardísimo. He comido con Jose. Dice que debería llevar una vida regular, sentar la cabeza, no gastarme el dinero en drogas. “¿Te sientes bien después?, ¿qué sacas de todas esas noches?”. “Me divierto. Mira Jose, si tuviera esas metas que tú dices sería infeliz. Aunque quisiera, no puedo tener un trabajo estable, ni una vida estable, ni la chica que quiero, ni ninguna propiedad. Gracias a dios que me gustan los cambios continuos, si no, lo pasaría fatal”.

Ha venido una colaboradora, y le ha preguntado al redactor jefe que cuando le iba a buscar un novio en la empresa. Él ha dicho que yo estaba disponible, que si no veía que tengo la luz verde en la frente todo el rato. Ella le ha preguntado que qué tal era. Él ha respondido que vaya, pero que consumo poco. Ella ha dicho que entonces no le interesaba. Yo les miraba como a un partido de tenis. Cuando se iba me ha preguntado por lo nuestro. Le he dicho que ya le pasaría un curriculum. Me lo ha pedido subrayado, para no tener que leer mucho.
Hemos quedado para ir al cine.

Laura me ha mandado un email esta tarde. Lo encabezaba con la frase:
“Y tú como besas????
Así que le he respondido:
me acerco despacito, poso mis labios sobre la comisura, apoyo la punta de la lengua justo en ese vértice, y recorro los labios, de derecha a izquierda, entreabriéndolos como a una cremallera. luego introduzco la lengua un poco, sin tocar dientes ni lengua, sin tocar nada, sólo para que se sienta su presencia, miro a los ojos, hacemos el cíclope, acaricio levemente y sin prisas el lomo de la lengua, el extremo de los dientes, durante un buen rato. y cuando está desprevenida, zas, hasta dentro.
digno del national geographic
¿alguna pregunta más?
beso,
vyf”

Burbuja ha sido agraciada con un par de emails exaltados estos dos últimos días:

el primero:
“Lo de la llamada
Y por cierto, esta mañana me has prometido que me ibas a llamar más tarde, espero que no te quede mucho, porque se me está agarrotando la mano sobre el móvil, creo que la sangre dejó de circular por ahí a eso de las tres, me estoy chupando todas las ondas cancerígenas, me voy a quedar sin amigos porque no hago más que colgarles por si llamas tú, es bastante difícil escribir con el móvil pegado a la mano, cada vez que me pica la nariz me doy un telefonazo en el ojo, y, en fin, que yo creo que deberías llamarme.”

el segundo:
Buenos días princesa,
¿Recuperándote de la sobredosis de nosotros de ayer?
Ay, niña, yo he llegado hace un rato,
(...)
Por lo demás poco más, que ha salido un poco el sol, y cuando asoma así, tímidamente, me acuerdo de ti.
Justo, justo, justo igual que cuando se esconde, que cuando brilla cegador, que cuando la noche es cerrada o cuando la luna lo ilumina todo. Y si llueve y si nieva y, en fin, con todo el catálogo de precipitaciones y el listado completo de partes meteorológicos.
Te beso soleado
vyf”

martes, 18 de febrero de 2003

Ya sabes como es esto del deseo,
te deseo en los sueños y despierto,
y empiezo a desear que signifique
algo San Valentín para inventarme
otra excusa que traiga
tu voz de teleñeco a mis tardes sin ti.
Ya sabes como es esto del deseo,
desde que vi tu ombligo,
su escolta de diamantes,
no veo más ombligos,
y los escaparates
de Durán están hechos de carbón.
Ya sabes como es esto del deseo,
lo sabes si deseas mis palabras,
Tú lo sabes, que has probado mi boca,
y a oscuras ves mis ojos,
hermosos de deseo.
tú lo sabes, cuando a menudo traes
a mi alma, hasta ahora solitaria,
ropajes de la tuya,
esponja de deseo.

