lunes, 28 de octubre de 2002

NOCHE DE BODA

"¿Qué quieres para esta noche?". "Drogarme, cenar como un romano (de los de la caída del imperio) y dormir acompañado". "¡Imposible! Eso son tres deseos...!" Pues yo lo quiero todo a la vez. Y rapidito.

La chica del vestido rojo me sonrió. Hablaba por un móvil que me habían prestado. Con Cris. "Bueno, no te preocupes por mí, me han sentado al lado de una chica muy buena chica, que me contaba la última visita que le hizo a su hermana al convento, y las ganas que le daban de quedarse". Luego le dije que entre todas las posibles candidatas era ella la que iba ganando, al menos hasta la primera bofetada. "Tranquilo, no hacen falta bofetadas, si yo me explico muy bien con la mirada o con palabras". Vale.
Pero estábamos con la rubia del vestido chino. La habrían hablado ya de mí, como a mí de ella. Estudiaba periodismo. Así que cuando le contaba a la novia que se iba porque tenía las lentillas y vivía en Pozuelo y se quedaba sola, me acerqué para garantizarle que iba a estar acompañada. Y nos sonreímos. Y no se fue. Y, al parecer, yo ya tenía el 50% conquistado con un par de sonrisas y una frase. Me quedé con ella y resultó ser mucho más. Con esa forma de hablar tan anti pija (¿a cuántas chicas he conocido ultimamente en una fiesta con esta característica?) y con el piercing en la lengua y ese otro en el ombligo, y su inteligencia y su entusiasmo al hablar de cualquier cosa. Y la carga de emotividad química que llevaba yo encima y el estómago centrifugando. Y la gran aportación de esas cositas naranjas, que es como si a tu lavadora en lugar de echarle Calgón le echas, directamente, cal en píldoras.
Y como encima lo quiero todo para ya, y me estaba liando un poco y no sabía como plantearle el tema, me puse a picotear aquí y allá. Hasta que la encontré sola en un escaño. "No hace falta que me hagas compañía, no te preocupes". "¿Y dónde voy a ir? Eres lo más interesante de la boda". Por supuesto, era cierto. "No, qué va, lo mismo que las otras". Soy un disperso. Dice Luis que antes de enrollarse con una chica le hace sentirse especial. Yo, aunque crea que lo es, y siempre lo son, no sé. En 2º de BUP me dieron los resultados de un test. Lo que más destacaba es que "estaba en clase como quien está tomando un café", profe dixit. Inconstante.
No sé, no sé, no sé. Soy malo malo. Es tan imposible que me llame, que si lo hace, os invito a todos a una copa. Dicen por aquí que este diario es, entre otras cosas, un relato de polvitos frustrados. Lo cierto es que follo casi todos los días. El día de la boda casi también.

Y lo peor es que sé que la culpa es de lo estúpido que soy, que prendo hogueras que no sé mantener. Y luego lo paso mal y hago estupideces todo el fin de semana, porque tengo esta sensibilidad o lo que sea. Y cuando al final del sábado pienso que no puedo ser más imbécil, me supero el domingo. Y cuando el domingo creo que no puedo caer más bajo, me termino de hundir el lunes a primera hora. Y, cuando, cabizbajo, literalmente con la cabeza entre los hombros me planteo con detenimiento el para qué y las opciones: suicidarme o buscar una novia, entonces, cuando las cosas están más feas que nunca y me doy asco, viene de no se donde un verso que me recuerda quién soy de verdad debajo de todo ese lodo: un adorador de la belleza. Sólo eso. Pero porque tampoco puedo ser otra cosa.
A ver si me explico. El tipo de la cámara de vídeo en American Beauty me parece un cretino. Y encima luego vi la versión porno, y no puedo evitar identificar al sicópata de la versión buena con el actor sin pantalones que podía hacer todas esas cosas mientras grababa... Y aún así hay cosas de ese personaje... Como lo de la bolsa de plástico. La de buenos ratos que me he pasado mirando bolsas que se pierden en el cielo. Y me parecía hermoso. Como me parecen hermosas tantas cosas cotidianas, tanta gente. Por eso me hundo yo solito. Y por eso todo es fácil y me salvo con dos versos.
Si el aire sopla blandamente/ mi corazón tiene la forma de una niña.

jueves, 24 de octubre de 2002

ESCRITURA POST AUTOMATICA

Post eso, que tengo un pedo mantenido y quería escribirte una carta, porque se me cae el alma a los pies cada vez que veo a las Supernenas secuestradas, que las tengo de fondo de escritorio. Espero que estén comiendo las papillas adecuadas y que les partas los filetitos bien pequeños para que no se les haga bola y que me devuelvas a Burbuja y que les eches ketchup en las patatas y que ni se te ocurra darles sopa ni lentejas y que no les dejes con objetos punzantes cerca de las ventanas.
Por lo demás la cena de ayer en el Ritz no estuvo tan bien sin ti, claro, además que la morcilla me sentó mal y luego me fui a ver Los lunes al sol, y me deprimí un poco, porque supongo que a casi todos los espectadores les dejó una sensación de alivio por no estar ahí, pero a mí me hizo sentir culpable, porque reforzó mi sentimiento de que no me merezco nada y soy un frívolo y eso. También es que los protagonistas me recordaban a algún buen amigo de mi pueblo. Iguales.
Y luego me leí un tebeo de Hugo Pratt a ver si se me pasaba y estuve experimentando un poco con mi propio cuerpo a ver si se me pasaba, así que me dormí a las mil y me he levantado a las dos mil. Y casi después de llegar me he ido a una comida en la que hablaba Bono, pero no el de U2. Ole, ole, Bono, tú sí que sabes dar mítines. Y me han dado ganas de votarles, aunque nunca he votado. Bueno, una vez que me obligó mi abuela, con 18 años. Me metí en la cabina, me comí un chicle, y escribí en el envoltorio: "al Pato Donald". Y esa es la única vez que he votado. Pero estaba pensando que me sentiría mejor si, en vez de tener que tratar con esta gente que me da nauseas en persona y en discurso, puedo juntarme con otros más simpáticos y que no muestren con orgullo sus repugnantes parlamentos excluyentes e inhumanos como quien enseña, orgulloso, una polla sucia y venosa de violador.
Y luego me he juntado con una poca gente encantadora. Mi compañera la rubia superatractiva que sin embargo me llama para que me una a su grupo cada vez que me ve colgado en una fiesta. O las de la agencia que lo organizaba, que cuando tienen que acercarse a alguien para comer medio a escondidas, se vienen conmigo porque hay confianza y les hablo un ratito en lo que dejan de tener la boca llena ("¿Por dónde empiezo mientras comeis? Bueno, cuando yo era pequeñito..."). Y bueno, y todo eso. Y por mí y por todos mis compañeros, que cuando llego borracho me dan cariño y cuando me meto en mi armario para ponerme una copita de ponche lima cola y se oye ruido de botellas y vasos gritan desde la otra punta "¿¡Se ha abierto el bar!?"
Y que yo no tengo un plan espectacular para hoy, pero que a lo mejor a ti se te ocurre uno que termine muy tarde y que tenga todos los ingredientes de un pisto estupendo o de una peli apasionada que pueda salir en el programa de Garci justo después de que la destripen.
Porque no le he pedido el teléfono a ninguna rubia más.

martes, 22 de octubre de 2002

DONDE HAY ESTILO HAY GARIBOLO

"Sit down & read your book". El médico se refería a La tierra baldía de Eliot, en inglés. Lo llevaba en el bolsillo, junto a las setas. Supongo que me salvó de la locura y supongo que lo entendía, porque ese rato pensaba en inglés, extraño fenómeno. El viernes Jose me contó que nuestro amigo el gallego y otro par se habían comido unas setas y ellos habían acabado en el siquiátrico y al gallego le había llegado un flash back cuando conducía y se había estazao contra nosequé y estaba en tratamiento y resultó que las setas eran mexicanas aunque se las hubieran vendido en una smart shop de aquí y que seguro que en la asociación micológica de mi pueblo las hubiesen pisado en lugar de comérselas. Yo no conté nada de mi experiencia extraestupidisensorial. El jueves me puse morado a coronitas y comida mexicana en una presentación mexicana y conocí a dos chicas de la competencia que competían en belleza (oig) a las que pedí el teléfono para invitarlas a una fiesta. Ahora sólo tengo que organizar una fiesta para invitar a las dos chicas de la competencia que compiten en mi corazón (re oig). Pero no había setas. El sábado comí en casa de mi padre y me pusieron setas, bueno, níscalos. Por la noche cenamos en una bodega, y cuando estábamos repitiendo y Fernando pidió calamares, detuve a la camarera y le dije que no, que setas, que los calamares no eran de la tierra. El sábado comí en casa de mi hermana (era fácil, sólo había que levantarse del sofá del salón y caminar 50 centímetros hasta la mesa) y me hizo setas, bueno, níscalos. Ayer comí con María Eugenia, que me ha invitado a su boda el viernes, porque nos encontramos hace unas semanas ligeramente cocidos y en plena exaltación de la amistad. Barra libre, música de los ochenta, jovencitas aspirantes a periodistas, mayorcitas algo desequilibradas pero pechugonas y ricas herederas etcétera. Comimos crepes de setas, bueno, de champiñones.

Ayer me fui a casa sin dinero. Sin móvil. Metí mi último euro en una cabina para hablar con cris, pero no estaba en casa. Tenía que escribir un reportaje para hoy sobre un sitio en el que nunca he estado y del que no tenía noticias. Y, cuando me fui, tras cogerme un pedo maligno a base de vino blanco y celebrando en la redacción el cumple de Noe (inaguantablemente atractiva), no había puesto ni la primera línea. Parecía claro que no me mandaban a Venezuela al final. No tengo casa, no he empezado a buscarla. El día 31 tengo que estar fuera del piso. Le pedí el móvil a un compañero de piso y cris me dijo que no la llamara tan tarde, que no la llamara hasta el miércoles, que estaba cansada, que no le dijera guarradas. La noche del sábado no dormí (había jurado que nunca iba a caer, pero esta vez etcétera) y el lunes me levanté a las siete. Así que estaba cansado cansado, pero no me dormía y me he vuelto a despertar a las 11 hoy. Sólo tenía un sandwich de ayer para comer.

Recordé una obra de teatro que guionicé, dirigí y protagonicé en octavo de EGB. Estaba basada en mi vida y yo me interpretaba a mí mismo con mi propio nombre. El guión lo contaba Fer, de narrador, sobre un fondo musical de "Visite nuestro bar", de los Hombres-G. Yo escenificaba lo que decía el texto, con la ayuda de unos amiguetes en distintos papeles. El libreto era el siguiente:
Vyf es el hombre que jugó toda su fortuna al rojo y salió negro. Vyf es el hombre que fue a pedir un crédito y no sólo no se lo dieron, si no que además le robaron el coche. Vyf es el hombre que fue a atracar un banco y por el camino le robaron hasta la pistola. Pero Vyf aún tiene algo en lo que confiar:
(acercándome a un kiosko y diciendo mi única frase)"¡Manolo, el Garibolo!". La respuesta del público fue entusiasta, se tiraron al suelo con mesas y sillas y eso, pero la crítica fue durilla. "¿Y para esto habéis estado ensayando toda la semana y habéis tardado tanto?", reseñó el profe de Religión y Pretecnología, el Gritidoro, si no recuerdo mal.

Hoy he llamado a un par de pisos y ya estaban ocupados. Todo el mundo tiene el teléfono apagado. "Me voy, me tengo que ir, yo que sé, estoy harto". No me voy a Venezuela, pero si me lo organizo yo me han dado permiso para pasar el puente en Lisboa. Me ha llegado la Visa. He hecho el reportaje en unas cuatro horas. Así, como suena. Se lo he mandado al redactor jefe, lo ha leído. "¿Y esto es lo que has hecho en un ratito? Escribes muy bien". No me digas esas cosas, hombre, que me pongo insoportable.

sábado, 19 de octubre de 2002

Nada me interesa a mi alrededor,
encuentro a mi princesa,
hablando con la luna
echándose carreras
a ver quien es más PUTA

Por fin ha llegado ese momento tan hermoso en la arrastrada existencia de todo blogger insustancial. No tengo NADA que decir. Y encima lo digo.

viernes, 18 de octubre de 2002

Cuando me desperté, Noe todavía estaba ahí. Y mi brazo sobre ella. "Chica, lo siento, has debido de dormir aterrada, ha sido mi inconsciente, que ve un bulto a mi lado en mi cama y se piensa que me pertenece". "Ya. Me voy". Hoy ha dormido Jose en mi cama. Cuando desperté, cada uno estaba en una esquina. Al menos mi inconsciente sabe lo que se hace.

