miércoles, 20 de agosto de 2025

Debería arreglar ese cristal roto

Viajamos de pueblo en pueblo por la sierra, entre riscos y bosques. Se sienta a horcajadas sobre mí en la mesa, con todos los del viaje alrededor, influencers que no saben ni dónde están, periodistas a los que no les importa mucho. Me dice que se queda conmigo, me habla de cerca, me toca mucho. Está en lo mejor de sus veintipocos, viste como entonces, tiene esa misma luz en la cara con la que no hacía falta que sonriera. Aquí se llama Bárbara Miller, no me digas por qué.

Lo publica en Instagram, nos publica entre sus habituales posts de buenas causas cursis. No me acuerdo ya de quién escribió que, a cierta edad, a las mujeres les da por la beatería y a los hombres por el bricolaje. Yo mismo estoy tratando de arreglar la ventana por la que me entran estos sueños y el ruido de todos los camiones. 

Pienso que ya no hace falta la dedicatoria que tenía preparada para el libro: "A mi único y verdadero amor, ella ya sabe quién es y le da igual". 

Entonces llega él, aquí se llama Mark Hamilton, quién sabe por qué, y todo se convierte en un musical. Trae la camisa desabrochada y canta que la quiere recuperar. Me salgo del sueño, no quiero saber cómo termina.