Tengo muchas cosas que contar sobre Cuba. No quería volverme. Conseguí vivir allí con toda la intensidad que buscaba, aunque sólo fueran cuatro días. Nos metimos en los sitios en los que no había ningún yuma (guiri) y tengo en la cabeza todas esas imágenes, las carreteras; los pueblitos por los que pasábamos oyendo aquella cinta con el cuchibiri y el Ché comandante; la langosta que nos comimos en la playa; toda esa gente que recogíamos haciendo botella (autostop), encantadora, fanática o las dos cosas: mi camino de vuelta a la casa por la mañana, sucio y desastrado, mientras la ciudad amanecía; cuando nos detuvo la policía o cuando me propusieron matrimonio (nos metimos en el baño a comentarlo, "joer, como está Cuba" le dijimos a un tipo que entró, "sí, es un puterío", y nos dio su tarjeta, "soy joyero en los ratos libres, si quereis comprar algo...". Joer, como está Cuba). Hemos aprendido tantas cosas... estuvimos tentados de quedarnos para sobrevivir desplumando a los yumas.
También quería hablaros de cuando vi la trilogía de La guerra de las galaxias con mi ex, la que se casó hace dos semanas. Fue un maratón desde la cama, mientras le explicaba todas las referencias literarias, por qué eran tan brillantes los diálogos, cómo estaba presente la narrativa de aventuras en las situaciones(del western a las historias de carretera)... Paramos sólo para cocinar y para exo que os imaginais y fue una de las cosas que más disfrutamos, justo al final de la relación... Y cómo, porque todo eso es parte de mi vida, me entristece ver El ataque de los clones y comprobar que han hecho otra película de diálogos tópicos, como de teleserie, y situaciones de videojuego, como pensando en la playstation y en los muñequitos que van a vender.
Tampoco quería dejar de contaros cómo me siento de bien cuando hablo con Cris, cómo voy a anular mi próximo viaje para estar con ella un fin de semana, cómo me quiere y me hace volar.
Ya veis, tenía temas profundos, stupendos y frívolos, a elegir.
Pero acabo de leer algo que me ha estremecido. Es una página sincera que me cayó simpática en su momento, antes de empezar a escribir ésta. Luego la perdí la pista, porque nadie tiene un enlace a ella. www.claudia-p.com. No os lo salteis. Leeros el post del 22 de mayo. Yo todavía tengo la piel de gallina.
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