Yo quiero vivir en los mundos de Yupi, como mis compis de la corbata. Yo viví con ellos. Soy un exiliado. Un ángel caído. Pa habernos matao.

martes, 15 de octubre de 2002

Después de un año sin hablar con él, y dos sin verle, llamo a un ex compañero, redactor del periódico en el que hice mis primeras prácticas, para pedirle el teléfono del viejo y estúpido amigo del que hablaba ayer.

–¿Diga?
_Gñ gñ ñam ñam
-¿Quién es?
-Hola M., soy yo, Vyf, es que estoy comiendo unas patatas.
-Ah, muy bien, que aproveche.
(y a partir de aquí, M. Y yo compartimos un ataque de risa non-stop hasta el final de la conversación)
-...y ahora un trago de cocacola para que pasen
-Me alegro de que me lo estés radiando. Gracias por llamar. Y ahora un eructito.
-Ya.
-¿Y qué? ¿Dónde estás trabajando ahora? ¿En Gominolas y Eructitos?
-Oye, no me hagas reir que está aquí al lado el director general y me está viendo escojonarme.
-Así, que te vea feliz.
-Es que la última vez me pilló con una tía en tetas en la pantalla de mi ordenador. Y te juro que estaba buscando una cosa sobre Amsterdam y apareció esto.
-Sí, es que en Amsterdam también hay eso.
-¿Qué tal la familia?
-Pues seguimos sin tener descendencia.
-Pero ya te has comprado el libro de instrucciones, ¿no?
-Sí, sí, ¿y sigues en la revista esa?
-No, la cerraron.
-¿Y esta cuánto te va a durar?
-Hombre tiene veinticinco años...
-...ya, pero eso no significa nada...
-...bueno, le doy unos meses.
-Oye cómete las miguitas de las patatas, que es donde está la sustancia y el sabor a barbacoa.
-A ver, vamos a ponernos serios, por favor, que estoy en medio de la redacción. ¿Qué tal tu carrera literaria?
-Fíjate si estará cerrada que estoy escribiendo poesía.
-Ah, muy bien, me han dicho que con eso se gana mucha pasta.
-Ya te digo.
-¿Y el Nadal?
-El Nadal se va a acabal, porque me duele mucho la espalda.
-Para ya.
-Aquí todavía guardo tu artículo de opinión (uno que no se publicó)
-Pues enséñaselo a las generaciones venideras como ejemplo de lo que se debe hacer para que no te contraten. Oye, que te llamaba para pedirte el teléfono de Chema.
-Sí, apunta, 696...
-Espera que no tengo boli.
-Menuda redacción esa sin bolis.
-Ya va.
-Puedes hacer montoncitos con los ganchitos: seis ganchitos, nueve ganchitos, seis ganchitos...
(dos minutos de llorar de risa, estoy a esto de caerme de la silla)
-Oye, Chema era de Cáceres o de Badajoz.
-De Cáceres.
-¿Y ahora dónde está?
-Creo que sigue un poco más abajo de Salamanca y encima de Badajoz.
-Joer
-Ha ido a ver a su abuelo, que está malo.
-Le voy a ofrecer un reportaje sobre Cáceres, pero a ver qué me dice, porque está muy gilipollas, y ha roto relaciones conmigo.
-Sí, a mí tampoco me quiere como antes. Ya no me enseña su tripa peluda a las cuatro de la tarde, cuando viene de comer. ¿Y tú?, ¿tienes novia formal?
-Hombre, formal no es, me pone los cuernos cada dos por tres.
-Pero seguro que la cuarta parte que tú a ella.
-Sí eso sí, pero me parece fatal.
-¿Lo suyo o lo tuyo?
-Lo suyo, claro. Lo que pasa es que vive en Barcelona.
-Ah, claro así que estais esperando a que se inaugure el AVE en el 2012 para formalizar vuestras relaciones.
-Sí, nos lo tomamos con calma.
-Y entonces tu revista...
-Pues sí, cómpratela, aunque en este número lo único que vas a encontrar mío es la sección de libros.
-Ah, asi que el viaje más largo al que te han mandado es a Espasa-Calpe.
-Ni eso, al VIPs a ver las novedades. Pero bueno, ¿hay cambios en tu vida?
-Bueno, sí, he movido un sillón porque me quitaba mucha luz. Y ayer tuvimos la revisión médica anual y decidí cambiarme de calzoncillos, que lo tenía pendiente.
-Pues suerte y que sean para bien todos los cambios.
-Gracias.
-Mira, mejor te llamo otro día porque hoy veo que no.
-Sí, sí, llámame otro día, que hacía tiempo que no me reía tanto.

Me duele el estómago de reirme, me van a sentar mal las jodías patatas.

lunes, 14 de octubre de 2002

Buscando en una vieja agenda del año pasado (la prehistoria) el teléfono de un viejo amigo con el que coincidí en un viejo periódico de una vieja ciudad y del que creo recordar que me separó una vieja historia con un viejo amor, me he encontrado un par de poemas con los que quiero hundir definitivamente la calidad literaria de esta página.

A una desconocida (creo)

Erguida en tu columna,
Han hecho una cascada de oro negro
Con tus rizos en la peluquería,
Pálida, inmóvil, ¿quién dice que estás viva?
Yo, me muero.

Rocío, la poetisa erótica

Tu mirada es un verso. Está cargado.
Tan ninfa que aún conservas
El musgo verdadero entre tu pelo.
Me dices "ya nos vemos" y me atizas
Con tu épica sonrisa, justamente,
La que usaba Caronte al recoger
A un nuevo pasajero.

Hace tiempo que no buceaba en el pasado. Es bueno para entender. Ahora entiendo por qué, probablemente, no fue tan amistoso el novio de Rocío cuando nos encontramos en el Espárrago Rock. Y lo que significará que mañana encuentre ese estúpido teléfono de ese estúpido amigo con el que tuve esa estúpida historia por culpa de ese estúpido amor viejo.
Ah, ya recuerdo. Mi vida no empezó hace dos septiembres.
Ya tengo el diagnóstico. Una alucinación que amplificaba uno de mis temores, uno que no me deja dormir algunas noches. Son las veces que oigo mi corazón y me asusto pensando que va demasiado de prisa y que la voy a palmar en cuanto me duerma. Iba más deprisa de lo normal debido al cocktail politoxicómano, y la percepción alucinada era que iba a explotar. Pues vale. He tirado el resto de las setas mágicas en una papelera del aeropuerto. Aunque he traido la marihuana para mi compi Kike y las esporas que me encargó cris. Confío plenamente en que las maltrate y se le mueran. Pero vamos, que si salen las setas ya se las pueden comer los pitufos, porque lo que soy yo...
Cris se reía mucho con el relato de mi fin de semana. Bien. Sólo faltaría que me tomara en serio. Lo único que le ha cabreado es que le diera 40 euros al taxista. "Pero cristina, cariño, si yo estaba seguro de que sólo me quedaban unos minutos de vida. Quería repartir mis bienes entre la gente que había sido amable conmigo. Pensé en escribir mi testamento". "Vale, pero yo no te vuelvo a dejar pasta".

En fin, por fin en mi cuarto, frente a los espejos. No estoy tan mal.
"Bueno, cielo, creo que con esto me he quitado cinco años de vida, pero como serán los cinco últimos, como que me da igual".

Al próximo o a la prójima que me llame inteligente y/o interesante le doy dos tortas y una hostia.

domingo, 13 de octubre de 2002

I WANT TO COME BACK TO MY BODY TOUR 2002

Quien lo hubiera dicho, yo, un ciudadano del mundo, como mi padre, que vio tanto cine que no podia ser otra cosa, queriendo volver a casa. "La patria es un lugar en donde dan paella los domingos". Supongo que algun dia nos reiremos de esto, de mi peregrinar horrorizado por las calles de Amsterdam, pasando continuamente por los mismos sitios, sin recordar siquiera en que pais estaba (y no exagero), explicandole al medico que "I take all the drugs", haciendo ante su gesto asombrado la interminable lista de todo lo que me meti, hablando con un negro que no me entendia "Help, I want to go to my house, in the red light district", hasta que le mire a la cara, seria y muy oscura, y me asuste tanto que sali corriendo, incapaz de pensar en espaniol, solo en mi ingles macarronico, bailando sin musica en un local de internet...
Algun dia. De momento, quiero volver a casa, echo tanto de menos las cosas familiares.

Mi patria esta en el cuerpo de Cristina
mi himno es su gemido, mi bandera
su desnudez de doce de la noche
a ocho de la maniana. Luego,
mi patria va al trabajo, yo me exilio

sábado, 12 de octubre de 2002

Dentro del I want to leave my body tour 2002 inauguro una seccion gastronomica con LA RECETA DEL DIA.

Un buen amo de casa sabe que la parte mas importante de una buena comida es la eleccion de los ingredientes. La materia prima debe ser fresca, rica, rica y con fundamento. Por eso hay que ser cuidadoso al comprar. Para esta receta necesitaremos los siguientes elementos:
-Marihuana. Se acerca uno al primer coffeshop que vea y pide "the strongest". Con toda probabilidad te daran white widow, que tumba a un elefante.
-Hongos alucinogenos. Al entrar en la smart shop te cercaran miles de tentaciones. Una vez mas pide "the strongest mushrooms". En ese caso lo mas probable es que salgas de la tienda con champiniones hawaianos.
-Algo parecido a la efedra. Extasis natural. Como en esto ya tienes algo de experiencia, puedes preguntar al dependiente si las Yellow Jacket son de verdad las mas fruertes. Que si.
-Vodka Yurinka, medio litro que te acompania desde espania camuflado en una botella de agua.
-Cerveza, que se puede obtener en los bares sobre la marcha.
-Y por ultimo el ingrediente sorpresa: las pastillas del viejo. No son de extasis. Probablemente sea de ketamina o de de yeso o de nada.

Una vez que lo tenemos todo, las cantidades para una persona son las siguientes: 3 porros de white widow, un punyadito de hongos, 2 Yellow Jacket, la mitad del vodka, 5 o 6 cervezas y quiza un par de las pastillas misteriosas.
La elaboracion esta al alcance de cualquiera. Solo hay que echarlas pa dentro, y tu cuerpo se encarga de hacer la mezcla, sacudido, no agitado.

La guinda de un buen banquete, como sabeis, es una buena sobremesa. En este caso, la haremos en las modernas instalaciones del hospital mas cercano, previo pago a un amable taxista de 20 o 40 euros, que no se, para que te lleve hasta alli bastante deprisita. Lo siguiente es una amena conversacion con el medico que es igualito que el de Urgencias (la serie de television) y con una enfermera de la Gestapo, que no se ablanda con nada. Los temas mas recurrentes en esa charla van a ser:
-Voy a explotar
-Mi corazon va demasiado rapido
-Voy a morir ("No, not today")
-No quiero morir
-help help help help
Por ultimo, tus amables contertulios te ofreceran como postre una minuscula pastillita de Valium, que no alimenta, pero que como es un regalo nos la tomamos.

Como veis, es una receta sencilla y al alcance de cualquiera. Hasta un imbecil podria prepararla. De hecho solo un imbecil podria hacerlo.

so stupid

PD: Si estais ahi, al otro lado, mandadme un mail o un comentario. Es el peor dia de mi vida.

