El amor me ha tenido alejado de blogger. Para los escépticos y los envidiosos, sólo decir que cuando Cris llegó el jueves a Madrid y nos fuimos derechitos a la cama no tuvo treintaytantos multiorgásmos ni trece sencillos. Sólo uno. Pero lloró. Lloró, lloró, lloró, después de insistir mucho en que se moría (me muero, me muero, me muero....) El resto del tiempo fue más o menos así de bonito.
El viernes nos encontramos con Carmen en un bar de kebaps. No es casualidad, es mala hostia (con perdón y con hache). Justo acababa de contarle a Cris el juego que nos habíamos traído esta chica y yo en los últimos meses. Cris llevaba mi reconocible colgante. Así que se inició lo que a mi me pareció una sutil pelea de gatas ("¿eres francesa?", "no, es que no pronuncio la egue"). Estaba muy cansado o debo de andar perdiendo el sentido del humor por las esquinas, porque lo que me dio la escena fueron escalofríos, y opté por pirarme para no acabar estrábico de tanto oscilar entre la carita de cielo de mi Cris y el tetamen vociferante de Carmen ladelacamisetadetirantes. No sé si fui bueno o estaba frito, pero dejé a la primera en el correcto camino hacia su casa y no volví en busca de la segunda.
El sábado, tras una pequeña escena alcohólica ("eres malo, eres malo conmigo, me llamas zorrita y yo no soy tu zorrita..."), Cris se fue al baño y me descubrió echando unos centimillos a una tragaeuros justo antes de que me pusiera a peinar el bar buscando pastis. Mi faceta de ludópata en rehabilitación y de yonki en proceso golpeó con fiereza las puertas de su corazón, y me besó y me mordió hasta que me puso el labio rojo. Al parecer sois así ("eres turbio, eres oscuro, sacas lo peor de mí, te quiero..."). Yo no digo nada.
Nos comimos las pastis y estuvo unas cinco horas hablando sin parar. A mí me parecía bien, pero cuando estábamos en la cama seguía igual, diciendo todo lo que se le venía a la cabeza (guarradas, historietas, frases de cariño...) y moviéndose como una lagartija. Sutilmente, le tapaba la boca con la mano de vez en cuando. Como Cris es lista y entiende las indirectas, dejaba de hablar durante casi treinta segundos para volver a la carga. El sexo con sustancias raritas funciona bien al principio, vuelas un poco, pero luego falla todo, que lo sepais. Aunque si hay amor no importa.
Y yo que llevaba dos meses desintoxicándome... Ya el fin de semana pasado me tomé una. Precisamente con las amigas de Cris. Una de ellas, Sandra, me contaba que después de dejarlo con su novio estaba bloqueada. Yo, como el tipo sensible y comprensivo que soy, me ofrecí en repetidas ocasiones para desbloquearla, además de contarle con detalles cinematográficos mis historietas con las cubanas y describirle minuciosamente el tamaño de mi miembro. Impresentable, lo sé. Más teniendo en cuenta que debe de haber 3.500 millones de mujeres en el mundo a las que aburrir o intrigar con estos relatos. Y elegí precisamente a las amigas de Cris. Estoy tontísimo. Además, que, tras sesenta días de abstinencia, la pasti me la tomé tres días antes de que en mi empresa hicieran el reconocimiento médico anual, que incluye análisis de sangre y orina. Una bonita ceremonia médica que, logicamente, me tuve que perder, con gran dolor de mi corazón..
"Mi corazón, paloma desatada". Echo de menos a Cris. Se fue ayer, me puse a llorar y le dije que si estuviera aquí, viviría con ella. Y eso que a mi ex, después de siete años le seguía contestando que ni de coña. También hay que tener en cuenta la depre dominguera y post pasti y lo difícil que es encontrar vivienda para uno solo aquí en Madrid. Pero en general era sincero. Hoy la estoy extrañando más de lo que nunca hubiera creído. En que lío me he metido. Qué tonto soy.
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