Afirmando con citas de autoridad la idea que abandoné aquí el día de los enamorados:
-Me persigues, huyo; huyes, te persigo; éste es mi talante:/ no quiero tu querer, Díndimo, quiero tu no querer. MARCIAL (epigramas)
-Cuando tú vas/ yo vengo. CHENOA (top manta)

Ayer estuve en la inauguración del piso de Noe. Recuerdo: que estuvimos media noche con unas máscaras de luchador mexicano puestas, que se metieron conmigo porque dijo Noe que estaba enamorado (¿cuándo? ¿qué?), que brindamos por un premio mundial importantísimo que ha ganado uno de los presentes (que tiene un fondo de mala uva algunas veces que le sienta fatal, pero la mañana se me salió por el techo cuando me enteré de lo de su premio), que Noe me sacó a bailar a Sinatra ("no te acerques tanto, por favor, que estoy buscando piso y estoy muy sensible a estas cosas"), que bailé con otra compañera de trabajo, que puse mi mano en su pierna, que me di cuenta de que estaba demasiado arriba y la cerré, que me fue soltando los dedos uno a uno y poniéndolos en su sitio, que hubo mucho frote bailando (uf, qué mal rollo), que igual me voy a ver a Fangoria esta semana, que asistí a una conversación de media hora que empezó con la explicación de la cara que se le pone al chico de la cama cuando apareces desnuda y con una máscara de luchador mexicano puesta y terminó repitiendo una idea durante los otros 25 minutos (para ganar mucho hay que apostar mucho, o sea, que si pones pocas fichas, sacas poco, esto es siempre así, si pones mucho en la apuesta, puedes perderlo o ganarlo, pero si pones poco... y así hasta veinticinco minutos), que el vecino de arriba tiene un martillo hidraúlico para golpear el suelo cuando le molestan las fiestas de los lunes a las tres de la mañana, que luego grita por la ventana: "lleváis aquí tres días y habéis hecho cinco fiestas" (perdone, señor, es que no nos salen las cuentas), que se acabó la fiesta.

Hoy, con la resaca he ido al colegio de mi amiga E a dar una charla sobre periodismo. Es el más caro de Madrid, y van los hijos de los famosos... Bueno, estoy pensando que voy a colgar el mail que le he mandado a Burbu, que ahí lo explico, y ya está:
"Sí, qué día para estar en una casita con chimenea, con una manta y haciendo piececitos...
Pero no me hagas pensarlo, so astuta.
El colegio se llama xxx, creo, ¿o no? Pero no puede ser sano pagar 250.000 por el cole del niño, a ver con qué cara les miran los profes sabiendo eso... He estado con mi amiga E, y con sus dos únicas amigas, las de secretaría, las mismas que cuando he entrado me han dicho superbordes “¡oye, que no se puede fumar aquí!” jeje. Me han estado contando que si tengo que hacer un repor sobre la lucha de clases que vaya allí, porque ellas son la clase inferior porque hablan con las de la cocina, fíjate. Y E estaba bastante infeliz, pobre, no la habla nadie. Y no entiendo nada, si es una chica encantadora, no sabe ni poner mala cara, dice que cuando se tiene que poner seria con los alumnos se inventa un papel, como cuando hacía teatro. En Valladolor trabajaba de camarera en un bar entre semana y me ponía cervezas y cervezas para que no me fuera y luego cerrábamos y me llevaba a casa en taxi, borracho. Un encanto total, bueno, sus compañeros se lo pierden. Dice que estoy muy cambiado, pero se me ha olvidado preguntarle si para mejor o para peor.
O sea que no es nada sano eso de xxx.
Por eso les hablé de lo duros que son los comienzos en periodismo, de que lo que hay que tener es amor a las palabras, que qué pensarían de un zapatero que no supiera usar su instrumental, y que tienen que disfrutar escribiendo, porque de ver mundo, las palmaditas de los políticos y las fiestas o lo que sea, te cansas. Si te lo pasas bien escribiendo, si te gustas, eso te dura para siempre. Pero total pa qué, si sus padres pagan 250.000 al mes por su colegio, se pueden comprar un periódico pequeñito, en fin...
Hala, y ahora quiero un mail igual de largo.
(bueeeno, me conformo con que des signos de vida antes de que te metas en casa)
Te beso de fresa,
VyF"
–Pues me voy a empadronar en el pueblo, a ver si voto.
–Votarás al PSOE, ¿no?
-Pues...
–Pero papá, no irás a votar al alcalde, que me quería meter en la cárcel.
–Tampoco fue para tanto...
-Pero sí habló con la Guardia Civil para que fueran a por mí. ¡Dos veces!
–Ah, eso no lo sabía yo...
–¿Y que me metieron en el furgón de los presos, me tomaron las huellas, me sacaron las fotos, me hicieron la ficha...?
–Sí, eso sí.
-¿¡Y vas a votarle!?
–Hombre, pues no sé...