viernes, 11 de octubre de 2002

Mi cazadora fosforita y mi soledad paseante llamaron demasiado la atencion en el Barrio Rojo de ayer. Los camellos me marearon y todas las chicas de los escaparates casi rompen los cristales a base de dar con el anillo. Sin embbargo, en mi redaccion me han encargado que pregunte el precio de un servicio minimo aqui. "Es que a mi me da mucha verguenza preguntar en un sitio y no comprar". "Pues te jodes". Asi que me he decidido a darme un paseo nocturno y lento por aqui. He tenido la inspirada idea de camuflarme detras de un cucurucho de patatas con mahonesa que contrarrestara, con una imagen de respetabilidad, la pinta de yonki putero que, al parecer, arrastro por la orilla de los canales. Ha funcionado. Hoy nadie queria venderme nada, y me he paseado con cara de turista, deteniendome donde me parecia, ya contuviera el escaparate mercancia digna de Tiffany's o del todo a cien de debajo de mi casa.
Como suele pasarme con estas cosas, el zoo de cristal me ha dado un poco de pena, mas que despertarme otro sentimiento o instinto. En fin, cuando uno siente lastima es bien sabido que se situa por encima y eso siempre es bonito. Yo no soy como ellos. No soy un sucio. Soy recto, moral y digno. Ay, que bonito.
Y sin embargo (el momento de la cagada) me he topado de frente con Ella. Una morena increible. Perfecta. Con ropa interior azul, ojos negros, media sonrisa. La chica de mis suenios. Me miraba a los ojos. A mi. Con la calle llena de pervertidos que se apretaban frente a su escaparate. Quieto frente a ella, con la boca abierta, he considerado que bueno, que por que no, que tampoco tenia que renunciar a mis principios. Solo aplazarlos un poquito.
Y cuando ya estaba decidido, he caido en la cuenta de que era demasiado tarde. Tenia un cucurucho de patatas en la mano y un apestoso olor a mahonesa por todas partes.
La verdad es que me lo esperaba peor, sin habitacion, sin que nadie me entendiera, un poco triste y solo. Pero mi habitacion de 14 camas la ocupo yo solo, cuando no tengo a nadie para que me traduzca y hacer el vago me las arreglo muy bien y aqui todo el mundo esta colocado (menos yo) y en cuento ven que te pueden timar te salen donettes de extasis por todas partes. Me he comido un shoarma en el chiringuito de un tio muy amable, que creia que yo era turco (esa pinta tengo) y luego a pasear por el barrio rojo. Como iba yo solito y con una discreta cazadora amarillo canario, he estado muy solicitado desde los escaparates. Luego me he echado un amigo de Marsella que hablaba sin parar porque se habia comido unas mushrooms. Me ha cambiado el mechero, que es una cosa muy bonita que yo tambien hago cuando estoy drogado. Le he regalado el libro que me habia traido, el Alfanhui de Ferlosio, asi que estoy sin lectura. Luego se ha acercado un tartamudo y a la fuerza me queria vender de todo. Se ha acercado un viejo en bicicleta, y en la negociacion, como un memo he sacado un billete de veinte euros, me lo ha arrancado y me ha puesto cinco pastillas en la mano. Eran evidentemente aspirinas. He mordido una y sabia a Aspirina. No querian devolverme el dinero. He montado bronca, he amenazado durante tres o cuatro calles con avisar al primer policia que pasara, y el de la bici ha acelerado. Me he ido a por el otro "it's your foul" y ha salido pitando tambien. Podia haberme liado a golpes, pero yo no soy ese (por la densidad muscular, principalmente) y eso nunca sabes como acaba. Ademas, con estas cosas, siempre tengo la sensacion de que me lo merecia . No pasa nada. Solo que me quedan 200 euros para pasar este fin de semana. Y luego todo el mes.
La verdad es que ahora estoy bastante acelerado. Igual es por la movida o igual no eran aspirinas. Y si me he comido media pirula de verdad, lo malo es que ya no hay nada abierto. El hotel esta enfrente.
En cualquier caso, una vez mas, que cagada.
Llevo dos horas en Amsterdam.

jueves, 10 de octubre de 2002

Aceptémoslo, no tengo mucha credibilidad. Aquí me cuentan lo del sí te creo, pero no te creo. Sam y bob, por ejemplo. Me consuelo pensando que es lo mismito que les pasaba a Tom Wolfe y a los del nuevo periodismo. Su problema no era que contasen historias imposibles de creer, si no cómo las contaban. Eso es lo que he oído decir sobre mí, y no lo entendía. El caso es que uno cuenta lo que le pasa como si fuera un relato, con recursos literarios, personajes, diálogos acotados... No recuerdo qué nuevoperiodista metía en uno de sus reportajes el monólogo interior de alguien que no era él, un recurso de lo más siglo veinte y de lo más chic. Pero claro, a la gente le resultaba difícil creer que el redactor había visitado el interior de la cocorota del entrevistado. A mí no. Me sabía el truco. Desde que lo leí, empecé a preguntar a los entrevistados: "¿qué pensabas en aquél momento, cuando te dieron la medalla/ cuando abriste la empresa/ cuando estabais en aquélla reunión?". Pero la respuesta siempre era "poz no zé", a lo que yo insistía: "¿pero qué crees que pensarías en un momento como ese?", a lo que ellos replicaban "poz yo qué zé", preguntándose si toda la entrevista iba a ser así de chorra. En esta España profunda, a manera de hoyo, no se puede ser nuevoperiodista superguay, cachis.
Yo mismo dudé de que los reportajes de esos tipos no fueran en parte imaginarios, pero es que todo se puede saber porque todo se puede preguntar. Ahí está A sangre fría.
Mi diario tiene metáforas y juegos de palabras y lírica y métrica, pero lo que pasa aquí me ha pasado a mí antes y lo que dicen los personajes ha sido siempre pronunciado en voz alta por alguien real y vaga por el espacio a la espera de que los extraterrestres que hablaron con Jodie Foster lo recojan hace miles de millones de años (o algo así).
Y sin embargo no he podido evitar mentirme a mí mismo. Lo hago siempre. Ayuda.
Tenemos por ahí un par de textos sobre Noe muy chungos, en los que explico lo mala que es y lo poco que me gusta. Noe es deliciosa. A mí me gusta mucho. Pero no se quiere enrollar conmigo. Eso es lo que pasa. O eso dice. El lunes estuvimos en la fiesta de una revista de tías en pelotas. Al rato me tomé un pastillín de esos. Noe y yo nos atrajimos como un imán. Hablamos y hablamos hasta que se le acercó un tipo que la entró por el camino equivocado (machista y borde: inopinadamente funciona bien a menudo, pero, oooh, no con mi Noe, que es lista) y que luego se puso a hacer trucos de magia tan increibles como robarle el reloj. Yo también. Desaparecí. La chica de administración ya no me hacía caso. El año pasado era jefe y llevaba corbata y me sentaba en la zona VIP. Ahora no. Pero porque no quiero, porque la entrada VIP estaba en el bolsillo de atrás, la corbata en el armario y la jefatura sepultada en mi espíritu.
Pasé junto a Noe, y me agarró la mano como si fuera el último canapé de la inauguración de un festival de cine. Con desesperación. "O te quieres enrollar conmigo o que te rescate", "sssh, lo segundo". Y me quedé allí. Y llamamos a mi compi. "Estoy en el Retiro. Es que me han echado. "Pero si tienes una entrada VIP en el bolsillo". "Uy, es verdad". Y al final se iban todos y me quedaba con Noe. Y vino ese chico tan simpático de administración que me tiene un poco de manía desde que me llamó para preguntarme que por qué había metido la compra de unas zapatillas en el apartado de alimentación. "Es que las compré en un supermercado". La chulería me viene un poco de mi abuela. Un día se le acercó una señora. "Oiga, ¿su niño muerde?". ¿Por qué?". "Porque acaba de morder al mío". "Pues entonces ya ve usted que sí que muerde". Ñam, ñam, de pequeño también estaba furioso. Y qué dientazos.
Pero al final nos fuimos ella y yo. Y ya por el camino me iba diciendo que prefería un chico que le recitase poemas, pero que no me lo tomase como que... "Mira, fea, no me enrollaría contigo ni aunque me lo pidieras de rodillas". "¿De rodillas tampoco?". "No. Bueno, sí. Es que de rodillas, cualquiera". Y después de estar en el bar de su amigo y de que nos echasen por fumar aquéllo, me secuestro en su coche. Y se estiraba y se acercaba y me ponía la mano en la pierna. Y le acariciaba el pelo, y le explicaba que no es que me gustase (pasado) es que me gustará (futuro), pero que si no quería que la entrase que no se acercase tanto, que no me mantuviera allí poniéndome canciones dedicadas de Fangoria, que no se acercase a un centímetro de mi cara para señalarme un grano inexistente en su nariz, que no me cogiese de la mano y me la pasase por el grano invisible. No sé si alguien me ha dicho esas cosas alguna vez. "Escribes muy bien (pero dicho de esa forma y por quien lo dice y con ese acento zamorano), eres inteligente y eres importante y todos esperan que dés tu aprobación en las conversaciones. La parte mala es que a veces estás ausente y no hablas y contagias a todos de mal rollo". Y le digo que la admiro, que es muy segura, que está muy buena, que es del 20% de la población (aclaro: femenina y masculina) que no es gilipollas. Y se acerca a enseñarme su grano en la nariz y lo acaricio, y en lugar de besarla le pregunto dulcemente que si me va a tener secuestrado en su coche mucho tiempo. Salimos.
En el siguiente bar la vuelve a entrar otro tío durante el par de minutos que paso en el baño. Digo que le traigo suerte. Dice que eso le pasa desde los quince años. Luego, que no, que es broma. "Ya". "Es que mis amigos ya me conocen. Me gustaría que me conocieras ya". "Más divertido poco a poco ¿no?". Poco antes le había dicho "¡Quiero ser tu amigo, me apetece muchísimo!". "¡A mí también!".
Acabamos en un piano bar a eso de las siete. Todos con sus copas encima del piano, cantando éxitos de ayer y de siempre. Un santanderino tripudo me aborda en el baño para que le líe un porro. Noe sabe. Noe terminará liando cinco para él. Una rubia cincuentona se cuela en el servicio de caballeros. "No se lo digas a nadie". "Lo voy a cantar por el karaoke". Noe está hablando con Alicia, una auténtica freak que le explica, sin venir a cuento, que la gente, si no vienes a este bar a acostarte con un tío te mira mal. Y que ella no trabaja, pero tampoco es puta. Y algo sobre cuatro mulatos con una cosa así. Y todo ello con el acento más ingenuo que os podais imaginar y mientras el de Santander y yo cantamos "Capullito de alhelí". Noe se tambalea y le dice a Alicia. "Soy tu fan. Soy superfan tuya". Se hace de día. Le doy un abrazo a Noe. "Te imaginaba más fuerte, estás muy delgada". "Es que en las fantasías todo se alarga y se agranda" (Un ratito antes yo le había hecho la misma frase cuando decía que el fotógrafo M. le había parecido más bajito de lo que recordaba).
"Vente a dormir a casa, no puedes conducir así. Venga, tonta, que no te va a pasar nada". "No, si ya sé que me puedo fiar de ti". "Pues no te fíes tanto". "¿Serías capaz...?". "Pues claro". Los coches pitan. "Qué asco de ciudad, qué triste está la gente". "Si me tuviese que levantar a esta hora me dedicaría a otra cosa. Por eso siempre llego tarde". "Ya lo sé, se han reunido varias veces para hablarlo y te van a echar". Yo, pálido: "¿quién te lo ha dicho?". "Nadie me lo acabo de inventar, jaja". "¡Pero serás zorra! Anda, vamos a casa, que estás pedo". Aparcamos tapando media salida de garage y subimos. La chica de la limpieza ha juntado en mi armario la ropa sucia y la ropa limpia. Creo que Noe sólo lleva la mitad de su ropa interior. Un buen momento para decirle que se las apañe como pueda. Pero no soy tan malo, y le encuentro un pijama de cuadros en el que caben cuatro como yo. Me señala la puerta. Me cambio en el baño. Cuando vuelvo está en su lado de la cama, con la luz apagada. La enciendo. Busco algo en el armario y saco: un cepillo de dientes nuevo. Se lo regalo. Le hace mucha ilusión y va corriendo a lavarselos. Se tumba a mi lado. Hablamos de cosas. La acaricio. Me dice que le caliente los pies. Lo hago. Me dice: "ya". Y le doy una patada. Se ríe. Le digo que me dé un besito de buenas noches para que me duerma. Me abrazo a ella y le digo que si está muy incómoda que me lo diga. Instintivamente le pongo una pierna en el culillo. Cree que sí, que está incómoda y que necesito cariño. Claro, es la falta de amor la que llena los bares. Le cuento que esto era un picadero excelente y por eso lo alquilé: con la terraza para tomar unas copas, con los espejos estratégicamente colocados. "Ves, aquí y aquí". "Ya me hago una idea". Me dice: "a ver, con cuántas chicas te has acostado este año". Se lo cuento con detalles, incluído el de que me lié con Ana la Cocainómana un día que íbamos a dormir sin hacer nada, como amigos y le pedí un besito de buenas noches. Le cuento lo del sexo anal y me pregunta cómo lo hice para que no doliera. Con paciencia y cremita. Le cuento lo de los trece orgasmos y le eximo de creérselo. Cuando termino, me pregunta "oye, ¿y todo esto para qué me lo cuentas". Así que me meto en un rincón de la cama y anuncio que no saldré de allí en toda la noche. Es malvada. Dice que era una broma.
Piensa que mis historias son surrealistas. Parece que no se las traga. Y no se da cuenta de que se ha convertido en otra extraña historia, carne de blog que vosotros no creereis.

