lunes, 22 de julio de 2002

Y te imaginas que no saliera
mañana el sol por ningún lugar,
que este momento
tan sólo nuestro
se hiciera eterno en la madrugá.

Esta noche llega Cris. Va de camino a Fuerteventura, creo, con unas amigas. Me preguntó qué me parecía que hicera ese viaje quitando días de nuestras vacaciones. Le contesté que "saludable". He tenido tantas dudas este fin de semana que necesito cantarme esa canción de la Niña Pastori para que vuelva a apetecerme Cris. Es la que le canto cuando nos duchamos juntos.
Lo que pasa es que he tenido un fin de semana asqueroso, todavía preocupado por el maldito cierre, que tenía que haber estado resuelto hace diez días, vaya cagada. El jueves salí a las seis, dormí un par de horas y volví, el viernes salí a las siete de la mañana. Me he perdido una despedida de soltero y la comida del cumpleaños de tres de mis hermanos. Nadie me cree, todo el mundo piensa que no he ido porque soy un desastre y un pasota. Una mezcla de ambas. Al menos se acabó.
...hasta el mes que viene, claro. Me pasa lo que a Nazaret, que cada 28 días mi vida es una mierda.

Como todavía están llegando las pruebas y no me sentiré cómodo escribiendo aquí hasta que no esté todo liquidado, os voy a colgar una cosilla que viene a cuento de uno de los últimos pops de Tan, uno en el que clasifica a los tipos de los bares. Aprovecho para salirme de esa clasificación. Hace tiempo que no participo. Mi frase nocturna es "a mí que me entren" (con el resultado previsible de que como mucho me entre un calambre). Soy el yonki del fondo. Anda, cielo, hazme una categoría pa mi solito. Que cada día te pones más interesante y me pones más interesado.
Lo que os cuelgo es un reportaje que escribí para una revista de quinceañeras en la que también llevo la sección de Motor. O llevaba, porque veo que lo último que les mandé no aparece en este número. Vale, esta vez me pasé, llegó tardísimo, pero no soy un pulpo de cuatro cerebros. Además, que no había cosa más idiota que yo llevando una sección de scooters monísimas y cochecitos ideales. Yo, que no tengo carné de conducir y que soy un troglodita que piensa que el mejor modo de transporte es a caballo o a pie, que se conoce gente, y que cree firmemente que la camiseta color crema de Ibiza que llevo podría pegar de alguna manera con los pantalones verdes fosforitos que ya han salido en este diario.
A lo que iba es a que seguro que no me publican el reportaje, porque encima de mandar lo de Motor unas horas después de que la revista estuviera en imprenta (una mala tarde la tiene cualquiera) se me ocurrió acompañar el envío con una petición de dinero. Oportuno que es uno. Así que no lo veo claro. Y además, que este reportaje lo mandé en octubre y ni me han contestado. Soy un puto negro del universo, como Patti Smith.
Así que, con gran dolor de mi corazón, en vez de ganarme una pasta os lo dejo aquí gratis. Debería haber contenidos de pago en los blogs, snif

CHICOS PELIGROSOS

Los únicos golfos interesantes son esas porciones de mar que se internan entre dos cabos o los que aparecen en el cine o en la literatura. O sea, los de ficción. Lo malo es cuando uno de verdad se mete en tu vida. Los conoces porque tú o tus amigas os habéis topado con alguno de esta especie. Son listos, egoístas, falsos, van a lo suyo y han perfeccionado una táctica que les funciona muy bien casi siempre. Lo único que buscan es un rollito, sexo o ampliar su colección de conquistas con vistas a alimentar su ego. Si te descuidas utilizarán tu punto más débil y acabarás llorando por los rincones, con el corazón roto o metida en un lío sentimental por su culpa. Tú única defensa es estar atenta y prevenida cuando aparezca uno de estos sujetos. Al fin y al cabo, sus trucos no son tan difíciles de detectar.


