Llegué a Madrid hace unos añitos para ser el delegado de una revista potente: tenía mi despachito, mi mac y mis bolis de colorinchis. A los dos meses y medio, justo cuatro días después de la fiesta de presentación, y cuando se publicaban mis primeros textos, la revista cerró. La misma noche de la fiesta follé con una chica muy mona, me instalé en su casa y me dio drogaína por primera vez.
En marzo de 2009 escribí mi primer texto para Soitu. Cuando ya tenía el segundo a punto, Soitu se fue al carajo, perdón, al cielo con los serafines. Para el texto de Soitu no follé con nadie que recuerde, pero comí donde Santi Santamaría, que empieza a ser mejor recuerdo. Luego Santi Santamaría la palmó, a mí me dejó mi novia y, por el camino, aprendí nuevos trucos y di algunos botes divertidos.
En marzo de 2012, GQ me encarga un texto que debería suponer el comienzo de una hermosa amistad.
No les deseo ningún mal, pero el sábado celebro mi cumple y me gustaría pillar.
¡Suerte, GQ!
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