viernes, 4 de octubre de 2002

TODO SOBRE BOB

bob es gracioso.
bob es un poco teatrero e imposta la voz algunas veces.
a bob le gusta el pop español de los ochenta (lo llama edad dorada), pero es ecléctico.
a bob le entra hipo cuando encuentra el pimiento de padrón cabrón, y lo arregla comiendo sal, que absorbe el picante.
bob va al baño una vez por cerveza.
bob tiene una amiga que frecuenta embajadas y otra que está desquiciada.
bob me va a odiar por desvelar sus secretos.
bob cree que si uno dice en voz alta que es el mejor se hace insoportable.
bob cree en el amor en porciones, pero no cree que el Amor vaya a salvarle. El sexo sí.
bob se quiere ir, aunque dice que ya sabe que la ciudad le seguirá.
bob juega fatal al futbolín, pero no tanto como yo.
bob cree positivo que los post adolescentes se droguen y le besen y le abracen.
bob me hace reir.
bob no termina de creerse lo que cuento en mi blog, y lo llama ficción.
bob está en el lado bueno de la ruptura: lo suyo ha sido como romperse una pierna patinando. del otro lado, te atropella un camión.
bob hubiera querido insistir educadamente en que cómo se puede ser tan mamón de llegar veinte minutos tarde a una cita como ésta.
bob cree que la incomunicación es un elemento inevitable de la cadena emisor-receptor.
a bob no le interesa demasiado hablar de blogs, porque tiene con quién hacerlo de vez en cuando.
bob me imaginaba más alto, más guapo, más inteligente y más heterosexual.
bob escucha.
bob pincha.
pincha a bob

jueves, 3 de octubre de 2002

Anuncios por palabras

VACACIONES
Chico divertido, moderadamente atractivo y atractivamente poco moderado, que viajará solo a Amsterdam del jueves 10 al domingo 13 de octubre busca alguien que le acoja en su casa y/o le acompañe en sus correrías y perrerías durante los tres días y, sobre todo, sus tres noches. Sólo fines serios, es decir, risas, alcoholismo, sexo, drogas y visita de puntos de interés (por favor: imprescindible acompañar las visitas de edificios altos con un ¡ooooooh!). Razón: virgenyfurioso@hotmail.com

INMOBILIARIA
Chico formal, simpáticamente desordenado y desordenadamente simpático, busca a partir de noviembre piso para compartir o uno en alquiler para él solito. En Madrid. Preferible precio bonito, compañera no muy elevada, terraza amplia y cama con jardín y barbacoa. Razón: virgenyfurioso@hotmail.com

CONTACTOS
Chico frívolo, bien dotado y dotado bien, busca compañeras de cama para una cita a ciegas cualquier tarde, cualquier noche, cualquier mañana. Con los senos como magnolias o como pasas de higo, con un cutis de durazno o de papel de lija. Con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Eso sí, si no saben volar, pierden el tiempo las que pretendan seducirme. Razón: virgenyfurioso@hotmail.com

miércoles, 2 de octubre de 2002

MEDIO DROGADOS
Ayer en la fiesta
Perdimos la cuenta.
Y en la despedida
Noté tu saliva.
Y he estado pensando
Que igual no era un sueño,
Que estaba pasando.
Y he decidido salir a buscarte,
Llamar a tu puerta
Y llevarte a la cima más fría
Para que me abraces buscando calor.
Y acabar el beso que medio drogados
Nos dimos ayer


El novio de Santi, después de diez años juntos, aún es capaz de cabrearse si habla de él como su pareja. Y mi ex se quejaba de que yo hiciera lo mismo a los cinco: ves, so tonta como siempre hay alguien con más capacidad de negación de la realidad que uno. El jueves quedamos los tres en Chueca. Santi es un tipo estupendo que se quedaba conmigo un lunes, un martes o un miércoles (o los tres días seguidos) hasta que se hacía de día por la parte de fuera de un bar de mi ciudad que no pintaba nada en mi ciudad. Había que llamar a una puerta, y el camarero nos abría a pesar de que nos conocía. Y digo “a pesar de” porque se sabía de memoria la vida y milagros de mi ex y del novio de Santi, que seguirá pegándole bastonazos en el asilo si se le ocurre calificarle como su pareja. Era una mala época. De esas en las que aprendes contabilidad. Lo que vale un amigo.
Santi tiene mucha gracia escribiendo. Recuerdo, recordamos, una noche en el periódico hasta las 3 de la mañana. Ante las miradas atónitas de todos esos redactores hasta los cojones, primero, y de los silbantes de la rotativa, después, sin poder parar de reirnos parimos un reportaje a cuatro manos “Cómo comportarse en...”. “Oye –me llamó otro compañero al día siguiente de que saliera- ¿cómo os han dejado publicar eso?” Bueno, pues por todos esos recuerdos y muchos más le he tratado de conseguir alguna colaboración por aquí y una entrevista con mi director (el único ser capaz de utilizar la palabra espeluchar para contar una historia de un vendedor de diamantes, un jeque y sus mujeres “que se pusieron a espeluchar sobre la alfombra”). Así que quedamos en Chueca y como no conseguí convencerle de que un botellón era lo más adecuado y lo más sano, le tuve que pedir 20 euritos para los pinchos. Desastre.
Justo antes de irnos a casa se me ocurrió proponer un sitio donde hubiera ligoteo y me llevaron al Hot, los muy cabrones. Me puso bastante nervioso y nunca me había pasado algo parecido. El caso es que había una mayoría de osos y gente con vaqueros y camisas de cuadros. Todos de pie, todos serios, un local lleno, porno gay en los televisores. Además, que nada más llegar me hicieron seguirles al cuarto oscuro. Una bromita inocente, jijiji, pero leches, no me pareció el lugar oportuno para convertirme en el melón de la melé.
Me decían que qué me esperaba de Chueca. Pues de Chueca me espero coger desprevenida a alguna de esas petardas más que petardas que pasean por allí en manada como si visitaran el zoológico. Dadme tiempo.

Llegué a las fiestas de mi pueblo el viernes a eso de las 2. Creo que a las 2,30 ya estaba borracho. Con la excusa de que los hago fatal, me fumé un porro con una jovencita (oh, oh, he dicho jovencita) que decía “mola” y “mazo” y “mola mazo” y que estaba buscando trabajo. Y no teníamos nada en común y a pesar de nuestra sonrisa franca y de que nos mirábamos y eso, acabamos aburriéndonos el uno del otro un poquito antes de la última calada. Esto debe de ser hacerse mayor. Por lo demás, abrazos largos, charlas etílicas con gente que no veía desde hace un año y a la que no veré hasta el próximo, y bailes frenéticos en la verbena.
En la verbena había una rubia de treintaypico, pelo corto, facciones duras, como de italiana, y un look japo-punk francamente anatópico en las fiestas de mi pueblo. Así que me acerqué para decírselo.
-Estás muy elegante.
-Lo que estoy es guapa.
-También.
-(Su amiga, que se acerca desde atrás como un velocirraptor) Tú eres hermano de ... y de ... ¿no? Es que sois iguales.
-Pues sí. Esto es como un pueblo –le digo a la rubia. Y la saco a bailar a lo loco. No sé si nuestros cuerpos están imantados o es que nos tambaleamos los dos y nos chocamos y nos pegamos y nos miramos de cerca y me la llevo detrás de la carpa y nos damos cuatro piquitos y nos damos uno con lengua y nos sonreímos y luego salimos corriendo cada uno en una dirección y no nos hablamos ni nos decimos nuestros nombres y los dos días siguientes cuando pasa junto a mí me aprieta la mano y yo la suya, pero no nos hablamos y no nos volveremos a ver y ella era distinta y yo sólo uno más, con la camisa zarrapastrosa de la peña y el pañuelo y el maldito botellín de cerveza en el bolsillo con el que me dormí para despertarme mojado y estropajoso.
Si terminase aquí el relato a lo mejor quedaba medio bien, pero bueno es que la noche siguió y fue muy larga y unas copas y unas horas después detecté que la gente que me abrazaba poco antes me aguantaba dos minutos antes de huir despavorida unos metros por delante de mis cánticos y mis rollos (que a saber sobre qué versaban, el superpoder de la memoria omnímoda no lo tengo). Y es que mis cogorzas tienen menos glamour que las de Chiquito de la Calzada.

Me desperté a eso de las cinco de la tarde en una hamaca de jardín situada entre las butacas de un cine que antes, desde el siglo XII, había sido un convento y un hospital. Al fondo, donde estuvo el altar mayor, la pantalla, y sobre mí, un techo abovedado. Sí, romántico para hacer un picado con fondo de violoines (¿eh, miguelito?), pero un poco desolador para mí, que tenía el frío en los huesos, en los huesos que me había dejado sobre la maldita tumbona, y que estaba calado por un líquido inidentificado hasta un rato después, y quería que me guillotinaran urgentemente. Dónde está mi cabeza, esta nauseabundez no es mi boca, quién es el cabrón que me ha encerrado aquí... Todas estas cosas me las planteaba, sí, pero a velocidad de una por cinco minutos, que mi mente no daba para más. Ya se me había vuelto a olvidar cómo eran las resacas de alcohol.
En cuanto me abrieron me fui directo a meter la cabeza bajo la fuente de la plaza. “Eh, soy yo, el chico el César, mirad hacia mis despojos”. Luego me dirigí a casa de la señora Patro, a dónde si no.
-Pero hijo, ¿cómo no has venido a la hora de comer? Estábamos todos, éramos dieciséis.
-...
-A que no has comido...
-...
-Anda, siéntate, que te caliento unos pocos de callos y unos filetes de choto.
-No, no, sólo un filete...
Me pone tres.
-Pero si son muy pequeños.
-No, no, sólo uno.
.Bueno, para uno solo no lo caliento.
-¿Te pico un tomatito?
Tenía diversas necesidades a las seis de la tarde de aquél día. Ninguna se acercaba remotamente a comer un tomatito.
-Fí.
¿Cómo decir que no a un vegetal preparado con tanto cariño?
-¿Y qué tal te va?, ¿sigues en el mismo sitio?
-Fí.
-Muy bien, ¿y ganas buen sueldo?
-Fí.
-Pues ten cuidado a ver si te lo va a llevar alguna.


Que el mundo se acaba,
Que el tiempo se agota,
Que lo que no hagamos ahora
No cuenta en la última hora.
Ven conmigo a la cima más fría
Y abrázame fuerte y dame calor,
Y acaba ese beso que medio drogados
Nos dimos ayer.
(de ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Los Fresones!!!!!!!!)

viernes, 27 de septiembre de 2002

Leyendo esta mañana el Bartleby de Vila Matas, me he acordado de que la frase que encabeza desde marzo este blog estaba mal atribuida. Creo que la confusión venía de un poema de Atxaga que habla de Cravan y Picabia. O no. No sé, no voy a enredar más, como dice Umbral en sus artículos cuando hace una cita literaria: será suya, pero no pienso levantarme a mirarlo. Y es que esto de frecuentar las citas está jodido, total, mejor no identificarlas y quedas como un rey. Al fin y al cabo lo que no es cita directa es indirecta, lo que no es tradición es plagio y el que no plagia no mama, frase esta última esquilmada a un poeta más o menos joven.
No entiendo cómo es posible que pillen a torpes como De Cuenca o Lucía Etxebarría. Más que nada será porque son unos vagos, plagiadores de un solo libro. Y encima se lo encargarán a alguien. Divina Pereza. Anda que no es fácil hacer unos textos de rechupete sacando un poco de aquí y otro poco de allá. Mira si no Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Preda. O lo mío. A escribir el del miércoles me ayudaron Rubén Darío, Miguel Hernández, Bernardo Atxaga, Baudelaire, Neruda y, evidentemente, Sabina. Más los que sí que cito. Exijo que se me coloque en la lista de blogs comunales y que la hormiga me haga un comentario de texto. ¡Eso! (que diría Zape).