(dice miguelito que parece un diálogo de los Simpson, pero no, es mi charla de la sobremesa del domingo con papi)

viernes, 14 de febrero de 2003

En el amor, sólo hace falta que pidas para que no te den. O mejor, para queteden.
Pero si te escondes un ratito, te buscan con urgencia y un poco de miedo.
Y luego está lo mejor, los dulces reencuentros.
Es muy juego.
La revista estadounidense TIME, está haciendo un sondeo on-line entre sus
lectores para verificar cual es el país que, según la opinión pública,
constituye la mayor amenaza a la paz mundial, y propone como respuestas tres
alternativas: Corea del Norte, Irak y USA. En este momento (con más de
400.000 respuestas emitidas), Estados Unidos está a la cabeza con el 86 por
ciento de los votos. Ya que la cosa está "reñida", cumplamos con nuestro
deber colonial y ayudémosles a ganar. Puedes participar en:
http://www.time.com/time/europe/gdml/peace2003.html

miércoles, 12 de febrero de 2003

la puta realidad y los gestos simbólicos
Salí de currar a las 22,30. No me había apetecido escribir en el blog en todo el día, aunque estuve intentando obligarme. Las brujas me esperaban para hacerme varias observaciones sobre mi habitación: las cajas no pueden estar en medio, pero tampoco puedo meter su contenido en el armario, porque tiene que enseñarlo por dentro (¡?), sí, sí, lo que tú digas, ya me ocupo (que venga jarri poter, por favor), yo no voy a poder alquilar esta habitación así, con ceniza en el suelo, ¿dónde? ah, esa motita de ese rinconcito, mira que tengo buena vista, pero la suya es prodigiosa, sí, sí, lo que tú digas, ya me ocupo, y he visto que la persiana, y he visto que en el armario, y he visto que hay una mancha... deberíamos pagar la habitación a pachas, se pasa más tiempo que yo en ella. Me despierto con un bolero, sabor a mí, pasarán más de mil años, no pretendo ser tu dueño, soy tan pobre, que otra cosa puedo dar... y yo me pregunto ¿el tiempo es circular? ¿habrá alguna emisora de chunda chunda por las mañanas? El baño está copadísimo, ya llego suficientemente tarde y me voy sin afeitar y sin duchar. Voy al banco a ver si quien se haya encontrado mis tarjetas de crédito (perdí una el miércoles y otra el viernes) ha tenido la feliz idea de desvalijarme. ¡Bien!, no. Pero sólo tengo 20 céntimos en el bolsillo y no me quieren dar dinero. Probablemente porque tengo el DNI caducado, el pasaporte roto y no me he afeitado ni me he duchado ni sonrío. Una pequeña negociación y tres ventanillas después consigo pasta.
Cambio. Llego al trabajo. Voy a la máquina de cocacolas. Meto una moneda de 50 céntimos y saco una light. Meto otra y la abandono ahí. Estás invitado.

martes, 11 de febrero de 2003

¿Por qué se mutila uno?

-Porque se quiere poquito.
-Para llamar la atención.
-Porque tiene alguna tara mental.
*Genética
*Adquirida (por ejemplo por la administración continuada y desmedida de tóxicos –o sea, venenos- al cerebro)
*Ambas
-Porque siente asco o vergüenza de una parte de ti mismo.
-Por una pasión suficientemente desgarradora. Por ejemplo, el amor no correspondido.
-Porque está tonto.
-Por todas.

