jueves, 23 de enero de 2003

NO DISPAREN SOBRE EL PIANISTA
("Os regalo mis canciones y me apuntan con el dedo,
mira por donde va Robe, ¡para mí que ya está pedo!"
Extremoduro)

Querido conocido:
Era inevitable que pasaras por aquí, cuestión de tiempo. No sé si me conoces mucho o poco, quizá seamos amigos. No sé si apareces por ahí, en alguna esquinita o si hablo mucho de ti, que también puede ser. Quizás te sientas traicionado, por lo que cuento, pero nadie lo lee. Nadie que conozcamos. Es como si hablase en voz alta conmigo mismo. Quizá no estés de acuerdo con lo que digo, o no salgas favorecido en el retrato, pero sólo es una elaboración literaria de la realidad, una instantánea de un momento perdido en el tiempo. Sé que ese no eres tú y tú deberías saber que yo lo sé. A lo mejor estaba cabreado contigo cuando lo escribí o enamorado de ti o esa frase quedaba bien ahí. No me lo tengas en cuenta. Mucho. A lo mejor lo que te molesta es no aparecer en esta página. Eso podemos negociarlo :)
Quiero pensar que soy difícil de odiar, entre otras cosas porque a mí me resulta imposible ese sentimiento. Quiero pensar que me tienes algo de cariño. Y que vas a ser discreto, que no vas a conseguirme enemistades ni problemas laborales, ni problemas. Confío en ti. Quizás lo más sensato sería cargarme esta página, borrar todos los archivos y todas las huellas. Pero sabes que no soy sensato. Y después de leerla, seguro que entiendes por qué la tengo cariño, por qué prefiero arriesgarme tanto a ajusticiarla.
Quizá quieras contarme que has estado aquí o quizá no. Estaría bien, pero lo dejo en tus manos.
Estoy en tus manos. Pero ten en cuenta que también escribo para ti.

No hay comentarios: