El mundo que yo veo se va
acercando a mí al terminar el día. La esquina del mar me está esperando para
que me dé el segundo baño, el último hasta mañana. Las nubes, en esta época del
año, se vuelven más posesivas y me rodean, me abrazan, me intentan engullir en
cuanto pueden. Son majas, pero pegajosas, y yo prefiero que no me quieran tanto
para poder miraros tranquilo. Os habéis adueñado de todo. De la tierra, claro,
y la recorréis despacio las menos de las veces, fijándoos en mí por fin a estas
horas, mucho más a la orilla del mar y de dos en dos. Y el mar. Paseáis por encima
del Mediterráneo, paseáis como nadie lo hace, manteniéndoos secos mientras
pisáis la superficie, uno de esos milagros vuestros. Mientras que los océanos,
las nubes, los montes, la arena o los árboles, casi todo, son seres de un solo
truco, vosotros, como yo, sois tipos ingeniosos como una navaja suiza. Uno de
mis birlibirloques preferidos viene justo ahora, cuando os enseño de qué estoy
hecho y pongo un poco de mí en cada una de las cosas a las que miro. Entonces,
aun con la prisa de siempre, os obligo a fijaros en que estoy aquí, aunque sea
un momentito. Sí, estoy, y doy colores y calor y, en fin, aunque no os quito el
mérito de las energías portátiles que os habéis inventado, la energía soy yo. Cuando
quiero pasar el rato con vosotros hasta os cambio la personalidad y os olvidáis
de todas las normas sociales que os empeñáis en renovar cada generación. Y os
hago sonreír y os desnudo y os saco a la calle y os vuelvo más sociables y
folláis más. Y sois más animales. No os voy a dar la tabarra con la
fotosíntesis y todo lo demás, pero sí, lo hago todo yo. Ignoradme si queréis,
aun cuando me atenúo para que me podáis mirar a la cara al menos este
ratito. Pero sabed que el rey de la fiesta soy yo.
Ahora me tengo que ir.
Ahora me tengo que ir.
31 de octubre de 2012
2 comentarios:
¡Fantástico!
cursi
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