En una mano un Lexatín y en la otra una raya. Supongo que el
Lexatín, aunque no lo parezca, es lo que me lleva al mundo en el que soy yo de verdad, a la cama y a escribir mañana. La raya, en cambio, me sacará a las calles
y a la ficción. No son tan fáciles de distinguir, a menudo soy yo al aire libre y a veces el escritor es sólo un personaje. Tengo en la cabeza la
frase taladrándome: “igual no eres escritor”. Igual si no te sientas, si no
tecleas, si no cambias algo por esto, si no lo quieres lo suficiente para
hacerlo, no lo eres. Suena bastante lógico: si no escribes, igual no eres
escritor. Tengo que elegir y me tomo el Lexatín. Y al rato, qué coño, la raya. Quiero pensar que me estoy asegurando de que llegaré a alguno de los dos mundos, pero lo cierto es que lo único que he hecho es aplazar un día más la elección.
/////"Sigo virgen y furioso". Arthur Cravan, recién llegado a la ciudad, en una carta a un amigo/////
domingo, 11 de agosto de 2013
sábado, 3 de agosto de 2013
Amores de verano
Te van a romper el corazón. Te lo van a romper a lo tonto
con alguien que diga que se tiene que leer dos veces el periódico porque no lo entiende. Te lo van a romper, da igual.
Los amores de verano caducan enseguida, en lo que se estropea
un melón. Las promesas en la playa suenan tan veraces porque tienen un coro de
olas. Olas meciendo promesas. Olas de mierda más falsas que un amor de verano. Ni siquiera
tienen sentido del ritmo porque ni siquiera son seres animados. Es la luna la
que les dice: “bogad”, “empujad”, “levantad montañitas de burbujas al llegar a
la arena para estar más encantadoras y simular promesas que no podéis cumplir”. Es la luna. Ni siquiera son ellas. Son unas mandadas.
Y así es el rollo con los amores de verano. Los envía la
luna, los envía el calor, los envía el qué voy a hacer en casa sola todo este
tiempo, qué rollo.
Bueno, pues toda esta conspiración ha venido a romper en mis
orillas. Luna, olas, amor, verano, sol, Cupertone, o si no, una crema de
vainilla. Esa puta alianza imbatible me vino a visitar el martes. Y venció,
cómo si venció. Me dio por todos los lados, me dio pal pelo. Me dejó cautivo y
desarmado y en calzoncillos tres días seguidos.
Ahora las trompetas del Séptimo de Caballería tocan mientras
los indios rodean la caravana y yo salto esquivando flechas hasta que no puedo
saltar más y me disparan una directa y al ojo. Pienso que debería haberla visto venir, pero que no me han dejado ninguna opción, que han disparado al
ojo o al corazón, no sé, no lo recuerdo, estoy cayendo en la trinchera y ya no me
valen de nada la pistola, el sombrero, la pala, los galones, los sacos de
tierra, mi famoso guiño ladeado, las canciones de hoguera, las noches de guardia, los días de mimar el huerto, los tiros certeros y las cabalgatas hacia el horizonte. De nada,
de nada, de nada.
Pero no te atrevas a decir que no lo sabías, que nadie te avisó, porque ésta es una de esas películas que llevan el spoiler en el título: amores d-e v-e-r-a-n-o, fugaces como un cometa que trajera una extinción.
Pero no te atrevas a decir que no lo sabías, que nadie te avisó, porque ésta es una de esas películas que llevan el spoiler en el título: amores d-e v-e-r-a-n-o, fugaces como un cometa que trajera una extinción.
domingo, 7 de julio de 2013
Tú que ya estás allí
Tú que ya estás allí,
dime.
Dime a dónde se llega,
dime si hay esperanza,
si sirvieron de algo
las horas de cocina,
los paseos,
los gritos y los lloros,
el amor.
Dime dónde los llevas,
para qué es esta noche,
por qué agita la vida
ante mis ojos
las promesas, las risas,
las frases ingeniosas,
la brisa de la una,
las miradas furtivas,
los cielos estrellados.
Para qué los agita.
Tú que ya estás allí
donde no hay un allí
señálame qué cosa
se merece esta máquina,
este siempre adelante
de hámster en la rueda.
Indícame qué párrafo
no está lleno de nada,
cuál es la huella firme,
cuál la guerra ganada
para siempre.
