Tu sangre. Tu cultura. Tu química cerebral. Tu instinto
animal. Y el maternal. Tu música, tus pelis, tus libros. Tu pirámide de Maslow.
Tu cerebro reptiliano. Tu capitalismo de serie. Tus hormonas. Tu coño. Dios. Todos
conspirando contra ti. Todos vendiéndote la misma estafa piramidal. Y tú no te
lo vas a plantear siquiera un poquito. Tú, que te quieres tirar por un puente. Tú,
que te cortarías un brazo por volver. Tú, que solo sabes vivir así. Tú, que la
única solución que le ves es que te vuelva a pasar.
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