El sábado cuando me levanté quería no existir, desaparecer. Asesiné al blog, apagué el móvil, me fui de Madrid. Una página web llena de palabrería sobre ti mismo no es la cosa que más aprecias cuando lo que quieres es no ser.
La automutilación es una escenificación del suicidio, un suicidio pequeñito. No sirve de nada. Y cuando se practica contra el diario que te explica y que contiene y anima tu nueva vida, es un acto simbólico tan clarito que no deja lugar a dudas sobre el hecho de que estás para que te aten.
Alguien me dijo que lo que me pasa es que me organizo muy mal, que hace falta que haga cosas que me hagan sentir bien, como vivir en una casa en la que me apetezca estar. Y alejarme de las que me hagan sentir mal, como la cocaína.
Lo cierto es que en el peor momento de la depresión yo mismo dudé de que fuera capaz de no volver a escribir aquí, así que añadí a la despedida un hasta pronto. Y sin embargo, inesperadamente, estos días me han traído montañas de argumentos para dejar el blog cerrado. En las cosas que han pasado y en las que no han pasado.
El domingo me tomé unas cañas con mi sicólogo, mientras le contaba que había dejado de beber, je. Luego le expliqué en tropel todo lo que había en mi cabeza, todo lo que estaba sintiendo, todo lo que estaba fatal. El diagnóstico: confuso. Estoy confuso. Dos ejemplos relacionados con el blog: justo antes, el doctor miguelito me estaba contando que no lo leía porque se había vuelto monótono. Voy a una fiesta y me acerco a una chica y hago un par de tonterías y ya está. Y luego a otra y lo mismo. Y etcétera. Así que le pregunté. ¿o sea que estás diciendo que mi vida es repetitiva? O sea, ¿estaba hablando de mi blog o de mí? ¿Es lo mismo? ¿Estoy viviendo para el blog como me anunció él que haría cuando lo empecé (quizá influenciado por historias de escritores de diarios que sí que lo terminan haciendo, como Trapiello). Y segundo ejemplo: en los comentarios del último post un anónimo deja el mensaje qtdn (que te den) y yo me vuelvo loco pensando en si es ésta o aquél, que ya se han cansado de mis últimas tonterías, y reviso y reviso las IPs hasta que doy con la autora, que al final resulta que no es nadie que conozca y que quizá incluso dejó el mensaje con buenas intenciones (puestos a elucubrar, mejor hacerlo en positivo). En las temporadas en que no tengo muy claro quién soy, no me ayuda nada el estar haciendo el hostias todos los días con gente que lee esto. Soy un paranoico y resulta que no sé qué piensan de mí, no sé si esperan algo, no sé cómo van a juzgar mis estupideces. Demasiado dependiente de que me acepten los demás, tengo que tener eso muy claro. Y no digo que me admiren, ni que me afirmen, sólo que tengo que estar seguro de que me aceptan. Ah, sí, sí, ese eres tú, ya, ya lo sabía, no es ninguna sorpresa que seas capaz de esto y de esto, de algunas cosas maravillosas y otras de lo más arrastrao.
El doctor Miguelito dice que en las relaciones con los lectores del blog parto con desventaja y cuento con poco margen de maniobra. Y eso que en ocasiones es lo de menos, en otras es fundamental.
Y, además, de repente encuentro que adentrarme en el trozo de mi vida en que no existe este blog me apacigua. La niebla de mi ciudad, la carta de Z desde Los Angeles, con explicaciones sobre su desaparición que me valen, la divertida noche en el jacuzzi con Silvia...
Hagamos un trato. Me tomo unos días de vacaciones y luego ya veremos. Es una mierda trato, pero es el que tengo. Pero bueno, supongo que volveré a escribir, porque me sienta bien, al fin y al cabo, esto es un post. Bueno que tontería, daremos por hecho que volveré, ahora más que nunca necesito hacer cosas terapéuticas. Quizás mañana mismo. Y si no me termina de apetecer, me obligaré. Al menos al principio.
Leyéndoos me he sentido Tom Sawyer llorando en su propio funeral, no ha estado mal aunque lo siento por los que os habéis preocupado o cabreado. Creo que todos hemos podido aprender algo, vosotros, espero, que no hay que tomarme demasiado en serio. Supongo que habrá quien esté pensando que a quién le importa todo esto, que me he desquiciado. Pues vale, espero escribir otra vez sin que me interese mucho si interesa o no, o las reacciones de ciertas personas al leerlo. Si queréis pasar 377 en un día por aquí, pues vale, pero volveré a escribir como si estuviera solo, espero. Al principio seguí la regla de quedarme con las cosas bonitas o divertidas del día, y hacer una excepción de tarde en tarde. Es un buen precepto al que regresar. Es eso lo que quiero transmitir y lo que quiero recordar.

Y como resumen conceptual añadiré que ya iban para tres meses sin echar un polvo, justo mi nivel de tolerancia, qué le voy a hacer. Así que menos mensajes de ánimo, menos cartas de fans y más proposiciones guarras.

sábado, 8 de febrero de 2003

Gracias a todos y hasta pronto

...y cuando los cuatro cascos
eran cuatro resonancias,
David, con unas tijeras,
cortó las cuerdas del arpa