Anoche vi Antes que anochezca (gran cagada de título sólo superado, tal vez, por el clásico porno Ensalada de verano con el pepino en la mano). Me quedo con una frase que pillé un poco fuera de contexto (llegué tarde, mi ordenador estaba juguetón y se reiniciaba solo). Decía algo así como que al principio de la revolución cubana hubo un conato de revolución sexual. Hasta que empezaron a encarcelar a los homosexuales. Lo que duelen son las oportunidades perdidas. Duele que cercenasen entre los unos y los otros (pero sobre todo entre los hunos) lo que se estaba cociendo en la II República. Pero escuece aún más cuando los que se cargan hermosas posibilidades son los mismos que debían defenderlas. Lo expliqué aquí con la última huelga general y se me entendió fatal, creo. Se están cargando el sindicalismo español, una obra de siglo y pico con sacrificios, muertos, encarcelados, sólo para obtener sus migajas. Y yo no voy a ayudarles.
Cuando estuvimos en Cuba se nos ocurrió ver un partido de pelota (beisbol). En las puertas se formaban unos jaleos tremendos, la gente intentaba colarse a empujones, a pesar de que la entrada sólo costaba un peso, seis pesetas. El fotógrafo se escurrió entre todos, el muy lagarto, pero yo, bastante más torpe, me quedé varado entre la multitud y las rejas, que me hicieron un bonito dibujo en la cara. Escojonándose desde dentro, a ese pedazo de artista no se le ocurrió otra cosa que sacar la cámara para inmortalizar mi cara aplastada y mi boca deformada pronunciando blasfemias. Entonces apareció Robocop, el típico poli cubano que odia al demonio corruptor capitalista. Resulta que por allí andaban las fuerzas de seguridad, intentando organizar ese caos, como en cualquier estadio del mundo. Y (esto ya lo sabíamos, aunque ahora ya no se nos olvida) nunca se deben sacar fotos de militares o polis, y menos en paises conflictivos. A no ser que busques jaleo, carretes confiscados o, con un poco de mala suerte, cámaras rotas.
Vale. De un lado tenemos a Robocop y del otro al fotógrafo haciéndome burla y con la cámara preparada, y a mí contra la reja, como un Garfield con ventosas, y llámandole puelco y cosas peores al capullín del de las fotos. Robocop se acerca y explica que las fuerzas del pueblo no están reprimiendo a la población, que sólo están garantizando su seguridad y que estamos tomando fotos para manipular y mentir. Cuando consigo entrar, la cámara ha sido confiscada y un sargento está soltándole algunas consignas revolucionarias al fotógrafo. En un aparte me dice que tiene la bolsa llena de carretes, y en el hotel el trabajo de toda la semana. No decimos que somos periodistas, sería peor. Además, como el viaje se organizó con prisas, como todos, sólo pedimos un visado de turistas. El marrón es considerable. Le anunció al artista que me he vuelto a dejar el pasaporte nosedonde y que me voy a mantener a una prudente distancia. "¡Pero serás gilipollas!" Nos llevan escoltados por todo el estadio para ver a un jefazo. A mí no me piden el pasaporte. Robocop me pega un empujón cada vez que me paro para dejar pasar a alguien.Le haría una crítica constructiva sobre su persona, sus modales, su bigotillo y sus putas consignas, pero me muerdo la lengua. El reportaje es sagrado y hay que intentar salvar el culo y los carretes. El fotógrafo le cuenta al oficial que no ha llegado a sacar la foto. Robocop dice textualmente que somos unos mentirosos y que él ha oído perfectamente el click de varias fotos. Lo repite unas cuantas veces. El fotógrafo les ofrece el carrete para que lo comprueben. Como el turista es sagrado, lo aceptan. Todo el mundo menos el superpoli nos da la mano con una sonrisa y nos vamos. Nos han quitado un carrete con una foto de un puerco asado, porque era cierto que mi compañero no había hecho ninguna otra. Nos han prohibido hacer fotos del estadio, pero nos subimos a la grada y, disimuladamente, click click.
A lo que voy es a que tienen a los cubanos aterrados y despistados con tanta consigna. A veces les ves que no saben qué deben decir sobre cualquier tema (¿cuál será la opinión oficial?) ¿Es posible que un pueblo tan culto, con tanto licenciado (todos los jóvenes) no proteste, no intente cambiar nada, por mucha ideología que les metan en la universidad? Es el hambre. Cuando les he oído criticar a Fidel me ha dado la impresión de que lo hacían por lo mismo que todo lo demás, para ganarse mi simpatía y sacar unos dólares.
Y lo que más duele es que había tanta energía y tantas posibilidades, tantas ideas válidas flotando cuando Fidel bajó de Sierra Maestra. Un sueño hecho pedazos, un pueblo tan hermoso doblegado, sin posibilidad de respirar, con consignas para cada uno de sus actos y sus pensamientos. Y todo ¿para qué? Unicamente para que una oligarquía mantuviera el poder. Un poder absoluto que ahora quieren que herede el hermano de Fidel.
De Pinochet duele la dictadura y toda la sangre que conllevó y las manos quebradas de Victor Jara, pero no duele que traicionase su ideal católico y capitalista desde dentro. Eso me la suda. Y además, que menudo problema. Para el relevo hay decenas de países sin dictadura militar que sólo le ponen los cuernos al capitalismo y a la iglesia (la que sea) por exigencias del guión y un ratito corto (¡Forza Italia!). En cambio Castro nos hizo perder una brillante oportunidad a todos. Y sólo por la estúpida ambición de unos pocos. Qué desperdicio.
Las utopías sólo se pueden destruir desde dentro. Ellos son los más peligrosos.

miércoles, 25 de septiembre de 2002

Habrá que reconocerlo, porque si no esto se va al carajo. Estoy con una pájara como la de Indurain en Las Ventas. Lo que pasa es que cuando empecé este diario me propuse no recitar nunca laprincesaestátristequétendrálaprincesa, porque vi que por ahí lo hacían mucho y era un rollo. Pero es que si no cuento esto no puedo contar nada, y no me voy a pasar el mes rellenando este espacio tan visitado por el club de fans de Isabel Gemio con historietas del abuelo Cebolleta, que luego me dicen que paso de mis lectores.
Tengo una pájara sin instrumento y sin objeto. El otro día hablaba con Anita y se lo contaba. Cuando me dejó mi ex la peluquera, instalándome para siempre en una querencia irracional por cualquier mujer con unas tijeras en la mano, Ana me dijo que siempre que me entraran ganas de llamar a esa chica tan mala la llamase a ella. Y desde entonces siempre que estoy con el moco a las puertas marco el número de Anita y hablamos de cualquier cosa. El otro día le contaba algunos de mis problemas y ella daba en el clavo como siempre. Es un cielo. Sigo pensando que cada vez que entra en cualquier parte se enciende una luz y una estufita y todos estamos mejor y somos más buenos y más guapos. "¿Dinero? Pero eso no es un problema ¿no?" Claro, es justo lo que llevaba pensando un par de días, que de la muerte pabajo son todos problemas menores. Pero, chico, no sé, creo que se han acumulado unos cuantos y eso debe de ser lo que me pasa. Por una parte, como no podía ser de otra manera, mis tarjetas han sufrido una extraña parálisis. Total, que debo al banco 2.200 euritos. Luego, en el trabajo están todos contra mí, me lanzan puyas continuamente y no quieren mandarme de viaje. "Bueno, lo de Polonia lo voy a poner para finales de octubre, que es cuando me viene bien". Redactor jefe: "No, no, qué tú no vas a ir". "Hombre, pero si justo aquí me viene bien". "Qué no, que tú no vas". "Pero si es justo después del cierre, además es que me pega muchísimo este viaje, ver la casa del Papa y eso". "Qué no, que tú no vas". "Pero si es justo después del cierre, que no hay nada que hacer". "Ya, pero luego viene el otro cierre y se junta todo". "Pero..." En fin, que la técnica "papá, dame veinte duros dame veinte duros dame veinte duros" está funcionando fatal. Luego está eso de los sutiles reproches a mi rendimiento laboral ("Qué suerte fulanita, que sólo viene un rato por la mañana", "bueno, hay otros que vienen más horas y trabajan menos") a mis horarios ("la reunión es a las diez", "ah, vale", "a las diez EN PUNTO –con mayúsculas–", "ah, vale" o al verme aparecer a eso de la una y media "¡buenos días! qué tal has dormido". Son malvados, con lo mal que había dormido) o a mi velocidad ("pues si quieres haz tú lo de Murcia –ofrezco yo– que es un marrón", "yo encantado, si puedo tardar un mes..."). En fin, horrible. Además me quitan mi despacho y me llevan a otra planta. "El que peor lo va a pasar es VyF, que es... ¿cómo has dicho que eras?", "¡SOCIOPATA!". Un año entero aquí al fondo, mirando a la ayudante del dentista en la ventana del fondo, retirado del mundo en este amplio rincón de luz y de color, y ahora estaré emparedado al norte y al sur por mis compañeros y al este y al oeste por una revista masculina y otra femenina. Algo se va a romper, crack, en mi corazón. Eso por no contar con que no sé cuando voy a poder escribir aquí.
Y además está lo del piso, que tengo que buscar otro que cueste la mitad para empezar a animar a mi cuenta corriente, que esa sí que está depre, (¿a alguien le sobra una habitación para un sociópata?) y que cris pasa de mí ampliamente, y que se me ha vuelto a perder el móvil y no puedo hacer llamadas anónimas de madrugada a toda esa gente a la que odio (con lo que desahoga eso) y que tengo una pinta infame. Antes era que me parecía a Lorca o a Mario Conde o a un pijo en las regatas. Ahora gente bien diferente asegura que tengo el mismo pelo que Tamariz. Bueno, pues no será tan malo. A Tamariz le gusta.
Y menos mal que lloro. Voy a ver a mi abuela y vuelvo la cara para que no me vea llorando. Hablo con cris y lloro. Miro como se columpia mi sobrina Carolina y lloro. Termina El mismo amor, la misma lluvia y todo el mundo en el cine gira la cabeza hacia mí, el bicho de los ojos rojos, para ver quién era la llorona que moqueaba hasta en las escenas de risas. Salgo del cine ya sin pañuelos, así que (esta escena es repugnante, si me quieres sáltatela) me sorbo los mocos hasta que no puedo más y escupo. Miro al frente y allí, en una parada de bus está la chica que más se parece a la de mis sueños, la que estaba deseando salvarme o, cuando menos, echarme un polvazo terapeútico, mirándome, considerándome, como Ariadna Gil en El columpio, hasta que me porté como un puerco.
No puedo negar que todo lo veo marrón caca. Así que, como es una pájara larga e indefinida, indago, a ver de donde viene. La vuelta de unas vacaciones que se parecieron un poquito al paraíso. En Cádiz me pasé una semana de sexo, scooter, playas nudistas, cañitas, tebeos, buena vida. En la capital dormí una noche en la terraza de un caserón histórico y otra en un banco frente al mar, con los otros indigentes. Hacía tiempo que no me despertaba tan libre y poderoso. Y ahora sé más o menos lo que voy a hacer muchos de los días de los próximos meses. Sé que eso es bueno para mí y que no tengo que cagarla, como siempre. Pero mi alma de vagabundo, la pobre, no sé si lo va a soportar.
Vengo ahora de la presentación de un libro sobre Alaska. "He perdido preocupantemente la memoria, y no es un eufemismo". Claro que no es un eufemismo, es una afirmación, pero la muy desmemoriada no se acuerda. Ay, las pastis y la memoria. Cómo duele no recordar un poema de Neruda, no encontrar esa palabra. Así que lo dejo, aunque ya he aprendido de sobra que eso no se anuncia, se hace. Además, que no imaginais cómo me siento de canalla cuando pienso en la de veces que se lo he ofrecido a mis amigos. Fue tan triste la última noche ver así a Jorge y a Javi... ¿Y a mí? A mí no se me nota. Dice Miguelito que nunca salgo del todo de la realidad, otra pista importante sobre cómo funciono. Pero soy el peor, el que nunca tiene suficiente. Y ese es otro problemita rondando por aquí. Sobre todo, que siempre he hecho muchas estupideces, pero antes las disfrutaba, las recordaba, las hacía yo. Ahora no. ya veremos.
Y por último, internet también está contra mí. Me estaba pareciendo un territorio hóstil gracias a un par de cosas que me pasaron hace poco y a todas las demás que me imagino. Paranoia bendita, mi hermana, mi compañera. Menos mal que nos conocemos.

Y este soy yo, el de entonces, que ya no soy el mismo. O sí. No sé.
Para lo del talento y la diversión podeis probar por aquí. Y para el amor en flor, aquí (qué gran pérdida, snif). A bob no le recomiendo que está peor que yo.
En estos casos, solía esconderme del mundo una temporadita. Ahora no sé. A veces dura un día o a veces un invierno, como el amor eterno.
PRIMERA REDACCIÓN:
Querida Cristina:
Ya si que no entiendo nada. Me pregunto para que me sirve nuestra relación. Sabes de sobra que no estoy muy a gusto con nada ultimamente. Aunque apenas me lo preguntes, has hablado con Ana y ella te lo habrá contado ¿no? Lo único que se te ocurre decirme es que no te llame los días que estoy con el cierre. Fantástico, qué preocupación. Hoy estoy un poco mejor y aún así parece que te quemara el teléfono. No sé, me imagino en tu situación y si tú te encontrarás así y en mi casa les molestara que hablase por teléfono mientras ellos ven el fútbol y encima quisieran hacerme callar para oir los oligofrénicos comentarios de la panda de majaderos que hablan en TVE, yo me decidiría enseguida por a) pegarle un patadón a la tele B) mandar a tomar por culo a todo el mundo.
No sé, creo que tengo la delicadeza de no deprimir a nadie con mis problemas, y menos a ti. Me parece un privilegio que los quiera compartir contigo. ¿De qué va esto? ¿Consiste en que sólo estás cuando yo soy el alma de la fiesta o cuando digo que sí a todo lo que tú quieres? Si XXX* pasa de mí en los malos momentos, es una pena, pero ni me va ni me viene. Qué tú pases de mí no significa sólo que no vaya a mejorar nada gracias a ti, sino que es otro poquito más de dolor para mí. A ver ¿para qué quiero una relación a esta distancia, echarte de menos a menudo y que me hagas sentir aún peor cuando tengo problemas? Encima me dices que estás en pleno subidón, muy feliz y eso, clases de portugués y de flamenco y ni un minuto para mí. Pienso en lo que yo haría si estuviera feliz y tú tuvieras un problema y lo único que se me ocurre es que, una vez más, estoy con alguien a quien le importo bien poquito. Lo importante es que esté ¿no? Porque es una putada estar sola ¿no?
Seguro que estoy siendo injusto, y me parece fatal, no me gusta pagar mi mal humor con nadie, pero bueno, tampoco tú te has portado muy bien conmigo hoy, te estoy abriendo mi corazón y me cortas para contarme que ya ha empezado el partido y nosequé polladas. Me dices que el problema es que estoy solo aquí en Madrid, ves que me apetece hablar contigo y me dices tres veces que quieres colgar, hasta que me doy por enterado. ¿Sabes? Si tirase de agenda a lo mejor no estaba tan solo y a lo mejor no despertaba solo.
A la mierda. Gracias por tu ayuda.