1.- Clasificación

-El "consolador" atrapa a sus victimas entre las depresivas y ariscas, tristes y despistadas. Si respondes "vaya" a una pregunta neutra tipo "¿qué tal?" pondrá en marcha su radar y te intentará demostrar que no todos los hombres son iguales, o sea que él es diferente y se preocupa por ti... hasta conseguir sus objetivos. A.- Para librarte de él: Nunca le confíes tus problemas, porque sabe muy bien qué hacer con ellos. B.- Para caer en la tentación: Móntale un numerito con llantos de mentirijillas y problemas de telenovela. Se lanzará directo a por la presa sin saber que se va a convertir en el cazador cazado.

-El completista. Se marca objetivos, y quiere probar, por ejemplo, con todas las letras del alfabeto, así que se le encienden las antenas cuando encuentra a una chica con un nombre que empieza por W y haría cualquier cosa por una que empezara por X A.- Para librarte de él: Reniega de tu nombre: para él te llamas Ana o María. B.- Para caer en la tentación: Invéntate un abuelo materno danés o de Zimbabwe y dile que tu nombre es Xena o Zorione.

-El coleccionista: Este cuenta en su lista con chicas con todos los colores de pelo, de ojos y de uñas. Se le ha complicado el trabajo desde que aparecieron los tatuajes. Su sueño es Elena Anaya, que tiene un ojo de cada color. No es tan exhaustivo como el completista, pero tiene querencia por las chicas que cuentan con algo diferente. A.- Para librarte de él: Morena y con el pelo recogido estás muy guapa y pasará de largo. B.- Para caer en la tentación: Córtate el pelo al cero o tíñetelo de verde. Si lo que quieres es una relación muy breve, colócate un tatuaje de quita y pon.

-El acumulador: No sabe decir que no ni dejar a la anterior, así que se junta con seis ó siete novias a la vez. Cuando le descubren se hace el ingenuo con excusas como “es que no quería hacer daño a ninguna” o “es que tengo un corazón muy grande” . En realidad sabía muy bien lo que estaba haciendo. A.- Para librarte de él: Si no quieres ser la octava mujer de Barba Azul tienes que estar muy atenta a sus extrañas desapariciones, a las llamadas intempestivas al móvil y mandarle a paseo pero de verdad. Una buena venganza es organizarle una cita sorpresa con varias de sus víctimas. B.- Para caer en la tentación: Olvídate de los celos. Al fin y al cabo un chico compartido es mucho más llevadero.

-"El poeta"; Ese eterno tierno, que tan bien comprende a las mujeres y que sabe decir en el momento adecuado lo que quieren escuchar... Te leerá poemas que no ha escrito él o te cantará una canción al oído. Este es transparente y se le suele pillar pronto, aunque siempre quedan incautas... A.- Para librarte de él: Ataca su ego. Si comentas en voz alta lo cursi que es lo que acaba de decir no le volverás a ver el pelo B.- Para caer en la tentación: Suspira embobada ante su última “creación”. No necesitas hacer nada más.


2.-Reconócelos por sus trucos

-Separar a la oveja del rebaño. Insiste en llevarte al otro extremo del bar con la excusa de jugar un Trivial o acompañarte hasta la barra. Lo que quiere es que no estén tus amigas delante cuando emplee todas sus armas. Un truco que le funciona muy bien es perseguirte cuando vas al baño y acorralarte a mitad de camino, Como ves, tiene instintos de depredador.

-Emborracharte. Te ofrece otro tequila, le dice al camarero que cargue más la copa o pide otra ronda antes de que termines la anterior. Dos horas de este tratamiento conseguirán que a tus ojos el chico se convierta en Brad Pitt o Jonathan Brandis, aunque al día siguiente descubras que se trataba de una auténtica albóndiga con gafas.

-Hacerse la víctima. Aprovechando tu instinto maternal te cuenta todas sus desgracias. Nadie le quiere, sus padres son unos tiranosaurios, su ex novia le pegaba… La historieta irá creciendo a medida que vea que funciona y que tú le tratas de consolar por todos los medios. Cuando te dé suficiente pena estarás ya blandita como una magdalena… lista para mojar.

-Darte la razón. Te dice exactamente lo que tú quieres oír. Increíble, parece el chico perfecto ¿Cuál es el truco? Muy sencillo: ha estado leyendo entre líneas mientras hablabas. Explícale lo mucho que te apasiona el ciclo reproductivo de los caimanes australianos y te dirá que a él también ¡Qué coincidencia!