Dime qué movimiento,
qué andanada,
qué beso y que retrato,
qué sonrisa y qué duda,
qué no va a convertirse
en química sin alma
y en espuma.
y en espuma.
viernes, 31 de mayo de 2013
Tristeza post coitum
Resulta que soy negro. Soy un negro macizo, de esos de un
color caoba, porque mi color se parece a un puto árbol. Y estoy aquí en una
isla de las Maldivas que al final no era para tanto. Claro que tiene un montón
de árboles distintos, que yo no sé cuál es cuál. He visto como tuercen con
cuerdas las palmeras para que den sombra en la playa y se conviertan en hits
instantáneos de Instagram, porque en Instagram triunfa un cocotero inclinado
sobre la arena casi tanto como un par de tetas entrevistas o unos pezones Lo-fi
debajo de una camiseta blanca. También he visto peces alargados y peces de
colores, coño, que he visto un tiburoncito blanco, casi traslúcido, sólo con
asomarme un poco al agua, que es tan transparente como me enseñaron en el cole
que lo era: incolora e insipida, que a mí nunca me había parecido ni lo uno ni lo otro. Y aquí estoy, en mi habitación, con mi mujer para siempre,
limpiándome la polla color caoba, con cuidadito, que mi polla ya es sagrada y lo que acabo de hacer ya está bendecido y ya le parece a todo el mundo bien y un respeto.
La limpio una y dos y tres veces, me paseo, apago las luces, ella está tumbada,
se duerme y yo me limpio la polla, del color de un árbol, exactamente con los mismos gestos con que lo haré durante los
siguientes nosecuantos años. Me aparto las dudas, un poco a hostias, ella está
en la cama y las dudas van a ser muy breves, en lo que aprieto los
interruptores y vuelvo a abrazarla un poco, aunque quizá ya no me apetezca
tanto como cuando quería follármela. Pero aquí estamos, casados, en una cabaña
frente al mar y esto es lo que se supone que tenemos que hacer y esto es un
rito que confirma que durante toda mi vida (quizá cinco, quizá diez años, quizá
de verdad toda mi vida, prefiero no pensarlo) es lo que voy a hacer con ella,
follármela, dejar que se duerma, limpiar los restos blancos que matizan de
nieve fake mi semierección caoba. Puede que me consolara saber que a través de
la ventana un blanco que no tiene la paz que da saber que ya está, que se ha
acabado la búsqueda y se puede echar a dormir sin fantasmas caoba negra, me ha visto por la ventana. Me ha visto cuando venía de dormir
la mona entre las palmeras forzadas sobre las que asomaban las estrellas, las
estrellas sin la Vía láctea, que no dará señales de vida hasta las 3. Mientras yo
convertía mi polla de un buen tamaño del que estoy orgulloso en un émbolo con el que hacer un experimento
social muy visto, visto de cojones, él se ha quedado dormido pensando en el
viejo adagio de que la ciudad te seguirá, de que no puedes escapar a lo que llevas
contigo. Y yo, al menos tengo a esta chica que me ha pedido que me corra dentro,
que ha esperado adormilada a que me limpie los restos nada caoba del deseo bien
desarrollado, porque nosotros sí que sabemos darle un cauce al deseo, ella ya sabe
cómo ponerse, cómo tocar donde hay que tocar. Y yo sé lo
que tengo que hacer y que decir. Y ella sabe cómo sacar de mí lo que tiene que
salir, justo eso. Y ya me he limpiado y en este follamotel de lujo, de lujo porque
está lejos y es caro y está en una isla, manchamos poquito las sábanas y
nos limpiamos las dudas con un kleenex y dormimos semiabrazados y dormiremos
así durante años y cuando nada tenga sentido vendrán dos niños, o tres o cuatro
y entonces ya no nos acordaremos de si esto tenía que tener algún sentido, ella ya ni siquiera querrá dormirse
esperando a que me limpie la resina de la caoba, yo ni pensaré en que podría estar bien sentirla temblar debajo como un tsunami sólo para mí, porque tendremos un objetivo
por encima de nosotros que nos obligará, gracias a Dios, a no pensar en nada
más que en eso. En eso en eso en eso y en ninguna otra cosa hasta que sea
demasiado tarde o los niños se vayan de casa de una puta vez.
lunes, 27 de mayo de 2013
Post dedicado
Soy virgenyfurioso. La semana pasada me estaba bañando en el
jardín secreto de una villa florentina y la que viene estaré buceando en el
Índico. Nunca dejo de querer a nadie a quien he querido. Llevo acumulando
amigos desde los 6 años y no me sobra ninguno. No me llevo mal con nadie. Hace
falta ser un necio muy terco para hacerme enfadar. Nah, ni con esas. Entiendo
lo que tienen de ilusorio el despegar de un avión, con el mundo encogiendo, y el
desnudarse de una mujer, con el mundo ampliándose. Y sé lo que tiene de promesa
un aterrizaje y cuando ella se viste. Hace poco hice un texto con el que
lloraron los cinco primeros que lo leyeron, yo incluido. Hace un par de meses
vi mi primera aurora boreal y me pasé dos horas mirándola inmóvil a 30 bajo
cero. A veces me siento todopoderoso delante de un documento que se va llenando
de frases. Ayer iba canturreando por la calle en un crescendo que terminó en
baile. La semana pasada dormí con una mujer preciosa, tan delicada como una
burbuja de rocío. Me despertó soplándome en la cara. Una amiga dice que matará a
quien sea para que se publique mi novela, otro, que se emociona con mis
poemas, y otro, que las frases de mis artículos son himnos. Algunos de los amigos que más me
gustan los he hecho escribiendo. Un artículo mío batió todos los récords de una
de las webs más importantes de España, otros han hecho reír a miles de persona.