Federico García Lorca

viernes, 7 de febrero de 2003

El jueves nada, antes de irme a la fiesta cubana decidí hacer un doblete y pasarme por el Palace. Le tocó una estancia en América a Noe y luego me tocó a mí otra en el mismo país, la entregaba Miss Universo, pero yo no me hice la foto ni me dio los besos porque había salido fuera alegando una necesidad y estaba haciendo una llamada necesaria, oyendo cosas bonitas y pelín místico, porque temblaba (de frío, de emoción, de frío) y levitaba un poco. En tan amoroso trance, volé tan alto, tan alto, que a la caza le di alcance. Y mientras me llamaban y me llamaban desde dentro. Mi redactor jefe se había rajado cuando le quisimos presentar a la Miss, a pesar de ladear la cabeza al unísono conmigo cada vez que ella se agachaba a ocultar su mano inocente dentro del saco de las papeletas mientras que su escote culpable se desocultaba con el movimiento. En fin, otro mito que cae. Pero al final tuvo que salir y dar los besos y sonreir en la foto. Cuando volví me cantaron una que me sonó: “eres un cabrón hijoputa, lalalala lalalala lalalala”, pero me dieron el premio. Y la idea (no mía, lo juro) es compartirlo con Noe, siete noches en su hotel y cinco en el mío. Qué bien, 12 noches durmiendo de nuevo en la misma habitación, esta vez bajo el calor tropical. ¿Me respetarás, no, Noe? Luego bailamos, orquesta en vivo, Miss Universo, una ministra de aquél país, muchas copas. Decidí meterme un trocito. Y le guiñé el ojo a una señora asombrosa porque era de la quinta de mi abuela y bailaba y eso. Así que se vino contra mí como un búfalo y tuve que hacer unos pases, mientras me contaba que trabajaba en Ameri can Air lines la compañía aerea con más volumen de facturación del mundo, haciendo la revista, la mejor de las que se hacen y que era “americana”. Se quedó con las ganas de añadir que era la sede del imperio, el país más principal. Ay, cómo son estos yankis de tiernos, que candor, yo es que me espiporro. Debería haberme ofrecido unos dólares por un scort, pero visto el plan en el que iba, parecía más bien que se iba a inclinar con agasajarme con unas cuentas y unos espejitos o con un par de cervezas. Buds, claro.
(seguiré) (digo yo)

jueves, 6 de febrero de 2003

Me ha despertado una voz dulce, frágil y amorosa (no, las brujas no). Y así, sin pisar ni un centímetro de asfalto, he llegado hasta la redacción no demasiado tarde y notablemente feliz. He terminado enseguida el plastazo que tenía que entregar. Sólo he tenido llamadas agradables de gente bonita durante toda la mañana. S, la chica del vestido rojo, llamó para agradecerme que cuidase de su amiga la noche que me la dejó. Dice que ha dicho que soy un caballero. Me han encargado un reportajillo de a cincuenta mil que me ha puesto muy contento, porque el último lo terminé en dos horas y cuarto, a veinticinco mil la hora, y a mí me gusta cobrar estos sueldos de profesional de lujo. Y además porque veo que otra vez cuentan conmigo por aquí y me siento más integrado, snif. Me he ido con el maquetador a donde los kebaps y el camarero se quería venir con nosotros al parque a comer y a tocar la guitarra. La turca pelirroja nos ha saludado muy sonriente, “¡cuanto tiempo!”. Luego la he inventado una vida “tuvo un novio, pero era malo malo, va directa del trabajo a casa y está deseando que la invitemos a salir”. Hemos recogido a María, nos hemos sentado en la hierba, Kike ha tocado la guitarra, flamenco sobre todo. Los gorriones se han puesto a nuestro alrededor y yo les pasaba trocitos de pan y comían de mi mano. Un pastor de los Pirineos blanquigris muy bonito ha venido como loco a jugar conmigo, precisamente el único que tiene miedo a los perros. Nos hemos fumado unos porros, hemos cantado la chica de Ipanema bajo el sol. Luego me voy al estreno de Mortadelo con amigos, compis y niños.
Coño, qué día. Parece un anuncio de compresas.

miércoles, 5 de febrero de 2003

¡oh!
Estoy tan impresionado. Hoy un amable lector ha llegado hasta mi página buscando un verso de Quevedo, concretamente "arrojar la cara importa". Me siento lleno de gratitud.
También quiero saludar al que trataba de localizar "poesías de boda", justo debajo. ¿Todavía no las has encontrado? ¿Buscamos un padrino más competente? ¿Me encargas una?
Y un recuerdo muy muy especial para bob y Olga, que justo ahora están en la puerta del gimnasio esperándome (perdón, perdón, no me mateis, te llamo, amor, y cojo un taxi. Id pidiendo. La comida japonesa no se enfría, ¿no?)
Msgs q tngo n mi mvil

No pasa nada, ya ves que sólo ha sido una charla rapidita para ver como estabas. Me alegra saber que estás mejor. Como amante no puedo opinar... todavía. Besos.

Batería? O dije algo malo? Jajaja. Buenas noches.

Que sí, que este mes estás fuera. Tranqui.

