Apagando sus voces
van los últimos perros de la noche.
A lo lejos alguien tose.
A lo lejos.
Por fin es todo manto y todo lento
en el pueblo.
Y se cierran los ojos.
Con sutiles llamadas te convoco;
(pelo de ducha,
espalda lienzo,
risa de Bar Boteo).
Traigo la noche
en que, no sé de dónde,
volverás, ah, a mí,
te sentarás enfrente,
sonriendo,
te acunaré en mis brazos,
iremos a una fiesta
y bailaremos mal.
Y será como entonces,
como siempre jamás.