Todo esto, más o menos, en lo que va de primavera. Soy virgenyfurioso, ¿a qué
quieres que te gane?
viernes, 10 de mayo de 2013
Destrucción Mutua Asegurada
DESTRUCCIÓN MUTUA ASEGURADA
El día en el que todo reventó
El día en el que todo reventó
Venía una primavera recelosa
Lluvias como balazos la traían
No nos era posible ser felices
Una noche restaba
De su cuerpo ante el mío
Venía del amor trampa
Del que te hace quedarte
Cuando todo está mal
Y todo lo hace bueno
Y no es mentira
Pero es sangre y trinchera
El amor trampa
Alguien grita, a lo lejos,
"Hacíais buena pareja"
"Paseabais erguidos
Repartíais belleza
Hacíais de Madrid
Un cuadro de Chagall
Alguna noche de esas"
Nos reíamos tanto
En los descansos
Entre malentendidos
Alguien grita, a lo lejos,
"Hacíais buena pareja"
"Paseabais erguidos
Repartíais belleza
Hacíais de Madrid
Un cuadro de Chagall
Alguna noche de esas"
Nos reíamos tanto
En los descansos
Entre malentendidos
Habíamos fabricado
Un millón de momentos felices
El de su cama nueva
El de andar los caminos
Como Lawrence de Arabia
Como Lawrence de Arabia
El del huerto y el guión
El del Wurlitzer
El de los sanfermines
El de la cena rusa
El de la cena rusa
El de la cena en casa,
En la terraza,
El del mar gaditano
El de un día cualquiera
Despertando a su lado
El del sofá y la manta
El de ver Casablanca
Y que se duerma
El del baile en braguitas
El del cuerpo desnudo
Porque sí
El del paseo lunar
Entre lunares
El del baile en braguitas
El del cuerpo desnudo
Porque sí
El del paseo lunar
Entre lunares
El de robar en el supermercado
El de los chats eróticos
El del beso, el del beso,
el del beso
el del beso
Y así hasta el un millón
Los recuerdos se fríen
Se pasan por la túrmix
Se les echa ajo, hostias,
Repelente de insectos
Se dejan enfriar
Y se sirven de cena
Y mientras se pasea por Madrid
De un brazo y un abrazo
más soso y previsible
Gracias a Dios
Yo me doy coscorrones
Para encontrar también una receta
Que mezcle hasta un millón
Los ingredientes
Y consiga un tartazo
En su cara en la mía
En las dos a la vez
La puta primavera
Yo nací en primavera
Me recuerda a diario
Que ese rojo que lo animaba todo
Era la mitad suyo
Yo que me había pasado
tantos meses
Buscando el resultado
Sin saber que la fórmula
Estaba ya trucada
Y que yo soy de letras
Venía por la calle
Contando con los dedos
Y ella me esperaba
Con una solución muy lateral
Que consistía en una bomba H
Nagasaki, Hiroshima
Sentados en mi cama de metralla
Bombas que son abrazos
Y que la clavan más
Ya está aquí la Gran Guerra
Encima de mi cama
Exploto y sin embargo
Parece que no he muerto
Lo parece
Y no hay nada que hacer
Para volver el campo de batalla
En un campo de plumas
Así que estalla todo
Aún busco los trocitos de mi almohada
Y sólo nos podemos prometer
La mutua destrucción asegurada
miércoles, 8 de mayo de 2013
Ni en un millón de años
Ni en un
millón de años
hubiera
permitido
que nadie te
escupiera.
Ni en un
millón de años
te hubiera
abandonado
como a un
perro
cojo, que ya
no sirve.
Ni en un
millón de años
yo te
hubiera impedido
despedirte
Ni en un
millón de años
hubiera
puesto el disco
de tus
letras de amor
justo al
revés
para
encontrar mensajes
que no
estaban.
Ni en un
millón de años
yo le
hubiera sumado
una piedra a
tu carga
sólo para
que me sintiera más ligero.
Ni en un
millón de años.
Ni en una
eternidad de eternidades.
Ni en un
solo segundo en mi cabeza
Y aún así,
ya lo ves
(o no lo
ves),
soy el tipo
decente
que se
empeña en pensar
que la gente
es mejor que
lo que hace,
se enrosca
la tristeza
al fondo del
bolsillo
y sigue su
camino
viajando con
los rostros
que ya nadie
siquiera
recuerda que
existieran,
sintiendo
que el amor
no hay quien
lo toque ya,
que es mármol
y burbuja,
que es un
atardecer
y es una Era
que es
siempre,
siempre,
siempre
la foto del verano
pasado.
Y aún así,
ya lo ves,
soy el tipo
de andares
ni toscos ni
seguros
que se aleja
despacio
y para
siempre
sin saber
dónde va
sin querer
olvidar
de dónde
viene.
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