Acabo de leer tu post y bueno... quería saber como estabas... Un beso y un abrazo (muy muy fuerte)

El reportaje genial. He descubierto esa parte de mi ciudad que no conocía. Besos y abrazos pa ti, los jotas y L. Musus.

Vale, veo que nos entendemos... Mwhahahaha... (...)

Pues no lo cuentes.

(...)todo en clave, todo en clave...

Bueno, m cnformo cn q no pongas q m tocast ls tetas, jodr qué mal..La vrdad s q no sé p qué t djé..n fin,q no lo pngas, sino (...)

Por mi perfecto, yo no t he querido molestar ste finde. Pq m dijiste q stabas liadillo. Pero cuando quieras!

Vyfito, amor! Cmo stas? Ls ultimas noticias muy liado... Te mando recuerdos y besos de colores.

Jajaja... puedes contar lo que quieras, pq en realidad no pasó nada,eso sí, no te tires pegotes... Q tal? Yo he pasado 1 día resacoso a pesar de bbr solo 2 copas, q mal

Juas! Anda trasto.

Haría muchas cosas por ti.

Jo!

Te beso más dulce.

No he podido, te la debo para mañana. Te beso sin prisas. Tu me entiendes ¿Tú me entiendes? Gracias x el msg, me dio cosquillas.

Uf. Me has hecho llorar Vyf. Gracias Vyf. T quiero.

Gracias por el msg, si me siento mal, pero es de Gelocatil J me gusta mucho poder ponerte voz, manos, piel y sobre todo ojos. Gracias. besito.

(...) Acabo de leerlo! Jo escribes muy bien muy bien. Me gusta leerte.

Joo, mierda!no h estado nada cntigo, mil disculpas d verdad q lo siento. Suerte? Ya la h tenido, eres un cielo.

Esta tarde he tenido un ‘momento Vyf’ cuando al sacar la cartera se me ha caído un condón delante de la gente de clase! cuidate

NOTAS:
-si alguien se siente aludido o paranoico que me lo diga y le quito su mensaje y le pago un siquiatra. Pero no lo digas en los comentarios, burro, que se va a enterar todo el mundo.
-donde pone Vyf suele ir mi nombre offline (¿se dice así, hormiga?), que también tenía uno.

lunes, 3 de febrero de 2003

si esta bien, si esta bien, si es tan fácil,
¿por qué duele así, porque duele así, porque duele así por dentro?
(LOS PLANETAS)

Todo el día dándole vueltas y vueltas. Estoy desquiciado, absolutamente fuera de control. Y no lo entiendo. No entiendo nada. Yo no era así. ¿O sí?
Así que un poquito antes de que se me desenrosque la cabeza y a tan sólo unos minutos de que empiece a vomitar todos esos pistachos voy a parar, templar y mandar, a intentar sacar una generalización de todo esto. A alejarme de Ella y acercarme a mí para comprender. Porque este ataque de pánico no puede deberse sólo al miedo de perder la maravilla de sus ojos de estatua. O sí. Pero yo me voy a inventar una teoría que me explique y me deje más tranquilo.

Veamos. Anoche hablaba con bob y me decía que la gente no te abandona así de repente, que eso no pasa y no me va a pasar. Pues a mí me ha pasado todas las veces. Hum. Recuento (con algo de sexo, para los que se quejaban de que esto parecía la hoja parroquial)

Sara creía que nunca iba a tener otro novio. El anterior la ataba y más cosas con hortalizas. Con 19 años no sabíamos lo que eran esos juegos. Yo pensaba que él estaba loco. Y de repente descubrió que conmigo le apetecía todo lo que pensó que nunca más volvería a hacer. La tarde que la conocí dejó caer uno de mis zapatos en el váter de un bar y tiró de la cadena. Eramos monísimos. La besé en su portal a la semana siguiente. Me metía mano por debajo del pantalón en las terrazas de la Plaza Mayor. Luego subió conmigo a casa de mi primo. Se quitó la falda, la blusa de flores, las bragas, se dejó el sujetador, se apoyó sobre la puerta. La besé. Se tumbó en la cama. Me arrodillé sobre ella. Me acarició desde abajo. Llamó mi primo. Que subía. El cabrón no fue capaz ni de darse una vuelta de quince minutos. Luego llegó el verano y me llamaba al pueblo y me vino a visitar y para septiembre decidió que ya no me quería ver nunca más. Reconozco que no debería haberme dolido, probablemente no lo hizo. Por aquél entonces yo tenía la novia de la capi, Sara, el rollo del pueblo y la novia de Bilbao. Pero soy codicioso, y luego volveremos sobre ese tema.

