Jugada de ayer en la boda:
paso a) Sin traje. La puñetera tortilla del siglo XXI de Ferrán Adriá (desestructurada: líquida y en una copa) me dejó un manchurrón de huevo. Elegí la tintorería de enfrente de mi casa, la única de Madrid que cierra a las 4 de la tarde. Ooooh, voy a recogerlo a las 6, no tengo otro traje aquí, mi hermano me lo dejará ("¿es que siempre te tienen que pasar a ti esas cosas?", pues sí; "¿has llevado todos los trajes a la vez a la tintorería?" pues sí ;"¿y todas las camisas?" pues sí)
paso b) Para mi cuñada no existo, me deprimo, que le voy a hacer, soy así de sentido (////sólo quieres quererme cuando tu quieras, pero yo no soy pinocho, que el corazón tiene de madera////)
paso c) Ante el coñazo de misa se me plantean dos posibilidades. O entrar en el confesionario a contarle al cura mis pecados de los últimos diez años o salir fuera a fumarme un cigarrillo y jugar con los hijos de mis primas que ni saben quien soy (bueno, ellas tampoco). Debo de tener un día raro, porque me quedo con la opción más sensata y salgo.
paso d) Mis tíos se alegran de verme, me dicen que me corte el pelo o que no, que tengo pinta de aventurero. Me emociono.
paso e) Entramos en un hotel con una escalinata gigantesca, mientras el padrino de la boda, uno de mis tíos, alaba los detalles en cada esquina. Dios mío, dorados y plateados, como la casa marbellí de un jeque. Lujo de garrafón. Me sientan en una mesa rodeado de desconocidos, cómo me quieren por aquí.
paso f) Toda la comida hablando again de mi trabajo, que si que interesante, que cómo se hace esto y lo otro. Llevo seis meses hablando del mismo tema con todo el mundo, así que ando un poco saturado... Repito de solomillo de medio kilo.
paso g) -el momento de cada noche en que la cagamos- Mientras estoy en el baño se me ocurre que sería una gran idea meterme un trocito de pastilla. Sólo un poco.
paso h) Se me junta con lo de ayer y vuelo. Como nadie baila, yo tampoco, pero no será por falta de ganas. La diarrea verbal con mi familia. Le cuento a mi tío como me instalé en casa de A. y cómo me puso las cosas en la calle a los 5 días. Me recuerda que él sólo preguntaba que si tenía novia. Ah, es verdad, si me lo han preguntado todos uno por uno.
paso i) Cuando me decido a entrar a la rubia esa que dicen todos que no tiene novio, la gente se va. Llamo a V., pero se iba a meter en la cama. Perdí el móvil hace dos semanas y no me sé más números accesibles. En pleno subidón me acercan a casa.
paso j) A los dos segundos de entrar por la puerta se me cae la habitación encima. Salgo pitando
paso k) Idea genial. Llamar a C., una semidesconocida que trabaja en la competencia directa, y si oigo ruido de bar quedar con ella y si no, colgar.
paso l) Hay algo que no me convence del plan (¡que son las 4!), lo descarto y evito que no me tome por un sicópata para siempre jamás.
paso ll) Tercera superidea del día (creo que debería elegir una de entre todas y presentarla a los premios darwin -www.darwinawards.com-). La definitiva: me cojo un taxi, me voy a un bar marchoso de Chueca y voy a ser el alma de la fiesta y a hablar con todo el mundo y a conocer gente interesante.
paso m) Al taxista le jode llevar un marica a bordo, y yo, muy en mi papel de orgullo gay, tarareo Europe's living a celebration. Te has quedao sin propina.
paso n) Me bajo del taxi y todo el mundo me mira. No es la típica paranoia de pastillero: coño, si llevo traje y corbata. Me la quito y me desabrocho un par de botones de la camisa para que se vea el colgante con mi runa druida. Estoy hipersexy, más tarde lo comprobé en el baño.
paso ñ) Pregunto a una rubia que dónde hay un bar con tecno. Me dice "¿eres gay?". "Bueno, así, así...". El blanco (en realidad es Black & White). Me vale. Me da un abrazo (a ver si va a ser verdad eso de que funciona lo de declararse anti tías para que te persigan)
paso o) Me pido una cerveza y empieza el acoso. Siento exactamente lo que siente una churri en un bar tecno a las 5 de la mañana. Se me acercan plastas, otros me miran fijamente, otros se ponen cerca... Por un lado: estoy buenísimo (que ya sé que no es eso, que mi amigo gay -para ser moderno hay que tener un superamigo gay, ¿es que no lees la columna de Elvira Lindo en El País todos los domingos?- dice que en cuanto llega carne nueva y fresca se tiran a por ella), por otro: me siento intimidado, me aparto, retiro la mirada, no bailo a gusto con tantos ojos encima... Al rato he quedado como un estrecho y nadie me habla. Joder, que ganas de que alguien me diga algo inteligente y divertido. O de que se frote directamente y nos echemos unas risas (¿eso también lo sentirán ellas?). Análisis: en los bares tecnogay hay pibones que van a hacerse las guays mientras yo m e hago el gay. Son más accesibles si te acercas en plan moñas, porque se sienten culpables.
paso p) Bailo, me sube todo, me voy solo, cojo el metro y me quedo dormido en un vagón.
Moraleja. O dejo de hacer el imbécil o cambio el título del diario por pastilleroyfurioso. Habrá que empezar a preocuparse.
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