*(Nota del transcriptor: XXX en el original)

SEGUNDA REDACCION
Supongo que te has dado cuenta de que me apetecía hablar y de que estaba un poco depre. ¿Es más importante ducharte y cenar –¿a las 8,30 también comiendo? nena, no te digo cómo te vas a poner– que hablar con un amigo que se encuentra mal? Desde luego me lo voy a pensar antes de llamarte para estas cosas, y es una pena. ¿Sólo vas a estar para los momentos buenos? Pues nada, vete contándomelo para apuntarlo.

TERCERA REDACCIÓN (la carta enviada) Título: "grrrr"
Cactus, cariño, como Teléfono de la Esperanza eres un asco. Te voy a matar. Si no tuvieras ese culazo te despedía.
besos
tu churri

viernes, 20 de septiembre de 2002

Era martes. El día antes había tenido una agradable charla con El Jefazo, y me había dado una vuelta por allí. Pero fue el martes cuando tomé posesión de mi claustrofóbico, pero provisional despacho sin ventanas. Me conectaron la línea telefónica, me trajeron un ordenador y estuve toda la mañana haciendo unas complejas gestiones (os las explicaría, pero no las entenderíais) para conseguir unos bolis y un cuaderno. También intenté hablar con mi director o con alguien de la redacción en Barcelona. Lo conseguiría un par de semanas después, pero en aquél momento no tenía prisa. Luego, con la satisfacción del deber cumplido, me fui a dar un garbeo por los alrededores, buscando un sitio donde comer. Me fijé en un restaurante que ofrecía una carta alimenticia y otra musical, que indicaba lo que iba a sonar durante la comida. Seguro que pedí una ensalada y un filete, es lo que comía siempre. Volví al trabajo con ganas de probar mi ordenador y mi teléfono nuevo. Al llegar a mi planta vi a una becaria gordita llorando y hablando por el móvil: "no sé, ni idea, ha sido una avioneta que se ha chocado, estoy llamando y no contesta". Pensé: pobre chica, está fatal. Cuando entré, estaban todos mirando hacia arriba, hacia las pantallas de televisión situadas en las columnas de la redacción del periódico vecino. Había un rascacielos en llamas. Y la rubia púber a la que había echado el ojo por la mañana, parada frente a mi despacho, mirando embobada la retransmisión. "Ahora o nunca". "Hola, ¿qué ha pasado?". "No sé, lo acaban de poner, parece que un avión se ha chocado contra las Torres gemelas". Miro hacia arriba y otro avión se choca contra la otra torre. Alguien grita "¡otro, otro!". He comido bien, acabo de empezar en el trabajo de mis sueños, soy jefecillo, tengo un despacho. Y el primer pensamiento que viene a mi cabeza es que en ese mismo instante, allí, están muriendo, gritando, sufriendo cientos de personas. Se me revuelve el estómago.

"Santi, ¿estás viéndolo?". Durante muchos minutos hablamos de lo que pasa y de lo que va a pasar. La tercera guerra mundial. Igual siguen cayendo aviones. Igual cae uno aquí. "Coje un autobús y vente para acá pitando". "¡Para qué habré salido del pueblo!".

Mis primeras prácticas fueron en un periódico de una ciudad chiquitaja y tranquila. Siempre se abría Local con los acuerdos municipales. En aquellos tres meses de verano explotó una bombona de butano que se cargó un par de casas, un tren atropelló a una niña y los vecinos se amotinaron y cortaron las vías y, como traca final, la ciudad se inundó, algo que no había pasado nunca. Se cortaron la luz y el teléfono y tuvimos que irnos a otro lado a hacer el periódico.

Esta vez mi hermano también lo tuvo clarísimo: era culpa mía. Hablamos por teléfono y me lo reprochó. "Mira que siempre te tienen que pasar a ti estas cosas ¿eh?"

jueves, 19 de septiembre de 2002

–Al Ritz, por favor.
Tantarán tantán. Noticia (chorra) del día, canta la radio, un atleta vence a un bus de la EMT en una carrera por la Castellana. Antes de que lo diga el taxista, lo suelto: "no te jode, y yo también con este tráfico..."
Me sientan entre mozas de la competencia. "Vale, metro setenta y poco y esa extraña melena, pero, oh, trabaja en XXX".
Un tipo que ya era famoso antes de que yo naciera le pregunta al capullo insufrible de al lado que quién soy. Murmura sobre mí, sin corbata, arremangado, tirado sobre la silla, sólo me faltan las zapatillas de cuadros.
Como pastel de quisquillas con salsa de langosta.
Besos y besos.
Me regalan unas repugnantes gominolas de tabasco.
Llego borracho al trabajo, y tras la sesión de tonterías surrealistas de estas veces, me dicen: "estás borracho". "¿Yo?, je va".
El dire me anuncia que me voy a Murcia.

Pues no era tan difícil. Me encanta Madrid.
Desde la bañera enana del hostal veo a Cris sobre la cama, desnuda, dormida. Con las piernas encogidas leo el Zot! polvoriento que acabo de comprar en una papelería de Vejer de la Frontera con cualidades de catacumba. De pronto, levanta la cabeza como si tuviera un resorte en el cuello.
–El adjetivo de fasto es fastuoso ¿verdad?
–Sí, cariño.
–Así que fastoso no existe ¿no?
–No, cariño.
Y hunde su cabeza otra vez en el colchón. Se vuelve a dormir, casi roncando, como si no hubiese ya nada de lo que preocuparse.

miércoles, 18 de septiembre de 2002

Era la feria de Conil, al mediodía. Habíamos comido nosecuantas tapas de atun de almadraba, de anchoas, de paella, de queso. Nos dimos una vuelta por los caballitos. A la quinta, me dejó tirar con las escopetas que disparan corchos ("venga, pesao"). Elegí unos botes de colorines. Derribé cuatro o cinco, pero sólo me dieron uno. Dentro tenía una especie de blandiblú con un muñeco de un feto blando. Lo más asqueroso que había visto nunca. Pasamos por el bar en el que la noche antes habíamos estado una hora con Antonio, ese viejo pescador que nos habló de los diferentes tipos de peces de la zona, de cómo era el pueblo antes; ese tipo tambaleante que aseguraba que nunca se emborrachaba, mientras nos llenaba de escupitajos involuntarios y nos invitaba a otra ronda de fino que pagaba yo disimuladamente cada vez que se daba la vuelta. Como dijo Pirro, otra victoria como ésta y estamos perdidos. Subimos hacia la plaza de la torre. Cris estaba borracha, así que nos reíamos con todo. Quería ir a cambiarse, supongo que estaba incómoda por ir con ese vestidito y sin ropa interior. Le dije que la esperaría en ese bar con internet. Quería escribir algo aquí y contestar a algunos emails, sobre todo el de Luiz, que me invitaba a ir a Sao Paulo. Mientras vaciaba las cuentas de spam y decidía qué os iba a contar, me empecé a angustiar. No sé, recordé que seguía existiendo ese otro mundo, que la ficción era aquéllo, las playas nudistas, los viajes en moto, las tapas de atun. Cuando llegó Cris, aún con el casco puesto, con ese enternecedor aspecto de hormiga atómica, lo cerré todo, salí corriendo de allí, la abracé y lloré un par de lágrimas saladas. "Ay, pobrecito, ves, eso te pasa por entrar en internet". "Me siento fatal". "Ven, tonto, te invito a un helado".
Y eso es lo que pasó.

viernes, 16 de agosto de 2002

Jolín, qué lectores más ratas, casi que lo más rastrero es lo de manuma, haciendo como que está leyendo en chino. Lo mismito que hacen mis amigos cuando les pido pasta, que es como si les hablara en chino. Pues nada, hale, me voy de vacaciones hasta el 17 de septiembre. Si no tengo tiempo para despedirme bien hoy o mañana o no tengo DINERO para conectarme desde ningún lado (o a cris vigilando todos mis movimientos), no os veré hasta entonces. Y si se me acaban hasta los números rojos y me rompen la Visa en algún prostíbulo de Amsterdam (lo he visto hacer en una peli) y me tengo que quedar allí toda la vida despachando toallas, pues la cosa se nos va a hacer más larga. Yo no descarto nada. Besos.

miércoles, 14 de agosto de 2002

Acabo de venir del cajero y veo que mi cuenta corriente se aproxima peligrosamente a los 500 euros... en negativo. La verdad es que no sé en qué me he gastado las últimas pagas que incluían varios extras inesperados. Bueno, el destino de la de verano sí que me lo conozco, ha cubierto los 1.200-1.500 euros que tenía en números rojos desde hacía un año. Pero el resto, pues yo que sé, vengo a trabajar en taxi casi todas las mañanas; como en un sitio estupendo que vale mil quinientas (y está tirado, sólo el pan debería costar ya eso) y suelo invitar a quien me acompañe; las noches de los fines de semana suelen ser largas y a saber cuánto y en qué, a quién invito y lo que me dejo en taxis y puertas de discoteca... Me gasto también 415 euros mensuales en pagar mi habitación, sólo para poder disfrutar de una equipadísima terraza de 200 metros cuadrados en el barrio de Salamanca, aunque llevo muchísimo tiempo quedándome casi ningún finde en Madrid, los festivales han sido un dineral, sobre todo el fib, en el que sólo en pastillas me gasté unos 100 euros (y nadie me las pagó, malditos). Que sepais que no soy tan manirroto y ahorro mucho en ropa y nunca me compro un disco que no sea pirata. Ahora, eso sí, en el supermercado me voy a por lo más caro y si me apetece regalarle algo a alguien, no me hace falta ni plantearme que la amistad está a una distancia interestelar del sucio dinero, así que nada de andar mirando las etiquetas del precio... Bueno, pues a pesar de este estilo de vida tan razonable, calculo que al final del verano me juntaré con una deuda de unos 1.500 euros, qué coño, seamos realistas, nos pondremos en 2.000. Así que, siguiendo la inspiración de mi neoyorquina alma gemela financiera, karyn, he pensado que deberíais ayudarme a saldar mi deuda futura con el malvado banco y la taimada Visa. Hombre, os va a salir un poco caro, porque tampoco es que entreis muchos en esta página, he calculado que, por la media de 100 visitas diarias, os saldrá a unos 20 euros por cabeza. Los que entreis dos veces al día, 40. En fin, no sé si el cálculo es así, porque luego hay gente que entra una vez por semana o una vez en la vida o en la época de bodas para buscar las famosas "poesías que lee el padrino a la novia". Y están también los que no querrán aportar nada, los que se van rebotaos porque sigue sin aparecer Isabel Gemio desnuda por aquí (a ver, Isa, guapa, mandame unos iconitos para colgarlos, que ya es que no sé que hacer, te garantizo –podría jurarlo sobre la Biblia– que me tapo los ojos cuando tenga delante tu sagrada imagen).
Pero bueno, lo que digo yo, que entre amigos no nos vamos a poner miserables. Mandad los 20 euritos y luego, lo que me sobre, lo dedicaré a obras de caridad, como Karyn. A reservarlo para el próximo verano o a dejar propina a los taxistas. Hoy es un buen día para que hagas la buena obra del mes, como Zipi y Zape Zapatilla. Y si en todos los meses de tu vida nunca te habías planteado hacer ninguna, pues más a mi favor, recórcholis.

