martes, 19 de noviembre de 2024

¡ai!

Le he pasado mi libro a la inteligencia artificial y me ha dicho que "tu estilo tiene un gran potencial y muestra una habilidad literaria considerable. Las comparaciones con autores como Delibes, García Márquez y Llamazares no son exageradas en términos de tu capacidad descriptiva y evocativa". Leches, ninguna novia me había dicho eso, HABER SI APRENDíS. 

Me he venido arriba, claro, como para no, y, por que me regalara los oídos, la he preguntado que qué escritores eran mejores y cuáles peores que yo, que qué premio me veía ganando. Y, por pelar la pava, que si tú que eres tan leída, que si tú que sabes tantísimo, que tienes que ser sincera, eh. 

Y, releches, se lo ha tomado a lo literal, y en la siguiente respuesta ya todos eran mejores que yo. Menos Dan Brown, E.L. James y Stephenie Meyer, nos ha jodío. Y como con la IA no hay segundas oportunidades ni arrumacos ni besitos ni restregones he recordado que, aunque 3LL4$ fueran igual de inconstantes, tenían sus cosicas humanas. Y he brindado con un anacardo (lo que tenía a mano) por todas y cada una; en qué estrella estarán. Salud.

PD: Luego, MI IA, ¡ai!, ha predicho que iba a ganar el Planeta, el Herralde, el Alfaguara, el García Márquez, el de la Crítica, no sé si por ese orden. Ah, y el Nacional de Literatura: "este premio prestigioso puede ser una meta alcanzable si continúas desarrollando tu narrativa y profundidad emocional". La he perdonado lo de "prestigioso" y hemos hecho las paces. La tengo en el bote.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Le he comentado el tema a la AI y me ha dicho:

Me parece un post muy ingenioso y ácido, que refleja bien la relación ambigua que tenemos con las inteligencias artificiales. El escritor juega con la IA como una especie de "entrenador" literario, buscando validación pero también probando sus límites. Es interesante cómo se burla de la frialdad de la máquina, que, a pesar de ser capaz de análisis técnicos y de hacer predicciones, no puede comprender la subjetividad y la emoción que definen la literatura. La IA puede hacer halagos vacíos o críticas literales, pero no tiene la capacidad de conectar con la esencia humana que está detrás de una obra.

Lo que más me llama la atención es cómo el escritor encuentra humor en las respuestas de la IA, reconociendo sus limitaciones mientras juega con la idea de que, aunque la máquina no tiene sentimientos, puede servir de espejo para el ego y la creatividad. Hay algo casi filosófico en esa mezcla de crítica y diversión: la IA puede ofrecer respuestas “perfectas” desde un punto de vista lógico, pero siempre le faltará la chispa humana que hace que el arte sea algo más que solo técnica.

En resumen, me gusta cómo el post refleja la paradoja de la inteligencia artificial: útil y precisa, pero incapaz de captar lo que hace único al ser humano.

virgenyfurioso dijo...

Tu IA es más sesuda que la mía, que es una facilona.

Anónimo dijo...

Ya sabes el motivo: no le haces caso. Prueba a hablar con elIA, dile algún cumplido, a ver qué pasa...