-Contacto físico. Te pasa la mano por el pelo o por la mejilla, te roza “involuntariamente”, te agarra para bailar incluso cuando ponen tecno… Y, como no eres de piedra, a lo mejor picas y termina llevándote a su terreno.

-Tirar de cartera. Aunque te resistías al principio, van pasando las horas y te das cuenta de que lleva toda la tarde pagando sólo él. Te sientes un poco culpable y sin fuerzas para decirle que no a nada: de alguna manera tienes que corresponderle… Eso es lo que quiere. Mejor hazle un cheque en una servilleta.


3.-Test
¿Tu novio es un chico peligroso?

1. Te tienes que ir pronto a casa
A. Una despedida corta con cara de pena y sale corriendo detrás de un grupo de lobas. Sólo le ha faltado decir “¡Yupi!”.
B. Si te vas tú ya no tiene nada que hacer en la calle. Te acompaña hasta tú casa y va directo a la suya (en la otra punta)
C. Se va con tus amigas


2. No vas a poder salir en todo el fin de semana
A. Le da mucha pena, pero desaparece y no vuelves a saber nada de él hasta el lunes o el miércoles.
B. Mensajes al móvil, llamaditas de ánimo... Te cuenta que ha ido al cine con su madre. Tus amigas le vieron irse a casa prontito el sábado.
D. Ha salido con sus amigos, y el domingo te llama para contártelo.

3. Le confiesas que le quieres.
A. Te contesta que él también te quiere y en menos de dos minutos te pide algo (que le dejes irse con sus amigos, que le prestes dinero, que le hagas eso que tanto le gusta…)
B. Te contesta que él también te quiere y en menos de dos minutos te ofrece algo (invitarte a cenar, comprarte un regalo, hacerte eso que tanto te gusta…)
C. Te lo hace repetir durante toda la noche.

4. Te presenta a sus amigos…
A. … pero como si no te los hubiera presentado. No te ha dicho el nombre de ninguno, te ha dejado en una esquina y se ha puesto a hablar con ellos.
B. … como si les estuviera enseñando un billete de lotería premiado
C. … y les pregunta que qué les pareces.

5. Se ha perdido durante dos horas
A. Vuelve muy contento y muy agitado. Te besuquea y te dice que te ha echado de menos.
B. No ha bebido ni una copa desde entonces y tiene cara de sueño. Te pregunta: “¿dónde estabas?”
C. Te le encuentras bailando con un grupo de chicas


MAYORIA DE A: Has caído en las manos de un ejemplar que cualquier día protagonizará un episodio de National Geographic. Un auténtico depredador. Se las sabe todas. Será mejor que empieces a pensar en ti misma y que, directamente, le abandones. O al menos pon en cuarentena cada una de sus palabras. Pero si no puedes vencerle únete a él: aprende cada una de sus artimañas y haz un master gratuito en cara dura. Puede venirte bien para el futuro.
MAYORIA DE B: Tu chico no ha roto un plato en su vida, el pobre. Pórtate bien con él, porque se lo merece. Quizás eches en falta un poco de emoción en vuestra relación, pero en estos casos es mejor que falte a que sobre.
MAYORIA DE C: El chaval apunta maneras, pero todavía puedes contrarrestar todos sus trucos sin problemas. Es un aprendiz que sólo puede ser peligroso para las más incautas. Síguele la corriente un ratito, hasta que te aburra, y párale los pies cuando sea necesario.

Como era la primera vez que escribía en ese tono y en esa revista, les mandé un email a las chicas de publicidad para que me dieran la opinión femenina (son las que me presentaron a Ana la Cocainómana, que empezaron viéndome como a un hombre soltero y han terminado tratándome como a una mascota. Casi lo prefiero. Por lo del cariño). Esta es la respuesta de la jefa:
"Asunto: Chavos peligrosos
Vaya, vaya que sorpresa por fín hay un hombre que describe "tal cual" de que palo vais.... increible!!!!
congratulations"
Un escalofrío de orgullo, pero de acojone, recorrió mi espalda. ¿Estaba desvelando más secretos de los aconsejables? ¿Soy un repugnante traidor?

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