martes, 13 de agosto de 2002

Me duermo en los entierros
de mi generación

Empezamos donde lo dejamos, la boda de Jesús. Después de pillar ná más y ná menos que 16 pastillas para el fib (con dos que llevaba, 18, órdago), me fui a la tierra perdida en que nací con el cálculo exacto como para llegar 20 minutos tarde a la ceremonia. La novia se retrasó 25 para esperarnos a los que veníamos de fuera. Qué bonito detalle, mis amigos, los de entonces, no parecen los mismos a veces. Me puse en la foto finish con todo el mundo. Parezco calorro del todo con esas melenas que no me corto desde junio (del 2001) y mi traje gris, que después de lo que hemos pasado se merece otra oportunidad en la tintorería. Hablé de desamor con Rafa. Ahora toca ser egoista, amigo. Los dos quereis mantener la amistad, veros cada día. Eso os hace sentir mejor. ¿Y cuando aparezca otro tipo? ¿Querrá seguir quedando contigo? ¿Cómo te sentirás entonces? El consejo de siempre: decide tú, antes de que decidan por ti.
En la boda había una tipa que me odiaba.
Hace muchos años, Jordi le rompió el retrovisor de un culazo en las fiestas de un pueblo. De aquél coche pequeñajo salieron como veinte tipas vociferando. Después de escucharlas con atención, su respuesta fue: "hala, un pis y a la cama". Entonces entró en la escena un amigo de las víctimas con una contundente frase en la que dejaba claro que se ciscaba en el Creador. Yo por aquél entonces salía algunas noches con una inmensa cadena rematada por una cruz con una gema de plástico en el centro. 20 ó 21 añitos, los sinsentidos eran lo más divertido. Levanté las manos, alcé la voz. "¡eso sí que no! has ofendido a Dios y me estás ofendiendo a mí". Inesperadamente el tipo se calmó y se disculpó: "hombre, yo no quería decir eso". "Nonono, podemos discutir lo que querais, pero sin ofender a Dios Nuestro Señor". Mientras nosotros nos sumergíamos en la polémica teológica (vaya esto está pareciendo una historia del feo), ellas volvieron a increpar a Jordi. Otro "pis y a la cama" y se largaron cabreadísimas. La siguiente vez que vi a una de ellas, morena, wapita, pero rara, fue en las fiestas de mi pueblo. Perdido, borracho y sucio junto a la peña de las Raquíticas (rebautizadas así por su generoso volumen corporal, joer maldita la hora en que me subí con dos de ellas al Pulpito Loco sin tener en cuenta la física, concretamente la parte que habla de la fuerza centrífuga. Salí centrifugado), ella me señaló a sus dos amigos, con cara de brutotes. "¿Por qué le dijiste a mi novia que un pis y a la cama?", "je yo no sle lo dije, fue llordi", "venga atrévete a repetirlo ahora", "je yo no s lo dij, fue...", "ahora no eres tan valiente", "je yo no se", "venga, venga". Bueno, parece que lo de razonar no funcionaba, así que usé mi nefasto truco favorito, con el que más moratones he conseguido: ponerme chulito. "Joye, que estás en mi pueblo, jomos treintaypico Gayumbos y están todos dentro de jesta peña..." Eso lo entendió a la primera, fuese y no hubo nada. Tampoco sabía mucho de espacios y volúmenes, porque en aquel cuartucho cabían apenas 6 ó 7 raquíticas. Y dándose tetazos alegremente cada 2X3. Los de mi peña a saber dónde andaban, los cabrones. Tengo records en el Guinnes como niño perdido de todas las fiestas.
La mujer aquella estaba en la boda de Jesús y Sus. Y siguió mirándome fijamente durante toda la noche. Qué miedito. Hay gente muy sicópata por ahí, y si se juntan con otros muy paranoicos que también habemos, pues ya está el lío montado. El mundo está hecho por pares de contrarios (Parménides). Si no hubiese estado con su novio (confirmado: le gusta el modelo Conan el brutote) deberíamos haber echado el polvo pluscuamperfecto aquella noche. Yo temiendo por mi vida y ella poniéndose más y más a base de palpar el punzón picahielos de debajo de la cama. Esos ojos como platos, brrrr, escalofríos me da.
Pero más bien lo que hice fue lo de siempre, meterme una rayita antes del primer plato, una pasti después de la digestión. "Estoy mejor que Julio Iglesias", me decía Jorgito. Me aburro de hablar de drogas, de subidones y bajadas. Lo que quería era saltar y hacer el Brutus. Intercambié miradas de quinceañero con la amiga de Jesús. Cuando me fui a la barra, ella se puso al lado, y mira que era larga y estaba vacía (la barra, la chica era más bien voluminosa y densa). "Hola, tú eres XX –a saber– la prima de Jesús, le he preguntado antes por ti", "sí, jajaja" (piensa, piensa, rápido, rápido, hay que decirla algo) "mmm, deberías sacarme a bailar luego", "vale, jajaja", "pero salsa no", "vale, jajaja", "ni pasodobles", "jajaja", "mejor cuando pongan algo para torpes...", "sí, jajaja", "vale, luego nos vemos". Un gatillazo social lo tiene cualquiera, pero después de deprimirme un ratito (mira que soy negao) me consolé pensando que si ella estaba interesada no se sentiría mucho mejor. La verdad, su conversación no fue de enciclopedista del siglo de las luces...
Luego tuve un encuentro con el padre de la novia, el padrino. "¿Qué tal todo? ¿ha estado todo bien?", "pues sí, oiga, pero lo importante es divertirse, lo de la comida y los detalles es lo de menos. Y nos estamos divirtiendo todos mucho mucho" (unos minutos antes el novio me comentaba: "¿quién me lo iba a decir? me lo estoy pasando bien en mi propia boda", "joer, me lo estoy pasando bien hasta yo"). El padrino sopesa mi respuesta y mi copa, entera. Prueba un poco sin pedir permiso y me dice "gefoorjlisforge divertirse je fe juje aserejé", a lo que le contesto, "diga usté que sí, lo importante es pasárselo bien en las bodas, y..." En lo que trato de exponer mi teoría coge el vaso y se lo bebe de un único trago. Me deja con la palabra en la boca y se va a por otro incauto, que no hay barra libre. Qué tío. Lo que pasa es que así el único que se lo va a pasar bien en la boda es él, pero vamos, lo que yo digo, admirable. Antes en la comida, hablando con mi amiga V. la belga, con un bonito vestido rojo, sobre si se debería meter una rayita o no, había declinado la oferta porque no quería montar un escándalo. "Es que no llevo ropa interior". "Ah, entonces tienes razón, mejor que no". El mundo es así de razonable. Luego el raro soy yo.
Al final nos fuimos a una disco de mi ciudad, la capital del imperio en la época de Isabel y Fernando, por más señas. Aquí la actividad preferida de la población joven es salir a los bares, pagar las copas como si fueran hidromiel y aburrirse. No hables con nadie. Ellos te van a mirar mal, quizás te empujen o te insulten. Ellas se sienten autorizadas a ser tan groseras o estúpidas como puedan, que es mucho. Allí, en el Charlot, había dos de esas. Supongo que habían estado hablando entre ellas al principio de la noche y ya no tenían nada que decirse. Con la mirada perdida bailaban sin ninguna gracia o una se sentaba y la otra movía poco y mal las piernas. Rubias teñidas, con un gusto para vestirse de tres meses y un día más multa, no poseían ningún talento físico evidente. No estaban drogadas. Se habían gastado mil duros en copas para aburrirse hasta el amanecer. Mi amigo Javi estaba enfarlopado y decía que una de ellas le estaba mirando todo el rato, pero que no la iba a entrar, porque es un cagueta.
Javierito es un tipo muy inteligente, con mucha labia, arquitecto, trabaja un montón y vive con sus padres, así que en un par de años ha debido de reunir una pequeña fortuna. Se ha comprado un reluciente BMW blanco después de cargarse un Vitara en las fiestas de mi pueblo. Se salió de la carretera mientras bajaba la ventanilla, contestaba el móvil y cambiaba la música del cassette a la vez (el coche, siniestro total, la pareja de la Guardia Civil se río tanto de su pedo y su desorientación que ni le hizo la prueba de la alcoholemia). Más de una vez se quedaba con las chicas que a mí me gustaban. Tiene una voz extraña que se parece a muchas otras, como a la de Coque Malla (el hombre sin personalidad, le llamaba en el cole), pero que termina siendo envolvente y atractiva. Lo mismo escribía un poema que no estaba mal que dibujaba un retrato perfecto de Marilyn. Nos organiza las excursiones y lleva un diario de viaje con dibujos y anotaciones bastante graciosas. Pero Javierito hace mucho que no pilla con una chica. Bueno, en realidad hace cosas raras. Como una vez que se lió con una rubia estupenda (que yo me había pedido primero, pero es que esto no es como el reparto del hueso de caña del cocido) y terminó poniendo una batería de excusas incoherentes para irse a casa y no tener que acostarse con ella. "Es que le olían fatal los sobacos", dijo él (pues una duchita, joer, que eso le puede pasar a cualquiera). "¿Es gay?", preguntó ella. Otra vez, aprovechó cinco minutitos en los que me fui al baño para agarrar por banda a la chica que me estaba intentando ligar y soltarle un rollo de los suyos. El cura, le llamaban. Pero a ellas les encanta oirle hablar, así que a partir de entonces le perseguía, le llamaba, le tenía una hora al teléfono, y él, tan currante, la colgaba enseguida porque estaba con un proyecto. Se quedaba hasta que se iba él y le llevaba a casa. La rechazó más de una vez. Hasta que una noche alcohólica la intentó besar. Eva la Cachonda (y ese mote no se lo he puesto yo, fueron sus amigos) que es mala mala y malaje, aprovechó para vengarse y le dijo que no. Seguro que tenía ganas, pero la sed de mal es más fuerte que nada en algunos súcubos. Y podría contar muchas historias más, pero queda claro que el hombre desaprovechó nosecuantas ocasiones hasta que de repente se encontró con la autoestima por los suelos y bloqueado cada vez que se cruzaba con una humana hembra. He oído conversaciones suyas desastrosas ultimamante (del tipo "¿estudias o trabajas?"). Y a partir de ahí (o antes, no sé) lo de las mujeres se convirtió en una obsesión, el centro de su vida, según creo. Y como no intentaba nada, no conseguía nada y la cosa fue cuesta abajo hasta llegar al momento actual, donde ya no podemos caer más, tenemos que empezar a excavar.
Así que me pareció una buena idea acercarme a la rubia destalentosa y tratar de presentársela. no perdíamos nada, y si conseguía una respuesta positiva podían cambiar las cosas para Javierito. Con mi mejor sonrisa, con la voz más amigable y seductora que encontré, me aproximé a ella y le dije: "hola, ¿qué tal? te va a parecer una cosa de quinceañeros, a mí también me lo parece, pero he pensado que podía presentarte a mis amigos y..." Nisiquiera escuchó lo que le decía, que tampoco era precisamente El cantar de los cantares, a mitad de la frase dijo un "NO" agresivo, como de "aparta, insecto", y se dio media vuelta para seguir aburriéndose durante la siguiente hora, sin hablar con su amiga ni con nadie. En estos casos suelo quedarme con ganas de gritarlas que no saben lo que se están perdiendo, un polvazo, una conversación divertida, un amante perfecto, un amigo fiel, muchas cosas que nunca vienen mal. Pero no merecen más que que me dé la vuelta y no lo piense ni un segundo más. Algo difícil, soy un chico sensible y empastillado. Esta ciudad se va a caer de aburrimiento, encoge y se queda sin aire, como la habitación de Chloe en La espuma de los días. Cada noche me escupe el reflejo de todas esas almas en blanco y negro. Pena y asco. Pero aquélla recordé por qué hace dos o tres años que no hablo en los bares de allí con ningún desconocido que no me hable primero a mí. Que pasen muchos más. Hay caminantes suficientes en el resto de las rutas. Donde hay vino beben vino, donde no hay vino, agua fresca.
PD: Y si después de todo esto alguien se anima a sacar de su cebolla mental a Javierito le regalo algo, un viaje, un libro, un beso, lo que sea.

viernes, 9 de agosto de 2002

Que todavía no. Las vacaciones, la semana que viene. Lo siento en el alma, pero estos días he estado "enfermo" y ahora estoy "ocupado". Preparando el verano, que se presenta movidito. Por una cagada mía de última hora no me voy quince días a Dakar, sino una semana a Dublin. Así que llevo un par de horas convenciéndome de que está bien, no pasa nada.
Porque con todo el tiempo y la energía que sobre, puede que luego a Melilla y a Amsterdam, puede que me pase por Sevilla y Málaga, puede que visite Marruecos o Portugal, puede que me acerque aún a algún otro festival y, el fin de fiesta confirmado, a Nueva York a mediados de septiembre. Y quien sabe si escribiré o no desde alguno de estos lugares. Pero me pica no hacerlo. Estoy pikachu del todo. Quiero contaros mi fib y todo eso. A ver si el domingo. Besos, sobre todo para ti, shazam, y sorry a todos los que les debo cartas y pajillas de estas de las mías.

jueves, 1 de agosto de 2002

Mañana me voy a otra boda de otro amigo (es que ya como que sin comentarios) y el sábado a Benicasim, si encuentro una puñetera combinación de autobuses. Así que que os vaya bonito hasta el martes, que el lunes no trabajo (tampoco). Os debería contar mi martes con Cris, pero es que estoy un poco desganado. Me aburre el tema, me tiene muy mareado. Resulta que se enrolló con un pollo en Fuerteventura. Aprovecha que a mí, en teoría, no me parecen mal esas cosas, pero es que no es lo mismo un rollete de una vez que que se pase tres días con él y sus amigas y me venga contando que era muy divertido, muy majete, tenía DIEZ años menos que yo... Y que cómo va a ser borde con él ahora. "Pues niña, eso si que no es negociable, o quedas mal con él o quedas mal conmigo, tú verás". Al parecer era el único tío disponible a varios kilómetros a la redonda. Coño, que se lo deje a sus amigas, que las hay vírgenes, traumatizadas por una ruptura reciente, con ganas de... Y es que mi Cris es un poco egoista. Tenía muchas dudas sobre mí, pero después de un orgasmo arrasador, de esos de temblarle todo y decir incoherencias, me contó que se le había pasado, que me quería mucho otra vez y que estaba muy cansada y que zzzz. Lo suyo es lo de hoy por ti y los otros 364 días por mí. En el fondo me produce ternura, me recuerda a cuando cambiaba tebeos de pequeño en una plaza de mi aldea. Como viera a alguien muy interesado por uno de los míos le pedía unos cuantos a cambio. Nunca suelta nada que no haya sido recompensado a priori, me está pareciendo.

