sábado, 6 de septiembre de 2003

MANERAS DE PEDIRLO JUNTO AL MAR (oh, la constancia)
(reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo)


-Me pierdo en tus ojos...
-¡Gracias! ¿me haces una mamada?

-Vamos a hacer como que somos dos viajeros que tienen que compartir habitación.
-Vaaaale...
-¡Oiga salga de mi habitación!
-Pero, pero...
-blablabla
-blablabla
-blablablita
-Pues yo me llamo Magdalena y soy lesbiana.
-¡Uy, qué bonito!
-Jua jua
-Perdona es que tengo que coger una cosa de la mesilla.
-Oye juajua esas manos ¡jua!
-Uy perdone
-Tú eras de un pueblo ¿no?
-Sí, de una aldea perdida en la montaña en Zaragoza, grabaron dos episodios de Heidi allí.
-Jua jua, me encanta como te metes en el papel.
-¿A que sí? ¿me haces una mamada?

Las doce en la cama.
-A ver, he traído donuts, zumo, coca cola, jamón, queso, galletas de chocolate, pan, un pastel, empanada, tomates...
-¡!
-Gracias. ¿Cuando termines de desayunar me haces una mamada?

Noche en la terraza. Pierde al strip poker.
-Ahora tengo que mandarte algo... mmm... no sé, no sé qué pedirte que me hagas...

-Es que a mí los viajes siempre me ponen muy nerviosa
-Oye, pues si ves que te relaja me puedes hacer...

-Jo, de verdad que me da mucha pena que te vayas, que ha sido muy bonito y me estoy poniendo triste.
-¿Quieres que te haga una mamada?

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