La innombrable estuvo siete años y medio soportándome (y parándose sutil y constantemente en los escaparates de Pronovias cada vez que nos cruzábamos con uno) hablándome del talento que tenía, de lo diferente y lo aventurero que era y de cómo me brillaban los ojos cuando leía poesía. Y luego decide que soy un vago, que nunca llegaré a nada y que no quiere hablar conmigo ni para felicitarme la navidad. No insistiré más en el tema, que ya está bien.

Meri se lió un ratito conmigo cuando la innombrable y su amiga se fueron de la fiesta para buscar a sus ex novios. Vale, yo en ese momento no sabía dónde habían ido, pero al final fue justicia poética. Estaba encantada y medio desnuda cuando llamaron a la puerta. ¿Qué haceis? -preguntó otra amiga cotilla- ¡Nada, le estoy leyendo un cuento!. Al tercer día fue "mejor que no" y nunca volví a quedar con ella.

I me metió la mano dentro del pantalón en la primera noche. Bueno, en los primeros cinco minutos. Y en el coche de su hermano, mi amigo. Y con él conduciendo. Y nos fuimos a casa. Y me dijo que nunca había sido tan tierno. Y para la siguiente vez (como le contaba a almu el otro día) "¡¡¡tuvimos un rollito sado maso!!!". Justo después de que ella me bajase los pantalones y se arrodillase en el ascensor. La eché de la peluquería de mi ex unos veinte minutos antes de que llegase, perdona, cómo pasa el tiempo, pero juraría que se fue contenta. Así que no podía entender por qué no quería quedarse a solas conmigo en la siguiente fiesta en que nos encontramos. Sólo la he visto otras dos o tres veces.

Ana (hola Ana) me escribió dos cartas de amor que llevo en mi corazón (porque no sé dónde las he puesto) después de que nos enrolláramos el día de la noche que me fui a Londres a vivir. Después de tantos años recordándonos más o menos en la distancia, aquéllo prometía. Y sin embargo cuando volví me dijo que se le había pasado. Y estuvimos unos dos años más sin hablarnos. (por cierto, la semana pasada me dijo Merche, mi ex, que a cualquier novia a la que le hablase de ti se iba a poner celosa -empíricamente cierto- y que estaba destinado a acabar contigo -inexacto, pero bonito-)

(vamos a saltarnos rollos veraniegos, como la de Vigo que depositó el sujetador 120 sobre la cama de mis padres, que me dio un beso nada más verme la siguiente vez, y luego decía no conocerme, o a algunas otras chicas que alegaron al día siguiente que estaban borrachas, como Pascale, de la misma talla, porque si no esto se va a hacer muy largo)

MJ me llevó a casa en coche tres veces hasta que me decidí a besarla. Dos meses y desapareció con su ex novio, también conocido por ella y por mí como "el sicópata". A partir de entonces, sólo encuentros casuales. Eso sí, se esfumó elegantemente. Pero porque ella lo es. Y no sólo por su talla pectoral. Siempre he sostenido que unas tetas bonitas confieren un plus de elegancia en cualquier situación y ambiente. Pero ella tiene algo más, algo así como una distinguida dignidad soterrada, que le aparece mientras te explica con su sonrisa melancólica su último coscorrón contra los mismos muros. Claro que es ella la que los busca, de cabeza.

Merche, la de la tele, no cuenta. Le hice una entrevista, la emborraché (mucho) y me enrollé con ella y seguimos tres meses sin seguir y terminamos antes de terminar. Se supone que era mi novia, pero le molestaba que la viniera a ver a Madrid. Le fastidiaban mis cartas de cinco folios. Nuestra única relación sexual consistió en que la empecé a acariciar, terminó, se dio media vuelta y me explicó que mi cama estaba en la habitación de al lado. Lo cierto es que también desapareció una temporada tras ponerme a parir y decirme lo que siempre me dice: no puedes seguir así toda la vida, tienes que hacerte con una casa, un coche, un perro, una novia, un trabajo decente y etcétera.

De ahí vamos a pasar a Ana la cocainómana. Estuvo tres noches drogándome antes de que me decidiera, el miércoles me dijo que me quería. Era la segunda vez que dormí con ella y sentí que me había enamorado por primera vez, a mis 28. El martes me había instalado en su casa. El domingo me sacó las cosas a la puerta. No se volvió a poner al teléfono.