Os dejo una descripción que le he colocado a bob en un comentario. Sed malos. Ah, el enlacito: bob. Mas me ha mandado la fórmula mágica para que los enlaces se abran apart. Gracias, churri. No, si como siga así, al final esto se va a convertir en una web decente. Y eso sí que no.

VyF: Tengo 29 años. Mi vida ha girado siempre en torno a la palabra escrita, así que algún día debería pararme dos minutos y reflexionar sobre lo que eso significa y lo que eso me condiciona. Siempre me meto en relaciones que no, sólo que ahora me doy cuenta de que no, aunque no haga nada por evitarlo. Por suerte, el sexo ya no es tan importante para mí como antes, pero eso no quiere decir que haya dejado de quedarse con el 80% de mis esfuerzos vitales. Empiezo proyectos. Hace tiempo descubrí que la ficción no era lo mío y decidí escribir artículos de opinión y reportajes creativos. En vista de que o no me los publicaban o no me los pagaban, lo dejé. Ahora he rellenado ese vacío con un diario en internet. Debería publicar un libro de una puñetera vez, pero va a tener que ser autobiográfico y de casquería sentimental. Para eso haría falta que careciese absolutamente de pudor. Ya ves tú qué problema.

martes, 30 de julio de 2002

Permitidme ponerme repelente. Acabo de mirar mi contador y estaba a una visita de batir mi marca. Auguro que registrará una cantidad de pinchazos enorme, como la de Nazaret el día que menos tiene. Y con este pedazo de diesño de retaguardia. Y justo hoy, que el dire me ha dicho que hemos pulverizado los records de ventas de la revista con el número de julio, en el que yo me escribí la mitad. En sus veinte años nunca había vendido tanto. "¿Y no te han dicho nada?", me preguntaba Cris. "Nadie tiene que decirme nada. Lo sé". Vale, pelín chulito, pero no está mal como colofón de un día en el que me he venido a la redacción a las siete de la mañana, sin haber dormido ni un minuto y Cris no se ha puesto al teléfono las cuatro o cinco veces que la he llamado.
Y no sé por qué la he llamado, debería haber dejado que el paso definitivo lo diera ella. Y así yo no me siento culpable y así pensaría que fue una decisión suya. Al final hemos hablado. "Esto nuestro ha sido pura Ley de Murphy, hemos ascendido hasta nuestro nivel de incompetencia, éramos un rollito estupendo hasta que hemos ascendido a novios a toda velocidad y has empezado a exigirme, a decir qué tengo que hacer, de qué no puedo hablar, cómo tengo que pensar... Y eso no, de ninguna manera". "Es que me cabrea que te cuente que hemos estado en una playa nudista y lo único que me preguntes es que qué tal están mis amigas desnudas. Eres un salido". "No, es que tengo ese sentido del humor retorcido. Mira, en la época en la que más ganas tenía de acostarme con cualquiera siempre la cagaba en algún momento con alguna frase que a mí me hacía mucha gracia y que a ellas les hacía perder todo el interés". "Es que eres un salido". "Nonono, es que hay que entender mi humor, se me ocurre una frase ingeniosa y no puedo reprimirlo. Cuando trabajé en la productora de televisión, nada más empezar, el primer día a primera hora llamé a información de telefónica para pedir un número. Se puso una tía y en vez de darme los buenos días dijo 'hay que ver la gente como está a estas horas, lo que se aburre', '¿por qué? ¿qué te ha pasado', 'nada, la gente que no tiene nada mejor que hacer a estas horas', 'pero ¿qué te han dicho?', 'nada, es igual', 'hombre, ya, termínamelo de contar', (...) 'que de que color tenía el coño –susurró–'. Estaba en una habitación enana, rodeado de gente del Opus, y tuve que morderme la lengua casi hasta llorar para no preguntarle '¿y de qué color lo tienes?'"
Luego Cris me ha dicho que seguía apeteciéndole irse de vacaciones conmigo y le he explicado que lo único que podíamos hacer era volver atrás y ser otra vez independientes, porque ella no podía ser el centro de mi vida a tantos kilómetros de distancia. Que no podía intentar cambiarme antes de conocerme. Que primero tendría que aguantar mis bromas y todo lo demás. Y yo sus cosas. "¿No has visto el anuncio ese de 'un amigo nunca es un pesado, es un filósofo'?". "No tengo tele". "Bueno, pues es igual, yo no soy un salido, tengo un sentido del humor raro. No me digas lo que tengo que ser, ni lo que tengo que hacer, porque me agobio. Primero entiende lo que soy y acéptalo, y entonces decide lo que quieres hacer conmigo". "Vale". "Bueno, cariño, pues luego te voy a buscar y nos tomamos una caña" "¡¡Que ya no me llames cariño!!".
Vaya, veo que lo ha entendido todo.

lunes, 29 de julio de 2002

QUÉ OTRA COSA PODRIA VER UN EXPLORADOR CANSADO/
DENTRO DE LOS LÍMITES DE UN METRO CUADRADO DE TRISTEZA

Todavía no lo sabe, pero me va a abandonar. Hablamos el otro día, dice que le han llamado del hospital, que tiene que volver a entregar unos informes, que no va a pasar la noche del martes conmigo. No le pregunté si me estaba mintiendo, no era la pregunta correcta. "¿Si pudieras pasarías esa noche aquí?". "No lo sé, después de la última vez me da un poco de miedo". Ya. Pero insiste en que pille unas pastillas para el festival de Benicasim. Fuera de nosotros nos querremos. No quiere saberlo, no quiere hacer otros planes para este verano, "todavía podemos irnos juntos, ¿no? los dos somos buenos compañeros de viaje". Me dejará, quizás después. No pasa nada. Otra muesca en la pared. Another brick in the wall. Perito en lunas. Buscando una luna que ande sola.

Cosas buenas, cosas malas y cosas ni se sabe de estos últimos días:
-El jueves conocí a Sam. Un poco perdido entre tantas encantadoras pijas locas por U2 (la frase que más oí aquella noche fue: "a mí me gustan, pero yo no soy tan fanático como toda esta gente que está aquí") fue una anfitriona dedicada. Me dijo tantas cosas bonitas que yo sólo pude agradecérselo con sonrisas enormes. Espero que dijeran lo suficiente. No hay nada como el abuso del alcohol y buscar enemigos comunes (como el relaciones públicas de las SS que nos echó del O'Neill) para hacer amigos. me di cuenta de cómo han evolucionado mis lecturas. "¿Lees a Lenin?". "Eeeeh, pues no, lo tengo pendiente, esto... –coño, ahí me ha pillado–" "A Leny mira y no se qué". "Ah, sí, a esa sí".
-Tuve que aplazar, contra mi voluntad, la redacción del poema épico La noche que conocí a Wonder Woman. Espero que siga vacante la plaza de macho temporal (la terminología no es mía, que conste)
-Viernes: lo que hice el viernes no se puede contar ni en este diario. Imagínate.
-Sábado: prometí que nunca volvería a caer, pero esta vez no lo quiero evitar. Y es que me hace volar. Fer, el médico, dice que me están volviendo paranoico. Liviana memoria. No recuerda que la frase "están todos contra mí", así, literal, era parte de mi repertorio desde el cole.
-Domingo: mi abuela me dice que si estuviera mi madre las cosas no serían así, que ella ya sabe donde estaría. Que cada vez la echa más de menos. Le sonrío y le acaricio la mano. Qué otra cosa podría decirle.

(podría ver todos esos días irrecuperables/ posándose como una bandada de pájaros imaginarios. B. Atxaga)

jueves, 25 de julio de 2002

DEJA VU

Anoche llegué a casa a las tres de la mañana, directo del trabajo. Me puse a ver Atrapado en el tiempo. Luego, estuve vomitando hasta las siete. He llegado a las dos al trabajo. El director estaba de viaje y el jefe interino, que soy yo, ha llegado seis horas tarde, así que, con muy buen criterio, todos se habían ido hora y media antes de la hora de salida oficial después de estar, muy probablemente, tocándose la nariz toda la mañana.

Buenos días, hoy es el día de la marmota.
Coño, las doce, hoy me echan.
Joer, y no tengo nada que ponerme, a ver en el montón de la ropa limpia... esta camisa parece que no está muy arrugada.
¡Taxi!
Joer cuanto trabajo, puf, mañana lo hago.
"No comas tantas guarradas de la máquina, ¿por qué no te vas a un bar y comes un menú?"
A ver si luego me acuerdo de cortar la línea de telefono que llevo pagando desde septiembre sin usarla. A ver si me acuerdo de llamar a mi padre, a mi abuela, a mis amigos. A ver si contesto los emails.
Uy, 19 de julio, ayer fue el cumpleaños de mi hermano J y no le llamé.
Por la tarde: "Hola". "Hola, churri, qué te cuentas". "Mira, que he pensado que mejor lo dejamos, te tengo mucho cariño, eres un chico muy interesante, pero hay algo que no funciona". "..."
Por la noche: "Oye Noe, ¿por qué no nos vamos a lo oscuro y te enseño una cosa?". "Mira, mejor que no, eres un chico muy interesante, pero..."

Buenos días, hoy es el día de la marmota.
Coño, la una, hoy me echan.
Joer, y no tengo nada que ponerme, a ver en el montón de la silla... esta camisa parece que no huele muy mal.
¡Taxi!
Joer cuanto trabajo, puf, mañana lo hago.
"No comas tantas guarradas de la máquina, ¿por qué no te vas a un bar y comes un menú?"
A ver si luego me acuerdo de cortar la línea de telefono que llevo pagando desde septiembre sin usarla. A ver si me acuerdo de llamar a mi padre, a mi abuela, a mis amigos. A ver si contesto los emails.
Uy, 22 de julio, ayer fue el cumpleaños de mi hermano C y no le llamé.
"Hola". "Hola, churri, qué te cuentas". "Mira, que he pensado que mejor lo dejamos, te tengo mucho cariño, eres un chico muy interesante, pero hay algo que no funciona". "..."
"Oye Ana, ¿por qué no nos tomamos la última en mi terraza?". "Mira, mejor que no, eres un chico muy interesante, pero..."

Buenos días, hoy es el día de la marmota.
Coño, las dos, hoy me echan.
Joer, y no tengo nada que ponerme, a ver en la lavadora... esta camisa parece que no está muy mojada.
¡Taxi!
Joer cuanto trabajo, puf, mañana lo hago.
"No comas tantas guarradas de la máquina, ¿por qué no te vas a un bar y comes un menú?"
A ver si luego me acuerdo de cortar la línea de telefono que llevo pagando desde septiembre sin usarla. A ver si me acuerdo de llamar a mi padre, a mi abuela, a mis amigos. A ver si contesto los emails.
Uy, 25 de julio, ayer fue el cumpleaños de mi hermana M y no le llamé.
"Hola". "Hola, churri, qué te cuentas". "Mira, que he pensado que mejor lo dejamos, te tengo mucho cariño, eres un chico muy interesante, pero hay algo que no funciona". "..."
"Oye Tan, ¿por qué no...?"

miércoles, 24 de julio de 2002

Es cierto, tengo una Basta cultura. De Alpha Flight a Omega Men, del Equipo A a Z de Zorglub, del zero al infinito. Es verdad que puedo analizar a bocajarro "La noche del cazador" en un bar a las tres de la mañana, aunque sólo después de ver la tertulia de los amiguetes de Garci. Y hasta puedo destripar el final, como ellos. Tiene razón Daurmith, profundo soy, a manera de pozo. ¿Cómo? ¿De dónde? La respuesta es fácil, el que quiera ser culto en sólo un día debe aprender las cosas de una manera agradable, accesible y que pueda entender, como yo lo hice. Por ejemplo, hablaba hace poco de Shakespeare. Todo lo que sé de él lo aprendí aquí, y se me saltaban las lágrimas de emoción. Tirad, tirad del enlace e iluminaros. Como escribió un sabio en un cartel colgado en el querido lavabo de mi lugar de trabajo (va cita): "no te dé ninguna pena, puedes tirar de la cadena".

PD: ¿Alguien me presta un cacho de espacio para colgar lo del soneto XVI de Shakespeare. Es que son cinco folios.