Ana la multiorgásmica me dijo que me quería antes de conocerme. Me besó antes de preguntarme el nombre, nos acostamos antes de terminar de enseñarle la casa. Conmigo había roto el bloqueo desde que lo dejó con su novio. Había sido muy dulce todo y también muy maratoniano. La tercera vez que nos vimos pensó que igual no, que no estaba preparada ni para un amante, que mejor no nos llamábamos.

Cris lloró cuando la llamé después del fin de semana. Lloraba por haberme encontrado, todo lo que veía a su alrededor le parecía bonito, ya lo conté. La semana pasada le mandé un mensaje: "estoy cenando atún de almadraba, y no sé por qué me estoy acordando de ti :P". Un guiño amistoso al que por supuesto no va a contestar, como tampoco me ha llamado ni una sola vez desde que decidió que fuéramos amigos.

Z me eligió para ser el segundo chico de su vida. La noche que la conocí hicimos cosas que ahora probablemente la avergüencen. Hicimos también planes, como el de irnos al Caribe. Quién sabe por dónde andará. Bueno, sí, anda por mi mismo edificio, pero la última vez que quedamos en vernos no cogió el teléfono ni contestó a los mensajes.

Y dicho todo esto sobre inesperados abandonos repentinos, aquí vienen las conclusiones sin concierto. ¿Es normal todo esto? Pues a lo mejor sí, a lo mejor es lo que suele pasar y la gente se lo toma más o menos bien. ¿Por qué yo no? ¿Por qué necesito que me quieran antes, durante y después? ¿Me falta cariño? No. Tengo. Pero soy avaricioso, quiero más y más y acumularlo, quiero el tuyo y el tuyo y el tuyo, y a lo mejor eso no puede ser. A lo mejor hubiera estado bien buscar sólo el tuyo, trabajarlo cada día. Puede que sí, aunque no suelo creerlo, me inclino más bien por que la pareja es un cuento. Pero quizás sea yo el equivocado. "Quitar codicia, no añadir dinero/ hace ricos los hombres, Casimiro", escribió Quevedo versioneando a un poeta latino. Pues eso, Casimiro, que con la codicia de cariño a lo mejor tampoco.
Y vámonos un poco más allá. ¿Por qué ese pánico a las pérdidas, a que la gente a la que quiero desaparezca del mapa sin despedirse? Es más, ¿por qué tengo esa sensación fatalista de que impepinablemente me va a pasar? ¿Qué otra pérdida he tenido? (¿voy bien, miguelito?) (es mi sicólogo). Mi madre. Mi madre se fue sin despedirse cuando más nos queríamos. Cuando todo era perfecto y yo era indestructible y capaz de todas las cosas. Y tenía 19 años y acababa de tomar todas las decisiones importantes:
nada de cosas materiales,
escribir, no importa quién me lea,
conocer,
disfrutar,
amar,
afeitarme de abajo a arriba,
no llevar ropa interior cuando me ponga vaqueros
y, en caso de duda, contra corriente siempre.
La noche antes le pregunté si quería que la trajera algo. ¿Un regaliz? No, con la cabeza ¿Una revista? No ¿Qué te escriba un poema? Sí, con una sonrisa. Luego me quedé en casa, no sé por qué, aunque había quedado con Sara. Era raro, no sé por qué lo hice. Y de pronto el oxígeno al máximo no fue suficiente y se ahogaba y tenía los ojos cerrados y salí a la calle corriendo de portal en portal, buscando un médico, en un barrio de médicos que ya no estaban en la consulta. Llamé a todos los timbres, dentistas, especialistas, vecinos, mientras mi madre se moría arriba.
Y no pude hacer nada. Ni tampoco fui capaz de darle un beso en el hospital, ni pude llorar durante meses.

Y luego cuando me dejó mi ex me pasé un año y medio en una nube. Una estúpida nube negra. Da igual que supiera que era mucho mejor para mí terminar, la mejor cosa que podía hacer con ella. Pero no quería que me dejara de querer. Lloraba en los bares, pasaba las noches en blanco, empecé a fumar, escribía cuentos sobre mi propio suicidio, salía a gritar a la terraza.
Luego puede que siempre me haya engañado, me haya agarrado con desesperación a relaciones que no, puede que sea eso por lo que nunca he podido dejar a nadie, por lo que siento pánico si veo venir un abandono lógico. ¿Voy bien por ahí, miguelito? ¿Era eso? ¿He encontrado una respuesta o sólo me lo estoy imaginando? Y ahora que lo tengo, ¿qué? ¿Qué hago?